ACERCA DE LAS NEGOCIACIONES EN MÉXICO
Marta de la Vega
@martadelavegav
A pesar de la
importancia de este nuevo esfuerzo iniciado en agosto de 2021 para resolver de
manera negociada la crisis política, social, económica, cultural y moral que
sufre Venezuela, parece difuminarse el propósito medular de esta convocatoria
entre el régimen de facto presidido
por Maduro y voceros de las fuerzas democráticas en representación del
presidente interino Juan Guaidó y de los que aspiramos a ver restaurados el
Estado de derecho, las libertades y derechos civiles, políticos y sociales y, en
suma, una democracia verdadera, sin apelar a soluciones militares.
Algunos
estudiosos señalan que los resultados hasta ahora favorecen la continuidad del
régimen chavista, le “limpian” su imagen muy deteriorada por todos los
exabruptos y violaciones cometidas contra la Constitución vigente. Impusieron
la salida de uno de los representantes de la mesa de la Plataforma Unitaria, exigieron
ser llamados oficialmente gobierno bolivariano en detrimento del reconocimiento
de la presidencia interina y buscan sobre todo que se levanten las sanciones, al
recurrir a la narrativa, imaginaria pero efectista, de que el “bloqueo” es
causante de la ruina del país, acelerada desde 2013 pero ya mucho antes
provocada por la corrupción, la desinversión en áreas claves de la
infraestructura, la incompetencia y abandono de las obligaciones gubernamentales.
Las sanciones, de carácter individual, vienen desde 2019.
El memorando de
entendimiento y los acuerdos parciales obtenidos en las dos primeras reuniones
reflejan la necesidad de priorizar, dentro de varios aspectos de alto interés
nacional, la restitución de derechos conculcados al país, que ha sido
históricamente política de Estado por los anteriores gobiernos salvo desde las
presidencias de Chávez y del que hoy detenta abusivamente el poder, y a los
ciudadanos, al apuntar, por un lado, hacia la justa reclamación del Esequibo y,
por otro lado, hacia la implementación de mecanismos operativos que garanticen
la protección social de los venezolanos en medio de la emergencia humanitaria
compleja en que se ha convertido la política de tierra arrasada por parte del
chavismo, a pesar de sus ínfulas redentoras. Otros especialistas señalan que
mientras Guyana ha aprovechado al máximo la tribuna de la ONU para mentir y
poner a su favor la reclamación, Maduro ni siquiera mencionó el tema Esequibo
durante su fugaz aparición en Nueva York.
Es verdad que son
muchos los eventos significativos recientes en el plano internacional que han distraído
del primer plano las negociaciones como una ruta para superar la tragedia
nacional. La toma de control de Afganistán por el grupo talibán, la catástrofe
humanitaria de migrantes de Centro América, de Haití, Venezuela y Cuba
principalmente, hacia México y Estados Unidos. Pero el carácter ilegítimo de la
presidencia de Maduro ha sido destacado con la posición valiente de mandatarios
democráticos de Uruguay, Paraguay, Ecuador, Colombia y Chile al plantear dos
opciones irreductibles, democracia y dictadura, durante la Cumbre de Estados
Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) y las denuncias contra el ilegítimo
usurpador de la presidencia venezolana en la 76ª Asamblea General de la ONU en
New York. Fue elocuente el vacío de la gran sala de sesiones durante el
discurso televisado del dictador Maduro.
Internamente, el
más reciente informe de la ONU de septiembre de 2021 pone de relieve la
violación sistemática de derechos humanos, la tortura como práctica perversa de
terrorismo de Estado, desapariciones forzosas, persecución y detenciones
arbitrarias de opositores al régimen y hoy, las amenazas, amedrentamiento y
prisión ilegal de integrantes de organizaciones de la sociedad civil (ONGs) dedicadas
a la defensa y protección de los ciudadanos ante un Estado forajido. Estos
hechos ratifican la directa responsabilidad de altos funcionarios, grupos
paramilitares y personeros del gobierno de
facto de Maduro y sus acólitos en delitos de lesa humanidad.
También han
repercutido la inminente extradición hacia Estados Unidos del barranquillero
Alex Saab pese a las argucias jurídicas de la defensa para alargar el proceso y
la detención inesperada del “Pollo” Carvajal en España, residente clandestino,
no sabemos con qué dinero y fondos abundantes que le permitieron mudarse cada
tres meses y mantenerse cómodamente escondido durante dos años, antes de ser
apresado en Madrid, con ayuda de la DEA. La muerte del alto prelado de la
Iglesia Católica, el Cardenal Monseñor Jorge Urosa Savino, agrava la
indefensión de la ciudadanía, que pierde un vocero de excepcional calidad y
compromiso apostólico.
¿Por qué no hay
adelantos significativos para desnudar el horror y las mafias que sostienen a
Maduro y su camarilla militar civil de corruptos y delincuentes? ¿Por qué
parecen blindados y dominan las instituciones públicas o someten a los sectores
privados a su férula bajo coacción y miedo u oportunismo pragmático? ¿Buscan
una vez más los oficialistas ganar tiempo para seguir aferrados al poder?
¿Significa este empantanamiento una rendición de las fuerzas democráticas?
¿Por qué no se
destaca explícitamente que los puntos de la agenda propuesta en el Memorando de
Entendimiento revelan el carácter transgresor y excluyente de un gobierno de facto, que irrespeta todo lo
establecido en la Constitución al eliminar los derechos políticos de los
ciudadanos, que ha destruido el Estado de Derecho, que impone elecciones
“amañadas” con trampas y ventajismo y con la “ilusión de ganar” de los
opositores, que ha hecho colapsar servicios públicos e infraestructura, que ha
instaurado una economía ilícita como fuente de financiamiento vinculada al
crimen organizado internacional y que los ciudadanos en resistencia realmente somos
las víctimas secuestradas de un Estado forajido?
¿Se puede
negociar realmente con transgresores y criminales de lesa humanidad? ¿Qué
podemos esperar en términos prácticos de las actuales negociaciones? No perdamos
la esperanza.
Es muy, pero muy difícil negociar bajo éstas circunstancias yo diría que es imposible
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