martes, 31 de mayo de 2016

PADRINO Y LOS RETIRADOS

HENRY RAMOS ALLUP


EL NUEVO PAÍS

Dando por buena la afirmación del general (r) Cliver Alcalá de que el ministro de la defensa Padrino López es un hombre honesto, resulta tanto más incomprensible su conducta -digamos que tolerante para no emplear la palabra exacta- ante tantos militares corruptos que ocupan ministerios y cargos de alto nivel donde se manejan contratos y negocios, compartiendo la consigna que tienen el mismo derecho de robar que los funcionarios civiles aunque ello los haga más dependientes del régimen que agoniza. ¿Por qué un militar honesto permite además que las fuerzas armadas se apelliden violando la Constitución en este y en otros innumerables casos para ponerlas al servicio indigno del gobierno plagado de acusaciones de corrupción y narcotráfico y del partido político que lo sustenta? La explicación de esta conducta corresponde al ministro, cuyo silencio precisamente da pábulo a todo tipo de interpretaciones. Se ha dicho que traga grueso para continuar allí como contención de peores abusos, pero esa no es explicación satisfactoria porque la consecuencia ha sido la caída en picada de la reputación de las fuerzas armadas como un todo, a las que ya nadie teme, ni quiere ni respeta. Que vean las encuestas. Una tragedia.
Una máxima aprendida de políticos veteranos dice que militar retirado, político que renuncia y cura sin sotana son tres eminentes bolsas. Militares que cuando activos (como Cliver Alcalá y Rodríguez Torres) fueron agentes principales, cómplices y cooperadores de tropelías sin fin, ahora en el retiro se convierten en denunciantes de lo que antes ejecutaron o callaron, quizás pretendiendo liderar desde afuera el partido militar y una eventual transición. Ni pendejos que fueran los activos para calarse que los utilicen los retirados sin tropas ni poder de intimidación . No los incluyo por ahora en el creciente bojote de buchones tornados en delatores en el odiado imperio, como Isea y García Plaza, a cambio de impunidad y legitimación de parte de lo que se robaron. El tiempo dirá si son honestos o lo contrario.
Dejo aparte el caso del pobre Diosdado. Expulsado del paraíso en vida del mismísimo comandante eterno, fue preterido de la sucesión en la patética cadena comunicacional del 8/12/2012 en la que Chávez pidió desde su corazón respaldar a Maduro como heredero. ¿Por qué descartó ingratamente a Cabello? No fue por desleal. Al contrario. Desde el golpe del 4F fue de los más devotos. Luego, cuando el golpe de abril de 2012, hallándose en ejercicio de la vicepresidencia, se ocultó estratégicamente en la torre de control del aeropuerto de Maiquetía hasta que regresó Chávez en la madrugada del 13 de abril, cuando reapareció abrazando gozoso al repuesto presidente. Ocupó importantes y lucrativos ministerios en vida de Chávez y colocó fichas suyas civiles y militares en organismos donde se manejó y maneja dinero, divisas, poder y presiones de todo tipo (todavía los controla) pero se afirma que jamás le perdonó haber sido derrotado por Capriles en Miranda y que le hacía repetir una y otra vez en humillante letanía: “soy una c…..; soy una c…..” Posteriormente fue enviado a los bleachers en la AN en la que se mantuvo al acecho, hasta lograr la presidencia que ejerció despóticamente desde el 5/1/2012 al 5/1/2016 de la que lo sacó el triunfo opositor en las elecciones del 6D15.
Hoy es la ficha más abominada del país y en el propio chavismo. Diputado que no asiste a la AN y con razón porque se notarían más sus carencias parlamentarias muy por debajo del promedio de su propia bancada, ha visto reducido su poder dentro del psuv, el gobierno y las fuerzas armadas. Ahora ejerce el desairado papel de conductor del programa “Con el mazo dando” en la tv oficial (delito continuado de peculado de uso), copia empeorada de La Hojilla de su acusador Mario Silva. Desde ahí calumnia, difama e intriga sin derecho a defensa de sus víctimas, al tiempo que utiliza sus chantajes en la percudida judicatura para reducir a silencio a los medios que reproducen las acusaciones que en su contra cunden en medios internacionales. Aunque se sabe que es uno de los tetrarcas que ejerce el poder, recientemente quiso ser ministro de defensa pero la reacción de los militares frustró su aspiración. Por eso Padrino lo compensa tolerando que vayan a su programa unos cuantos militares a ser condecorados con la cachiporra plástica que es insignia del programa, para que simule contar con poder militar.

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COMUNICADO DE LA MUD: El pueblo defiende la paz frente a un CNE que promueve violencia

La Mesa de la Unidad Democrática denuncia ante el país que nuevamente la mayoría oficialista del Consejo Nacional Electoral suspende la reunión que ese organismo tiene la OBLIGACIÓN de sostener con esta alianza política, representativa de la nueva mayoría democrática expresada en las urnas electorales el pasado 6 de diciembre y promotora del Referendo Revocatorio.
En efecto, la presidenta de ese organismo, Tibisay Lucena, saboteó la reunión MUD-CNE que estaba prevista para el pasado 4 de Mayo. Luego, esa reunión fue reconvocada para el pasado jueves 26 de mayo.  Nos anunciaron entonces que nuevamente sería pospuesto ese encuentro para mañana martes 31, y a última hora del lunes 30 nos informan de una nueva suspensión.  Denunciamos ante el país y el mundo que esta conducta irresponsable y grosera  de la mayoría oficialista del directorio del CNE constituye una agresión al derecho del pueblo venezolano de avanzar pacíficamente hacia el necesario cambio político por un camino pacífico y electoral como es el Referendo Revocatorio, contemplado en la Constitución Nacional.
Mañana martes 31 se cumple el lapso que – violando su propio reglamento – estableció la mayoría oficialista del CNE para recibir y procesar las planillas con las firmas del 1% de la población.  En efecto, como se recordará, el CNE entregó la planilla para recabar las firmas el pasado 26 de abril, y aunque el pueblo recogió 10 veces más firmas que las 195.721 necesarias en apenas dos días, los agentes electorales del PSUV se empeñaron en tomarse completos esos 30  días más cinco días continuos adicionales para “digitar y digitalizar” las firmas. Ese lapso se vence mañana 31 de mayo. En otras palabras, AÚN EN MEDIO DE SU PROPIA ILEGALIDAD, LA MAYORIA OFICIALISTA DEL CNE TIENE LA OBLIGACIÓN INSTITUCIONAL, POLÍTICA Y MORAL DE ANUNCIAR ESTE MARTES 31 DE MAYO EL SIGUIENTE PASO DEL PROCESO, QUE ES LA VERIFICACIÓN PRESENCIAL DE LAS FIRMAS. En lugar de eso, la burocracia roja del CNE nuevamente rehúye su responsabilidad, y embarca a los venezolanos.
Mañana martes 31, en rueda de prensa  a realizarse a las 10 am en la Torre Credicard, en Chacaíto, anunciaremos la respuesta del pueblo venezolano a tanta irresponsabilidad.  A la cúpula corrupta e ineficiente que desgobierna al país solo le queda el poder de la violencia y de la burocracia.  El mayoritario país que quiere cambio tiene el poder del pueblo organizado y movilizado, pacífica y contundentemente. Como y cuando vamos a ejercer ese poder es lo que anunciaremos en esta rueda de prensa. AL BLOQUEAR LA SOLUCIÓN ELECTORAL Y PACÍFICA, LOS AGENTES ELECTORALES DEL GOBIERNO PROMUEVEN LA VIOLENCIA.  ANTE ESO, EL PUEBLO SE MOVILIZA EN DEFENSA DE LA PAZ, EXIGIENDO NUESTRO DERECHO CONSTITUCIONAL: QUEREMOS VALIDAR NUESTRAS FIRMAS.  QUEREMOS VOTAR, QUEREMOS REVOCAR EN PAZ A ESTE DESGOBIERNO, A ESTA CALAMIDAD, PARA ABRIR A TODOS LOS VENEZOLANOS UN CAMINO DE PROGRESO, PROSPERIDAD Y ESPERANZA!
MESA DE LA UNIDAD DEMOCRÁTICA
Caracas, 30 de mayo de 2016
Más información en: www.unidadvenezuela.org
Para contacto: 0414.685.73.78
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Gobierno de Paraguay expresa apoyo a Almagro sobre Venezuela

EFE

ASUNCIÓN. El canciller Eladio Loizaga declaró hoy que Paraguay “acompaña” la decisión del secretario general de la OEA, Luis Almagro, de activar la Carta Democrática para Venezuela.
“En el marco de la OEA, Paraguay va a acompañar todo lo que está pidiendo el secretario general (Luis) Almagro”, dijo Loizaga a Efe.
La invocación de la Carta Democrática puede llevar a la suspensión del país caribeño de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Loizaga declaró además que comunicará a Samper, secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el desacuerdo de Paraguay con su viaje a Venezuela para impulsar el diálogo entre el Gobierno y la oposición.
“Estamos disconformes con la actuación del secretario general, que no consultó con cancilleres” de los Estados miembros de la Unasur, afirmó Loizaga.
Samper participó en Caracas de la Comisión de la Verdad, creada por el Gobierno de Nicolás Maduro para investigar los hechos violentos de los últimos años.
Loizaga también se refirió a la petición que Paraguay realizó la semana pasada a Uruguay, como país que preside de forma temporal el Mercosur, para convocar una reunión de cancilleres que analice la situación en Venezuela.
“Nos mantenemos a la espera hasta que se convoque la reunión (de cancilleres) a pedido de Paraguay”, afirmó hoy Loizaga, que agregó que la cumbre podría dar respuesta al requerimiento de su país “buscando los principios democráticos y derechos humanitarios”.
Paraguay solicitó esa reunión en el marco del Protocolo de Ushuaia, de compromiso democrático en el ente.
Esta cláusula solo fue empleada en una ocasión en 2012, cuando Paraguay fue suspendido del Mercosur, que integra junto a Argentina, Uruguay, Brasil y Venezuela, tras la destitución del presidente Fernando Lugo en un controvertido juicio político.
La Secretaría General de la OEA consideró este martes en un informe que “la crisis institucional de Venezuela demanda cambios inmediatos en las acciones del Poder Ejecutivo (...) a riesgo de caer en forma inmediata en una situación de ilegitimidad”.
La institución recurre al artículo 20 de la Carta para “solicitar la convocatoria de un Consejo Permanente de los Estados miembros entre el 10 y el 20 de junio de 2016”, fechas que coinciden en parte con la Asamblea General del organismo, en la que participan los cancilleres y que se celebrará entre el 13 y 15 de junio en República Dominicana. 

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DIÁLOGO SÍ, PERO CALLE TAMBIEN

CARLOS TABLANTE

Quiero comenzar recordando el escalofriante saldo de la violencia política en Latinoamérica: Colombia, luego de medio siglo y más de 200.000 muertos, está negociando la paz. Guatemala hizo lo mismo después de un genocidio que eliminó a más de 100.000 indígenas. En El Salvador, luego de 11 años de guerra y 80.000 muertos, los adversarios optaron por la paz. En Sudáfrica, lograron superar el abominable apartheid con acuerdos políticos y el extraordinario papel de Mandela, reconocido por todos. En Ruanda, 800.000 personas fueron asesinadas a machetazos pero al final víctimas y victimarios tuvieron que reconciliarse. Estados Unidos y Cuba, después de vivir casi sesenta años en un conflicto que puso al mundo al borde de una guerra atómica, decidieron hacer las paces. Vietnam derrotó al gigante EEUU en una sangrienta guerra de dos décadas, mientras las partes enfrentadas negociaban en París.

Siempre hemos creído en el valor del diálogo. La Unidad democrática venezolana quiere el diálogo, pero el verdadero. Venezuela vive un momento demasiado grave para cederle más tiempo a este régimen incompetente y corrupto. A diario mueren venezolanos por falta de medicinas, por desnutrición o en manos del hampa.
Con el sabotaje que hizo el oficialismo a las reuniones preparatorias y separadas de República Dominicana – que no eran más que la continuación de un proceso de mediación iniciado en Caracas por los ex presidentes Zapatero,Torrijos y Fernández – quedó claro que el régimen lo que desea es ganar tiempo. Nada más.
La comunidad internacional ha expresado de diferentes maneras y por distintas vías, su profunda preocupación por la situación límite que vive Venezuela. Desde el Grupo de los 7 países más desarrollados, pasando por la Unión Europea y John Kerry – con el apoyo a la mediación de Zapatero -, hasta el propio Papa, han pedido a Maduro que reconsidere su intransigente posición y dialogue. Todos esos esfuerzos son importantes y merecen el agradecimiento de los venezolanos.
Para la oposición democrática expresada en la MUD, un verdadero diálogo debe tener agenda y objetivos claros y sobre todo, compromiso de ambas partes. La oposición ha colocado unos requisitos previos mínimos sobre la mesa para iniciar el diálogo: Que se escuche la voz de la mayoría de los venezolanos y se realice el Revocatorio; que se libere a todos los presos políticos y termine la persecución ilegal de dirigentes políticos, sociales y gremiales, estudiantes, periodistas y medios; que se atienda con urgencia a las víctimas de la crisis humanitaria por falta de de alimentos y medicinas y que se respete la Constitución y la Asamblea Nacional.
La respuesta del régimen hasta ahora ha sido negar todo: Representantes del poder ejecutivo y del electoral aseguran que el Revocatorio no va, es decir, privan a la mayoría de los venezolanos del derecho constitucional de revocar el mandato de un presidente que no sirve. No sólo no liberan a los presos políticos sino que aumentan la lista. No dan respuesta al desabastecimiento de comida y medicinas pero tampoco permiten la ayuda internacional que han ofrecido varios países y la propia comunidad venezolana en el exterior. Todos los días violan la Constitución Nacional e irrespetan al poder popular expresado en la Asamblea Nacional. Resulta obvio entonces que el que no quiere dialogar es el régimen.
Maduro quiere llevar a Venezuela al abismo de la violencia, donde él y la élite civico militar que lo acompaña, tienen ventaja. O por lo menos es lo que creen. Sin embargo, olvidan que el pueblo está bravo y que ya perdió el miedo, como lo demostró en diciembre votando mayoritariamente por el cambio y mas recientemente estampando su firma para solicitar el Revocatorio. Olvidan que la tropa que envían a las calles a reprimir a sus compatriotas, es pueblo. Se olvidan que los que queremos cambio somos mayoría.
A pesar de todo los obstáculos que colocan Maduro y su entorno, los demócratas debemos insistir en el diálogo. Al mismo tiempo, tenemos que ser pro activos. Elevar nuestra voz de protesta anta las injusticias y los atropellos a los derechos humanos en la calle, en las infames colas, en las instituciones públicas, en las comunidades. Con serena templanza democrática pero con persistencia y determinación. Todos los días y en todas partes. Hacer sentir el malestar que sentimos ante la incompetencia del régimen, por la impunidad que protege a delincuentes y criminales, frente a los abusos de poder, por la corrupción de la casta que desgobierna. Como lo han venido haciendo miles de venezolanos en todo el país, con perseverancia, con reciedumbre y sobre todo, sin miedo. El cambio es indetenible.


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De Salvajes a Revolucionarios
Bernard Horande - @BHorande

Hace poco, se celebró el cuadragésimo aniversario de la aparición de una obra del escritor y pensador venezolano Carlos Rangel que considero clave para el entendimiento de lo que hemos vivido los venezolanos, no sólo en los últimos 17 años, sino mucho antes de eso también. Por cierto, aplica también a la casi totalidad de nuestros pueblos latinoamericanos.
Se trata del libro “Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario”. Lo leí hace muchos años y por estos días lo he vuelto a revisar.
Vayan a continuación algunas referencias sobre el tema que me lucen destacables y que ojalá impulsen a algunos hacia la lectura del libro en su totalidad.
Según Rangel, el mito de lo que él denomina el "Buen Salvaje" se sustenta en lo que los descubridores y conquistadores, desde Colón en adelante, observaron en los nativos que encontraron en el “Nuevo Continente”.
Rangel escribe sobre la percepción de estos conquistadores: “Si el hombre fue bueno y es la civilización quien lo ha corrompido… no puede haber mayor maravilla que encontrar ese tiempo primitivo coexistiendo con nuestro tiempo, y constatar que en efecto hombres incontaminados por la civilización, han permanecido inocentes”.
Esos nativos, según Rangel, eran Buenos Salvajes. Prueba de ello es que Colón escribió a los Reyes Católicos: “Certifico a sus Altezas que no existe mejor tierra ni mejor gente: aman a su prójimo como a ellos mismos y hablan la lengua más suave del mundo”.
Para entender el paso del Buen Salvaje al Buen Revolucionario, Rangel se apoya en la tesis del “milenarismo” como consecuencia del “reino perfecto” que Cristo prometió: un reino de mil años. Ese  “milenarismo” religioso se convertiría en “revolucionismo” secular, como producto de los "tiempos de degradación de grandes mitos profundos y eternos".
La supuesta culpable de la degradación de la sociedad sería una civilización corruptora cuya influencia central fue el establecimiento de la propiedad privada, una institución supuestamente “antinatural”. Según esta tesis, antes de existir la misma, “los hombres habrían sido iguales y dichosos, y volverán a serlo automáticamente al quedar ella abolida”.
¿Qué surgió después de esto?
El concepto de salvación total.
Rangel argumenta: “Mediante una transformación súbita, la vida en la tierra quedará devuelta a la perfección que tuvo antes de la caída (o antes de la propiedad privada)… las explosiones de fe milenaria (o revolucionaria) han estado invariablemente acompañadas por el ascenso fulgurante de profetas y mártires, dotados de cualidades especiales: elocuencia, valor, magnetismo personal, carisma…”.
Es decir, los Buenos Revolucionarios.
No sé por qué, pero todo esto me va resultando familiar...
“De este modo, el Buen Salvaje se convierte en el Buen Revolucionario, aventurero romántico, Robin Hood rojo, Don Quijote del comunismo, nuevo Garibaldi… Cid Campeador de los condenados de la tierra… el Che”.
Por supuesto, para 1976, fecha de publicación del libro, Chávez no era más que un cadete.
Rangel afirma que “…el milenarismo y el revolucionismo están reñidos con el espíritu racionalista que hizo la grandeza de Occidente pero en cambio son supremamente tentadores para quienes se sienten preteridos, marginados, frustrados, fracasados, despojados de su derecho natural al goce igual de los bienes de la tierra de que supuestamente disfrutaban los Buenos Salvajes de América antes de la llegada de las fatídicas carabelas”.
“Eso explica que la América triunfadora, los EEUU, haya hecho un uso muy moderado del mito del Buen Salvaje y tenga una resistencia sana (mayor que la de Europa) al mito del Buen Revolucionario. Y explica también que la América fracasada, la América Latina, sea especialmente vulnerable a ambos mitos”, añade Rangel.
Esto en buena medida explica lo ocurrido con muchos de los gobernantes de nuestros países, y de buena parte de los pueblos que los apoyan. Es Perón en Argentina, y Chávez en Venezuela, pero también Castro en Cuba, Velasco Alvarado en Perú, Allende en Chile, y pare Ud. de contar.
Es la costumbre facilista de culpar al capitalismo como sistema y a la propiedad privada de todos los males y desgracias que sufrimos en América Latina.
El culpable siempre es otro. Nunca terminamos de asumir nuestras propias responsabilidades.
Rangel nos indica que “los colonizadores anglosajones vinieron en busca de tierra y libertad, no de oro y esclavos… pero el conquistador español creó una sociedad de la cual los indios, reducidos a la servidumbre, formaban parte orgánica e indispensable, los hombres por su trabajo, las mujeres por su sexo”.
Carlos Rangel agrega: “En consecuencia, los latinoamericanos somos a la vez descendientes de los conquistadores y del pueblo conquistado, de los amos y de los esclavos, de los raptores y de las mujeres violadas. El mito del Buen Salvaje nos concierne personalmente, es a la vez nuestro orgullo y nuestra vergüenza”.
Sin duda, tomar conciencia de dónde venimos y de por qué actuamos como actuamos es parte de una solución global y definitiva que por fin nos saque, como nación, de ese círculo vicioso que nos lleva continuamente a repetir los mismos errores y, en consecuencia, los mismos fracasos.


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Aplastad la hidra de la contrarrevolución con el terror masivo



  CARLOS ALBERTO MONTANER

La sacudida se sintió en ambas orillas del Atlántico. La visita de Albert Rivera a Venezuela ha tenido una notable repercusión en España. El líder español que preside Ciudadanos, un partido liberal con fuerte representación parlamentaria, fue con el objeto de respaldar a los demócratas de la oposición, especialmente a Leopoldo López y a Antonio Ledezma.
Al dirigente comunista de Podemos, Pablo Iglesias, señalado como el hombre del chavismo y de los iraníes en España, vinculación que él niega con más vehemencia que éxito, le preguntaron por el preso político venezolano Leopoldo López y respondió una notable falsedad.
Dijo que estaba en contra de que cualquier persona fuera encarcelada por las ideas que sustentaba. Y enseguida agregó que, si Leopoldo López estaba en la cárcel por tratar de derrocar al gobierno –dando por sentado que ése era el caso–, no lo apresaron por sus ideas, sino por sus acciones.
Un buen comunista, como Pablo Iglesias, formado en la ideología marxista-leninista, y creyente en el materialismo histórico, necesariamente suscribe la tesis de que las ideas, como las instituciones, pertenecen a una superestructura que depende de las condiciones económicas de la sociedad y, en primer lugar, de las relaciones de propiedad preexistentes.
Leopoldo López, pues, joven de familia pudiente, descendiente de Simón Bolívar (también un criollo muy rico al que Marx denostó en The New American Encyclopedia, 1858), adscrito por herencia a la odiada oligarquía, formado en las universidades yanquis, inevitablemente sostenía las ideas propias de su clase enemiga.
Era, por lo tanto, legítimo extirparlo de la faz de la tierra y encarcelarlo, incluso matarlo, como postulaba Lenin, y como ordenó llevar a cabo sin ningún tipo de miramientos. (Izvestia clamaba en 1918: “Aplastad la hidra de la contrarrevolución con el terror masivo. Cualquiera que se atreva a difundir el rumor más leve contra el régimen soviético será detenido de inmediato y enviado a un campo de concentración”).
Así ha sido siempre. Las matanzas y los gulags de Lenin, Stalin, Pol Pot, Mao, Fidel Castro o de Kim Il Sung y su extraña familia –por sólo citar algunos de esos conspicuos asesinos que dejaron 100 millones de muertos a lo largo del siglo XX y muchos más prisioneros políticos--, no ocurrieron por obra y gracia de un grupo de psicópatas, sino porque esos “revolucionarios” eran marxistas-leninistas convencidos de la verdad profunda de las teorías del alemán y de su discípulo ruso.
Todos ellos se sentían bondadosos agentes de un cambio que algún día le traería la felicidad definitiva a la Humanidad (así, con una mayúscula delirante), y si en el trayecto tenían que matar o encarcelar a una multitud de personas, muchas de ellas inocentes de todo delito, salvo el de pertenecer a la clase culpable, era por el bien de la especie y en procura de un fulgurante y definitivo destino: el paraíso comunista que nos esperaba al final de la historia.
Seamos serios: ni el señor Pablo Iglesias ni su compañero de coalición Alberto Garzón creen en las libertades individuales o en las virtudes de la democracia liberal. Están en el parlamento porque les está vedado el camino de la revuelta armada.
Si por Iglesias fuera, decapitaría al rey Felipe VI y a la reina Letizia, lo que se deduce de su oda a la guillotina, como puede comprobarse en YouTube (https://www.youtube.com/watch?v=wfMo04zWbKo). Las elecciones, lo mismo que les sucede a sus hermanos chavistas, son la mayor cantidad de revolución que les permite esta compleja era antiheroica, “perrofláutica” y postsoviética.    
Lo triste es que, según las encuestas, unos seis millones de españoles van a votar por la coalición Unidos Podemos, acaso sobrepasando a los electores del PSOE, y sólo una pequeña fracción –tal vez el 20%– son realmente comunistas. El 80 restante son personas inconformes con la falta de oportunidades y con los escándalos de corrupción, que creen formar parte de una izquierda democrática que desea proteger el Estado de Bienestar que, sospechan, está en peligro.
Es lamentable que estos españoles inconscientes, víctimas de una variante del espejismo ideológico, no miren con detenimiento lo que sucedió en la patria, precisamente, de Leopoldo López y de Antonio Ledezma que acaba de recibir a Albert Rivera.
En Venezuela, Hugo Chávez se disfrazó de demócrata, sedujo a los electores y utilizó las urnas para meter de contrabando un régimen procomunista que ha destrozado al país. Lo mismo que se propone hacer Unidos Podemos en España.
*Periodista y escritor. Su último libro es la novela Tiempo de Canallas

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AYUDANDO A MADURO

ANGEL OROPEZA

Todo buen asesor comienza su trabajo con lo más básico, que es identificar las debilidades y fortalezas de su cliente. Supongamos por un momento que usted ha sido contratado para formar parte del muy bien pagado grupo de asesores del señor Maduro. ¿Qué le diría a su angustiado cliente?
Lo primero es revisar los activos. ¿Dónde es fuerte el señor Maduro? ¿En lo económico? Ciertamente, y mucho. El suyo es un gobierno multimillonario sentado sobre un país en crisis humanitaria. ¿En lo institucional? Pues sí, dado que controla a placer 5 de los 6 poderes del Estado. ¿En lo mediático? También, al punto que si quiere lanzar la mentira del día o amenazar a alguien, le basta con encadenar toda la red radioeléctrica del país. ¿En capacidad de represión? Sin duda, ya que a su conocida indolencia se le suma el control de al menos una parte de la Fuerza Armada y de los aparatos represivos del Estado. Si éstas son sus fortalezas, ¿dónde están entonces sus debilidades?
Las principales debilidades son tres. Las dos primeras son su imagen internacional, muy deteriorada y con cada vez mayor dificultad para conseguir apoyo y comprensión de otros países, y las inmensas fracturas internas que sufre hoy el oficialismo. Pero la tercera debilidad es la mayor y más preocupante: su muy precaria base de apoyo popular y electoral, al punto que Maduro, cada vez más solo y rechazado, perdería de manera abierta cualquier elección que se convocase hoy en Venezuela.
Dada esta correlación entre fortalezas y debilidades, lo lógico es que los asesores instruyan a Maduro para que huya despavorido de cualquier escenario que contemple enfrentarse en el terreno electoral. ¿Qué debe hacer entonces? Pues imponer al CNE que obstaculice y prorrogue al máximo los pasos para el Referendo Revocatorio, ordenar al TSJ para que tranque todas las salidas pacíficas a la crisis, y exasperar a la población con la agudización intencional de sus problemas. ¿Qué persigue con todo esto?
Por una parte, apostar a la postergación de lo que más teme, que es al referendo revocatorio. Pero, por la otra, intentarprecipitar la crisis para intentar capitalizarla a su favor, provocando o una respuesta equivocada de sectores opositores o una reacción popular de tal magnitud y rabia que le dé la excusa para reprimir e intentar hacerse de mayores cuotas de poder. Si le va bien en la jugada, tendría un pretexto de legitimación para aplicar con mayor reciedumbre su radicalismo e intimidación. Si le va mal, y la situación lo desborda, se colocaría como el principal agredido y, se intentaría colocar como la primera opción de un eventual retorno al poder. Una estrategia que implica jugar con la paz del país sólo para cuidar un puesto.
Enfrentar esta estrategia supone inteligencia, perseverancia, y sobre todo no errar el objetivo. Ello pasa, por ejemplo, por no prestarse al juego del gobierno y caer en la estupidez de torpedear la necesaria unidad de los factores de oposición. La mejor forma de ayudar hoy a Maduro es sumarse al coro de algunos “opositores”, siempre tan útiles al gobierno, aquellos que admiraban el “radicalismo” de Escarrá, de Ricardo Sánchez o de William Ojeda, y que gritan otra vez que la MUD es “colaboracionista” por insistir en luchar contra el gobierno justo allí donde éste es más débil, que aquí no hay salida electoral, y que hay que olvidarse de dar la pelea en el único terreno al que el gobierno le tiene pavor.
Es difícil imaginarse una mejor forma de ayudar a un régimen en fase terminal que enfilando las baterías no contra él, sino contra quienes han sido exitosos en la estrategia de cercarlo, arrinconarlo, quitarle pueblo y obligarle a agotar sus últimas cartas de represión y amenaza, a punta de organización popular y avance electoral, que es la única estrategia que funciona. La única que, como dice Machado, pone la vela donde sopla el aire.

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lunes, 30 de mayo de 2016

Una sobredosis de heterodoxia puede ser letal
            Ricardo Hausmann

Desde la crisis financiera de 2008, ha sido común criticar a los economistas por no haber predicho el desastre, por haber dado recetas erróneas para evitarlo, o por no haber podido arreglarlo luego de sucedido. Los llamados a nuevas formas de pensamiento económico han sido persistentes –y justificados–. Pero todo lo nuevo puede que no sea bueno, y que todo lo bueno no sea nuevo.
El aniversario número 50 de la Revolución Cultural china constituye un recordatorio de lo que puede pasar cuando se tira por la borda toda la ortodoxia. La actual catástrofe de Venezuela es otro: un país que debería ser rico está sufriendo la peor recesión, la inflación más alta y el peor deterioro de los indicadores sociales del mundo. Sus ciudadanos, que habitan sobre las reservas petrolíferas más grandes de la Tierra, literalmente están pasando hambre y muriéndose por falta de alimentos y medicinas.
Cuando este desastre se estaba desarrollando, Venezuela recibió elogios por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, de la Comisión Económica para América Latina, del líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbin, del expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y del estadounidense Center for Economic Policy Research [Centro de Investigación de Política Económica], entre otros.
Entonces, ¿qué es lo que el mundo debería aprender del hecho de que este país haya caído en la miseria? Venezuela quedará como el ejemplo emblemático de los peligros que conlleva el rechazo de los principios básicos de la economía.
Uno de ellos es la idea de que, a fin de lograr metas sociales, es preferible usar el mercado en lugar de reprimirlo. Al fin y al cabo, el mercado esencialmente es solo una forma de autoorganización a través de la cual cada uno trata de ganarse la vida haciendo cosas que los demás consideran valiosas. En la mayor parte de los países, los ciudadanos compran alimentos, jabón y papel higiénico sin que ello se convierta en una pesadilla para la política nacional, como ha sucedido en Venezuela.
Pero, supongamos que a uno no le gustan los resultados que genera el mercado. La teoría económica estándar sugiere que se puede intervenir gravando algunas transacciones –por ejemplo, las emisiones de gas de invernadero– o dándoles dinero a los grupos de personas a los que se quiere beneficiar, pero dejando que el mercado haga lo suyo.
De acuerdo a una tradición alternativa, que se remonta a Santo Tomás de Aquino, los precios deberían ser “justos”. La economía ha demostrado que esta idea es realmente pésima, puesto que los precios constituyen el sistema de información que crea incentivos para que tanto proveedores como clientes decidan qué y cuánto fabricar o comprar. Hacer que los precios sean “justos” anula esta función, y deja a la economía en un estado de escasez perpetuo.
En Venezuela, la Ley de Costos y Precios Justos es una de las razones por las que los agricultores no cultivan. Y, debido a ello, cierran las empresas del sector agroindustrial. De manera más general, el control de precios crea incentivos para que los bienes pasen a transarse en el mercado negro. Como consecuencia, el país que tiene el sistema más extenso de control de precios, tiene también la inflación más alta del mundo –y, además, ejerce acciones represivas de cada vez mayor envergadura,encarcelando a gerentes de tiendas por tener inventarios considerados excesivos y hasta cerrando las fronteras para evitar el contrabando–.
La fijación de precios es un callejón sin salida corto. Uno más largo es el subsidio de productos para que sus precios permanezcan por debajo de su costo.
Estos llamados subsidios indirectos pueden crear un desorden económico de manera muy rápida. En Venezuela, los subsidios a la gasolina y la electricidad son más altos que el total de los presupuestos de educación y salud; y el subsidio al tipo de cambio es de campeonato. El sueldo mínimo diario en Venezuela apenas alcanza para adquirir un cuarto de kilo de carne o una docena de huevos. Sin embargo, cubre 1.000 litros de gasolina o 5.100 kWh de electricidad – suficiente energía para una ciudad pequeña. Con el producto de la venta de un dólar al tipo de cambio del mercado negro, se pueden comprar más de 100 dólares al tipo de cambio oficial más fuerte.
Bajo estas condiciones, es poco probable encontrar bienes o dólares a precio oficial. Todavía más, puesto que el gobierno no puede proporcionar a los proveedores los subsidios necesarios para mantener los precios bajos, la producción colapsa, como ha sucedido en los sectores de la electricidad y de la salud en Venezuela, entre otros.
Además, los subsidios indirectos son regresivos, ya que como los ricos consumen más que los pobres, el beneficio que ellos reciben del subsidio es más alto. Esto es lo que sustenta la sabiduría tradicional de que si se desea cambiar los resultados del mercado, es mejor subsidiar directamente a las personas con dinero que subsidiar los bienes.
De acuerdo a otro sabio principio convencional, es muy difícil crear una estructura de incentivos adecuada y disponer del know-how necesario para administrar empresas de propiedad estatal. Por lo tanto, es mejor que el estado sea dueño de solo unas pocas, ya sea en sectores estratégicos o en actividades en las que abundan las fallas del mercado.
Haciendo caso omiso de este principio, Venezuela se embarcó en un festín de expropiaciones, especialmente después de la reelección del expresidente Hugo Chávez en 2006. Él expropió predios agrícolas, supermercados, bancos, empresas de telecomunicaciones, de energía, de producción de petróleo y de servicios, además de compañías manufactureras productoras de acero, cemento, café, yogurt, detergente y hasta botellas de vidrio. En todas estas empresas la productividad colapsó.
A los gobiernos con frecuencia les cuesta cuadrar sus cuentas, lo que conduce a un exceso de endeudamiento y a problemas financieros. No obstante, la prudencia fiscal es uno de los principios de la ortodoxia económica que más se ataca. Venezuela, sin embargo, demuestra lo que sucede cuando se desprecia la prudencia y se trata a la información fiscal como secreto de estado.
Venezuela utilizó el auge del petróleo de 2004-2013 para quintuplicar su deuda pública externa, en lugar de ahorrar para una época de vacas flacas. Para 2013, el endeudamiento desaforado del país hizo que los mercados de capital internacionales dejaran de otorgarle préstamos, lo que llevó a las autoridades a imprimir dinero. A causa de esto, en los últimos 3 años la moneda perdió el 98% de su valor. Para 2014, cuando cayó el precio del petróleo, el país no estaba en condiciones de absorber el golpe, lo que llevó al colapso de la producción interna y de la capacidad de importar, terminando en el desastre actual.
La ortodoxia es la herencia de los aprendizajes, a menudo dolorosos, que nos deja la historia –la suma de lo que consideramos cierto–. Pero no toda ella es verdadera. El progreso requiere identificar aquello que no lo es, lo cual a su vez exige una forma de pensar heterodoxa. No obstante, el aprendizaje se hace difícil cuando existen demoras largas entre la acción y sus consecuencias, como al tratar de regular la temperatura del agua estando en la ducha. Si la reacción tarda, es necesario explorar lo heterodoxo, pero ello debe hacerse en dosis moderadas. Cuando se arroja por la borda toda la ortodoxia, se produce el desastre que fue la Revolución Cultural china – y que es la Venezuela de hoy.

Traducción del inglés de Ana María Velasco
Publicado originalmente en Project Syndicate
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Tareas Actuales

Ismael Pérez Vigil 

A pesar de la grave crisis que confrontamos, de la hiperinflación, el desabastecimiento, la inseguridad, los racionamientos de agua y luz, hay tareas que no se pueden soslayar o dejar de lado pues son también imprescindibles para el futuro. Los problemas actuales mencionados hay que atacarlos con propuestas concretas y en este momento, con un claro programa de agitación. Pero no se debe dejar de lado la reflexión acerca de tareas que son urgentes para un futuro, que se nos hará presente muy pronto.

Las marchas de principio del siglo XXI, los cacerolazos, las manifestaciones, las protestas cívicas y originales abrieron una brecha en estos monolíticos 17 años. Eso no iba a tumbar” al gobierno y mucho menos, como dijo un cronista: “Una oposición inspirada en la Madre Teresa, que pide a los manifestantes respetar las luces de los semáforos...” (Fausto Masó, El Nacional 16/03/2002. Pág. D2),  es cierto, pero tampoco trancando las calles y el tráfico, años después, se logró mucho en cuanto a acorralar al Gobierno de manera definitiva.

La famosa “calle”, por buena parte del país, no se convirtió en la agitación política” que sus proponentes pensaban, ni puso a dudar las instituciones chavistas (antigua AN, TSJ, Fiscalía, etc.), acerca de que a lo mejor había llegado el momento de “saltar la talanquera” o ser permeables a una salida de la situación del momento. Si lo que de verdad se quería era una salida institucional, lo ocurrido no pudo convertirse en eso porque, reconozcámoslo, no había ninguna organización política detrás, con credibilidad, con un programa de largo plazo y con un planteamiento de futuro bien definido.

La sociedad civil a principios de siglo hizo el trabajo de desgaste, de resistencia, mostró la posibilidad, pero por diseño organizacional, no está para la tarea final, eso le corresponde a los partidos políticos; pero por lo que se ve varios de ellos, afortunadamente no todos, aun están en un proceso interno de reestructuración. No sería tolerable que de allí surgiera una especie de renovación "lampedusiana": cambiarpara que todo quede igual, mostrando los mismos rostros, las mismas conductas y las mismas ideas negándose así a ser participantes activos del inminente protagonismo que les corresponde en el proceso de transformación de la sociedad venezolana.

Debemos concluir que aunque la solución esté más próxima, el proceso está en pleno desarrollo y la salida del régimen no se va a producir por buenos deseos, por aburrimiento, por resultados de encuestas o por magia. El deterioro de la situación económica que sufrimos y que se irá agravando nos aproximara a las condiciones para la salida de Maduro de la Presidencia, a través del Referendo Revocatorio, como condición sine qua non para salir de la crisis. Pero esa salida hay que trabajarla políticamente y sobre todo preparar lo que vendrá después.

En ese sentido creo que son tres los frentes que debemos acometer simultáneamente: la sociedad civil, los partidos políticos y las relaciones externas. Quiero dedicarme a examinar el primero de ellos, en el que estoy involucrado.

La sociedad civil (SC) debe continuar su labor de zapa; pero midiéndose en áreas en donde pueda obtener un mayor consenso y apoyo, éxitos y resultados, con metas medibles y continuar sin desmayo en la tarea cotidiana de denuncia, vigilancia y agitación, sin descuidar sus propias actividades, que son las que le dan aval a su actuación ante la población. Olvidarse de eso es olvidar la lección que recibimos hace ya varios años, cuando la elección de la Asamblea Constituyente, que se derrumbó el mito de la sociedad civil, o de las ONG y su supuesta capacidad de movilización política y electoral. 

Somos buenos y eficientes en las cosas que hacemos por la comunidad, como Sociedad Civil, o como ONGs, pero eso no es trasladable a la acción política, y si no fue convertible en organización para la movilización electoral y para obtener votos,  mucho menos lo será para enfrentar Gobiernos.

Para la acción cotidiana, la ventaja de la sociedad civil es que es más manejable que un partido, puede actuar con menos recursos, no saca al individuo de sus medio sino que utiliza su talento allí donde lo tiene y puede ser más útil; ofrece mayor variedad de opciones a los ciudadanos y está más dispuesta a actuar con el tiempo que cada cual pueda aportar o está dispuesto a aportar.

En este momento la SC debe asumir:

1) una tarea de férrea denuncia de la actuación los poderes del Estado que están haciendo nulo el derecho al voto de los venezolanos y están anulando la institución que constitucionalmente es la representación del pueblo, la Asamblea Nacional.

Es decir, las organizaciones de la SC y los ciudadanos debemos volcarnos a denunciar –con nombre y apellido de sus integrantes– la tarea obstruccionista del CNE con relación al referendo revocatorio y la tarea inconstitucional del ilegitimo TSJ en contra de la AN y los derechos sociales, políticos y económicos de los venezolanos, al obstruir todas las leyes que se aprueban por dicha Asamblea

2) En esa tarea cotidiana la SC debe ayudar a que se produzca el salto de conciencia de que salir de un régimen como el actual, con todos sus poderes cómplices y vasallos, es una tarea política y es preciso politizar al ciudadano para que no deje ese terreno solo en manos de los políticos, como si no fuera una parte esencial de su vida, sobre la que debe tener las riendas y ejercer control. Por eso creo que su papel, dado que no tiene el impulso o el deseo del “poder” político para ejercerlo de manera personal, es participar activamente en la denuncia y estar debidamente preparada y entrenada para lo que vendrá después, cuando se ejerza el poder de manera democrática.

3) He dicho en otros momentos que la tarea política de la SC es también ayudar a fortalecer partidos y sindicatos y ayudar a evitar que, en el nuevo Gobierno, retrocedan a situaciones de inamovilidad política como las que tuvimos en los periodos anteriores. Por eso hablé también de la necesidad de un nuevo pacto político y social –al que me referiré en los próximos días– para salir de esta situación, pero para evitar también retrocesos que nos conduzcan de nuevo al punto en que nos encontramos ahora.  

Debemos estar conscientes de que si el salto modernizador hacia la plena democratización se produce por el auge de la sociedad civil, seriamos el único caso en la historia de la humanidad. No se descarta, pero creo que la modernización de la democracia pasa más bien por el auge de las organizaciones políticas y el fortalecimiento de las instituciones. Es el liderazgo político lo que produce ese salto modernizador y a eso debemos ayudar.

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domingo, 29 de mayo de 2016

Escritos inéditos: Borges arma una cartografía de los orígenes del tango

En el 30° aniversario de la muerte de nuestro escritor universal, un libro rescata cuatro conferencias que dio en 1965; en la primera, de la que aquí reproducimos un fragmento, el autor de El Alephreconstruye la Buenos Aires de 1880


Y ahora vamos a llegar a una fecha, a una fecha y a un lugar. La fecha es anterior a la que suele atribuirse al tango, pero es la fecha que me han dado, años más, años menos, todos mis interlocutores de 1929, y alguno de 1936. Y la fecha es el año 1880. Se supone que entonces surge oscuramente, "clandestinamente" sería la palabra más justa, el tango. Ahora, en cuanto a la geografía del tango, ahí las respuestas han sido diversas, según el barrio del interlocutor o según su nacionalidad.
Así, Vicente Rossi elige el lado sur de la ciudad vieja de Montevideo, alrededores de la calle Buenos Aires y de la calle de Yerbal. Así, mis interlocutores, según su barrio, elegían el norte o el sur. Así, algún rosarino lo llevó al Rosario. Esto debe importarnos poco; es lo mismo que haya surgido en una margen del río o en otra. Pero creo que, ya que estamos en Buenos Aires, y ya que yo soy porteño, podemos optar por Buenos Aires, que es lo que generalmente se acepta. Tenemos, pues, a Buenos Aires [en] el año 1880.
¿Cómo era ese Buenos Aires de 1880? Mi madre ha cumplido 89 años, de suerte que algo recuerda de entonces. Yo conversé también con el doctor Adolfo Bioy, he hablado con mucha gente. Todos me dan una imagen análoga, que podría compendiarse diciendo que todo Buenos Aires era entonces barrio Sur. Y al decir barrio Sur estoy pensando, ante todo, en los alrededores del Parque Lezama, en lo que se llama San Telmo. Es decir, la ciudad era una ciudad dividida en manzanas. La mayoría de las casas, fuera de algunos palacetes en la avenida Alvear, eran bajas. Todas las casas tenían el mismo esquema, el que perdura aún, y espero perdurará, en la Sociedad Argentina de Escritores, de la calle México. Yo nací en una casa no más rica y no más pobre que la mayoría de las casas, en Tucumán y Suipacha. En esa casa se daba ese esquema del que he hablado, es decir: dos ventanas con barrotes de hierro, que correspondían a la sala, la puerta de calle, con llamador, el zaguán, la puerta cancel, dos patios, en el primer patio un aljibe, con una tortuga en el fondo para que purificara el agua, en el segundo patio, cortado por el comedor, una parra. Y eso era Buenos Aires. No había árboles en las calles.
En la Casa Witcomb tienen muchas fotografías de la época. Hay una, acaso algo anterior, una fotografía que da una idea de tedio, de monotonía provinciana, la fotografía de las "cinco esquinas". Hacia? creo que antes de 1880, fue tomada desde una azotea, todas casas bajas, un café, un farol, creo que un changador en la esquina; porque en las esquinas había changadores, con una cuerda... No porque la gente se mudara, sino porque para cualquier mudanza de muebles en la casa, para cualquier tarea doméstica se llamaba al changador de la esquina. La ciudad era chica. Me dice mi madre que, por el norte, concluía en la calle Pueyrredón, que se llamaba Centroamérica entonces. Había una línea del ferrocarril que iba del Retiro hasta el Once. Y luego, ya del otro lado de Centroamérica, empezaba una zona un poco vaga de terrain vague, como se dice en francés, en la que había ranchos, gente que andaba a caballo, alguna quinta, hornos de ladrillos y una gran laguna, llamada la Laguna de Guadalupe. Antes, las lagunas estaban más cerca. Mi abuelo vio ahogarse un caballo en la plaza Vicente López? Los vecinos no pudieron salvarlo. La plaza se llamaba "Hueco de las cabecitas", porque en Las Heras y Pueyrredón estaban los corrales del norte. Luego había los corrales del oeste, en la plaza del Once, y los corrales por excelencia, los mencionados por Echeverría en El matadero, situados a pocas cuadras de aquí, en la plaza España, y luego situados en el Parque de los Patricios. Uno de los primeros recuerdos de mi madre es una de las dos grandes playas de carretas que había en la ciudad: la que ella vio estaba en la plaza del Once. Ahí llegaban las carretas de Haedo, de Morón, de Merlo, de los pueblos del oeste. Y había otra playa de carretas, de la que he visto fotografías también, situada aquí mismo, en Constitución.
De suerte que tenemos una ciudad de casas bajas, una ciudad provinciana. El doctor Bioy me dijo que él recordaba una época en la cual se sabía, digamos? en la cual él conocía qué familia vivía en cada casa, de cada cuadra. Esto puede ser un poco exagerado, o puede limitarse a algunos barrios. Me habló, por ejemplo, de una manzana, en la calle San José, en la que solo vivían negros. Yo, de chico, he alcanzado a ver más negros que ahora; ahora el negro ha desaparecido prácticamente. Los negros eran descendientes de los esclavos, tenían los mismos nombres de los dueños y mantuvieron -o sus descendientes mantuvieron, durante mucho tiempo- una relación cordial con los antiguos amos, ya que llevaban su nombre y eran parte de la familia. Además, a diferencia de lo que ocurrió en los Estados Unidos, aquí los negros en general no trabajaban en el campo; estaban limitados al servicio doméstico, y envejecían y morían en las casas de los patrones, un poco identificados con ellos. Luego va llegando la inmigración, y la población se transforma, y la ciudad va creciendo. Pero tenemos documentos de la época. Hay, por ejemplo, una novela, el Libro extraño, del doctor Sicardi, en la cual se narra, con alguna exageración romántica, el crecimiento del barrio de Almagro. Recuerdo una inundación del Maldonado descrita dramáticamente.
Ahora, cuando yo era chico, ya la ciudad se había extendido. Hacia el norte, la ciudad concluía en el puente del Pacífico, en esa zanja que pasaba de la sequía a la inundación, el arroyo Maldonado, barrio de malevos criollos, y calabreses también.
Mi madre recuerda una época en que el nombre de Barracas sugería lo que sugerirían después los nombres de Temperley, de Adrogué, de Flores, de Belgrano; es decir, era un barrio de quintas, sobre todo, la Calle Larga de Barracas, la actual avenida Montes de Oca, así como la Calle Larga de la Recoleta, la actual avenida Quintana. [...]
Ya tenemos la fecha, 1880, ya tenemos el lugar, Buenos Aires. Y ahora iremos a los lugares mismos del tango. ¿Cuál fue el origen de la palabra? A mí me suena a africana, o pseudoafricana, como la palabra "milonga", también. Según Ventura Lynch, la milonga fue creada por los compadritos para burlarse de los candombes, de los negros, y se bailaba -nos dice en un libro suyo-, se bailaba en los casinos de baja estofa del Once y de Constitución. Y la bailaban los compadritos. En cambio, otras personas me han dicho que la milonga se bailó mucho después, que la milonga al principio fue simplemente una música y que se bailó por influjo del tango. Realmente no tengo elementos de juicio sobre este tema.
Vayamos a los lugares. Se ha repetido -y hay muchos films que han insistido en esto- que el tango es arrabalero, que el tango surge en el suburbio. Y el suburbio, desde luego, estaba entonces muy cerca del Centro. Pero los diálogos que yo he mantenido con gente de la época me han llevado, me han indicado todos que la palabra "arrabalero" ahí no tiene un sentido topográfico. Además, no se hablaba del arrabal, se hablaba de las orillas, y esas orillas eran no solo las orillas del agua, sino, sobre todo, las orillas de la tierra. Y las orillas típicas, las más características, eran las orillas de los corrales, de los corrales viejos, es decir, orillas de la tierra, del polvo, de troperos, y de lugares de diversión también para esa gente.
Entonces, ¿dónde surge el tango? Según todos, el tango surge en los mismos lugares en que surgiría, pocos años después, el jazz, en los Estados Unidos. Es decir, el tango sale de las "casas malas". Ahora, esas casas estaban situadas en todos los barrios de la ciudad, pero había algunos barrios, digamos, especializados. Y esos fueron la calle del Temple, la calle que se llama hoy Viamonte, hacia 25 de Mayo o Paseo de Julio, como se decía entonces. Y después lo que se llamó "el barrio tenebroso", es decir, Junín y Lavalle. Pero, además de eso, había esas casas desparramadas por toda la ciudad. Esas casas eran grandes, tenían patios, y se usaban, además, como lugares de reunión; es decir, había gente que frecuentaba esas casas para jugar a la baraja, para tomar un vaso de cerveza, para encontrarse con amigos. [...]
Hay un argumento, un argumento que viene a dar fuerza a esto que yo he dicho. Y ese argumento es el instrumental que se usó para el tango: los instrumentos. Y voy a recordar, ahora, a un amigo mío, un hombre ya viejo, que fue amigo de Evaristo Carriego. Evaristo Carriego solía a referirse a él y decía: "La noche que Marcelo del Mazo me descubrió". Marcelo del Mazo publicó, por los años del Centenario, un libro titulado Los vencidos. Ese libro es un libro de cuentos, no cuentos en el sentido actual -creo que ahora en un cuento esperamos principio, medio y fin- sino más bien lo que llamaban "croquis" entonces. Pero al fin del libro había varios poemas, y uno de ellos, que creo poder recordar, se titula "Tríptico del tango". Creo que corresponde al año 1908. Y dice así? Recuerdo el primer poema, titulado "Bailarines de tango":
Cuando el ritmo de aquel tango les marcó un compás de espera
como sierpes animadas por un vaho de pasión,
se anudaron y eran gajos de una extraña enredadera
florecida entre la lluvia de los dichos del salón.
-Aura, m'hija- aulló el compadre y la fosca compañera
le ofreció la desvergüenza de su cálido impudor
azotando con sus carnes como lenguas de una hoguera
las vibrátiles entrañas de aquel chusma del amor.
"Chusma del amor" me parece perfecto para el compadre.
Persistieron en un giro, desbarraron los violines
y la flauta dijo notas que jamás nadie escribió,
pero iban blandamente, a compás, los bailarines
y despacio, sin notarlo, la pareja se besó.
[...] Y esto lo escribió del Mazo poco antes del Centenario. Estaba escribiendo hechos contemporáneos que él conoció y sabía. Y ustedes habrán notado que él dice: "desbarraron los violines / y la flauta dijo notas / que jamás nadie escribió" y en otro pasaje del "Tríptico" habla del piano, de suerte que ya tenemos los tres instrumentos iniciales: piano, flauta y violín.
Ahora bien, si el tango hubiera sido un baile orillero, entonces el instrumento habría sido el instrumento que se oía en todos los almacenes de Buenos Aires? El instrumento hubiera sido el instrumento popular por excelencia, hubiera sido la guitarra. En cambio, la guitarra llega mucho después, o no llega. Y creo que, años después, en el barrio de Almagro, creo, se agrega el bandoneón, instrumento de procedencia alemana.
Me parece que este argumento es concluyente: tenemos las casas de mala vida y tenemos instrumentos como el piano, la flauta, el violín, que no son populares, y que corresponden a medios económicos superiores a los del compadrito y su conventillo. Y Lastra, en este libro que he citado, Memorias del 900, llega a afirmar que el tango no se bailó nunca en los patios de los conventillos, y esto lo confirma un poema de Carriego, uno de los últimos poemas de Carriego, "El casamiento". Ahí él describe una fiesta en un conventillo, un casamiento. Y ahí aparece el tío de la novia, y el tío de la novia, medio ofendido, dice que no se admiten cortes, es decir, baile con cortes, "que no se admiten cortes, ni aun en broma". Y luego el guapo, amigo de la casa, dice que "aunque le cueste/ ir de nuevo a la cárcel se halla dispuesto/ a darle un par de hachazos al que proteste".
Y alguien dice: "La casa será todo lo que se quiera; todo lo que se quiera, pero decente.
Es decir que el pueblo, al principio, rechaza el tango, rechaza el tango porque conocía su origen infame. Y esto lo confirma algo que yo he visto muchas veces, algo que vi a principios de siglo siendo chico, en Palermo, y que vi, mucho después, por las esquinas de la calle Boedo, antes de la segunda dictadura. Es decir, he visto a parejas de hombres bailando el tango, digamos al carnicero, a un carrero, acaso con un clavel en la oreja alguno, bailando el tango al compás del organito. Porque las mujeres del pueblo conocían la raíz infame del tango y no querían bailarlo. Y hubo además, esto lo dice Bates en su libro sobre el tango, hubo casas, una llamada "La red", creo que en la calle Defensa, casas para que se bailara el tango. Y lo bailaban entre hombres solos. Además, se bailó en lugares que, si no eran exactamente casas malas, eran como el vestíbulo, digamos, de esas casas. Y esos lugares famosos fueron la confitería de Hansen, el Tambito, el Velódromo, y dos casas donde concurrían compadritos y niños bien. Una, situada en la calle Chile, cerca de Entre Ríos, y otra, famosa porque dio su nombre a un tango famoso, una casa de baile de compadritos y de patoteros y de "mujeres de la vida", situada en la calle Rodríguez Peña, acaso una de esas casas viejas que todavía quedan en esa cuadra, Rodríguez Peña entre Lavalle y Corrientes. ß

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Leonardo Padura: “Aunque aparentemente Cuba no ha cambiado, sí lo ha hecho”



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(EFE).- Inmerso en lo que él mismo denomina el “tour europeo“, que le ha llevado por varios países, el escritor cubano Leonardo Padura reflexiona en una entrevista sobre la situación de su país y asevera que, aunque “Cuba es una sociedad que aparentemente no ha cambiado, realmente sí lo ha hecho”.
El Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015 y creador del policía Mario Conde, explica que, cuando estos días se les pregunta a él y a su esposa, Lucía López Coll, por la situación de la Isla tras los últimos acontecimientos, como la visita de Barack Obama, y si esto supone alguna señal, ellos responden: “Sí, pero no”.
A su juicio, “hoy en Cuba no puedes entender nada en blanco o en negro, y cuando se dice que es el infierno comunista o el paraíso socialista se pierden matices”.
Sostiene que en los últimos seis o siete años, desde que Fidel Castro abandonó la primera línea de la política, “se acumulan pequeños cambios, que suman un cambio significativo”, y lo ejemplifica comentando que ahora se puede contratar una línea de teléfono móvil “algo muy elemental y prohibido hasta hace muy poco” o que crece el número de microempresas privadas.

“Hoy en Cuba no puedes entender nada en blanco o en negro, y cuando se dice que es el infierno comunista o el paraíso socialista se pierden matices”

También ve significativo que se haya “eliminado el dichoso permiso de salida en el pasaporte y que te lo habiliten dos años, con lo que, si tienes dinero para comprar el pasaje, te puedes ir a Burundi si quieres“.
Leonardo Padura, que tiene nuevo libro en los anaqueles, Regreso a Ítaca (Tusquets), escrito a cuatro manos con el cineasta francés Laurent Canet, sobre el guion de la película del mismo nombre, ironiza que, hasta los años noventa del siglo pasado, la sociedad cubana fue muy homogénea.
“Todos éramos igual de pobres, pero ahora ese tejido social se va dilatando y no vive igual un empleado público con un salario de 500 pesos al mes (unos 25 euros), que el dueño de un restaurante que factura unos mil euros diarios. Viven en condiciones materiales y en realidades diferentes”, apostilla.
Asimismo, dice que los cubanos se encuentran en medio de un proceso que los tiene conmovidos, como es el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos, aunque todavía se mantenga el embargo. “La desaparición del embargo será lo que pueda acelerar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, propiciando grandes cambios“, augura el escritor.

“La desaparición del embargo será lo que pueda acelerar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, propiciando grandes cambios”, augura el escritor

Padura cree que otro hecho determinante habrá que buscarlo en el horizonte del año 2018, “cuando la generación histórica deje el poder”.
En su opinión, “a pesar de que la gente que viene pertenece a la misma estructura, es mucho más joven y eso va a provocar diferencias en las cosas más elementales” y pregunta: “¿Verdad que tu mamá no organiza la casa como tú lo haces? ¿Verdad que tu hija no lo hará igual que tú, aunque seáis todas de la misma familia?”.
De todas maneras, el autor no esconde que “uno de los ejercicios más difíciles que hay es realizar predicciones de futuro para Cuba” y añade: “Nos falta información para poder llegar a establecer hipótesis y crear teorías”.
Sin embargo, sí constata que, en un “proceso de cambio“, los mejor posicionados política y económicamente “pueden ser los más beneficiados en el futuro”.
Ahondado en algunos aspectos de su nuevo título, Regreso a Ítaca, en el que hay una reflexión sobre lo que supone vivir con miedo en sociedades como la cubana, Padura considera que los “espacios de expresión” han crecido en su país.

“El miedo ha disminuido, lo que no quiere decir que hayan desaparecido los mecanismos de control y de censura”, advierte Padura

“El miedo ha disminuido, lo que no quiere decir que hayan desaparecido los mecanismos de control y de censura”, advierte Padura, y rememora que a punto estuvo de aplicarse a la película de Cantet, “aunque acabamos llenando la Cinemateca de Cuba con 1.400 personas”.
De lo que en ese filme y en el libro acontece -en principio, un simple encuentro entre un grupo de amigos en una azotea de La Habana- dice que si provocó “reacciones de censura” fue porque “los cinco amigos que aparecen están hablando de verdades que nadie puede rebatir”.
Sobre los jóvenes cubanos, afirma que “hoy se parecen mucho más a la juventud del mundo que mi juventud se parecía a la del mundo de mi época”, y apostilla en este sentido que “todos quieren el último modelo de teléfono móvil o la camiseta de moda de Dolce & Gabbana”.
Preguntado por si estos cambios influirán en su escritura, Leonardo Padura señala que, en la medida en que es “un escritor muy social, si la sociedad está en movimiento es evidente que te alimenta, te da argumentos e historias para aprovechar”.
La tentación es interesarse, asimismo, por las andanzas de su Mario Conde. “Está trabajando -concluye- en un nuevo caso, en el robo de una supuesta virgen de Regla, heredera de la virgen de Regla de Chipiona, pero, en realidad, descubrirá que está buscando una virgen negra medieval, que vale mucho dinero”.

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