viernes, 30 de abril de 2021

 COLLAGE sobre RÓMULO BETANCOURT   (LXII)

   (Primer  regreso a Venezuela, después de 4 años de ausencia)


       CARLOS CANACHE MATA


Después de que diversos sectores e instituciones del país (partidos políticos, trabajadores y empresarios, las Fuerzas Armadas Nacionales), le ofrecieran actos y homenajes de despedida, el ex-Presidente Rómulo Betancourt emprendió un viaje por Estados Unidos, Europa, el Medio Oriente y naciones recién incorporadas a la soberanía en Asia y Africa, que culminó con  una breve residencia en Nápoles, Italia, y luego con la residencia de 8 años en Berna, Suiza, interrumpida con  visitas a Venezuela.

En el acto  que le ofreció su partido Acción Democrática, expresó: “Sabido es mi propósito de alejarme por tiempo indefinido del país. Desde cualquier sitio extranjero donde me encuentre continuarán volcados mi interés y mi pasión hacia Venezuela. Y complacido apreciaré desde lejos el proceso de reafirmación de las instituciones democráticas y el avance venezolano en todos los órdenes. En las manos honradas del compañero Raúl Leoni, Presidente de la República recién electo por los venezolanos, queda la nave. Al garete no andará, porque el timonel tiene experiencia y buena fe, y porque impulsándola por la buena vía estará el buen pueblo venezolano” (1).

El día 9 de abril de 1964, a través de la televisión y de radiodifusoras comerciales, se despidió del país, apenas unas pocas horas antes de partir. Entonces manifestó: “Quiero decir que me siento profundamente orgulloso del pueblo venezolano y que declino en él todos los honores que pudieran discernírseme. Y esto lo digo sin afán demagógico, sino sinceramente: no se hubiera podido lograr la hazaña de estabilizar una democracia tan acechada si no hubiera habido el concurso para defender las instituciones que el mismo pueblo se dio…Hay una frase ajena que repito porque la conceptúo muy exacta: ‘el precio de la libertad es una eterna vigilancia’. Esto es más cierto en un país como el nuestro, dotado por la naturaleza de extraordinarias riquezas naturales; un país de tal calidad está expuesto a la ambición de los aventureros, que conceptúan el poder como botín…En el exterior no me dedicaré a una vida cómoda y tranquila, no ha llegado para mí el momento de empantuflarme, tengo cincuenta y seis años, que los llevo bien desde el punto de vista físico, y una mente alerta y madurada. Escribiré libros, acopiaré experiencias en otros países, y eso lo transmitiré a mi pueblo y a los otros pueblos de América a través de la palabra escrita o del videotape, enviado desde los distintos lugares en donde pose mi planta peregrina” (2).

La primera escala de su viaje fue Estados Unidos. En Nueva York fue agasajado por la Asociación Americana para la Democracia y la Libertad, ocasión en la que hablaron el senador Edward Kennedy, Norman Thomas, Adolfo Berle y Arthur Schlesinger, quienes se refirieron a la carrera política y al último gobierno que presidió Betancourt. Estando allí, estalló la insurrección del coronel Caamaño y la crisis política en la República Dominicana. Sanín (Alfredo Tarre Murzi), hace al respecto el comentario que pone en boca de Detancourt: “Cuando estalló la crisis política en la República Dominicana por la insurrección del coronel Francisco Caamaño, el presidente Lyndon Johnson y el vicepresidente Hubert Humphrey me invitaron a Washington para conversar sobre las incidencias de ese conflicto en el Caribe. Me opuse radicalmente al envío de marines a la isla y aconsejé utilizar medios políticos y diplomáticos para tratar de resolver la crisis. Pero el trauma de la situación cubana llevó al gobierno de EEUU a una penosa y desagradable intervención en Santo Domingo, que no era la primera incursión en la isla de Hostos” (3). En California, embarcó para seguir su viaje a Asia, Africa y Europa, y  terminar domiciliándose, como se señaló líneas arriba, primero, por pocos meses en Nápoles, y luego, en Berna. Vivía con los emolumentos que recibía como  ex-presidente y sus honorarios de periodista y escritor.

 El 14 de marzo de 1966, el Secretario General del FND, Arturo Uslar Pietri, en carta al Presidente Leoni, participa su retiro del Gobierno, finalizando así la Amplia Base. Después, a comienzos de 1968, URD queda fuera del Gobierno. En el seno de URD se produjo una crisis interna que culminó con la suspensión y pase al Tribunal Disciplinario de Alirio Ugarte Pelayo, quien el 19 de mayo  de 1966  convocó a su residencia una rueda de prensa, y antes de iniciarla, se suicidó con un disparo en su biblioteca.

Ya desde mediados de 1966, la atención de los partidos, de los medios de comunicación y de la opinión pública, comenzaba a centrarse en el tema de las candidaturas presidenciales para el período 1969-1974.

En el mes de abril de 1967, el VIII Pleno del Partido Comunista, reunido en la candestinidad, decide  abandonar la lucha armada, reanudar la lucha de masas y participar en los comicios de 1968; y, con ese  fin, solicita el 20 de octubre de 1967 la legalización de un partido político, bajo el nombre de Unión Para Avanzar (UPA).    

En abril de 1967, la candidatura presidencial de Rafael Caldera es lanzada en una Convención Nacional de Copei..

La escogencia del candidato presidencial de Accion Democrática (estatutariamente atribuida a la Convención Nacional del partido) para las elecciones de 1968 originó una crisis interna que comenzó en las llamadas elecciones primarias o elecciones de base, celebradas el 25 de septiembre de 1967, en las que se escogen los delegados a las Convenciones Distritales (donde se elegirían luego los delegados a las Convenciones Seccionales, y en éstas los delegados a la Convención Nacional), pero  en esta ocasión, tales elecciones primarias o de base, por la cercanía de la sucesión presidencial en el marco de las elecciones generales del año siguiente, se tiñeron con el problema candidatural entre Gonzalo Barrios y Luis Beltrán Prieto. Manuel Vicente Magallanes, quien ha escrito obras sobre la historia de AD, señala que “todo empieza por problemas presentados en las elecciones de Cumaná, que conduce a la suspensión de la militancia de algunos dirigentes regionales”. En el curso de la crisis, se nombró una comisión de avenimiento encargada de buscar fórmulas para salvar la unidad partidista, de la cual formó parte Rigoberto Henríquez Vera -uno de los Secretarios Generales de AD en la clandestinidad durante la dictadura perezjimenista-, quien nos cuenta lo que entonces pasó: “…En Cumaná no se habían podido efectuar las elecciones internas, debido al ambiente de tensión partidista que se vivía en  esos días; y cuando se llevaron a cabo, se registraron como era de esperarse, violentos altercados entre la militancia. Agotadas todas las gestiones de conciliación posibles, no se llegó a ningún avenimiento y, ante la profunda crisis planteada por los prietistas, al CEN no le quedó otra alternativa que sancionar con la medida disciplinaria de suspensión de toda militancia a 27 comprometidos en acciones perturbadoras de la unidad partidista. Esto ocurría el 27 de octubre de 1967, cuando ya parecía inevitable la nueva diivisión de AD,  y tanto Prieto como Paz Galarraga desconocían estas medidas disciplinarias de la dirección nacional. Se convocó inmediatamente después una reunión urgente del Comité Directivo Nacional (CDN) para que estudiase la situación planteada y este organismo solicitó de ambos precandidatos, Prieto y Barrios, que declinaran sus aspiraciones presidenciale en aras de la unidad del partido, pero Prieto se negó a aceptar dicha fórmula con el consiguiente agravamiento de la crisis. Entonces el CDN concluyó sus deliberaciones ratificando las medidas impuestas y sustituyendo de la Presidencia del partido a Luis Beltrán Prieto y de la Secretaría General a Jesús Angel Paz Galarraga; asumiendo provisionalmente la presidencia Augusto Malavé Villalba. Posteriormente se designó Presidente del partido, por el resto del período estatutario, al compañero Dr. Antonio Léidenz, uno de los fundadores de Acción Democrática más querido, respetado y admirado en nuestra organización” (4).  Prieto tenía el apoyo de dirigentes sindicales importantes como José González Navarro y Juan José Delpino, pero la mayoría del Buró Sindical, liderada por Augusto Malavé Villalba, Francisco Olivo, Pedro Bernardo Pérez Salinas, Juan Herrera, Humberto Hernández y Martín Correa, tenía una posición distinta.

La Comisión de Legislación Electoral y Registro y Control de Partidos, de la cual  eran integrantes juristas tan relevantes como Allan R. Brewer Carías y Arminio Borjas, analizó los recaudos atinentes a la determinación de a quiénes correspondía la representación de Acción Democrática, y decidió por unanimidad recomendar al Consejo Supremo Electoral atribuírsela al CEN presidido por Antonio Léidenz, por considerar que  sus miembros, “a los efectos de las relaciones entre el Consejo Supremo Electoral y el Partido Acción Democrática en relación a las Leyes que lo rigen, deben tenerse como autoridades legítimas del Comité Ejecutivo Nacional del partido Acción Democrática”. Así consta en documento de fecha 15 de noviembre de 1967, publicado el día siguiente en El Nacional y otros medios de comunicación.  

El desenlace de la crisis se consumó con la tercera división del partido, el 10 de diciembre de 1967, cuando los adherentes a que fuese Luis Beltrán Prieto Figueroa el candidato, realizaron una Convención y forman una nueva organización política con el nombre de Movimiento Electoral del Pueblo (MEP). En el mes de enero de 1968, ese nuevo partido proclamó la candidatura de Prieto, a la cual se sumó en el curso del año el PRIN (Partido Revolucionario de Integración Nacional) presidido por Raúl Ramos Giménez.

La  crisis y división de Acción Democrática motivó que el ex-presidente Betancourt efectuara su primer regreso a Venezuela el 7 de febrero de 1968, después de cuatro años de ausencia, para participar en la Convención Nacional de Acción Democrática que tuvo lugar en ese mismo mes de febrero de 1968. Cito de nuevo a Rigoberto Henríquez Vera, quien, al comentar el discurso que pronunció el fundador del partico en ese evento, dice: “Al abordar el tema de la sucesión presidencial, fue muy prudente en lo relativo al candidato del partido, sin haber manifestado preferencia alguna por los nombres de los aspirantes que iban a ser posteriormente nominados por el partido, entre quienes figuraban Gonzalo Barrios, Reinaldo Leandro Mora, Carlos Andrés Pérez, Luis Augusto Dubuc, Eligio Anzola Anzola y Leopoldo Sucre Figarella. Betancourt, privadamente se mostró partidario de que algunos precandidatos declinaran sus aspiraciones de modo de facilitar la escogencia de Gonzalo Barrios, lo cual hicieron Carlos Andrés Pérez, Leandro Mora y Sucre Figarella, no así Dubuc y Anzola, quienes mantuvieron sus candidaturas hasta el final.” (5). La Convención proclamó a GonzaLo Barrios como el candidato presidencial de Acción Democrática; y eligió a Carlos Andrés Pérez com Secretario General del partido.

Después de un largo proceso de negociaciones, URD, el FND y el FDP, acuerdan lanzar la candidatura presidencial de Miguel Angel Burelli Rivas, formando lo que se llamó el Frente de la Victoria.

El cuadro electoral se completó con las candidaturas presidenciales, prácticamente testimoniales, de Alejandro Hernández y Germán Borregales.

Desde Berna, Rómulo Betancourt regresó al país en el mes de noviembre para participar en la campaña electoral,  que fue clausurada en Caracas, en la Plaza de El Silencio, con una gigantesca concentración popular en la que hablaron Gonzalo Barrios, el candidato, y el líder fundador de Acción Democrática, quien repitió la famosa frase “Adeco es adeco hasta que se muere”.

El 1° de diciembre, como estaba previsto, se realizaron las elecciones, normalmente. El Nacional del día siguiente, 2 de diciembre, tituló en primera página “Caldera y Barrios disputan el primer lugar”. Pasaban los días, en un país tenso y ansioso de conocer los resultados electorales. Recuerdo que Betancourt pidió una reunión del CEN, que se efectuó en la casa de un primo suyo, Arturo Tovar, en la urbanización Las Mercedes, para manifestarnos su preocupación y la inconveniencia de que pasara el tiempo sin que se supiera el definitivo resultado comicial, y recomendaba que el CSE debía enviar aviones para que trajeran las actas electorales desde las zonas lejanas del interior por cuyos votos todavía se esperaba. Por fin, el 9 de diciembre se conocieron los resultados oficiales totales por candidatos presidenciales y por partidos. Caldera ganó, obtuvo 1.082.941 sufragios, y Barrios 1.051.870. Apenas, 31.071 votos de diferencia. Fue el corolario de la recién sufrida división partidista; es indudable que AD se derrotó a sí misma, ya que de los 719.733 votos obtenidos por Prieto, un alto porcentaje eran votos estrictamente adecos. Para los cuerpos deliberantes, AD obtuvo la mayor votación, 939.759 sufragios, frente a los 883.814 que obtuvo Copei. El CSE proclamó a Caldera como Presidente Electo el 11 de diciembre, y declaró: “Seré el Presidente de la paz, bienestar y prosperidad y gobernaré sin exclusivismos”. Ese mismo día declaró Gonzalo Barrios: “Somos unos derrotados contentos, sin odios ni rencores”. Dice Ramón J. Velásquez que “para Betancourt la pérdida de la Presidencia de la República para su partido no constituía una catástrofe, sino un episodio normal y corriente en la vida de la democracia y en cambio consideraba que el trance que iba a confrontar Acción Democrática en los próximos cinco años serviría para revisar métodos, analizar errores y recuperar el espíritu de mística y combate que se había ido perdiendo en diez años de predominio absoluto” (6).

El análisis continuará la próxima semana.

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Notas

1-Rómulo Betancourt. La Revolución Democrática en Venezuela 1959-1964. Tomo IV. Caracas/1968. Pág. 370.

2-Rómulo Betancourt. Obra citada. Pág. 412-413.

3-Sanín (Alfredo Tarre Murzi). Rómulo. Vadell Hnos. Editores. 1ª edición: noviembre 1984. Pág. 400.

4-Rigoberto Henríquez Vera. De la Tiranía a la Democracia, memorias. Ediciones Centauro 89. Caracas/Venezuela. Volumen II. Pág. 231.

5-Rigoberto Henríquez Vera. Obra citada. Pág. 235-236.

6-Ramón J. Velásquez en “BETANCOURT en la historia de Venezuela del siglo XX”. Ediciones Centauro. Caracas/Venezuela. 1980. Pág. 114.

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 ¿ POR QUE HABLA TAN ALTO EL ESPAÑOL?

 

                JEAN MANINAT


Se preguntaba León Felipe en su exilio mexicano luego del colapso de la República española tras una cruenta guerra civil que aventó por el mundo a miles de españoles. Suturar la heridas tomó años y el país tuvo que pasar por el quirófano de la dictadura franquista que pretendió acallar e imponer una sociedad de incienso y paños negros. El dictador murió en su cama, y la sociedad se volcó al destape más espectacular y alegre del siglo pasado europeo. 

Asistimos maravillados, entonces, a un proceso de transición único que desató una capacidad para encontrar espacios comunes de entendimiento entre sectores que hasta hace nada desconfiaban a rabiar los unos de los otros. Política, relaciones laborales, economía, artes plásticas, literatura, música, cine, periodismo, moda y hasta la parla de la calle se transformaron para marcar el ritmo y ser referentes de la modernidad europea. (Incluso el tradicional y proteccionista flamenco abrió sus oídos, gargantas, guitarras, palmas y taconeos a nuevas influencias).

Como llevada por un cauce, la sociedad se fue “normalizando”, pese a que los espectros del ayer pujaban subrepticiamente por recobrar los espacios perdidos a través de una violencia política cada vez más aislada. En las capillas de derecha e izquierda se prendían cirios y clavaban agujas en muñecos de trapo. A pesar de las murmuraciones y acechos, la democracia y la apertura de la sociedad terminaron imponiéndose sobre quienes anhelaban un pasado oscurantista o deseaban un presente cruelmente revanchista. Ambos extremos fueron rechazados por los anticuerpos democráticos recién desarrollados socialmente.

La elección a la Asamblea de Madrid ha traído ruidos de crispación y polarización política que se pensaba estaban desterrados por décadas de democracia. Sin querer queriendo se ha dejado colar un discurso (relato se dice ahora) de Ellos vs. Nosotros, de enfrentamiento entre bloques antagónicos, que presta un flaco favor a la confianza en la democracia. (Según una reciente encuesta de Eurobarómetro, 90% de los españoles desconfía de los partidos políticos. ¡Todos los partidos políticos!).

Transitar unas elecciones de carácter local -aún siendo Madrid- en medio de arrebatos de incontinencia verbal, como si se tratara una batalla definitiva entre dos bandos que marcaría el destino del país para siempre (como si de la caída del Frente de Madrid se tratase) supone un retroceso lamentable para España y Europa. La prédica de los extremos ha cobrado auge, (remember Trump) y debería darnos la certeza de que ningún país está a salvo de su maligna influencia. Menos aún ante los evidentes efectos de la terrible pandemia que no termina de marcharse. 

No estaría mal bajarle dos al volumen de las imprecaciones mutuas: fascistas, comunistas, casta. León Felipe respondió a su propia pregunta: “Sin embargo, el español no habla alto... el español habla desde el nivel exacto del hombre”. Ojalá y también se escuchen en Madrid.



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REFLEXIONES ACERCA DE JOSE GREGORIO 


                 Dr Walter Boza 


Hoy , cuando la jerarquía de la Iglesia Católica beatifica a nuestro José Gregorio Hernández , un poco tardíamente para mi gusto , se arremolinan en mi pensamiento recuerdos , reflexiones y convicciones que siento que debo compartir.

El colega Hernandez , es decir el venerable José Gregorio , ahora el beato , desde mi infancia tuvo un impacto en mi vida ; vivíamos mi madre y yo en la casa de los abuelos en la parroquia la Pastora , ya que mi padre estaba preso por la dictadura de Perez Jimenez y tuvimos que recalar en la vieja casa de la Pastora en donde mi abuelo , el Dr Francisco Mercado, farmacéutico de profesión, pero poeta y músico , me enseñó a comprender , desde los 7 años , a su amigo el Dr José Gregorio Hernández , quien no sólo era médico de los pobres , sino también de los ricos , era médico de todos ; recuerdo , revisando la biblioteca de mi abuelo , haber encontrado varios recipes del Dr Hernández . Mi abuelo lo describía cómo un gran médico, cómo un gran hombre , sentía una inocultable admiración por su amigo , de quien me contó anécdotas en donde , en todas, expresaba la humildad , la entrega , la dedicación plena a sus pacientes , el gran sentido de compromiso con su prójimo y su conducta siempre recta y noble y el bien que cotidianamente hacia, no sólo cómo médico, sino cómo ser humano .

Lejos de él estaba la ambición que hace a los políticos hábiles o la avaricia que aumenta obscenamente las riquezas , lejos de el estaba la ostentación y el boato , la promoción personal o la adulación ; muy distante estaba de la hipocresía y el acomodo personal , era . si , el médico de todos , pero con especial preferencia hacia los pobres , hacia los que nada tenían sólo la gratitud y la bondad.

Ponía toda su fe y sus conocimientos científicos al servicio de la gente , del prójimo de no ser complaciente con las injusticias . Su vida tuvo un propósito y fue el de ayudar a los otros, de poner toda su sapiencia y sentimientos a favor de los pobres , su conducta siempre fue recta y fue un ejemplo de enfrentar a las tentaciones y vencerlas ; pregonó y practicó el amor cómo modo de vivir y rechazó el odio y la retaliación  ; predicó y ejerció el perdón cómo modo de existencia.

Hoy , día de su beatificación , que perdure en nosotros su ejemplo vital, mucho más allá de “ los favores recibidos “  , mucho más allá de los milagros, que los hizo , lo que simboliza José Gregorio, es el amor , una vida toda entregada a la bondad , a la curación de las heridas del cuerpo y del alma , a darle esperanza no sólo a sus pacientes, sino a todo aquel que se tropezara en su vida .

Si el colega Hernandez , cómo bien le decía en tono fervoroso, un viejo profesor de psiquiatría , estuviera viviendo hoy entre nosotros , para mí sigue viviendo , no se espantaría demasiado porque vivió la dictadura Gomecista  y supo lo que eso significaba , pero sin duda se indignaría al extremo al saber del pésimo manejo de la pandemia y de lo grave y criminal que está sucediendo con las vacunas , pero su indignación llegaría al clímax al observar la degradación moral de Venezuela y comprender que está herida de muerte .

Que a partir de este acto simbólico de hoy , porque para la mayoría de los Venezolanos, el colega Hernandez es santo desde hace mucho tiempo , levantemos el espíritu de nuestro santo , seamos cómo él , todos juntos en su nombre luchemos para curar a Venezuela .

Me siento sumamente orgulloso de ser colega de ese Venezolano especial, qué dejó la contemplación por la acción y que a partir de hoy , a corto plazo , formemos parte del ejército de médicos y pacientes, juntos , curemos y salvemos a nuestra amada Venezuela.


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 BIDEN, PICON SALAS Y NUESTRO HEMISFERIO


            EMILIO NOUEL V. 


Más allá de las diferencias innegables entre los países que conforman nuestro enorme territorio continental, se impone verlo en su conjunto. El enfoque de los asuntos que nos conciernen, por tanto, debe ser hemisférico, con aun más razón, en los tiempos de intensa interdependencia global que vivimos.  

En tal sentido, no hay que seguir sumergiéndose en esa absurda e inútil postura de unas “Américas desavenidas” en permanente conflicto, a pesar de los desencuentros e incomprensiones históricos, algunos muy amargos y condenables, sin duda.

Lo que queda muy claro es que quedarnos en los agravios y resentimientos históricos en nada nos ayudaran para avanzar hacia un mejor futuro, que será de mayor acercamiento, cooperación e integración entre nuestras naciones.

En momentos en que algunos critican al gobierno norteamericano por carecer supuestamente de una política de cara a América Latina, en días pasados, el presidente Joe Biden hizo una declaración importante que no debería pasar por debajo de la mesa. “Proclamación del Dia Panamericano”, se titulaba.

Al recordar la primera reunión que se celebró hace 131 años de la Unión Interamericana, reafirmó “la fuerza de nuestra comunidad regional”, celebró los principios democráticos que nos unen y expresó su disposición a trabajar conjuntamente para superar los desafíos comunes.  “Los grandes desafíos que enfrentamos hoy no están confinados a nuestras fronteras nacionales particulares”, señaló certeramente.

Y mencionó de manera especial la crisis humanitaria y migratoria de Venezuela y la violencia en CentroAmérica.

Para Biden, está en el interés nacional de seguridad de EE.UU, un hemisferio económicamente próspero y democrático, lo cual se obtendrá unidos bajo un liderazgo democrático apegado al Estado de derecho.

Al leer tal proclama, me vino a la mente un gran venezolano que sobre las relaciones con EE.UU escribió, a mediados del siglo XX, también muy acertadamente, similares ideas. Me refiero a Mariano Picón Salas.

Critico de aquel país, abogó, sin embargo, por la confluencia de las “dos Américas”. Decía que ambas compartieron y siguen compartiendo valores políticos y culturales fundamentales, sin olvidar la vecindad y una historia común.

No hace falta recordar que don Mariano, intelectual americanista y universal, es uno de los pensadores profundos del hemisferio. Fue político también, cercano a la socialdemocracia. Es uno de esos que llamaba Antonio Gramsci, “intelectuales orgánicos”, aunque no fue un militante, un hombre de acción.

El fenómeno de la interdependencia mundial, lo que llamamos hoy globalización, no se le escapó a esta mente privilegiada. A comienzos de los años cuarenta del siglo pasado, escribió que aquella “está haciendo caducas muchas de las fronteras que cerrara el pretérito, hemos llegado a un momento de la Historia en que, efectivamente, nada de lo que atañe al hombre, nada de lo que él piensa y realiza, puede sernos ajeno.”

Para Picón Salas, el final de la Segunda Guerra Mundial debía producir un cambio profundo de la política. Y esto, en lo económico, tendría que significar un “plan para el continente”. A los países latinoamericanos correspondería, según él, crear confederaciones: “seguramente llegaremos de una aislada economía de naciones a una economía hemisférica”. 

Sin embargo, a juicio de él, uno de los problemas de mayor tensión en la cultura americana era que en el área del continente dos familias de pueblos se veían como vecinos recelosos, y que a pesar de estar vinculados por el comercio y la contigüidad geográfica, tenían pocos deseos de comprenderse. 

Este desencuentro conducía a olvidar la misión común de América, “aquella teoría de la concordia y esperanza del Nuevo Mundo”, que acercó el pensamiento emancipador de las dos Américas y que hizo dialogar a Jefferson y Miranda.  El “arielismo” de Rodó, por tanto, no era una opción para Picón Salas, toda vez que aquel con su planteamiento irreconciliablemente antagónico entre las Américas -el supuesto espiritualismo latino versus el materialismo anglosajón- no ofrecía una solución.  

Para este venezolano, tanto en el Norte como en el Sur del continente, se habrían frustrado y desviado en demasía la ideología y el legado moral de los founding fathers. La misión común de los países americanos plantearía  la necesidad de recuperar “la voluntad totalizadora” y desechar los prejuicios y la “incapacidad de elevarnos sobre las ruinas y convenciones de la propia tribu”. Apoyó la idea de que era posible el intercambio y la complementación con la América anglosajonaInsistirá: “En ese campo de la comprensión ecuánime es no sólo posible, sino urgente, que las dos porciones de América se aproximen y colaboren en una justa organización del mundo; que el desarrollo técnico de los Estados Unidos y la riqueza potencial de Hispanoamérica participen en la empresa de un orden continental más próspero y permanente.”

Mariano Picón Salas y Joe Biden. Dos tiempos. Dos orígenes culturales. Uno hispanoamericano, el otro angloamericano. Sin embargo, convergentes en una misma visión sobre lo que deberían ser las relaciones hemisféricas, que no siempre fueron armónicas, y más bien marcadas, por la desconfianza y el resentimiento.

Por cierto, el campeón de la democracia que fue Rómulo Betancourt, amigo cercano de Don Mariano, respecto de las relaciones con Norteamérica, tenía también los pies sobre la tierra. Frente al “gigante de la familia”, decía, cordialidad sin sumisión, firmeza sin desplantes. Sabias palabras, de vigencia presente, sin duda.

Ojalá y los tiempos por venir nos traigan más cooperación e integración a nuestro hemisferio. Lo necesitamos con urgencia. Sobre todo, cuando en su mensaje de los 100 días, Biden dice que Estamos en competencia con China y otros países para ganar el siglo XXI”, y ya conocemos las andanzas de los chinos por esta comarca.


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jueves, 29 de abril de 2021

SOLIDARIDAD, REPRESIÓN Y DELITO

 


          Luis Ugalde sj

 Tenía ya escrito mi artículo de esta semana cuando de noche, y sin preaviso, el Ejecutivo tomó una “Providencia” para controlar y poder criminalizar a las organizaciones sociales de solidaridad humanitaria cuando más falta hacen en esta grave emergencia nacional. El régimen, fracasado en sus obligaciones más básicas de gobernanza, se aferra al control y a la represión. El Arzobispado de Caracas ante la gravísima situación del país creó hace un par de años el Centro Arquidiocesano Monseñor Arias Blanco enfocado en la crisis englobante que vive el país. Su director es el P. Alfredo Infante S.J., párroco de la parte alta de La Vega y hasta hace poco director de la revista SIC, una persona con los pies en la tierra, el corazón con la gente y la cabeza buscando soluciones. Alfredo, semanalmente, en Signos de los Tiempos señala algunos de los problemas más graves, acompañado de reflexiones y orientaciones basadas en el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia. Esta semana prendió las alarmas sobre esta “Providencia”, imposición violadora de la Constitución. Centenares de asociaciones sociales activas de solidaridad nacional e internacional han levantado su voz, e instituciones como la Academia Nacional de Ciencias Políticas y Sociales están alarmadas. Ante la grave emergencia me tomo la libertad de reproducir textualmente los puntos centrales del escrito de Alfredo Infante, dejando de lado lo que no cabe en este espacio limitado. “ORGANIZARSE ES UN DERECHO, NO UN CRIMEN” “Durante la pandemia de la ‘gripe española’, que azotó al mundo y a nuestro país en el siglo XX (1918 y 1919), Venezuela vivía bajo la dictadura de Juan Vicente Gómez, quien pese a su férreo control sobre la población, permitió que desde un sector clave de la sociedad civil - como lo era para entonces la novel Academia de Medicina- se organizara la ‘Junta de Socorro Nacional’, coordinada desde Caracas y con sede en algunas regiones del país, para afrontar la enfermedad y la crisis humanitaria resultado de la misma (…)”. “Para entonces, nuestro beato José Gregorio Hernández, uno de los fundadores de la Academia, recién llegado de sus estudios de posgrado en Estados Unidos y España, se integró a la Junta de Socorro Nacional, conformada por el arzobispo Felipe Rincón González y los médicos Vicente Lecuna Torres, Santiago Vegas, Antonio Rísquez, entre otros, y coordinada por el Dr. Luis Razetti, todos miembros de la Academia Nacional de Medicina. La junta de Socorro tuvo como misión coordinar la respuesta ante la pandemia y educar a  la población…montó una estrategia de Información, Formación ciudadana, y organizó el sistema de salud para afrontar institucionalmente la pandemia”. “A propósito de esta anécdota histórica, hace unos meses leí un tuit de Laureano Márquez, quien con su lúcido sentido del humor comparaba aquel momento con nuestra actualidad. Como no tengo a mano el contenido exacto de aquel mensaje, parafraseo lo que dijo: “en aquel momento fue Luis Razetti, José Gregorio Hernández, la Academia de Medicina. Hoy son los hermanos Rodríguez y el presidente Maduro los que coordinan las políticas de salud ante la pandemia del Coronavirus”. Tamaño contraste que pone en evidencia el desamparo en que se encuentra hoy el pueblo venezolano”. “Este hecho es revelador de un ejercicio antidemocrático de la política que busca controlar todas las dimensiones de la vida, rayando en la incompetencia y sacrificando vidas humanas a contravía de la Constitución. Así lo plantea el documento Rescatemos el derecho a vivir en democracia: decálogo para la acción, hoja de ruta que presentó la UCAB junto a Provea y Espacio Público para orientar a la ciudadanía en la defensa del Estado de derecho y la recuperación de las condiciones de vida. El tercero de sus 10 principios, titulado ‘Hay oportunidades para la libre formación de la opinión pública’, subraya lo siguiente, citando nuestra Carta Magna: ‘Las organizaciones no gubernamentales, los sindicatos y las distintas modalidades asociativas del ámbito empresarial, económico, cultural y religioso son igualmente indispensables para la preservación de la democracia (arts. 52, 59, 95 y 112 CRBV’ a lo que yo añadiría, para participar corresponsablemente ante los desafíos informativos, educativos y humanitarios en contextos como los que vivimos con la pandemia”. “Pero no es así. Más que facilitar la corresponsabilidad y la creación de iniciativas favorables a la vida, el Gobierno ha impuesto -y volvemos a citar el Decálogo- ‘prácticas que dificultan la creación de nuevas asociaciones o que ponen cortapisas a las actividades y al financiamiento de las ya existentes, en especial de organizaciones no gubernamentales’. Un ejemplo es la reciente "Providencia Administrativa No. 001-2021 para el Registro Unificado de Sujetos Obligados ante la Oficina Nacional Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo”(…) “En un comunicado difundido esta semana, más de 600 organizaciones denuncian que esta nueva normativa ‘coloca a las organizaciones de la sociedad civil bajo sospecha de terrorismo y restringe el acceso al registro para su legalidad’. Además, sostienen que la providencia administrativa criminaliza el derecho a organizarse, porque ‘crea un Registro Unificado de Sujetos Obligados ante la Oficina Nacional Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, adscrita al Ministerio de Interior, Justicia y Paz’.(…) “Los hechos muestran que la pandemia, más que abrir el Gobierno a la concertación para una respuesta más eficiente y eficaz ante la emergencia humanitaria y crear las condiciones  y reducir los daños, ha sido la ocasión para profundizar los mecanismos de control y restringir el derecho humano y constitucional a organizarse para hacer el bien y salvar vidas”, escribía el jesuita Alfredo Infante.

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Venezuela: la miseria roja


          Trino Márquez

 

En días recientes apareció en los medios de comunicación una información impactante, pero que no sorprendió a nadie que siga con cierto detenimiento el curso de la realidad nacional: Venezuela fue en 2020, por quinto año consecutivo, el país más miserable del mundo, de acuerdo con el Índice Anual de Miseria Hank (HAMI), elaborado por el equipo dirigido por el célebre economista Steve H. Hanke, de la Universidad Johns Hopkins.

         En esta oportunidad se estudiaron y compararon 156 naciones. En 2019, la investigación había comprendido  95 países; y en 2018, solo 62. Saquen la cuenta: el año pasado, Nicolás Maduro tenía  ocho años gobernando; en más de la mitad de ese lapso, Venezuela emergió como la nación más pobre de la Tierra. En 2020, fue la que tuvo la inflación más alta, con 3.713% (en un planeta donde ese fenómeno ha sido controlado por la casi totalidad de los países); una tasa de  desempleo de 50.3%; una caída del PIB per cápita de 30.9%. Estos son los tres indicadores más importantes que se consideran para construir el HAMI.

         El año 2021 no luce más prometedor. Los organismos internacionales proyectan un panorama igual de sombrío. El FMI calcula que Venezuela será la única economía del continente que no crecerá. La inflación de nuevo se montará en cuatro dígitos (el promedio en la región es de menos de uno); el desempleo se proyecta hasta 59.1%. Y el PIB global y per cápita seguirá contrayéndose. Será el séptimo año consecutivo que la economía se comprimirá. En diciembre tendremos un tamaño parecido al de hace setenta años, pero con una población seis veces mayor.

         Solo considerando los pocos indicadores mencionados, el régimen de Maduro tiene que ser calificado de catastrófico.  Ha colocado a Venezuela por debajo de Zimbabue, Sudán, Líbano, Surinam, Libia, Argentina, Irán, Angola y Madagascar, las otras naciones que completan el cuadro de las 10 peores. La diferencia reside en que Maduro no ha padecido guerras civiles, ni invasiones extranjeras, ni prolongadas sequías, ni conflictos armados con sus vecinos, como la mayoría de las naciones mencionadas. Eso sí, ha tenido un enemigo mucho más letal: su ineptitud, la telaraña ideológica que lo cubre a él y a sus ministros, y la corrupción, ese laberinto donde se extravían los recursos nacionales, que al final van a parar en los bolsillos de unos cuantos enchufados.

         Para tener un cuadro más completo de la miseria provocada por los rojos hay que añadir otros datos. El colapso de los servicios públicos, el estado del sistema sanitario y escolar, el acceso a internet -clave en las circunstancias actuales-, el deterioro de las vías de comunicación,  la escasez de gasolina, diesel y gasoil.

         El gobierno insiste en negar la realidad que registran los informes nacionales e internacionales. Habla de planes pintorescos y acusa a enemigos inexistentes. Por esta vía, solo cabe esperar que el declive sea mayor. Frente a los problemas económicos más acuciantes, la inflación y la extinción del bolívar, no tiene ni la menor idea de cómo combatirlos. El Banco Central no proporciona cifras oficiales desde 2016. Los cálculos sobre el comportamiento de los precios en el mercado interno, las exportaciones e importaciones, la producción petrolera, la producción industrial y agrícola, el desempleo y la informalidad, se realizan a partir de las exploraciones de diversas empresas privadas, observatorios organizados por iniciativas particulares e institutos universitarios que, en condiciones precarias, levantan y cotejan informaciones fragmentarias. A partir del ingenio y malabarismos, la sociedad ha ido armando el mapa de las estadísticas nacionales. El gobierno oculta, distorsiona o inventa las cifras. Con la fantasía han tenido que lidiar los organismos multilaterales. Entre muchas otras razones, este es otro de los motivos por los cuales el gobierno de Maduro resulta tan mal evaluado en el exterior.

         Frente a la pulverización del bolívar y el alza indetenible del dólar, el BCV se ha limitado a ver cuál es el promedio fijado por Monitor Dólar Venezuela (antes el marcador era Dólar Today), y realizar los ajustes para acercar o alejar el precio oficial de la divisa  a ese  promedio. El Banco Central perdió su autonomía hasta con respecto de los grupos privados que monitorean el curso de la moneda norteamericana. La directiva de ese adefesio en el cual la nación invierte millones de dólares anualmente, ni protege el valor interno y externo de la moneda, ni sirve para estabilizar los precios y controlar la inflación. De su ineptitud insondable no se han enterado los diputados de la Asamblea Nacional constituida en enero pasado. Ni una sola vez han interpelado a su presidente y a los miembros de su directorio. Estos son  amanuenses de Maduro.

         Con funcionarios y organismos como los que integran el gobierno y el Estado madurista, será imposible que Venezuela supere el umbral de la miseria en el que caímos hace casi una década.

         @trinomarquezc

              


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miércoles, 28 de abril de 2021

Consideraciones sobre la unidad de las fuerzas democráticas

           GONZALO GONZALEZ 


Es imperativo comenzar el artículo comentando dos asuntos de interés nacional que justifican las dos digresiones iniciales.

Estamos prácticamente en mayo, casi en la mitad de 2021, sin que se tenga información oficial sobre plan de vacunación alguno para combatir el covid -19. Situación que refuerza el criterio, ampliamente compartido, de que el régimen utiliza la pandemia  para apuntalar su esquema de dominación a despecho del derecho a la vida y a la salud de los venezolanos. Estamos absolutamente desprotegidos respecto del virus. De no cambiar drástica y rápidamente la actitud indolente y sectaria del gobierno chavista, la perspectiva apunta hacia una mortandad sin precedentes. Es necesario que el país nacional presione con fuerza para obligar al oficialismo a cambiar de actitud.

Aprovecho esta tribuna para  expresar mi contundente solidaridad con El Nacional; institución que es patrimonio cultural de la sociedad venezolana por su trayectoria, calidad, posicionamiento,  consecuencia y defensa de los valores y avances civilizatorios conquistados por la sociedad venezolana. Avances, por cierto, en proceso de remisión desde que el chavismo llegó al poder.

La principal carencia de las fuerzas democráticas, en su ya larga lucha contra el proyecto de dominación chavista ha sido, sin duda alguna, la incapacidad de construir una coalición unitaria sólida, coherente, sustentable. Incluso el más exitoso de los esfuerzos unitarios: la MUD, en la práctica comenzó a sucumbir apenas logrado su objetivo debido a las diferencias estratégicas y tácticas entre sus principales integrantes, así como por la primacía de los intereses grupales y personales.

Construir una coalición superadora de las limitaciones y carencias de sus antecesoras es hoy, más que nunca, una necesidad para el país y  las fuerzas democráticas, un requisito indispensable a cumplir para resistir con posibilidades de éxito al régimen y generar la masa crítica necesaria para sacarlo del poder.

Para lograr el objetivo arriba señalado es necesario cumplir con los siguientes requerimientos:

Los actores políticos democráticos tienen que, sinceramente, privilegiar los intereses generales de la unidad a los suyos (grupales o personales). Construir  confianza entre los interlocutores e integrantes de la coalición, generar sinergia y espíritu de cuerpo.

Entender que la acción política no agota ni se resume en lo electoral, incluso si lo que se busca es resolver la crisis mediante el voto de la ciudadanía.

Acordar un objetivo claro, movilizador, realista que interprete las ansias de cambio de la mayoría social.

Es clave hacer una acertada caracterización del régimen que se adversa, un diagnóstico realista del momento político, de la correlación de fuerzas, fortalezas y debilidades propias y del adversario.

La coalición debe ser la expresión unitaria de la mayor cantidad y diversidad de fuerzas que resisten al proyecto chavista. Privilegiando al respecto lo que se comparte sobre lo que se diverge, procurando que lo primero se preserve e incremente.

En cuanto a la estrategia lo conveniente es la resistencia pacífica  basada en  promover y auspiciar todo aquello que debilite a la dictadura, que resquebraje  la unidad del oficialismo, comprometa la gobernabilidad, facilite la  convergencia entre las aspiraciones de cambio  político y las demandas socio económicas de la población. Y la táctica, como parece recomendar una estrategia como la arriba recomendada, debe ser flexible acorde a circunstancias, escenarios y condiciones seguramente cambiantes.

Como el conflicto venezolano está internacionalizado es necesario trabajar intensa y coordinadamente con los aliados de la comunidad internacional democrática para que el tema venezolano siempre esté en la palestra y para que la presión internacional por el cambio en Venezuela sea consensuada, coordinada y en aumento por parte de los actores internacionales.

La coalición debe consensuar un relato, una narrativa sobre el conflicto venezolano  – asunto que ha sido otra de las carencias del campo democrático –. Y en consecuencia construir un aparato comunicacional eficaz y potente para difundir aquí y en el exterior nuestra política.

La coalición debe tener una dirección política fuerte y representativa, capaz de conducir en un entorno complicado debido a la condición dictatorial del régimen y todo lo que ello significa. Por tanto debe dotarse de reglas claras de funcionamiento que faciliten la toma de decisiones, fortalezcan la cohesión y disminuyan las fuerzas centrifugas presentes  en toda agrupación de fuerzas y sectores diferentes.

No pretendo con estas notas presentar una receta infalible, tampoco agotar el tema. Sí llamar la atención sobre la urgencia y pertinencia de la presencia activa de una unidad democrática renovada.


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 ANDRÉS STAMBOULI  




 Enrique Viloria Vera                             

                                          

 

Borges, el único, afirmaba que se sentía más orgulloso por los libros que había leído que por los que había escrito. En mi caso, puedo decir que siento particular orgullo de las realizaciones de aquellos que han formado parte de los equipos de trabajo que me ha tocado configurar y dirigir, como ha sido el caso del profesor Andrés Stambouli.

 

Con Andrés me unen lazos de genuina amistad y sincero afecto. Tuve el acierto, no por amigo sino por reconocimiento a sus méritos, de haberlo convencido para que formara parte del excelente equipo que creamos en la Universidad Metropolitana de Caracas durante mi gestión como Decano de Estudios de Postgrado.

 

En uno de los recientes actos de graduación de los egresados de los diferentes postgrados que ofrece la Unimet, el Prof. Stambouli escribió y pronunció un discurso llamado a hacer historia. Sólo a los efectos de despertar la curiosidad y el apetito mental (Padre Olaso dixit) de los lectores, me he permitido transcribir algunos párrafos de esa importante pieza del pensamiento académico venezolano contemporáneo:

 

·       “Desinteresarse de los asuntos públicos sólo le facilita su trabajo al autócrata amenazante, al charlatán que se hace pasar por profeta, o al demagogo calificado de carismático. Cuando el autócrata es demagogo y charlatán al mismo tiempo, el historiador que lo toma por un jefe carismático se equivoca. Mahatma Ghandi y Martin Luther King fueron personajes carismáticos del bien…otros lo fueron del mal absoluto…pero ni unos ni otros eran charlatanes o demagogos. No les facilitemos las cosas, a estos personajes en cualquier ámbito en el que estén. Y miren que no están solamente donde uno cree. No están monopolizados por ningún sector en particular. La activación y participación de la sociedad civil es el signo del tiempo actual para reclamar o proponer. Pero también es el tiempo del resurgimiento, en el mundo, del dogma, del fundamentalismo y de las autocracias. Interesarse por los asuntos públicos hoy es vital, es el primer paso para frenar al despotismo moderno”.

·       “De las primeras lecciones que un sociólogo debe transmitir a sus alumnos es la de que jamás ha existido, ni existirá, un régimen perfecto; ni político, ni social, ni empresarial o universitario. Buscar la perfección sólo conduce a los más nefastos, y frecuentemente criminales, de los despotismos. Buscar la excelencia es otra cosa, sin dejarse amedrentar por los epítetos y etiquetas, rescatando el valor de los conceptos. Así por ejemplo, resulta chocante a primera vista afirmar que el gobierno, la conducción de toda organización es siempre oligárquica: es que siempre gobiernan pocos, pero deben hacerlo  en nombre de todos y para todos, en consulta con todos y no de espaldas a muchos”.

·       “Gobernarse a si mismo, para que no nos gobiernen otros a su antojo, comienza por interesarse por lo público, informarse y, cuando las circunstancias lo requieren, expresarse y participar. Estos son tiempos de formidables cambios mundiales, impensables hace una década. En Asia, Europa, Norteamérica y en nuestra Latinoamérica se está demostrando, una vez más, que las sociedades humanas no marchan hacia donde la historia o el destino las conducen inevitablemente. No existe tal cosa como el porvenir; existe el por hacer. No nos preguntemos, como suelen hacerlo muchos, por lo que pasará o podrá pasar. Preguntémonos más bien por lo que queremos que pase y que hacer para alcanzarlo. Esta es la diferencia fundamental entre la actitud pasiva y la activa”.

·       “Se dice que un teólogo formula respuestas que ni pueden ni deben ser cuestionadas; el filósofo, en cambio, más bien se dedica a formular preguntas que no pueden ser respondidas, o que en todo caso no admiten respuestas únicas. Claro que los universitarios tenemos respuestas, pero siempre admiten discusión, incluso aquellas de las ciencias más exactas. Pero nos distinguimos por la calidad de las preguntas que formulamos, más que por las respuestas que proporcionamos”.

·       “La modernidad también puede encerrar peligrosamente la irracionalidad y la sin razón. La modernidad mal entendida y peor practicada suele llevar al hombre y a las organizaciones a los mismos o peores resultados que la tradición, pero eso si, con procedimientos más complicados, más costosos y más empobrecedores del espíritu humano. La civilización científico tecnológica, la sociedad del conocimiento y sus herramientas, las tecnologías de la información y comunicación, son sólo eso, herramientas. Los sistemas los concibe el hombre para que sean sus servidores y no para someterlo. El sistema al servicio del hombre y no al revés”.

·       “También es el tiempo de la preocupación y la inversión en la hoy llamada Responsabilidad Social Empresarial. Pero, ¿en verdad se cree en ella y se la practica? ¿Existe un interés real por la responsabilidad social? Es indudable que el conocimiento y las tecnologías contribuyen a producir más, a vender más y a consumir más, más de lo que sea. Pero ello ocurre a menudo y en buena medida en detrimento de la calidad de vida social e individual, vulnerando el principio ético que fundamenta la responsabilidad social”.

 

Buenas y certeras son las reflexiones de Andrés Stambouli, de ese académico integral que tiene el ojo puesto tanto en las ideas como en la realidad. Permítansenos estas líneas de personal orgullo, o como en buen mexicano se diría: “¡Andrés ya te presumí con mis lectores! 


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domingo, 25 de abril de 2021

 HAMBRE SEXAGENARIA

           RAMON PEÑA


En Cuba, la sagrada escritura comunista sentencia que el pueblo debe defender la revolución, aun al precio de quedar condenado a la infinitud de la miseria, principio que ha corroborado el VIII Congreso del Partido Comunista Cubano, con su mandato de preservar la ideología que ha sustentado su poder omnímodo durante seis décadas. Para asegurar su perdurabilidad y vigilancia, la gerontocracia saliente, encabezada por Raúl Castro y Ramiro Valdés, fundador del siniestro G2 y mejor conocido por su apodo sanguinolento, han armado celosamente un estado mayor, en apoyo al presidente Miguel Díaz-Canel, cuya fortaleza estratégica es la contra inteligencia, a conciencia de la marea de desespero y rebelión latente en la inmensa mayoría de los cubanos, que crece y se manifiesta cada día.

Las expectativas que existían de reformas o aperturas en ese congreso ante la tragedia social y la muerte por hambre agravada por la pandemia, fueron descartadas al aplicarse el primer mandamiento de la revolución: lo que es bueno para el Partido Comunista es bueno para Cuba.

El hambre campea en todo el territorio con mayor rigor que cuando desapareció la mesada soviética en 1990. Con el arribo del chavismo al poder, el castrismo parasitario contó durante casi tres lustros con nuestra vigorosa chequera de petrodólares. Pero la ruina de la Venezuela socialista ha dado origen a un nuevo “periodo especial”, en el que, a decir del propio primer ministro cubano, “la hambruna está al doblar de la esquina en toda la isla”. Hoy, conseguir un kilo de arroz es una transacción de mercado negro y no hay miramiento por alimentos en regular o mal estado, declaran madres cubanas…

En la competencia socialista por sembrar hambre no se rezaga nuestra banda gobernante: la Encuesta del Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición, publicada este 23 de abril, revela que solo 9% de los hogares venezolanos gozan de seguridad alimentaria.

 


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EL CAMARADA STALIN EN LA CALLE DE ALCALA

       KARL KRISPIN

EL NACIONAL

Reabierto el Colegio Humboldt en los años cincuenta en su actual sede al pie del Ávila, un empleado alemán con precarios conocimientos del idioma castellano se encontró con que unos vándalos habían pintado una esvástica en una pared aledaña a la institución. Buscó pintura para cubrirla, pero al momento de querer hacerlo tuvo la mala suerte de que una patrulla de la policía lo vio con la brocha en la mano, y como no podía hacerse entender, se lo llevaron detenido creyéndolo el autor de la fechoría. En la República Federal de Alemania, que ha admitido como ninguna otra nación en el mundo los desmanes cometidos por su Estado, cualquier defensa o revisionismo de esa época vil, equivale a una condena de prisión. Hace unos años un embajador alemán en Venezuela fue personalmente a la casa de unos descendientes de alemanes perseguidos durante el nazismo por su condición de judíos, para entregarle los pasaportes que le acreditaban su ciudadanía y para pedirles perdón en nombre del pueblo alemán. Así debe ser la lucha contra los totalitarismos: sin tregua y con los textos frescos de la historia para nunca olvidar. La ventaja de estudiar recurrentemente los hechos del pasado nos lleva a contar con un inventario didáctico para ir contemplando lo que de ruin y luminoso tuvo lo que nos ha precedido y sacar conclusiones aleccionadoras para el presente. A nadie, como no sea un neo punk de las tribus nihilistas, se le ocurre exaltar la simbología fascista, pero cualquier globalizado puede llegar a una elegante tienda de objetos de diseño en Londres o Nueva York, y adquirir un póster del camarada Mao aleccionando a sus esclavos en la época de su Gran Salto Adelante cuando mató de hambre a millones de seres humanos. También este turista accidental por los recovecos de la izquierda no tendrá restricción alguna en hacerse de una foto enmarcada del sátrapa Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, para ponerla en el centro de su casa y que combine con un bouquet de flores, y la memorabilia marxista le garantizará adquirir un tapiz azerbaiyano del padrecito Stalin iluminado con la aureola laica del catecismo colectivista, o el de una bucólica escena de una granja en Ucrania con los segadores de trigo, eternizados por el realismo socialista. Sin mencionar a todo el ñangarismo que exhibe a Ernesto Guevara en una franela, o que todavía hiperventila hablando de Fidel con una vibrante excitación entre lo sexual y religioso.

Stalin, uno de los grandes genocidas de la historia

En una entrevista reciente a un poeta del patio, señalaba que “esto era lo más parecido al fascismo que hemos vivido”. Y es que los que no han dejado de ser de izquierda, o de una izquierda de clóset, nunca van a encarar el profundo fracaso del socialismo y el modo como tritura la libertad. La izquierda en todas sus salsas, hasta el inofensivo ragú socialdemócrata, se anda con esos pruritos donde prefiere arremeter con el viejo y decolorado carné del partido del pueblo, buscando y señalando fascistas, a acusar a sus ídolos originales con pies de barro. Todos por igual salivan de emoción al bajar el pulgar frente a la arremetida de esa invención publicitaria que llaman “neoliberalismo”. Simplemente, el estatismo sigue vivito y coleando, con su inmenso temor a que se desborde la libertad. Stalin y Mao han sido los más grandes genocidas de la historia y sigue siendo despreciable el celestinazgo con estos personajes que merecen campañas mundiales para erradicar la sombra que todavía proyectan sobre sus sociedades que no han sido capaces de arrancarlos del alma colectiva. El mismo Lenin fue un homicida a quien no le importó que luego del atentado en su contra en 1918, sus checas ejecutaran a más de 2.700 personas en Moscú en aplicación del «terror masivo y despiadado contra todos los enemigos de la revolución», siguiendo los métodos de la investigación bolchevique de un balazo en medio de la cabeza. Basta citar una frase del propio Vladimir Ulianov de 1918: «Mientras no usemos el terror contra los especuladores, matándolos en el acto, nada sucederá», lo cual se extiende a todos los enemigos del pueblo. Quien aleccionó a Stalin, no fue otro que Lenin, pero en honor al padrecito hay que decir que lo superó en secuestros, torturas, asesinatos, purgas, deportaciones, y creación de hambrunas selectivas como la que aplicó con Ucrania, el espantoso Holomodor que promovió hasta el canibalismo. Trotsky fue otro matarife que utilizó la Guardia Roja para ejecutar a todo disidente. El comisario de la revolución permanente que terminó pioleteado en Coyoacán por un enviado de su antiguo camarada Stalin, era partidario de diezmar las unidades rebeldes en el Ejército Rojo, así como de acabar con la vida de los contrarrevolucionarios y sus familias. Por eso resulta cuando menos paradójico que estos personajes sigan con una vida intelectual sostenidos por aquellos que reescriben sus biografías para las nuevas aplicaciones del socialismo. De hecho, cuando la Conferencia Episcopal Venezolana preguntó con extrañeza qué era aquello del socialismo del siglo XXI, el entonces presidente de Venezuela les recomendó leer a Marx, a Lenin, a Trotski.

A veces hay que preguntarse si los pueblos aprenden y si las lecciones del pasado pueden servir de algo, o si se escarmienta en cabeza ajena. Allí está el preocupante caso del balotaje peruano donde el senderista Pedro Castillo, inspirado por las máximas de José Carlos Mariátegui y sus “luminarias trincheras de combate” viene enseñoreándose en las encuestas de voto. Hace escasos días, el 14 de abril, desfilaron por las calles de Madrid, gigantescos retratos de Marx, de Engels, de Lenin y de Stalin. La marcha convocada por el partido Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista) y Frente Obrero, entonó el himno de la Internacional Comunista y airearon la bandera roja de la hoz y el martillo. No fue Unidas Podemos, pero sí un pariente carnal. El coletas tiene su método, más astuto y prudente, pero que se dirige a lo mismo. El franquiciado en España, Pablo Iglesias, ha pontificado y exaltado en repetidas ocasiones acerca de la genialidad de Lenin, al tiempo que nunca ha ocultado su filiación totalitaria. En 2017, junto al exvicepresidente de Evo, Álvaro García Linera, declaró que: «El genio bolchevique es el mejor legado de la Revolución para trabajar en favor de los de abajo». Ese día procuró otras frases para la agenda revolucionaria: «No solo son capaces de alentar una insurrección. Además, son capaces de producir orden. Esto tiene muchísimas expresiones históricas, de esa capacidad de lectura de las puertas que abre la historia. El genio bolchevique es esa llave que abre puertas que parecían cerradas». De modo que Vladimir y su aventajado sucesor. Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin, son parte del manojo que cuelga en el llavero de este apparatchik de la violencia. Los partidarios de Iglesias demostraron lujosamente esta violencia en los sucesos recientes de Vallecas. Este estalinista de uña en el rabo quiere hacerse de la presidencia de la Comunidad de Madrid. Si los madrileños se lo permiten, será la primera estación de metástasis en su escalada de destrucción que no se detendrá. No hay que subestimarlo porque los socialistas saben esperar, han hecho de la paciencia con el tiempo su mejor destreza, para la hora en que llegue la oportunidad de dinamitar completamente las estructuras sociales. Dos mujeres extraordinarias y ejemplares sabrán atajarlo en el presente y en el futuro. Para las calendas de hoy, la valiente, decidida y eficiente Isabel Díaz Ayuso está de pie para que el 4 de mayo no permita que el pudridero se apropie de la Villa de Madrid. La segunda, a quien estoy seguro de que el porvenir le tiene asegurado un inmejorable destino, es la activista de mayores condiciones políticas e intelectuales que tiene España, Cayetana Álvarez de Toledo. Además de ostentar un doctorado en historia por la Universidad de Oxford, (alumna y tutorada del hispanista sir John H. Elliot), hacía tiempo que no aparecía en el mundo de los partidos españoles alguien con la claridad, la formación y las ideas que sostiene. Leer cualquiera de sus artículos es deleitarse con alguien que no es una simple articulista, sino una ensayista de frases contundentes, elegantes y tremendas, reclutadas de un conocimiento firme del acervo de la civilización, que sabe que la batalla para la supervivencia de los valores occidentales es inaplazable. Hay que implorar porque estas dirigentes, defensoras de la libertad y la economía de mercado, se hagan del PP, un partido dirigido por un niñato timorato y pusilánime que carece de estamina por sus narrativas indecisas. Entre Ayuso y Cayetana están las claves para derrotar a los enemigos de España y Occidente, que ahora desfilan con total desprecio por la historia, sobre la emblemática calle de Alcalá.


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