Pedro Luis Echeverria
El país está cansado y obstinado de
soportar, durante más de tres lustros, a un estrafalario, negligente y perverso
régimen -que emergió de la nada- y que solo ha traído miseria, hambre,
depauperación, dolor familiar, desolación y desesperanza a la mayoría de los venezolanos.
El tiempo transcurrido desde que esa cofradía del chavismo-madurismo, integrada
por aventureros y mal vivientes trashumantes de la política y del delito,
confabulados con una logia de militares felones y corruptos, obtuviera el poder
y su criminal e irresponsable uso, para
usufructuar sus dones como un botín de guerra o como el reparto de proventos
entre filibusteros de baja ralea. Desde ese entonces, la Nación cayó en un
profundo hoyo de corruptelas, falacias, inconvenientes cambios en los valores
de la sociedad y falsas promesas de progreso que no han dejado nada que pueda ser reconocido o
valorado como una obra o definición de políticas cuyos resultados hayan producido positivas consecuencias para
el presente y el futuro de los
ciudadanos de esta Nación.
La degradación que ha sufrido la patria a través de los largos y
estériles 17 años que el régimen ha desgobernado,
no tiene parangón en nuestra historia. Los desastrosos resultados que muestran
todos los indicadores que se relacionan con la condición humana, con el
desenvolvimiento económico y con el fortalecimiento y consolidación del país, nos
gritan estentóreamente que el gobierno y su modelo no han servido para nada,
que ha fracasado rotundamente y que, por tal razón, hay que cambiarlos antes
que la profundidad de la destrucción que están causando hagan inviables,
sumamente onerosos y lastren los esfuerzos y acciones que hay que realizar para
su futura recuperación.
El que gobierna
ha sido un régimen que no supo entender la realidad del
país, que no pudo resolver los acuciantes problemas que el común de la gente
aspiraba que fueran resueltos. Eso ha sido así porque el régimen imperante
siempre ha tenido como objetivos fundamentales:
subyugar y degradar a la sociedad
hacerla cada vez más vulnerable y dependiente del Estado, mediante la
perversa distribución selectiva de cuotas de poder, dádivas y prebendas;
mantener el poder a cualquier costo sin importarle las consecuencias que tal
actitud le pueda acarrear a los ciudadanos;
permitir que una gigantesca y obscena red de corrupción en la que medran
diversas camarillas afectas al gobierno, se hayan enriquecido escandalosamente
en desmedro de la atención hospitalaria de la educación en todos sus niveles,
del adecuado suministro de alimentos, medicinas, insumos y otros bienes y servicios que necesita la
gente.
Ante tales consideraciones, cabria
formularnos la pregunta: Deberían permanecer en el poder, los que
aceleradamente destruyeron al país que teníamos que, a pesar de sus problemas,
era uno de los más exitosos de América Latina? La respuesta que presumo que
tendrá usted, amigo lector, aunada a las referidas circunstancias y a la
torpeza de gestión de los autócratas que gobiernan, nos hacen pensar que el poder se les está yendo
irremisiblemente de las manos y que
debemos hacer todo lo necesario para acelerar esa realidad política. Ese debe
ser nuestro compromiso con el país,
nuestra familia y nosotros mismos. Pongamos en marcha nuestras capacidades,
hagamos de la unidad nuestro baluarte para la acción. Aprovechemos cabalmente
la oportunidad de seleccionar a los que queremos que nos representen en la AN y,
al mismo tiempo, también la de rechazar a quiénes consideramos no aptos para
ejercer tan delicada y compleja función parlamentaria. En síntesis, no
desperdiciemos la posibilidad de hacer sentir nuestra opinión, ratificar nuestra tradición democrática y valorizar
nuestra participación política para influir en los hechos venideros que
marcarán la suerte futura del país. Empujar los necesarios cambios que nuestra
conciencia y convicciones nos reclama,
no acepta demoras, dudas o vacilaciones; no habrá mañana si hoy no hacemos lo
que debemos hacer.
Si el 6 de diciembre acudimos masivamente
a votar por las fuerzas de la oposición, tengamos la certeza que habremos
colaborado con el inicio de una nueva etapa en el devenir político del país;
ese día estaremos iniciando el rescate
de Venezuela. ! A por ellos!
@PLEcheverria
pedroluis.echeverria33@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario