jueves, 31 de mayo de 2018

Los venezolanos merecen estatus de refugiados


Ricardo Hausmann y Julian Hinz

Prodavinci

CAMBRIDGE – Venezuela vuelve a estar en las noticias. A través de una perfidia sin precedentes, el presidente Nicolás Maduro se otorgó la victoria en las elecciones presidenciales que se realizaron el 20 de mayo. Dado que el abiertamente progobierno Consejo Nacional Electoral había eliminado de la lista a los tres principales partidos de oposición y descalificado a dos importantes líderes políticos, gran parte de la oposición boicoteó el proceso electoral. Los otros dos candidatos que participaron se negaron a reconocer el resultado, en vista de las muchas violaciones que habían ocurrido. Lo mismo hicieron Estados UnidosCanadá, la Unión Europeay la mayoría de los países latinoamericanos.
A pesar de los actos de intimidación oficiales –por ejemplo, se obligó a los votantes a identificarse en los stands del partido de gobierno bajo amenaza de ser removidos de los programas de asistencia social– la abstención alcanzó niveles récord. Sin bien nunca hubo dudas con respecto al resultado de las elecciones, el evento destruyó toda pretensión de legitimidad por parte de Maduro.
Entretanto, el catastrófico colapso económico de Venezuela continúa a un ritmo abismante. Durante el presente año, hasta abril los precios de los alimentos se habían multiplicado por 100, y solo en el último mes subieron más del 200%. El precio del dólar se ha multiplicado por más de 100 desde julio de 2017. De acuerdo al informe mensual de la OPEP, en el año que terminó en abril de 2018, la producción de petróleo disminuyó el 27% (lo que equivale a 520.000 barriles anuales). Su nivel actual es de 1,4 millones de bpd, dos millones de barriles diarios menos que en 1999, cuando asumió el poder Hugo Chávez, el antecesor y patrocinador de Maduro. El salario mínimo, recibido por el trabajador medio, solo alcanza para adquirir menos de 900 calorías al día, lo que es insuficiente para alimentar a una persona, y menos a una familia. CARITAS Venezuela, la entidad católica de caridad, proyecta que en el curso de este año 280.000 niños morirán de inanición.
Bajo estas condiciones, no es sorprendente que los venezolanos estén abandonando su país a un ritmo que no tiene precedentes en Las Américas. Hubo una época en que la gente salía en avión a destinos como Estados Unidos, España y Panamá, con la esperanza de encontrar un futuro mejor en el extranjero, pero hoy sale a pie, cruzando la frontera para entrar a Colombia o Brasil, o trata de llegar en barco a Aruba, Curaçao, y Trinidad y Tobago, impulsada nada más que por la desesperación.
Abundan las estimaciones sobre esta emigración. Colombia ha intentado poner algo de orden en el proceso, pidiéndoles que se registren a los venezolanos que han entrado legalmente al país. 203,000 lo hicieron el mes pasado, además de los 63.000 que se habían registrado el año anterior. Sin embargo, ¿cuántos no lo han hecho? El gobierno colombiano calcula que para fines de 2017 había alrededor de 550.000 venezolanos en su país. Y ¿cuántos habrán entrado desde entonces?
Es difícil medir la escala de este éxodo. Para hacerlo, hemos colaborado con Muhammed Yildirim de la Universidad de Koç, en Estambul, en la creación de un indicador de la emigración que emplea datos provenientes de Twitter. Esto es especialmente apropiado porque en 2016 más del 28% de los venezolanos tenían cuenta en esta plataforma, y porque ella nos permite identificar la ubicación actual de sus usuarios. Aun cuando ellos no constituyen una muestra aleatoria de la población, son bastante representativos puesto que su huella geográfica tiene una alta correlación con la de la población en general.
Empleando datos recopilados de Twitter Streaming API, que contiene una muestra aleatoria del 1% de los tuits del mundo, seguimos la pista de personas que tuitearon desde Venezuela entre febrero y abril de 2017, y luego examinamos desde dónde tuitearon entre febrero y abril de 2018. Tomamos en cuenta solo a quienes habían tuiteado desde Venezuela en el primer periodo y desde el exterior en el segundo. Restamos a quienes habían tuiteado solo desde el exterior en el primer periodo y solo desde Venezuela en el segundo. También controlamos por el hecho de que los migrantes tienden a tuitear menos que los demás, lo que hace más difícil encontrarlos dentro de la muestra del 1%. Nuestro cálculo de la emigración neta es que ella fue del 7,37% en los nueve meses que van desde abril de 2017 hasta febrero de 2018, lo que representa una tasa anualizada de emigración del 9,7%.
Dado que Venezuela tiene 30 millones de habitantes, esto significa 2,9 millones de personas al año. Todavía más, la presencia geográfica de estos emigrantes es diferente de la previa: el 24% está en Colombia, el 15% tanto en Chile como en Argentina, y cerca del 5% en cada uno de estos países: Estados Unidos, España, Perú y Ecuador. En vista de que la situación económica venezolana continúa su rápido deterioro, es razonable suponer que este masivo éxodo se va a acelerar.
A la comunidad internacional le ha resultado problemático decidir qué hacer con respecto a Venezuela. La Unión Europea y algunas fuerzas políticas dentro del país han pedido nuevas elecciones, pero realizar elecciones justas mientras Maduro esté en el poder es una contradicción total. Otros han abogado por una acción más contundente. Pero, mientras tanto, ¿en qué forma deberían los países abordar la emigración venezolana?
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha estado instando a los países a otorgar el estatus de refugiados a los venezolanos. La Declaración de Cartagena de 1984 incluso los compromete a ello. Sin embargo, los países de la región se han opuesto debido a que temen un alto número de refugiados y la repercusión que ellos podrían tener en los presupuestos nacionales. Para consternación de ACNUR, Trinidad y Tobago ha llegado a deportar refugiados venezolanos.
Es obvio que la comunidad internacional necesita tiempo para resolver la crisis política de Venezuela, pero ese es un tiempo que los venezolanos no tienen. Los países pueden excusarse con el hecho de que han buscado activamente una solución diplomática y que incluso han ofrecido asistencia humanitaria, solo para ser rechazados por el régimen de Maduro. No obstante, el derecho internacional y la moralidad básica obligan a los países a llamar las cosas por su verdadero nombre y a otorgar el estatus de refugiados a los venezolanos. Hacerlo no solo corregirá una situación injusta, sino que también entrañará beneficios a los países, pues podrán disponer de la energía y la creatividad de personas de bien, que solo anhelan vivir y trabajar de manera productiva y sin miedo.
***
Ricardo Hausmann, ex Ministro de Planificación de Venezuela y ex Economista Jefe del Banco Inter-Americano de Desarrollo, es Director del Center for International Development at Harvard University y profesor de economía del Harvard Kennedy School.
Copyright: Project Syndicate, 2017.
www.project-syndicate.org

Traducción de Ana María Velasco


Leer más...

miércoles, 30 de mayo de 2018

“Maduro puede ir preso”: Santiago Cantón tras presentar informe sobre delitos de lesa humanidad en Venezuela

“Nicolás Maduro puede ir preso por las violaciones de derechos humanos que cometió su régimen”, es la afirmación de Santiago Cantón, quien escuchó testimonios, leyó informes y cruzó información sobre la crisis en Venezuela durante meses, reseña LA NACIÓN.
Cantón fue uno de los expertos a los cuales el secretario General de la Organización de Estados Americanos ( OEA ), Luis Almagro, les encargó la elaboración de un informe para determinar si existían fundamentos para denunciar a Maduro y a sus colaboradores ante la Corte Penal Internacional de La Haya. El informe, presentado este martes, concluyó que si.
El delegado argentino enumera centenares de ejecuciones extrajudiciales y casos de torturas que van desde violaciones sexuales, desaparición forzada, y persecución política de transfondo. Estima que hay más de 20.000 víctimas, la peor crisis de derechos humanos de Venezuela.

“Y la crisis humanitaria que afecta a toda la población, y que el gobierno aprovecha políticamente porque le da comida a los de un lado, y no a los del otro”, afirma Cantón, en una entrevista con LA NACION.
-¿Cómo se comparan las violaciones en Venezuela con otras en la región?
-Es una situación sumamente grave. Una cosa que también identificamos en el informe es la ausencia absoluta de justicia de una manera obscena. Varios fiscales que se fueron del país nos dicen que recibieron llamados directamente desde la presidencia para poner preso a los alcaldes que metieron preso. La justicia es una herramienta 100% para meterte preso, torturarte, para todo. Es una diferencia muy importante. En Venezuela no existe nada que permita decir, bueno, va a haber justicia. No hay nada. Es un dato importante.

-¿Qué alcance tuvieron los crímenes?
-Estamos hablando de arriba de 20.000 personas. En magnitud, y en tiempo, creo que es la peor crisis en Venezuela. Uno se puede remontar al Caracazo, pero en cuanto al tiempo y al manejo político de eso, que yo recuerdo es la única.
-¿Cuál es la responsabilidad de Maduro?

-Nosotros mencionamos un grupo de 12 personas encabezado por Nicolás Maduro. La Corte Penal Internacional busca responsabilidad internacional. Hay personas presas por decisiones del tribual. Nosotros identificamos a Maduro, al vicepresidente, a varios vicepresidentes que pasaron, y a las fuerzas armadas, de seguridad y de inteligencia.
-¿Maduro puede ir preso?
-Si, si, completamente. Primero, hay una investigación preliminar. La fiscalía de la Corte tiene que decidir abrir un caso. Hay una investigación en este momento. El siguiente paso, es abrir un caso. Después empieza el proceso judicial, y ahí si te encuentran culpable, podés ir preso. Llaman a Interpol, y vas preso. Es difícil que eso pase hoy en día, pero puede pasar en algún momento. Uno tiene que pensar que esto es el ultimo recurso. La comunidad interamericana ha fracasado. Ha fracasado en su momento la OEA, no ahora, fracasó Unasur, fracasó Mercosur. No se hizo nada por evitar esto. Al pueblo venezolano lo acompañaron al cadalso en lugar de acompañarlo a resolver problemas. Estaban dando un paso a la destrucción de Venezuela en lugar de a la solución del problema. Fue responsabilidad clara de la comunidad interamericana que no supo resolver una crisis teniendo una carta democrática interamericana creada precisamente para este tipo de situaciones, luego de la crisis de Fujimori en Perú. La Corte Penal Internacional es el último recurso.

Leer más...
La comunidad internacional: ¿con quién concierta?


Trino Marquez


El recrudecimiento de las sanciones y amenazas, lleva a pensar a un grueso segmento de la oposición venezolana que la solución de la grave crisis nacional, se halla en la presión que sea capaz de sostener la comunidad internacional sobre el régimen cada vez más aislado, desprestigiado y sancionado de Maduro. Para que tal premisa se cumpla, resulta indispensable resolver algunos problemas internos que esa colectividad no puede corregir.
En su relación con los sectores democráticos venezolanos, desde finales de 2017, la comunidad internacional ha ido cambiando sus nexos, definidos hasta entonces sobre la base de una conexión fluida con la Mesa de la Unidad Democrática, instancia que agrupaba a la mayoría de la dirección opositora: la que gozaba de mayor prestigio y autoridad. Había sido un arduo trabajo de varios años lograr que la opinión pública internacional reconociera un interlocutor válido, al que le concediera valor y prestigio. Hugo Chávez se había encargado de demoler a AD y Copei, los grandes partidos históricos, las otras organizaciones languidecían y las nuevas agrupaciones no habían tenido tiempo para implantarse y desplegarse por el territorio nacional. La MUD a partir de 2010 se convierte en esa plataforma que la comunidad internacional estaba esperando que apareciera.
         La atomización que se produjo recientemente dentro de los sectores adversos al régimen, modificó ese panorama. Ahora se mueven varios grupos en el escenario sin que ninguno de ellos posea la hegemonía. En la actualidad encontramos el Frente Nacional, la MUD, los factores que integran Vente Venezuela, los partidos que apoyaron a Henri Falcón durante la campaña electoral, el chavismo disidente y algunos núcleos realengos que, estricto sensu, no se ubican en ninguna de las facciones anteriores. Los voceros más activos de la comunidad internacional, especialmente Luis Almagro, secretario general de la OEA, Marco Rubio, senador republicano de Florida, y Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, mantienen contacto permanente con los miembros de las fracciones que decidieron abstenerse en las elecciones del 20-M, pero sus lazos con los otros segmentos opositores es muy precario o inexistente. Esta diferencia se entiende. Los voceros opositores más dinámicos e influyentes en el frente internacional son Julio Borges, Antonio Ledezma, Carlos Vecchio y Luis Florido, cuyos partidos forman o formaron parte de la MUD y, posteriormente, se negaron a asistir a la cita del 20-M. Son ellos quienes construyen los puentes con el exterior. Sin embargo,  esta cercanía de ningún modo significa que sean esos dirigentes y sus agrupaciones los únicos que pueden potenciar la influencia foránea dentro del país. Para que ese respaldo se traduzca en una fuerza emancipadora, resulta esencial que vuelva a aparecer en el ambiente nacional una plataforma política y organizativa similar a  la MUD, capaz de sintetizar los intereses y aspiraciones de ese espectro tan amplio y complejo de grupos y partidos que conforman la oposición.  El Frente Nacional nació con esta misión, pero hasta ahora no ha pasado de ser una promesa.
         Roberto Casanova, de Liderazgo y Visión, propuso recientemente en un artículo, organizar una consulta popular para que sean los ciudadanos quienes elijan un pequeño grupo de dirigentes, entre cinco y siete, que asuman la vocería y conducción de la resistencia y  lucha contra el régimen. Sería una dirección colectiva conformada ad hoc, investida de la autoridad para trazar planes y definir metas para el corto, mediano y largo plazo.  Una decisión de esta naturaleza implicaría que las organizaciones y líderes existentes cederían parte de su escaso protagonismo actual, en aras de alcanzar un grado de coherencia y unidad indispensable para enfrentar con éxito a un gobierno que luce acosado y débil, pero cuyo ocaso definitivo puede tomar años, con las graves consecuencias que esa dilación traería.
         Además de las ventajas de contar con una dirección interna uniforme, ese núcleo dirigente, u otro elegido mediante un procedimiento distinto, podría convertirse en el interlocutor que la comunidad internacional está esperando para, concertados, actuar dentro de una línea coherente. La eficacia de la acción internacional se elevaría. Podrían establecerse parentescos complementarios entre la actividad foránea y la endógena. Esto sucedió en Sud África y en otras naciones beneficiadas por la solidaridad internacional.
         Sin resolver las enormes diferencias internas existentes y sin una conducción homogénea y cohesionada que actúe como interlocutor de la comunidad internacional, los esfuerzos que esta realice se perderán. Los factores internos aparecerán como meros espectadores pasivos, en el mejor de los caso, de  medidas adoptadas en el exterior, pero con escasa incidencia en la resolución final del drama venezolano.

         @trinomarquezc  

Leer más...
Mataron a un hombre que cantaba
 



Willy McKey

Prodavinci

 
Matan a otro hombre en Caracas, esta vez a un hombre que canta. Matan a un hombre, al más pequeño de dos hermanos que suenan, al que ya no está. Matan a Evio Di Marzo, un hombre que fue capaz de preguntarle a alguien más, en voz alta, de dónde viene su nombre. Lo matan en medio de la ciudad que años atrás lo escuchaba adueñarse de un sonido caribe sintetizado en las manos de los mejores músicos de entonces. Lo matan de noche para robarlo y, del lado de afuera de ese duelo, todavía hay quien consigue una urgente necesidad de defendernos de la incertidumbre.
Su hermano lo llora “puertas adentro”, mientras a Caracas le crecen los colmillos, mientras sus amigos aflojan los cueros para evitar percutirlos como la única manera de responder a tantos disparos.
Nos están matando a todos. Y creer que se está del lado más prudente de la vida, del lado más iluminado de las ideas o del lado correcto de las ideologías no nos blinda contra esas mismas balas.
Nos están matando a todos.
A quienes cantan y a los que no. A quienes rezan y a los que no. A quienes suenan y a los que no. La torva estrategia de hacer un inventario de las diferencias no le servirá de nada a nadie. Nunca ha servido.
Ha pasado tanto tiempo de aquellas canciones en la radio que es muy probable que sus asesinos no supieran que estaban matando a un pájaro, a un ave muy terca pero que sabía cantar cosas que nadie más sabría, un pájaro que hace décadas escribió sobre el desamor con un piquete de humor que nunca había aparecido en nuestra música. Escribo que es muy probable que no lo reconocieran porque, quizás sean mis propios prejuicios, me da por inferir que sus asesinos son más jóvenes que yo y que nadie sería capaz de matar a alguien si sabe que su víctima ha cantado cosas que alguna vez corearon en la sala de su casa, mientras la limpiaban.
Mataron a un hombre que hacía canciones. Un hombre que hizo canciones redondas y dulces, grabadas en torno a la complicidad de un grupo de amigos que alguna vez quisieron enamorarse de esta ciudad que hoy los asesina.
Y eso tiene que empezar a dolernos.


Leer más...
MIRANDA SIN PRISIONES

ELIAS PINO ITURRIETA

PRODAVINCI

Miranda en la Carraca, pintura de Arturo Michelena, es una de las más famosas de la iconografía nacional. Nadie ha dejado de solazarse en la imagen, desde cuando se expuso por primera vez durante el período de modernización de la sociedad en el cual se empeñó el presidente Guzmán Blanco. A partir de entonces ha ocupado espacio principal en la sensibilidad de los venezolanos, hasta el punto de que tal vez se pueda considerar como el cuadro más visto y celebrado a través de la historia republicana. No se trata ahora de mirar los rasgos de la obra desde el punto de vista estético, para lo cual hace falta la opinión de los especialistas, sino solo de aproximarse a los elementos históricos que encubre con el propósito de establecer una visión angelical de la Independencia.
La sociedad que nace del conflicto con España necesita una memoria que le sirva de incentivo. Debe partir de unos antecedentes que concedan espacios amplios a la vanagloria. La colectividad que despide a los realistas para sacarse las tripas en casa requiere el refuerzo de unos sentimientos capaces de aglutinarla, no vaya a ser que su ausencia conduzca a escabechinas interminables y al desconocimiento de la autoridad constituida. En consecuencia, los primeros gobiernos deben buscar en el pasado una plataforma capaz de sustentarlos, pero no una cualquiera. Claman por una cuna de oro, por una raíz que les permita ufanarse junto con los gobernados, como todos los estados nacionales que se establecen a partir del medioevo. De allí, por ejemplo, que el presidente Páez no dude en procurar los servicios de Rafael María Baralt. En 1840 le encarga y paga el Resumen de la Historia de Venezuela, que viene a ser un primer arsenal de recuerdos a través de los cuales se establece puente macizo hacia la epopeya que desemboca en un presente urgido por la necesidad de legitimarse y de evitar los tumbos.
El proceso iniciado por el gobierno fundacional llega a su apogeo en el guzmanato, a partir de 1870. No solo se agrupan entonces importantes antologías documentales y circulan obras literarias de contenido histórico. También comienza un desfile de objetos, estatuas, adornos, estampas y pinturas para que la historia confeccionada a la medida entre por los ojos de los espectadores y viandantes. En este empeño, que no es una manipulación simple sino una necesidad política, una arqueología de blasones que no son triviales, un oxígeno ofrecido por los padres-héroes para evitar el ahogo de sus descendientes, tiene lugar de excepción el Miranda en la Carraca de Michelena. Pensado para la exhibición pública en lugares parecidos a unos templos que se levantan para la contemplación del poder en cuyas venas corre la nobleza de los paladines, ha hecho a cabalidad su faena hasta nuestros días. ¿No lo seguimos contemplando, cautivos y arrobados, sin advertir los hechos que oculta?
En el cuadro Miranda está en la cárcel, pero no está de veras. No es el habitante de un lugar de dolores y tormentos, sino el ocupante de un espacio modesto. Sabemos que está aprisionado porque el artista muestra los eslabones de una cadena dispuesta en un muro del habitáculo que presenta como celda, que hace las veces de calabozo, pero el hierro no toca la carne del gran hombre, no la aflige, no la lacera. La cadena está allí sin causar daño. Si Michelena buscaba algo evidente para que supiéramos que pintaba a un prócer enjaulado, urdió un acero benévolo que se conforma con amenazar desde un rincón. Pero, además, el prisionero cuenta con la compañía de unos libros. Ni siquiera se le ha impedido el placer de la lectura. Quizá el pincel quiso hacer memoria de la ilustración del personaje, de sus relaciones con el Siglo de las Luces, pero también remite a la existencia de una expansión permitida por los carceleros. Está, por último, la pose del personaje echado en una precaria cama. Quiere que lo veamos cómodo, que sepamos que solo la pasa relativamente mal cuando está al borde de la muerte después de un periplo terminado en fracaso y en miseria. Así se exhibe, o quizá también pretenda, de acuerdo con la creatividad del artista, que lo descubramos en la contemplación de un panorama que no le causa desazón, en el inventario de unos recuerdos que no son necesariamente oscuros, o que puede cambiar por otros mejores desde una autonomía que solo ha sido limitada a medias en la Carraca. Es lo que se desprende de la cara apacible de un protagonista de la historia que experimenta una última estación de serenidad obsequiada por la iconografía republicana.
Se ha dicho que el poeta Eduardo Blanco posa entonces para el artista, quien no daba con el rostro de Miranda que deseaba presentar y lo encuentra en el aclamado autor de la época. Detalle interesante o, en cierta forma, puntal de la idea que ahora se sostiene sobre el lienzo. Como se sabe, Blanco es el autor de Venezuela heroica, texto de gran difusión en cuyas páginas se realiza la primera traducción de la guerra de Independencia como epopeya de naturaleza troyana, provocada por los dioses olímpicos y llevada a cabo por personajes como los de Homero, mezcla de figuras inmaculadas y de criaturas movidas por fuerzas sobrenaturales. Son letras bien recibidas por el gobierno y por multitudes de lectores, no en balde convierten una matanza en el monumento de mármol que se está edificando.
Pero el Precursor no está en el arsenal de la Carraca por decisión de personajes como Aquiles y Ulises. Su reclusión es el resultado de la traición de sus subalternos republicanos, Bolívar entre ellos, quienes cometen un acto de perfidia cuando lo entregan a las autoridades españolas después del fracaso del primer ensayo de autonomía. No lo ponen en las manos de una autoridad morigerada, sino a la disposición del bárbaro capitán Domingo Monteverde, quien ha iniciado campañas de terror en numerosos contornos y ante quien se rinden de pavor los criollos. Queda bajo la férula de un reconquistador feroz que lo envía a Cádiz rodeado de prisiones. Antes ha apurado el trago de la desconfianza de sus coterráneos del mantuanaje, quienes lo motejan de advenedizo y lo acusan de extremista. Después es víctima de su inhabilidad en el manejo de unas tropas desentrenadas y remisas, que lo obliga a suscribir una Capitulación que termina en entrega incondicional ante las fuerzas realistas. El fracaso alimenta las bajas pasiones, la combustión quema muchas reservas morales, el sálvese quien pueda mueve los ánimos, para que se produzca la escena de una inmolación escandalosa cuyo final suaviza el pintor.
El artista no es historiador, desde luego, y crea su obra en atención a la solicitud de una época que no quiere la evocación de sus vergüenzas, sino la siembra de raíces doradas. Por eso propone un colofón benigno, a través de cuyos colores apenas se vea lo que las necesidades de la época reclaman: la reconstrucción del pasado como hagiografía, la veneración de los padres fundadores y, por supuesto, la adoración del más célebre de ellos. Los hombres influyentes de la generación de Guzmán Blanco quieren que solamente una historia auspiciosa se le meta a la gente por los ojos, y Arturo Michelena es uno de ellos.

Leer más...

¿Qué viene después del informe presentado por los expertos de la OEA sobre crímenes de lesa humanidad?


Jose Ignacio Hernandez 

PRODAVINCI

El martes 29 de mayo de 2018, el Panel de Expertos Independientes designados por la OEA presentó su informe sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela. El informe concluye que existen suficientes evidencias acerca de la posible comisión de tales crímenes, de acuerdo a lo establecido en el Estatuto de Roma.
¿Qué cabe esperar ahora?
Un poco de historia
Al presentar su tercer informe sobre Venezuela, en julio de 2017, Luis Almagro, secretario general de la OEA, concluyó que existían evidencias sobre la posible comisión de crímenes de lesa humanidad en el marco de las protestas realizadas en Venezuela en ese año. Para ahondar en esas evidencias, y de conformidad con el Acuerdo de Cooperación suscrito entre la Corte Penal Internacional y la OEA, Almagro promovió un proceso de examen sobre la posible comisión de crímenes de lesa humanidad en Venezuela, para lo cual se designó en septiembre de 2017 a un Panel de Expertos Internacionales integrados por Manuel Ventura Robles, de Costa Rica; Santiago Cantón, de Argentina; e Irwin Cotler, de Canadá.
Se trató de un procedimiento inédito en el ámbito del Derecho Penal. En lo que ha sido considerado como la “fórmula Almagro”, esta estrategia demuestra cómo organizaciones internacionales como la OEA pueden cumplir un relevante rol colaborando en la investigación de delitos de lesa humanidad, como parte de su mandato de defender los derechos humanos.
Entre septiembre y noviembre se realizaron diversas audiencias en la OEA a fin de recabar elementos probatorios acerca de los posibles crímenes de lesa humanidad cometidos. Con todo ese material, el Panel de Expertos presentó su informe.
¿Qué concluyó el Panel de Expertos?
En su informe, el Panel de Expertos concluyó que existen suficientes pruebas que permiten presumir la comisión de crímenes de lesa humanidad. Así, el informe detalla que tales violaciones forman parte de un patrón sistemático que se ha ido formando en el tiempo, y que parte de la criminalización de toda oposición, muy especialmente, en el ámbito de la llamada “unión cívico-militar”.
Un aspecto importante es que el informe no se limitó a los sucesos de 2017. Por el contrario, consideró que en Venezuela existen indicios de patrones sistemáticos de violaciones de derechos humanos, al menos, desde 2014.
Así, el informe concluye que hay indicios que permiten presumir la comisión de siete delitos tipificados en el artículo 7 del Estatuto de Roma:
1. Asesinatos.
2. Detenciones y otras privaciones de la libertad personal. 
3. Torturas, tratos crueles e inhumanos. 
4. Violaciones y otros delitos de violencia sexual. 
5. Persecución política. 
6. Desaparición forzada de personas.
7. Otros actos inhumanos.  
Aquí se incluye, de manera especial, la crisis humanitaria compleja, en tanto existen evidencias de que el Gobierno ha incurrido en tratos discriminatorios y otras conductas arbitrarias.  
Cabe aclarar que el informe alude a la “presunta” comisión de delitos, pues se trata de una investigación objetiva que debe garantizar la presunción de inocencia de los funcionarios del régimen de Maduro que pudieron haber comido tales delitos.
Los exámenes preliminares de la Corte Penal Internacional
Este informe fue terminado luego de que la Fiscalía de la Corte Penal Internacional anunciara el inicio de exámenes preliminares en relación con los hechos sucedidos en Venezuela en 2017. Como ha explicado Mariano de Alba, aquí en Prodavinci, tales exámenes preliminares constituyen tan solo el primer paso de un complejo y largo proceso que podría eventualmente culminar con una sentencia condenatoria de la Corte Penal Internacional. No es posible esperar, en el corto tiempo, una decisión de fondo en esa Corte.
Pero también es cierto, como he explicado en un artículo, que el inicio de exámenes preliminares ante la Corte Penal Internacional es una buena noticia, en la medida en que eleva los costos de represión del gobierno de Maduro. Los funcionarios del Gobierno conocen que su conducta podrá ser examinada por la Corte Penal Internacional, todo lo cual desincentiva la realización de actos de represión de derechos humanos.
Precisamente, el informe del Panel de Expertos, y las próximas acciones que podrían iniciarse ante la Corte Penal Internacional, pueden fortalecer esos desincentivos.
El próximo paso: la referencia del caso de Venezuela
ante la Corte Penal Internacional
Los exámenes preliminares pueden extenderse por un lapso incierto de tiempo, incluso años, antes de que la Fiscalía pase a la siguiente etapa, esto es el inicio de una investigación formal. Mientras que los exámenes preliminares no tienen un objeto específico –ellos pretender recabar información relevante–, la investigación formal tiene un objeto más concreto referido a los funcionarios que pudieran haber incurrido en delitos tipificados en el Estatuto de Roma, junto con los hechos más relevantes.
Pero el Estatuto de Roma permite abreviar el paso de los exámenes preliminares a la investigación formal. De conformidad con su artículo 14, cualquier Estado parte del Estatuto de Roma puede referir el caso de Venezuela ante la Corte Penal Internacional, lo que permitiría a la Fiscalía iniciar, sin mayor dilación, la investigación formal.
El informe del Panel de Expertos contiene una sólida evidencia de pruebas suficiente como para que cualquier Estado parte del Estatuto de Roma, con base en el citado informe, refiera el caso de Venezuela a la Fiscalía, que podrá dar inicio a la investigación formal. De hecho, varias ONG han creado una plataforma digital que permite a cualquier persona apoyar la referencia del caso de Venezuela.
Esta investigación, como expliqué, creará más desincentivos para que los funcionarios del Gobierno de Maduro realicen conductas que puedan constituir delitos de cara al Estatuto de Roma. Más allá del tiempo que tome la Corte en tomar una decisión de fondo, el solo inicio de la investigación elevaría los costos de represión y esto podría facilitar el inicio de un proceso de democratización en Venezuela.
De allí la importancia del próximo paso: lograr que los Estados parte del Estatuto de Roma, con base en el informe, refieran el caso de Venezuela ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional.
Leer más...

martes, 29 de mayo de 2018

¿Tiene estrategia el Frente Amplio?

ANGEL OROPEZA

Era un asunto de eficacia política. El Frente Amplio llamó a no participar en la farsa del 20 de mayo no porque quienes se oponen a Maduro no sean mayoría en el país, sino porque tal conducta contribuía más al objetivo de salir del gobierno, única forma de superar la dolorosa crisis plural que sufrimos. No prestarse a la farsa era políticamente más eficaz, de cara a ese objetivo, que participar y terminar contribuyendo al juego legitimador del régimen.
Tras lo anterior, ¿cómo está Maduro hoy? Más aislado, sin reconocimiento nacional ni internacional y, lo que es más grave para él: si alguien sabe qué pasó ese día es la Fuerza Armada, su principal y casi único sostén.
La estrategia pre-20 funcionó. Los que preguntaban, con legítimo derecho, para qué servía esa estrategia (aunque algunos opinaban que no había ninguna) ya saben para qué sirvió y qué se buscaba. Ahora lo que nos toca es el desarrollo de la estrategia pos-20. En el breve espacio de este artículo tratemos de sintetizarla.
El objetivo superior del Frente Amplio es superar el gobierno de Maduro para poder comenzar a resolver la profunda crisis social que vivimos los venezolanos. Esa es la meta. Para ello, el objetivo inmediato es luchar por el restablecimiento del hilo constitucional quebrantado, y por rescatar la soberanía del pueblo como conductor de su destino. Desde el manifiesto fundacional del Frente, estos dos objetivos –el superior y el inmediato– son los elementos unificadores de la amplia y heterogénea gama de sectores que lo componen.
Para alcanzarlos, la vía constitucional, democrática, pero también la más eficaz y segura, es la realización de elecciones libres y verdaderas. No otra cosa merece la sociedad venezolana.
No se trata ingenuamente, como han hecho algunos, de “pedir” nuevas elecciones. Esa “rogatoria” pasa por la voluntad del CNE. No. De lo que se trata es de profundizar la lucha en todos los frentes para generar las condiciones de presión social y política que obliguen a que haya elecciones como única salida para el propio gobierno. Porque el sujeto del cambio no es el gobierno sino el pueblo.
Por ello, y para alcanzar los dos objetivos descritos arriba, la estrategia se basa en cinco tareas, a saber:
1. Promover la presión social democrática, pacífica y articulada a escala nacional. Aquí la clave es la organización popular y la vinculación y articulación entre sí de las cada vez más numerosas manifestaciones de descontento y protesta de la población.
2. Acrecentar la presión externa, mediante la estimulación de la solidaridad internacional con la lucha democrática de los venezolanos por su país.
3. Reforzar el trabajo institucional de la Asamblea Nacional, único órgano del Estado legitimado por elección popular, tanto en la promulgación de iniciativas legislativas que faciliten el cambio como en el trabajo político de nuestros diputados.
4. Acentuar la organización y el trabajo de docencia política aguas abajo entre la población, como herramientas necesarias para preparar a la gente y convertirla en los principales agentes del cambio.
5. Estimular desde la lucha cívica el quiebre de la coalición gobernante. Esto significa, entre otras cosas, evidenciar sus divisiones y fracturas, y propiciar las contradicciones en el seno de la élite hegemónica.
Al final del día, la clave del éxito de cualquier estrategia es, al mismo tiempo, debilitar la cohesión de la oligarquía gobernante, y ampliar y fortificar la cohesión del bloque opositor democrático.
Esa es la estrategia. Ahora, dado que estamos en dictadura, la táctica –que son las acciones necesarias para llevar a cabo la estrategia– no siempre es visible si quiere ser eficaz.
Para que la estrategia trazada funcione, se requieren dos condiciones ineludibles: unidad de todos quienes creemos en la lucha cívica, democrática, y queremos un cambio pacífico en la conducción del país, y que la población entienda que no se trata de esperar lo que viene, sino de trabajar para que ocurra.
La consigna, ahora más que nunca, es unidad, organización y lucha. Salvo rutas de frustración, este es el único camino.
Leer más...

¿Abstencionismo o rebelión popular?

Gehard Cartay Ramírez
 
May 29, 2018 6:40 am

Nadie en su sano juicio puede sentirse sorprendido por los sucedido el pasado domingo 20 de mayo.
¿Podría sorprender a alguien un nuevo fraude electoral del chavomadurismo? Si existe algún sorprendido, obviamente no está en sus cabales o carece de contacto con la realidad. Porque si algo sabemos casi todos los venezolanos, por experiencia propia, es que desde el año 2000 las prácticas fraudulentas del CNE para favorecer al régimen se han convertido en usuales y corrientes. Desde entonces, no ha habido un solo proceso electoral donde las trampas no hayan favorecido siempre a los candidatos del chavomadurismo.
Y es que sólo los ingenuos o los cínicos pueden creer que el sistema electoral venezolano implantado por el chavomadurismo en estas dos décadas ofrece garantías de imparcialidad y pulcritud. Por eso sorprenden la candidez o estupidez de quienes critican a los que no votamos argumentando que le “regalamos” seis años más a Maduro o que -lo que vendría a ser lo mismo- “impedimos” que el candidato Falcón ganara el 20 de mayo.Son argumentos pueriles por donde se les analice. ¿Cómo creer, por ejemplo, que un candidato de oposición pueda ganar con el actual sistema electoral, diseñado íntegramente para producir siempre un resultado favorable al régimen? Y ello es así porque el sistema automatizado sólo produce resultados en tal dirección, con un registro electoral inflado, nunca depurado de vicios y trampas, y, por si fuera poco, un mecanismo de escrutinios convertido en una verdadera caja negra, a la que sólo tienen acceso partidarios del régimen.
A pesar de ello, hay gente ingenua o despistada que piensa que el fraude sólo se realiza el día de los comicios. No se han dado cuenta, por lo visto, que se trata de una cadena de hechos sistémicos, que se ejecuta paralelamente en varias direcciones, con suficiente antelación, y que se perfecciona, finalmente, con el anuncio oficial de los resultados “irreversibles” de la inefable presidente del CNE.
Puertas afuera, el CNE siempre asume una actitud de impunidad total frente al ventajismo del régimen, mediante la más vulgar utilización de recursos del patrimonio público, así como equipos de movilización y comunicaciones, incluidas las numerosas estaciones televisivas y radiales propiedad del Estado, de cuyo uso y abuso hace gala el partido oficialista.

 
Podría sorprender a alguien lo que algunos han llamado abstencionismo?

Leer más...
LA PUERTA QUE SE CIERRA

KARL KRISPIN
 
En 1955 Venezuela tenía una renta per cápita más alta que la de la República Federal de Alemania y casi las de Portugal, España e Italia juntas. El futuro era enteramente nuestro, el país se dirigía velozmente a la modernidad y barcos de toda bandera y proa traían migrantes prometidos a una vida venturosa. Entre 1936 y 1958 llegaron aproximadamente 800 mil europeos de los cuales medio millón echó raíces en suelo venezolano. Eso representó una revolución demográfica que se reflejaría en nuestros hábitos culturales. Esos años de crecimiento económico hasta los setenta, configuraron un destino a la felicidad. El populismo y la invasión bárbara de 1999 se encargarían de devolvernos a la premodernidad y de continuar así estableceremos la edad de las cavernas en pleno siglo XXI.
La migración italiana junto a la española y la portuguesa, encarnó un riquísimo encuentro cultural. De ese maridaje nació nuestra devoción por la pasta hasta llegar a convertirnos en su segundo país consumidor en el mundo. Para recrear esa historia de muchos metaforizada en la suya propia, el escritor Mirco Ferri ha publicado un extraordinario testimonio de memorias familiares, La puerta que se cierra (Oscar Todtmann Editores), cuya lectura recomiendo con entusiasmo. El ojo retrovisor se dirige a Verona y allí encuentra las figuras de sus padres quienes parten a la Venezuela promisoria de trabajo y esfuerzo. Ferri dice que el deber primordial de un inmigrante para el éxito en el país que lo acoge es “aprender lo más rápido que le sea posible”. Así lo hizo su padre, Enea, que al igual que el homónimo fundador mítico de Roma, vino también a solicitar su mito de progreso en esta tierra. El libro se lee además como una crónica histórica de la Venezuela contemporánea cimentada por la migración, pero coronada dolorosamente por el derrumbe de un país al que ya nadie llega y del que todos quieren partir. A partir de lo cual hay inevitablemente una puerta que se cierra como alguna vez hubo una puerta que se abría. El lenguaje cristalino y amenísimo del texto contiene también una disputa literaria entre dos narradores. Para quienes nacimos en los sesenta, estos párrafos son doblemente gozosos ya que nos hacen regresar a la patria primera que es la infancia. Volvemos a una Caracas de progreso ya ida y nostálgica con recuerdos inolvidables como los carros para excursiones infantiles llevados por caballos en las urbanizaciones caraqueñas en los que como se lamenta el autor, nunca me monté.
¿Qué fue de tanta invención como traixeron? Este verso del poeta Jorge Manrique podría invocar lo que quedó del pasado mejor en la noche de los tiempos. ¿Cómo una república renuncia a la prosperidad y se destruye? ¿Reaparece la puerta que se abre? ¿Regresaremos míticamente a esa casa país que tuvimos como se arguye con Novalis en la frase final del libro?

@kkrispin

Leer más...
ERRORES DE CÁLCULO

LUIS MANUEL ESCULPI

Confieso que en el reciente debate en el campo de la oposición, me propuse conscientemente evitar confrontar de manera beligerante con quienes diferían de nuestra visión sobre ese proceso. El comportamiento se fundamentó en que en mi opinión la polémica adquirió ribetes de excesivo apasionamiento – con pocas y honrosas excepciones- donde privó el defender a como diera lugar las posiciones que cada quien defendía, desoyendo las razones y argumentos de quienes opinaban distinto.
Amigos de mi más alta estima y consideración incurrieron en lo que considero una conducta errónea, sobre todo quienes siempre favorecieron la unidad como un requisito estratégico, luego se involucraron en la polémica olvidando la necesidad del reencuentro imprescindible para continuar la lucha por el cambio.Tal situación se continuó planteado posteriormente, al responsabilizar a quienes optaron por no participar en el proceso de la derrota. El argumento que se esgrime para sustentar esa visión no se ajusta a la realidad, por el contrario denota una gran separación del contexto sobre el cual nos corresponde actuar. La simple suma aritmética de la cifra de los no participantes con la votación del principal candidato opositor, no revela la situación existente en el entorno social y político en el cual se desenvolvía el proceso convocado por la constituyente.
Constituye un error de cálculo suponer que la no concurrencia de cerca del setenta por ciento de electores ( cifra del equipo técnico de la MUD) obedeció exclusivamente al llamado de las principales organizaciones políticas integrantes de la Mesa de la Unidad, ignora un hecho sumamente importante y preocupante a la vez, un significativo sector de la sociedad no tiene hoy la convicción del poder del voto como instrumento de cambio.
Si se pretende analizar concienzudamente esa situación, además hay que contemplar la migración de electores por la diáspora, la abstención crónica o recurrente y los que si atendieron el llamado de los partidos de oposición. De tal manera que también constituyó un error de cálculo imaginar que una presunta avalancha de votantes podría derrotar a Maduro; si a las anteriores consideraciones añadimos -una sumamente importante- la candidatura que lo enfrentaba no era la resultante de una selección unitaria.Resulta sorprendente que a la hora de balancear los resultados, los representantes del comando de la candidatura de Falcón ignoren datos de la realidad, y sea quien quizás posea menor experiencia política, el economista Francisco Rodríguez quien sostenga la posición más equilibrada al afirmar en su cuenta de tuiter: “Aquellos que apoyamos la candidatura presidencial de Henry Falcón debemos asumir ante el país la responsabilidad por no haber logrado nuestro objetivo. No debemos buscar otros culpables de nuestra derrota, ni entre los que nos adversaron ni entre los que nos acompañaron”.
Lamentablemente esa justa apreciación pareciera no ser compartida por otros dirigentes que ahora emplazan a quienes optaron por no participar a que definan la estrategia a seguir, cuando ella debiera ser una tarea de todo el campo opositor. El eventual triunfo de esa candidatura no tenía la primera opción, frente a un resultado que no abrigaba sorpresa alguna, más allá del valor que reconocemos en el discurso del candidato la noche del domingo veinte, también tenía planteado el diseño de una ruta posterior a ese día.
Pregonar la existencia de una nueva oposición no resuelve el problema, como en muchas otras situaciones no basta con desearlo, más cuando nos necesitamos todo para enfrentar la lucha social y política en las condiciones actuales, el discurso de Falcón en lo esencial propició un espacio para el reencuentro y la recomposición unitaria. Se cometería otro grave error si se desperdicia esa posibilidad.
Leer más...
LIBRES
 
CARLOS TABLANTE
 
Libres, el nacimiento de una nueva Venezuela, es el título del libro de Carlos Vecchio quien ha convertido el exilio en una trinchera de la lucha por la libertad y la resistencia contra la dictadura del hambre y la corrupción de Maduro. Mas allá de la nostalgia está la acción de un político a tiempo completo que predica con el ejemplo en todos los escenarios en defensa de los derechos humanos y de la democracia venezolana.
Es el relato de un político perseguido por un régimen represivo y brutal que criminaliza y apresa a quienes piensan distinto. En la actualidad hay alrededor de 500 presos políticos en Venezuela, los principales partidos están ilegalizados y una parte importante de la dirigencia opositora está exiliada.
Libres es el relato del sacrificio pero también del pensamiento y la acción de quien no se queda en el diagnóstico del padecimiento de Venezuela sino que también traza y transita una hoja de ruta con propuestas para ir construyendo entre todos el mapa del país que queremos y seremos, como el mismo Vecchio lo define a lo largo de su libro. Sin gríngolas ideológicas, el autor se ubica en la renovación de las ideas más avanzadas de la socialdemocracia y de lo que algunos definen como el progresismo o el socialismo liberal. Se trata de igualarnos hacia arriba en la superación, mejorando las condiciones y las oportunidades para todos.
Promueve Carlos Vecchio un consenso nacional para “profundizar y relanzar la descentralización en toda su dimensión como un antídoto contra el centralismo, el presidencialismo y el caudillismo que nos han hecho tanto daño”.
Me atrevo a agregar, tal como lo dije en mi libro Venezuela Herida, pacto por la democracia del futuro (2003), necesitamos también un poder legislativo más representativo que debe surgir de la alianza federal. Tiene que ser bicameral porque en un sistema federal los estados se asocian como iguales y deben tener una representación territorial igual ante una cámara que es el Senado, la cámara federal por excelencia. Por supuesto, también hay que transferir competencias y recursos para garantizar una mejor gobernanza y gobernabilidad desde los espacios locales. Otro tema importante es eliminar la reelección presidencial para facilitar una renovación sistemática del liderazgo. El camino para superar el caos y la corrupción en la que nos ha sumido el proceso chavista es mediante una democracia que funcione en doble vía: de abajo hacia arriba con una sociedad organizada y movilizada, y de arriba hacia abajo, cuando los que detentan los poderes públicos por mandato popular entienden que la mejor manera de legitimarse es compartiendo el poder con la gente. Eso se logra con federalismo, autonomía de las regiones y descentralización, todo lo cual significa democratizar la democracia.
Un consenso indispensable es el del pacto social contra la exclusión y la pobreza. Por supuesto, significa crear las condiciones para generar riqueza fundamentalmente a través de la inversión privada tanto nacional como extranjera. Ese debe ser el motor de una economía productiva y solidaria que convierta el petróleo en una palanca para la diversificación económica y la no dependencia de las importaciones. Ser capaces de transformar materia prima en productos terminados con la marca Hecho en Venezuela.
Si queremos distribuir riqueza tenemos que generarla, es decir, producir para luego invertir con prioridad en educación, alimentación, salud y vivienda. Con una mejor cohesión social y con un sistema de justicia fuerte lograremos también reducir la inseguridad y la violencia.

Como dice Leopoldo López en el prólogo del libro, todo ello será posible solo si hay libertad, si los venezolanos somos libres para pensar, opinar, estudiar, trabajar, innovar, emprender y desarrollarnos de manera integral con un crecimiento económico a la medida del ser humano, en una Venezuela libre, en un Estado de Derecho donde todos los derechos sean para todas las personas.
Con este nuevo libro, titulado Libres de Carlos Vecchio, el Círculo Editorial Visión Progresista, en esta ocasión en alianza con Dahbar Editorial, promueve el debate de ideas en el pensamiento político del nuevo liderazgo con la publicación de ensayos y textos, como un aporte desde Voluntad Popular para construir entre todos el proyecto político de la Venezuela que seremos, la mejor Venezuela.
@TablanteOficial
Leer más...