domingo, 31 de marzo de 2013


Entrevista a LILIANA HERNANDEZ

"Tibisay, si eres tan ecuánime, actúa en contra del ventajismo"

 LILIANA HERNANDEZ

ROBERTO GIUSTI |   
EL UNIVERSAL
Algunos suponían que estaba fuera de juego porque no se hacía visible. Pero no, si bien dejó a un lado la exposición pública a la cual se someten los políticos relevantes, se dedicó al trabajo de base en el Zulia. Dirigente con trayectoria reconocida, Liliana Hernández se distinguió siempre por su agudeza, su capacidad para confrontarse y su versatilidad a la hora del análisis y la acción, tal cual lo testimonia su carrera parlamentaria. Ahora se ubica en una tarea de alta responsabilidad, que la coloca de nuevo bajo el foco de la opinión pública y su presencia ya se hace sentir en la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE). 

-¿Esa responsabilidad de representante de la Unidad Democrática ante el CNE, ¿no implica meterse en tremendo berenjenal? 

-Es un reto que asumo en defensa del derecho del ciudadano ante el máximo poder del CNE. Lamentablemente la campaña es breve pero hemos avanzado. Vamos a tener testigos y habrá auditorías en la estación de asistencia al elector, cosa que no teníamos antes. También habrá testigos, que reciben información, en la Sala Nacional de asistencia electoral. 

-Pero el objetivo de la Unidad Democrática era la eliminación de la estación. 

-Claro, era, incluso, una propuesta del Centro Carter. Por eso no entendemos por qué Tibisay (Lucena) dijo que no, si a ella le gustan tanto los informes del Centro Carter 

-¿No generará eso perturbaciones en los resultados? 

-No lo creo porque ahora habrá testigos. Es decir, estará bajo supervisión. En realidad esa estación no ayuda en nada. 

-¿No ayuda al chavismo? 

-A veces uno cree que es un negocio de alguien porque ni siquiera está en el ciento por ciento de los centros de votación. Sólo aparece en un 43% porque no se instaló en los centros donde no hay sino sólo dos o tres mesas. 

-¿No espanta al elector? 

-Puede generar miedo y retraso. Pero en las elecciones del 7 -O la presencia de esa máquina no modificó los resultados. La gente se calo su cola y votó. 

-El temor es que el chavismo reciba información de quien voto y de quien no. 

-Claro, pero ahora, con los testigos, vas a tener un control de la máquina, además de que habrá un testigo en la Mesa Nacional. Ahora, en esa materia no hay garantías plenas porque se hackea los sistemas de gobiernos y corporaciones que han gastado millones en sistemas de seguridad. Sin embargo, hasta ahora los recursos humanos necesarios para proteger el manejo de la máquina están ahí y confiamos en ellos. 

-En todo caso, crees que todo eso sea decisivo a la hora contar los votos? 

-Lo decisivo son los votos, protegidos por los testigos en las mesas y las posteriores auditorías de los resultados. 

-Lo preguntaba porque todo parece indicar que para esta oportunidad los resultados deben ser bastante más apretados y ahí el ventajismo puede resultar decisivo. 

-Al ventajismo hay que denunciarlo, aunque mucha gente te diga que no tiene sentido hacerlo porque igualmente ocurre. Pero esa es nuestra obligación. El Gobierno y el CNE deben asumir el costo del abuso que cometen. No puede Tibisay (Lucena) seguirse presentando como la reina de los procesos electorales, la que más sabe sobre la materia, la ecuánime, la mujer de la equidad. Si eres presidenta del CNE debes actuar y tomar decisiones en materia de ventajismo y hasta el momento no has hecho nada. 

-¿Eso es así porque no puede o porque no quiere? 

-Basta analizar los informes del Centro Carter, sobre todo el del 2007, donde aparecen señalamientos bien claros y concretos en materia de ventajismo: utilización de la infraestructura, dinero y publicidad provenientes del Estado. Los informes del Centro Carter advierten, igualmente, que si tienes los testigos y estás en todas las mesas no hay problemas. Pero previamente, durante la campaña, hay demasiado abuso gubernamental y eso no se puede callar. En esta oportunidad tratamos, entonces, que además del Centro Carter haya presencia de otros organismos internacionales. Que la gente lleve el día a día de todos los abusos. Eso no da un voto más o un voto menos, pero no podemos quedarnos callados ante un proceso totalmente parcializado a favor del Gobierno. 

-Si está parcializado el gobierno se beneficia, por no decir que escamotea votos. 

-Los votos se escamotean donde no hay testigos. Eso se ve en los resultados. La mayor parte de los problemas, donde las diferencias en contra se incrementan, los tenemos en los centros de votación con una o dos mesas. Generalmente en zonas rurales, pero también, durante las últimas elecciones, en los centros de refugio para los damnificados. Ahí estuvo el mayor porcentaje de diferencia entre Chávez y Capriles. Y eso lo estamos revisando. Tuvimos testigos en 92% por ciento de las mesas y estamos verificando que pasó con el 8% restante. 

-Es decir, donde no hubo testigos.... 

-Donde no hay testigos ocurren desastres. Ve un kinder donde están eligiendo a su reina. Si dejas a un grupo solo contando las papeletas de votación, algo va a pasar. 

-En una elección como la del 7-O la diferencia fue suficiente como para que no fuera decisivo el escamoteo

-No fue decisivo. 

-Pero en la del 14 de abril no parece ser ese el caso. 

-Previendo que puede ser decisivo estamos trabajando intensamente para reforzar y consolidar el sistema de control. Tenemos el mapa completo y exacto de los centros que debemos atacar directamente. Y allí aparecen elementos vitales: al emitir la máquina el chorizo electoral, debe escribirse a mano cuántos electores sufragaron y luego la gente debe quedarse para hacer la auditoría y constatar que los votos emitidos se compadecen con los resultados. 

-¡¿Todo eso, que demanda una estructura organizativa, está garantizado? 

-En eso estamos. Hemos detectado las fallas que pudieron presentarse en el 2012 y trabajamos para subsanarlas. Pero lo más importante es el recurso humano en las mesas. Y el éxito comienza por la permanencia en los centros de votación porque se trata de un problema que demanda la supervisión directa. Lo vimos en las elecciones del 2010 para diputados. Tuvimos menos diputados pero ganamos las elecciones y eso se logró por la presencia en las mesas. Yo veo resultados positivos. Hay una emoción que se siente en la calle. 

-Hay quien piensa que Capriles continúa la campaña del 2012 y que eso le da un posicionamiento ante alguien que sólo tiene un argumento: ser el sucesor de Chávez. 

-Antes competías contra un líder. Ahora compites contra un dirigente. 

-Hay quienes piensan que el verdadero competidor es un fantasma. 

-Un dirigente acompañado del fantasma. Pero no hay un liderazgo y eso está demostrado. Ahora, Maduro no tiene la culpa. Estuvo seis años en la Cancillería. El mismo lo reconoce. Y cuando estás de canciller andas en otro mundo. Maduro conoce muy bien los convenios internacionales. Sabe lo que quiere Raúl (Castro) con Ecuador o Perú y.... 

-Quizás sabe mejor lo que quiere Raúl para Venezuela. 

-Es un ejecutor de lo que ordena Raúl. Hemos visto la subordinacion, en relación con los Castro, que resulta chocante. Chávez, al menos, lo disimulaba y transmitía la sensación de unas relaciones verticales y afectivas. Maduro está en otra posición. Raúl es su jefe. 

-¿Lo descalifica el haber sido Canciller? 

-Su condición le ha hecho perder el día a día. Hay un "feeling" que no termina de agarrar. Cuando dice que el centro de Caracas se recuperó y la gente puede caminar por allí, tranquilamente, por la noche, todos sabemos que eso no es así. Maduro es un venezolano con una larga pasantía por el exterior. 

-En seis años de Canciller perdió el contacto con Venezuela, pero, ¿aprendió a hablar inglés? 

-Eso dicen. Larry King dijo que Chávez hablaba inglés. Yo no lo sé porque el complejo de ellos con el imperio es tan grande que de repente aprendieron algo y no se atreven a reconocerlo. Pero eso no le hace falta en la campaña. Cierto sí es que un tipo con mucha debilidad en cuanto a lo que tienen que ver con el país. Igual llaman la atención sus promesas: ahora sí va a haber salud, educación, seguridad. Entonces uno se pregunta: '¿Este es el candidato que dejó Chávez o es el candidato que ya comienza a diferenciarse de Chávez?' 

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BRICS: FiNAL CON SORDINA

Editorial El País


La cumbre que las cinco grandes economías emergentes o BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) acaban de celebrar en la ciudad sudafricana de Durban comenzó con gran redoble de tambores, pero acabó con sordina. El convenio de canje de divisas suscrito previamente por China y Brasil aparecía como el aperitivo de acuerdos de mucho mayor calado, en particular la creación de un banco de desarrollo que sirviera de contrapeso al Banco Mundial y al FMI.
La iniciativa, aprobada por el quinteto el año pasado en Nueva Delhi, se presenta como la base de un nuevo orden financiero mundial: un “banco sur-sur” que ayude a los países en desarrollo y desafíe a los organismos dominados por las potencias occidentales. Los BRICS, sin embargo, no pudieron apuntalar en Durban su primera institución. No hubo acuerdo en cómo financiar el banco, ni dónde situar su sede, ni cómo articular la toma de decisiones.
Esta quinta cumbre de los emergentes ha reflejado, una vez más, sus enormes disparidades: la economía china es 20 veces mayor que la sudafricana y cuatro veces más grande que la rusa. Las diferencias políticas y las inevitables rivalidades tienen también un peso inocultable.
Pero estas dificultades no restan un ápice de legitimidad a sus aspiraciones. Los BRICS representan el 45% de la población del planeta y el 21% de su riqueza. Cifras elocuentes de una nueva realidad económica mundial que no se ha traducido en una nueva arquitectura institucional. Las potencias emergentes no encuentran acomodo en unas estructuras creadas tras la II Guerra Mundial, y exigen espacios acordes con su peso específico.
Más desconcertante resulta, sin embargo, el empeño en envolver esa demanda justa con el viejo discurso antioccidental, y en presentarse como la alternativa virtuosa. La corrupción en Rusia o China no es una buena tarjeta de presentación para los adalides de un nuevo orden alternativo. Y la retórica “sur-sur” ha encontrado su respuesta justamente en África, donde algunos líderes empiezan a acusar a China, principal socio comercial del continente, de “neocolonialismo”, por el desprecio de sus empresas hacia el medio ambiente o las condiciones laborales.
Los BRICS plantean pasos importantes para la modernización de la gobernanza económica mundial. Pero aún les queda un largo camino para consolidarse como bloque estratégico.




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LAS VENTAJAS DE LA FE

    Alberto Barrera Tyszka

El Nacional
Algunas de las semanas santas de mi infancia fueron un infierno. Sobre todo cuando no teníamos posibilidades de salir de la ciudad, de viajar al interior o de ir a alguna playa, y el único destino turístico que nos ofrecían mis padres era una iglesia. Cierto. El asunto no tenía pinta de rumba. El plan consistía en realizar un Vía Crucis, una suerte de crucero devocional por catorce estaciones que, de alguna manera, iban recreando el proceso que siguió Jesús de Nazareth desde su condena hasta su ejecución en la cruz.
Que yo recuerde, no había ni un solo recreo.
En cada parada, se debía leer el fragmento del evangelio, alusivo a alguno de los episodios de ese torturante camino hacia la muerte. A veces, también, se rezaba el rosario. A eso, si mal no recuerdo, se le denominaba los “misterios dolorosos”. Mi memoria dice que había mucho dolor y poco misterio.
Me veo de diez u once años, escuchando junto a un grupo a una señora que lee una narración sobre la tercera caída de Cristo bajo el peso de la cruz. Al fondo, escucho el rumor permanente de los rezos.
Siento ese olor inconfundible a sotana que parece flotar en los rincones de la mayoría de los templos. Un cura nos recuerda a cada rato que todo esto fue por nosotros, para limpiar nuestros pecados. No hay manera de no sentirse incómodo.
No me gusta estar sucio delante de tanta gente.
Lo único que me gustaba era la sexta estación. Ahí estaba Verónica. Según la liturgia, un poco antes de caer por segunda
vez, el pobre Jesús,
ya bastante abollado, recibe un cariñito de una mujer que se le acerca y le seca el rostro con un paño. Esa fue Verónica.

Una vez, cuando me estrenaba en estos paseos, después de la lectura del pasaje bíblico que narra esta secuencia, escuché a una señora darle un codazo y regalarle este comentario a su hija: “¡Y esa mujer era una puta!”. El susurro quedó rebotando dentro de mis orejas por un buen rato. Nunca me interesó averiguar bien la historia.
Con eso me bastaba. No necesitaba más. A partir de ese instante, me pareció que en todos los dibujos, Verónica aparecía con la boca demasiado abierta y los labios muy carnosos. Era un ángel prohibido. Tenía un expediente que se emparentaba con lo más humano que poseía yo en ese momento: las ganas de pecar.
La vida, como se sabe, da demasiados giros y uno, en ese camino, suele ir encontrando y extraviando diferentes cosas. A mí se me perdió la fe. A la vuelta de los años, y después de diversas experiencias, algunas de cierta intensidad religiosa, terminé convertido en un hombre que cree más en la casualidad que en los milagros. Tampoco soy un militante, enemigo de cualquier creencia en algo superior. Heinrich Boll decía que lo peor de los ateos es que siempre quieren hablar de dios. Yo no estoy en ese bando. Reconozco las ventajas de la fe. Y las envidio.
Hace unos años mi madre murió en un hospital, víctima de una leucemia, o víctima de la quimioterapia que intentaba salvarla de una leucemia. Hay momentos donde la enfermedad y la medicina se confunden, se mezclan, comienzan a ser una única experiencia, dolorosa y traumática. Llevaba ya dos semanas hospitalizada y estaba harta.
Harta sobre todo de ese protocolo clínico que solo parecía demorar una consecuencia natural de su estado de salud.
Su vida no daba más. Una tarde, frente a uno de los médicos que la trataban, llena de una particular combinación de timidez, valor y vergüenza, se aventuró a decir que, en realidad, no le importa mucho lo que estaban explicando. El doctor había estado ensayando diferentes versiones del optimismo, teorías y especulaciones sobre posibles escenarios. Hacía su trabajo, trataba de inventar una esperanza en medio de las jeringas y las sondas. Mi madre insistió. Nada de eso le interesaba. Ella estaba muy tranquila, le dijo.
Ella tenía absoluta confianza, repitió. Ella sabía que, del otro lado de la cancha, dios la estaba esperando.
Me sorprendió tanta contundencia. Ciertamente, en algunos casos, la fe puede ser tan eficaz como la morfina.
Un tiempo después, estando en México, Alejandro Rossi y yo terminamos hablando del mismo tema. Alejandro padecía de enfisema pulmonar, sabía que se encontraba ante un calendario recortado. Y no tenía fe. La certeza de mi madre también le resultó demoledora y, por supuesto, envidiable.
Frente a la nada, frente al momento crucial del final de la existencia, Alejandro solo tenía una palabra: “pavor”.
Quizás es una tara infantil.
Cada semana santa sin arena invariablemente regreso a estas espesuras. Tal vez es una forma de castigarme. O de repetir aquellos vía crusis de otra manera. Con más palabras y sin visitas al templo. Quizás tan solo extraño la fe de aquellos días. El asombro, el miedo, la culpa o la ilusión que tenía ante lo sagrado. Ahora, cuando pienso en la resurrección, solo recuerdo una maravillosa frase de Augusto Monterroso: “Lo único malo de irse al cielo es que allí, el cielo no se ve”.

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Tipos de opositores
FRANCISCO GÁMEZ ARCAYA  

Hay de todo en el amplio movimiento opositor venezolano. Por una parte están los desconectados. Son aquellos que piensan que Chávez nunca ha ganado elección alguna. Todas sus victorias han sido el resultado de la manipulación de las máquinas electorales. En ese sector están aquellos que todavía afirman que el elocuente Manuel Rosales le ganó a Chávez en 2006. Son los mismos que aseguran que Capriles ganó el 7 de octubre, pero luego decidió suicidarse, aceptando una derrota que no fue. Ciertamente el CNE no es un árbitro imparcial. Es verdad que el ventajismo oficialista es un tipo de fraude electoral. Es indiscutible que el uso de los recursos públicos, las cadenas y las amenazas merecen enérgica y permanente protesta. Pero negar la existencia del chavismo constituye un estado de ceguera peculiar.



Por otra parte, están los fatalistas. Aquellos que no ven puntos positivos en ningún escenario. Son esos que llegan al extremo de concluir que la ausencia de Chávez favorece más al chavismo que a la oposición. No reconocen a la MUD ni la lucha de Capriles. Lo critican todo. Sus análisis siempre encuentran asidero en la oscuridad. Piensan que las salas situacionales dirigidas por el G2 cubano son infalibles. Estiman que el mal avanza inexorablemente. Son esencialmente apáticos e inactivos.



Existen también los efervescentes. Son los que explotan de entusiasmo en cada campaña y quedan afónicos para el día de las elecciones. Para ellos, toda encuesta adversa es sospechosa. Pero luego caen en un estado catatónico cuando los resultados no corresponden a sus expectativas. Y se desactivan por años. Son aquellos de fáciles ilusiones pero de poca profundidad. Al final, muchos terminan afirmando que no hay solución electoral, nutriendo así el grupo de los desconectados o de los fatalistas.



Finalmente, está el elector político. Es el que vota por la oposición porque quiere un cambio en el país, pero que está consciente que ese cambio debe lucharse no solo el día de las elecciones. Es el que reconoce al chavismo como una fuerza política que no está compuesta solamente por funcionarios públicos obligados, o damnificados chantajeados, o motorizados violentos. Son los que aceptan que el mensaje de Chávez, por muy absurdo que pueda parecer, caló en muchos y que desmontarlo implica trabajo de calle y altas dosis de respeto. Cuando este grupo crezca y los desconectados, los fatalistas y los efervescentes comiencen a andar por ese camino, la acción política opositora será más estable y efectiva.

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viernes, 29 de marzo de 2013

RAMÓN GUILLERMO AVELEDO: "La primera defensa del voto es votar, nadie lo hará por nosotros"



El coordinador político del Comando Nacional Simón Bolívar afirmó “todas las medidas que hagan falta las vamos a tomar, la del reclamo, la protesta, la vigilancia y nuestros representantes ante el CNE, Carlos Vecchio y Liliana Hernández, están constantemente atentos a eso, planteando a los rectores nuestros reclamos por las irregularidades y lo harán nuestros testigos en las mesas electorales ese día. Ahora, hay una defensa del voto que nos corresponde a cada uno de nosotros como electores, recordar que ese es un derecho que nadie nos puede quitar (...) La primera defensa del voto es votar, nadie lo hará por nosotros". 

Indicó que trabajan muy duro para obtener más votos que los alcanzados en los comicios de octubre pasado y, en ese sentido, se apunta la tarjeta de la Unidad: “El hecho de que todos vayamos dentro de un solo símbolo facilita las cosas para el elector y a la hora del cuidado del voto, también, simplifica el proceso de escrutinio y es un símbolo muy claro de nuestra Unidad de propósitos, de nuestro compromiso de trabajar juntos por Venezuela. Enviamos una señal muy clara a todos los venezolanos, diciéndole aquí estamos, tan unidos que podemos ir en una sola tarjeta, aquí la única causa, el único símbolo, la única bandera es la de Venezuela”, resaltó el también Secretario Ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática. 

Aveledo considera que el país requiere un gobierno de unidad nacional, sin exclusiones, sin divisiones, sin discriminaciones, que trabaje con todos y para todos los venezolanos: “Ese es el compromiso de Henrique Capriles, así ha sido él en Miranda como gobernador y así será él en Miraflores como presidente. Hace falta pues un mandatario que tenga eso por delante, que sepa que Venezuela va primero, que su compromiso principal sea con todos los venezolanos”. 

 
“El paquetazo demuestra quién mintió en la campaña electoral del 7 de octubre”
-- En la campaña previa al 7 de octubre, al candidato de la Unidad se le acusó de que aplicaría un “paquetazo”, Capriles no obtuvo la victoria y, sin embargo, el gobierno devaluó la moneda. 

-- Fíjense ustedes que contradicción, tanto que hablaron del “paquetazo” de Capriles y terminaron aplicándolo ellos. Ahora ya no hay secretos, la gente puede darse cuenta quién estaba diciendo la verdad y quién mentía. Recordemos que a fin del año pasado se nos dijo repetidamente, a través de los voceros del gobierno, del Instituto Nacional de Estadísticas, del Banco Central de Venezuela, del Vicepresidente Ejecutivo que era el señor Nicolás Maduro, se nos decía que la situación de Venezuela era la mejor, que la economía venezolana era la más sana de América Latina, que teníamos la moneda más fuerte, que la situación económica nuestra era inmejorable. Poco después se nos dijo que había que devaluar el signo monetario y en casi la mitad, en 46,5 % que es una proporción enorme y ha habido ya otra devaluación que es la anunciada la semana pasada. 

Aveledo continuó explicando “esta devaluación es la consecuencia de las políticas equivocadas del gobierno. Un gran derroche en el gasto público que ha producido aumento en las importaciones, caída en la producción nacional, encarecimiento en los bienes y servicios que debemos comprar todos, por lo tanto la devaluación, la pérdida del valor de la moneda tiene una relación directa con lo que el gobierno ha hecho o ha dejado de hacer. ¿Esos errores quién los paga? Usted y yo, los ciudadanos, los consumidores, a la hora de ir al mercado, de comprar un repuesto, de reparar algo que necesitemos, a la hora de pagar una consulta odontológica, una prótesis, una operación, una intervención quirúrgica”. 

-- Ante este nuevo escenario, Henrique Capriles propone el aumento del salario mínimo en 40 por ciento. ¿Cómo podría lograr esa meta? 

-- Eliminando la corrupción, los regalos al extranjero y disciplinando el gasto podrá conseguir recursos para dirigirlos al salario de los venezolanos, hacia la capacidad de compra de los ciudadanos. Hoy día, mucho dinero se pierde por los caminos verdes de la corrupción, en regalos al extranjero. En estos años le hemos dado a Cuba, por ejemplo, 13 mil 500 millones de dólares –léase bien- 13 mil 500 millones de dólares que se le han transferido a lo largo de estos años. Así usted puede sacar la cuenta, los regalos a Nicaragua, Bolivia y Ecuador, entre otros países. Y está muy bien que seamos solidarios con otros países, que tengamos cooperación, lo que no está bien es que seamos claridad en la calle y oscuridad en la casa, es que atendamos primero las necesidades de otras partes antes que las necesidades de Venezuela y de los venezolanos. 

-- ¿Cuál pudiera ser la recomendación para los venezolanos, de cara a las elecciones presidenciales del próximo 14 de abril? 

-- Seguir el ejemplo de Henrique Capriles, mucha voluntad de lucha, tesón, valentía y de seguir adelante. No hay nada que pueda amilanarnos, nadie nos va a expropiar nuestro país porque no tienen derecho de hacerlo. Henrique Capriles podía haberse quedado tranquilo en la gobernación de Miranda y, sin embargo, ha dicho no, yo voy a luchar por Venezuela, yo voy a salir, a dar la cara y eso es lo que todos y cada uno de nosotros debemos hacer, no conformarnos, no quedarnos tranquilos en nuestras casas, salir a luchar por Venezuela, por nuestras familias, por nuestros hijos, salir a luchar por ese futuro que queremos para todos nosotros. 

El dirigente político sigue evaluando el escenario: “La gente conoce más a Capriles, entiende su sinceridad, su capacidad, su competencia, pues ha sido capaz de derrotar a dos vicepresidentes, venció a Diosdado Cabello la primera vez que se presentó a la gobernación de Miranda, le ganó a Elías Jaua la segunda vez y ahora derrotará a Nicolás Maduro. Henrique Capriles tiene una gestión reconocida en Miranda y ha recorrido el país explicando sus intenciones como candidato presidencial, reconociendo lo bueno del gobierno y explicando qué piensa perfeccionar, mantener y mejorar, señalando además qué debe cambiar e informando sobre nuevas propuestas para beneficiar a todos los venezolanos, en una gestión en la cual el Estado no represente una amenaza, un peligro, sino que sea una protección para todos los venezolanos, concluyó.

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UN POCO DE SENTIDO COMÚN



JEAN MANINAT |  
EL UNIVERSAL

La mezcla de política de alta intensidad, tráfico endemoniado a todas horas, caos urbano, inseguridad, desabastecimiento, produce en los ciudadanos una sensación de precariedad, de vivir en una isla en alta mar rodeados de tiburones y con un único y reseco cocotero por todo resguardo. Aún así viven, inventan, van a sus trabajos, hasta se divierten y llegan a casarse y procrear hijos. Tienen la entereza del sentido común.

La misma situación de caos, produce en algunas mentes –que se suponen educadas para dirigir la polis y con cierta sofisticación analítica para descomponer la realidad– un estado de trastorno total, con las agujas de la brújula política girando como poseídas para todos lados y el cerebro sudando enfebrecido un desenfreno de ideas disparatadas que apuntan directamente hacia el abismo. Les falta la entereza del sentido común.

No es que no tenga uno el derecho a equivocarse en el análisis, o sacar conclusiones defectuosas de un análisis serio. Son variantes que se dan con regularidad en la política, un oficio hecho para lidiar con la incertidumbre que acecha detrás de toda certidumbre. Por eso no es una labor para improvisados, para quienes suponen que serán ganadores desde el momento en que acorralan el nombre de su nuevo partido, digamos: Yo Presidente (YP). Muy por el contrario, su materia prima está amasada con derrotas, victorias pírricas, avances lentos, hasta poder identificar  apropiadamente las exigencias y elmood de la sociedad y los ciudadanos/electores que la componen. No hay otro camino democrático.

La excelente película NO del cineasta chileno Pablo Larraín, narra los esfuerzos de un grupo variopinto de publicistas comerciales por convencer a los partidos de la izquierda tradicional de asumir un discurso novedoso, a tono con lo que era la sociedad chilena en momentos de realizarse el plebiscito contra Pinochet. La confrontación entre el joven y desprejuiciado publicista y los duros y experimentados comunistas que lo increpan; los radicales que sólo quieren participar para "dejar un mensaje" y hasta los mas ecuánimes socialistas que creen que se puede ganar, pero exponiendo los males de la dictadura, es una de las más memorables radiografías políticas vistas en el cine en los últimos años. Como es sabido, el NO ganó y un nuevo Chile se disparó.
Hasta ahora los dirigentes de nuestra oposición, con Capriles a la cabeza, han mantenido una línea coherente acorde con lo que parecerían ser los requerimientos de esta campaña presidencial. Los resabiados de la abstención han perdido fuelle y credibilidad gracias a su propia esterilidad propositiva. La campaña y la fuerza de Capriles están haciendo su labor. El oficialismo así lo resiente, por eso hay que evitar cualquier triunfalismo que detenga la gota china en la cabeza del candidato oficialista.

Sin embargo, ha surgido un nuevo argumento, sin duda de muy buena fe, que contiene una carga desmovilizadora importante. "Es mejor que Maduro gane para que así asuma el barranco de lo que viene". Digamos que no deja de tener lógica, lo que no tiene es el mínimo sentido común. De alguna manera es un razonamiento vástago de la misma falta de criterio que llevó a la oposición en el 2005 a abstenerse y darse tres tiros en cada pie y dos de ñapa en cada rodilla.

Argumentar que lo mejor es que Capriles pierda para que Maduro se desbarranque ulteriormente, es tan ingenuo como pensar que lo mejor para un retador es perder un título mundial de boxeo para así esperar al campeón en la bajadita cuando los años y el desgaste físico den cuenta de su contundencia y entonces derrotarlo. O como me decía mi amigo Francisco –no, éste es laico–  es como si un grupo de policías presenciara una violación en gavilla y la dejará continuar sin actuar, para que el crimen sea mayor y el castigo peor.

No hay atajos ni truquitos posibles. Sólo peleando cada elección, sólo apoyando y trabajando por la candidatura de Capriles para que gane sin duda alguna, se podrá seguir construyendo y fortaleciendo la opción democrática.

Es simple. Sólo se requiere una dosis adecuada de sentido común.

@jeanmaninat

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jueves, 28 de marzo de 2013


El Abuso


Carenne Ludeña

No creo que nadie que haya vivido la historia reciente de este país pueda imaginarse que las próximas elecciones previstas para el 14 de abril serán apegadas a la normativa y a los reglamentos. Todos sabemos que habrá un uso  abusivo hasta el asco de los recursos del estado incluyendo los medios, los recursos económicos del ejecutivo y las gobernaciones oficialistas, la logística, la propaganda y pare usted de contar.
Sabiendo esto, la pregunta clave es entonces en qué medida puede afectar este hecho al resultado de las próximas elecciones y  cuál es la mejor estrategia para enfrentarlo .
Para responder esta pregunta me parece conveniente comenzar por analizar ciertos aspectos que han sido temas recurrentes en cada proceso electoral.
  1. No hay evidencia de fraude electrónico masivo: desde el 2006 tanto los partidos como organizaciones independientes han podido constatar que los mecanismos puestos en marcha para el control y seguridad del proceso lo hacen, en este aspecto, muy seguro. Esta afirmación se basa en un conocimiento a profundidad del software y hardware utilizado que es revisado minuciosamente por técnicos de los partidos e independientes, la utilización de códigos de seguridad sobre todo el software utilizado que aseguran que el mismo no puede ser cambiado durante las elecciones, la verificación sobre una proporción  elevada de todos los centros electorales del apego de las actas y los datos presentados por el CNE y, finalmente, en la auditoría ciudadana que sobre una muestra correspondiente al 54% del total de urnas señalan que los resultados evaluados hasta ahora en más de 9 procesos no  evidencian  disparidad alguna entre  lo totalizado por las actas en número de votos y lo escrutado manualmente. Sobre un universo de aproximadamente 34.000 mesas el no observar nada sobre la muestra implica que no hay nada con un error estadísticamente despreciable. Los abogados del diablo insisten en que es necesario lograr el conteo manual de todas las mesas, lo que  técnicamente  no tiene ningún sentido.  Más absurdo aún es pedir retornar al voto manual. Todos los pretendidos males del voto electrónico no se resuelven con el retorno al voto manual y en general, lo empeoran. Se argumenta que en centros sin testigos de la oposición puede no seguirse la reglamentación prevista para el sorteo de las mesas y así asegurar que hay mesas “donde se hace trampa” que no son reportadas. Ahora bien, ¿qué haría que en esos mismos centros sin testigos no se alterasen las actas logrando el mismo propósito sólo que esta vez ni siquiera se cuenta con la boleta de la transmisión? El problema de fondo es lograr la presencia de testigos en la mayor cantidad de centros posibles, no el volver  al voto manual.
  2. No hay evidencia de alteraciones significativas del RE: desde el 2006 equipos técnicos de  los partidos y de observadores independientes han realizado labores de depuración importante. Sobre todo, se hizo un análisis exhaustivo para determinar si era posible la existencia de un conglomerado de electores “fantasma” dentro del registro electoral. Es decir, electores inexistentes que votarían de manera virtual por el oficialismo alterando los resultados reales.Todas las pruebas realizadas desestimaron esta hipótesis, pero seguramente la más contundente de todas ellas es el análisis de los resultados que no siempre han sido favorables para el gobierno, incluyendo el tan deseado estado Miranda en las últimas elecciones. De existir este ejército sin duda hubiese sido utilizado con resultados diferentes. Todo parece indicar entonces que, contrario a lo que predican ciertos sectores opositores, los votos son emitidos por electores de carne y hueso, de los cuales ya 6500000 votaron por Capriles en las últimas elecciones.
  3. El voto es secreto: no puede saberse quién emitió un voto determinado a partir de la secuencia de las captahuellas o, si a eso vamos, por procedimiento alguno. La verificación exhaustiva del software, del hardware y los mecanismos de seguridad del software  así lo aseguran. Lo que existe es la percepción cultivada y alimentada por el oficialismo de que esto es así. Para ello se lleva a cabo una campaña cuidadosamente diseñada en las oficinas públicas, en los mecanismos de asignación y renovación de becas, ayudas, viviendas y puestos de trabajo pero también entre proveedores y contratistas del gobierno. De manera descarada.Salvando la encomiable  campaña “el voto es secreto”, éste ha sido posiblemente uno de los puntos más débiles de la oposición.
  4. Uso abusivo de medios: es así y no es imaginable que tengamos el poder de cambiar esta situación antes del 14 de abril. Sin embargo, el panorama es radicalmente diferente al de una elección normal. Capriles hace menos de 6 meses estuvo en campaña por todo el país y fruto de su esfuerzo logró 6 millones 500 mil votos. La primera gran pregunta es entonces si la campaña que pueda llevar a cabo  Maduro, con el ya señalado abuso de poder, puede cambiar la intención de voto de esos electores. La respuesta es, probablemente no. Lo que puede cambiar ese número sin embargo, es que los electores, desilusionados o asqueados decidan no ir a votar.  La segunda gran pregunta es si Maduro, usando de manera abusiva medios y recursos puede obtener todos los electores del Fallecido. De nuevo, la respuesta es probablemente no. Lo que hará salir a votar a un número no despreciable de electores será entonces el miedo. Miedo a que se pueda saber el origen del voto (y, en consecuencia perder trabajo, vivienda, becas, ayudas o contratos), miedo a que el proceso es viciado, pero también, más recientemente, ha surgido un nuevo miedo: la idea de que la difícil situación económica y política del país hará al país ingobernable para cualquiera  que no sea del oficialismo y que por lo tanto para la tranquilidad de la patria, o en algunas versiones para que sea el oficialismo quién pague los platos rotos, es necesario perder. Sorprendentemente,  todos estos miedos son  alimentados por sectores de la propia oposición.
Pareciera entonces que el futuro de los resultados de estas elecciones está mucho más en las manos de la oposición de lo que se piensa: cada voto no emitido, cada voto de abstención por protesta, por asco o por cansancio es un voto para Maduro. Pasar esta idea no requiere costosas campañas, requiere activar redes. Por otro lado, cada segundo pasado en discutir si el voto debe ser manual o si se debe contar el 100% de las mesas en la verificación ciudadana es un segundo perdido para el mayor desafío de este proceso que es vencer el miedo y las presiones sobre los electores más vulnerables, que a final de cuentas, más allá de concentraciones obligadas, o listas de 10 electores suministradas bajo presión, se resuelve siempre en solitario, frente a la pantalla. Nosotros, como oposición estamos en la obligación de dedicar hasta nuestro último esfuerzo a mostrar que en este final solitario no hay presión posible pues el voto es secreto. Finalmente, no hay argumento que justifique la conveniencia de seguir por esta ruta cada vez más primitiva y destructiva. En el peor de los casos, un gobierno de Maduro logrado por un estrecho margen no puede sino beneficiar a los que no estamos de acuerdo con sus prácticas totalitarias.
Creo que podemos ganar, pero esto requiere no confundir el pivote, allí donde hay que aplicar la energía. Maduro intentará convencernos de que el abuso y la intimidación son iguales a votos. A nosotros nos toca mostrar que no.


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