lunes, 12 de junio de 2017

LA OPINION DE POMPEYO

Lo nuevo de las protestas
 
Al inicio del gobierno de Chávez lo novedoso fue su respaldo popular, sustentado en las numerosas promesas que incluso habían servido para justificar el alzamiento fracasado de 1992 contra un gobierno legítimamente constituido; otro sustento fueron los ingresos extraordinarios provenientes de la bonanza petrolera que permitían satisfacer algunas necesidades. Incluso, se llegó a considerar que en Venezuela sí funcionaría el “modelo cubano” dada la inmensidad de recursos en contraste con la carencia de éstos de la dictadura cubana. No consideraron en cambio que la oposición cubana se había exiliado, mientras que la venezolana está hasta en los más apartados rincones del país, diferencia importante al momento de establecer comparaciones.
Un factor que se debe subrayar es el carácter cívico y pacífico de las movilizaciones de la sociedad democrática venezolana en la lucha por conquistar democracia, libertad y un nivel de vida, que en caso de los cubanos, no han disfrutado a lo largo de estos 54 años. Pero ahora debemos agregar un aspecto que será decisivo en esta lucha, y es la incorporación de sectores económicamente deprimidos, algunos con carácter insurreccional.
Otro hecho novedoso de las protestas de estos 65 días es que han sido lideradas principalmente por los diputados, el estudiantado y la iglesia. Ahora son multitudes las que arriesgan su vida y su libertad en los enfrentamientos donde se mezclan las exigencias de democracia con los problemas diarios de la colectividad: hambre, escasez de productos básicos y medicinas, desempleo. Este último se acentúa por la quiebra de la economía, el cierre de negocios que colocan a la población al borde de hambrunas y toda suerte de padecimientos;  donde la muerte por la violenta represión de los órganos de seguridad del Estado se conjuga con la escasez y donde al final confluyen en una crisis total que abarca lo político, lo económico, lo social, la inseguridad.
Estos nuevos elementos, puestos de manifiesto en los últimos días, plantean un panorama radicalmente distinto al de años atrás, y la represión al estilo cubano ha fracasado pues diariamente se suman nuevos contingentes a la lucha que han colocado a Maduro totalmente a la defensiva, a lo cual habría que agregar su aislamiento internacional del mundo democrático. Son todas estas razones las que nos mueven a ver con optimismo una salida, donde triunfará la democracia y la libertad.
 
Perspectivas de victoria
Pompeyo Márquez
Cada día son más esperanzadoras las perspectivas de victoria sobre una dictadura carcomida por contradicciones internas que se expresan en las ejecutorias de una camarila que gobierna al país con uso indiscriminado de la represión más salvaje que se conozca: asesinatos, torturas, atropellos y desafueros de toda naturaleza, que desconoce flagrantemente a la Constitución, en fin, que solo sabe manejar la violencia más extrema aún en detrimento de los Derechos Humanos que viven su hora más menguada.
Venezuela es un país sin ley donde la voluntad de una cúpula militar-civil hace con el país “lo que le da la gana”, que no tiene ninguna sensibilidad social, que aspira a resolver los problemas que acogotan a la población solo con métodos represivos, que no meditan las soluciones a la profunda crisis que en todos los órdenes padecemos los venezolanos.
Se da el caso de que cada medida que trata de adoptar se ve obligado a retirarla como ha sucedido con las Sentencias 155, 156, de ese grupo de seguidores que asaltaron al TSJ y a su Sala Constitucional que han tratado de dotarla de la más atropellantes facultades para desconocer a la Asamblea Nacional y asumir “como sea” sus funciones.
Este intento, risible por lo demás, de darle “visos constitucionales” a una dictadura que ha colocado al país al servicio de la camarilla militar-civil gobernante sin importarle un bledo los sufrimientos de 32 millones de venezolanos.
Los últimos dos meses con gran valentía y convicción democrática, el estudiantado, al igual que en épocas anteriores ha asumido la vanguardia de la lucha. Han retado a la cúpula dictatorial y han insuflado nuevos optimismos a la lucha contra la dictadura.
La idea de la Unidad Nacional, de la sustitución por la vía pacífica y electoral de Maduro y la formación de un gobierno de Unidad Nacional, por supuesto deberá contar con la presencia de los militares institucionalistas que al igual que el resto de la familia militar quiere convivir en paz, desecha el camino de la guerra y los sufrimientos y sacrificios que ello provoca.
Hay quienes desconfían de esta posibilidad. Por mi parte, cada día reafirmo más la idea de que las luchas populares permanentes, a lo que se sumen contingentes institucionalistas de la FANB, darán al traste con esta barbarie a que está sometida la sociedad venezolana por culpa de una cúpula corrupta que no puede oír la palabra “La Haya” porque se atemorizan al recordar los crímenes y corruptelas cometidos que no prescriben.
Hay quienes dicen que tendría que venir un esfuerzo mediador que ponga punto final a esta crisis y le abra a Venezuela el camino a la democracia y la libertad en todos los órdenes.

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