domingo, 18 de diciembre de 2016

La increíble y triste historia de la sirena bruta
   
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                CARLOS RAUL HERNANDEZ

EL UNIVERSAL

Relamerse las heridas, echarse sal y prepararse para las elecciones de gobernadores y alcaldes, que nunca debieron abandonarse detrás de libélulas vagas. 2016 se fue, pero como nadie se baña dos veces en el mismo río, 2017 puede ser mejor, y enero el recomienzo. Termina un anno horribilis para la fuerzas de cambio -tanto como los errores cometidos- y el próximo será, también, tan bueno o malo como lo hagamos. Los Dominicos odiaban a Fray Luis de León porque les ganó todas las cátedras en las que compitió en la universidad, intrigaron y lo encarceló la Inquisición. “Como decíamos en la última clase” relata la leyenda que es la locución sin nervios que preside su lección de retorno tras dos años de calabozo. El accidente sufrido este año remacha la pavosidad infinita de frases tales como “el país no aguanta más”, “el hambre no espera”. El hambre y todo el mundo tendrán que esperar. ¿Acortó algo el pujo… o lo alargó?
Ante la elección regional, el chapulín colorado sospechó desde un principio: “¿por qué gobernadores y no la liquidación del régimen? ¡Aquí huele a colaboracionismo podrido!” La desgracia no es lo que digan unos aficionados, sino que el liderazgo compre baratijas, como el “debate del método”, el RR, la confrontación a los militares y el stand bye a las regionales a nombre de la “celeridad”. El 6D la oposición triunfa porque generó confianza, su discurso se concentró en los problemas de la gente y se presentó como un interlocutor sereno para enderezar al país frente a un poder demente. No ofreció un plan ilusorio para salir del gobierno ni un choque sideral. En 2016 inexplicablemente el autobús se salió de la vía con el frenético aplauso de las galerías y de los pasajeros, y aceleró a fondo por el monte oscuro. Ya sabemos dónde está.
Fírmame este papelito
El RR significaba para el gobierno, ¡se dijo tantas veces!, el escenario catastrófico. Sacarlos de cuajo del poder sin necesidad de negociación, sin darles mecanismos de defensa y quedar a expensas de unos que no los quieren bien, en un ambiente de crispación. El  detalle es que necesitaba la firma de los revocables del TSJ y el CNE. Luego por presión de diversos factores que dominan la política mundial, se concurre a un difícil diálogo, pero de manera vergonzante, sin explicar los objetivos, sin asumir la legitimidad de hacerlo, a semiescondidas, para convertir el amor en pecado, en una operación turbia. Así los chapulines podían fingir más fácilmente que tenían evidencias del crimen. La racionalidad política y el sentido de la realidad que parecían un aprendizaje firme, desaparecieron misteriosamente con el retorno de la tesis de la insurrección de masas urbanas.
Es esa una de las más escandalosas boberías creadas por el Hombre, -el cenicero de la moto- con su correspondiente consigna “¡calle, calle, y más calle” como si no fueran suficientes los presos, maltratados y atropellados. Pero el error de los errores es que luego del resbalón con el que todo el mundo se dio el suelazo, ahora cada quien  acusa al de al lado. ¡Al ladrón!, para que no vean que yo estoy robando. La oposición se batió a fondo y honradamente por el RR y superó con esfuerzos los insólitos requisitos que el poder arbitrario estableció, hasta que, como era de esperarse, vino el úkase de suspender el proceso, la situación de facto. Colectivamente escogieron y siguieron el camino equivocado, pero pasaron con éxito las alcabalas. En los periódicos están los testimonios, evidencias y reconocimientos a los líderes y a la ciudadanía por el descomunal esfuerzo.
Todo se derrumbó…
¿Qué tal si se hubiera dirigido a lo que era, las gobernaciones y no a lo que no era, a la causa de antemano perdida. El balance del año hizo descender a la Unidad 7 puntos porcentuales. No tiene sentido hacer escándalo para disimular, trapos rojos y potes de humo de nuestro folklórico léxico político, ni mucho menos iniciar el holocausto caníbal opositor. Venezuela se caracteriza por la propensión de sus élites de poder a no dejar piedra sobre piedra y la incapacidad para construir, juntar, agregar, salvo durante los cuarenta años de una democracia a la que precisamente liquidaron por incapacidad para preservarla. La ineptitud del liderazgo durante los 90 lo llevó a la destrucción de su propio nicho, obra de las generaciones de 1928 y 1936. La película CAP: dos intentos de Carlos Oteiza alumbra como el odio, la envidia, la incultura, la mediocridad, y el atraso, insurgen contra el proyecto modernizador de Carlos Andrés Pérez.
Todo se derrumbó y las bajas pasiones que derrocan a Pérez se hacen gobierno a partir del período siguiente hasta nuestros días. Hoy pese a que Venezuela se convierte en Estado fallido pareciera que la marabunta autodevoradora no se detiene. No hay que olvidar que el canibalismo opositor permitió que la dictadura de Gómez permaneciera 27 años. Es duro comprobar que la democracia solo pudo mantenerse mientras vivieron Rómulo Betancourt y Gonzalo Barrios, y a su desaparición el país político quedó descerebrado.
Corresponde ahora ver hacia adelante y sumergirse en las primarias -fijadas para febrero- para escoger candidatos a las regionales, según dice el calendario. A recuperar el fuelle y la moral de combate. Y hacer política para ganar sin prestar atención nunca más a las sirenas brutas, miopes y dementes.
@CarlosRaulHer

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