Chávez, el dinero y el amor
A. OPPENHEIMER
El Nuevo Herald
El presidente narcisista-leninista de Venezuela, Hugo Chávez, no le está sacando mucho crédito a los miles de millones de dólares que está gastando en relaciones públicas en el exterior: según una nueva encuesta, su popularidad en Latinoamérica difícilmente podría ser más baja.
Una encuesta realizada a 20,200 personas de 18 países latinoamericanos por Latinobarómetro, una empresa con sede en Chile, revela que, cuando se les pidió que evaluaran a los líderes extranjeros en una escala del
Y lo que podría dolerle aun mas al presidente de Venezuela es que, según la misma encuesta, el líder con la mejor imagen es el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien sacó un promedio de 7 puntos. Le siguen en la lista el presidente brasilero Luiz Inácio Lula da Silva, con un puntaje de 6.4; el rey Juan Carlos de España, con 5.9; el presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, y la presidenta chilena Michelle Bachelet, empatados con 5.8 puntos cada uno, y el presidente de México Felipe Calderón y el presidente de Costa Rica Oscar Arias, empatados con 5.7 puntos cada uno.
Al final de la lista figuran el copresidente de facto de Cuba, Fidel Castro, con 4 puntos, y Chávez, con 3.9 puntos.
Resulta interesante que, según lo revelan las cifras de Latinobarómetro, Chávez tiene mejor imagen en Venezuela que en el exterior. El presidente venezolano tiene un 50 por ciento de imagen positiva en Venezuela, mientras que su porcentaje de aprobación es del 41 por ciento en El Salvador, 33 por ciento en Bolivia, 27 por ciento en Argentina, 18 por ciento en Honduras, 16 por ciento en Perú, 15 por ciento en Chile, 13 por ciento en México y 12 por ciento en Colombia.
Los resultados generales de la encuesta resultan sorprendentes, si uno tiene en cuenta las toneladas de dinero que Chávez está gastando en promocionar su imagen en el exterior.
Según otro estudio realizado por el partido de oposición venezolano Primero Justicia basándose exclusivamente en anuncios oficiales del gobierno de Chávez, Venezuela gastó $53,000 millones en “regalos” a otros países durante los cuatro años que terminaron en diciembre del 2008, o el equivalente a $14,500 millones por año.
Esa cifra incluye los anuncios oficiales de compra de bonos de la deuda externa argentina, así como donaciones de petróleo a Cuba, Nicaragua, El Salvador y Estados Unidos, y escuelas, hospitales y otros proyectos sociales en toda la región. No incluye los millones de dólares en ayuda extraoficial, como la maleta llena de efectivo descubierta en Argentina en el 2007.
En el 2009, debido a la caída del precio del petróleo y a las crecientes críticas domésticas a la generosidad de Chávez en el exterior, la ayuda externa oficial de Venezuela cayó a unos $3,000 millones, según me dijo un investigador que está preparando un informe actualizado del estudio de Primero Justicia.
¿Cómo se explica la poca popularidad de Chávez?, le pregunté a Marta Lagos, la directora de Latinobarómetro.
“Su imagen en la región ha caído mucho desde
Eso se hace más evidente cuando se compara con el alto nivel de aprobación en la encuesta que recibieron Obama y Lula, dijo Lagos. Ambos presidentes tienden a ser más humildes al hablar de su ayuda externa, agregó.
Mi opinión:
La encuesta de Latinobarómetro confirma lo que muchos de nosotros sospechábamos desde hace tiempo, y es que la popularidad de Chávez es directamente proporcional a los precios del petróleo.
Aunque Chávez nunca ha estado entre los líderes más populares de la región, cuando el precio del petróleo estaba en las nubes en el 2008, había más latinoamericanos que lo apreciaban. Ahora que los precios del petróleo y la ayuda externa venezolana han bajado, la poca popularidad que tenía Chávez en el exterior ha caído aun más.
Todo esto me lleva a creer que si el precio del petróleo se mantiene en el nivel actual, tal como prevé la mayoría de los economistas, es probable que la influencia de Chávez en Latinoamérica disminuya. La fabulosa riqueza petrolera de Chávez probablemente le dé recursos suficientes como para costear su megalomanía en Venezuela y algunos pocos países aliados, pero no le alcanzará para financiar su proyecto de liderazgo continental.
A juzgar por los resultados de su inversión, el presidente venezolano podría estar cantando la vieja canción de Los Beatles, Money can’t buy me love, o “el dinero no me puede comprar el amor”.
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