CARLOS TABLANTE
El Papa Francisco le ha dicho a Maduro que el diálogo con la oposición debe ser serio y constructivo. La comunidad internacional considera que Maduro actúa como un autócrata y que en Venezuela se ha producido un golpe contra la Democracia al eliminar de manera ilegal la consulta al pueblo a través del Revocatorio prevista en el art 72 de la Constitución.
La reunión efectuada el domingo, auspiciada por El Vaticano, así sea exploratoria, debe responder a la necesaria consulta electoral planteada vía RR 2016 o a elecciones generales en el primer semestre del 2017, así como la ejecución inmediata de la Ley de Amnistía aprobada por la AN para liberar a los presos políticos y dar garantías para el regreso de los exiliados. Más prioritaria aún es la apertura del canal humanitario para atender con urgencia la terrible escasez de medicinas y alimentos que agobia a la población.
Hasta que no haya resultados concretos a todas estas exigencias, la oposición debe continuar con la agenda prevista.
La Asamblea Nacional, en el cumplimiento de sus competencias, inició ya el juicio político a Maduro y lo convocó este martes para que se defienda de las contundentes acusaciones en su contra.
La presión internacional y la institucional, más las gigantescas manifestaciones que se están realizando en todo el país, deben crear las condiciones para que se inicie una negociación que lleve a elecciones generales de presidente, gobernadores, alcaldes y diputados como un importantísimo primer paso para que el país salga de la profunda crisis en la que se encuentra.
Sería el inicio de un proceso complejo de reconciliación para lograr un gobierno amplio y de unidad nacional que nos convoque a todos, con una hoja de ruta definida, a un esfuerzo supremo para sacar a Venezuela adelante.
Ahora más que nunca, la organización y la movilización requieren de una conducción política unitaria. La agenda presentada por la MUD debe contar con el respaldo de todos porque en ella se resumen los tres ejes básicos: presión internacional, presión institucional y calle.
El diálogo requiere de una verdadera voluntad política para obtener acuerdos concretos.
No va a haber diálogo verdadero sin calle porque este gobierno perdió toda credibilidad. Las protestas tienen como objetivo la negociación de una solución, la superación del conflicto apelando a todas las opciones constitucionales.
La única batalla final deseable es aquella que permita avanzar en el cambio urgente que reclama el país , evitando así una guerra civil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario