EDUARDO FERNANDEZ
La situación del país es cada vez peor. Aumentan el hambre, la inflación, el desabastecimiento y la inseguridad. Llegamos al final del año 16 en un ambiente de grave preocupación, las señales para el próximo año no son auspiciosas. En el año 17 habrá más hambre, más inflación, más desabastecimiento y más inseguridad.
Mientras tanto, el Gobierno no hace nada. No hay una sola señal de que el Gobierno comprenda la magnitud de la crisis y tampoco entiende la responsabilidad que le toca en la solución de la misma.
La llamada mesa de diálogo amenaza con ser una nueva frustración. Allí no están todos los que son ni son todos los que están.
Tiene razón el Vaticano cuando, según nos hemos enterado extraoficialmente, exige resultados concretos en materias tan apremiantes como el suministro de alimentos y medicinas a la población, la fijación de un calendario electoral, la liberación de los presos políticos, el respeto a la autonomía y la independencia de las diferentes ramas del poder público.
¡Lo que el país necesita es un nuevo gobierno ya!, un gobierno que adopte una agenda de rectificaciones y de cambios muy radical. Un gobierno que tenga un amplio respaldo nacional para tomar las decisiones que corrijan el rumbo de la situación económica, política y social.
Con los mismos hombres, con las mismas políticas y con la misma arrogancia, tendremos los mismos resultados. La crisis no se debe a ninguna guerra externa y tampoco a ningún sabotaje internacional. La insólita crisis política, económica y social se debe a las políticas equivocadas que se han adoptado desde el Gobierno y se mantendrá mientras sigan las mismas políticas y los mismos actores.
Un nuevo gobierno solo podría lograrse por la vía de un adelanto de las elecciones o por la vía de un gran acuerdo nacional.
Un gran acuerdo nacional supone el apoyo del actual gobierno y el de la Asamblea Nacional. Debe tener también el apoyo de los factores de la producción, empresarios y trabajadores a través de sus organismos legítimamente representativos.
También debe contar con el apoyo de la Fuerza Armada Nacional y del mundo universitario y académico. Debe contar con el acompañamiento de la Conferencia Episcopal Venezolana y de los otros credos religiosos que actúan en el país y, finalmente, debe contar con la colaboración de la comunidad internacional.
Ese gobierno de amplitud y de unidad nacional debe tener en sus manos la responsabilidad de completar el período constitucional en marcha y garantizar la celebración de elecciones libres que permitan el surgimiento de un nuevo gobierno.
¡Seguiremos conversando!
Eduardo Fernández
@EFernandezVE
Mientras tanto, el Gobierno no hace nada. No hay una sola señal de que el Gobierno comprenda la magnitud de la crisis y tampoco entiende la responsabilidad que le toca en la solución de la misma.
La llamada mesa de diálogo amenaza con ser una nueva frustración. Allí no están todos los que son ni son todos los que están.
Tiene razón el Vaticano cuando, según nos hemos enterado extraoficialmente, exige resultados concretos en materias tan apremiantes como el suministro de alimentos y medicinas a la población, la fijación de un calendario electoral, la liberación de los presos políticos, el respeto a la autonomía y la independencia de las diferentes ramas del poder público.
¡Lo que el país necesita es un nuevo gobierno ya!, un gobierno que adopte una agenda de rectificaciones y de cambios muy radical. Un gobierno que tenga un amplio respaldo nacional para tomar las decisiones que corrijan el rumbo de la situación económica, política y social.
Con los mismos hombres, con las mismas políticas y con la misma arrogancia, tendremos los mismos resultados. La crisis no se debe a ninguna guerra externa y tampoco a ningún sabotaje internacional. La insólita crisis política, económica y social se debe a las políticas equivocadas que se han adoptado desde el Gobierno y se mantendrá mientras sigan las mismas políticas y los mismos actores.
Un nuevo gobierno solo podría lograrse por la vía de un adelanto de las elecciones o por la vía de un gran acuerdo nacional.
Un gran acuerdo nacional supone el apoyo del actual gobierno y el de la Asamblea Nacional. Debe tener también el apoyo de los factores de la producción, empresarios y trabajadores a través de sus organismos legítimamente representativos.
También debe contar con el apoyo de la Fuerza Armada Nacional y del mundo universitario y académico. Debe contar con el acompañamiento de la Conferencia Episcopal Venezolana y de los otros credos religiosos que actúan en el país y, finalmente, debe contar con la colaboración de la comunidad internacional.
Ese gobierno de amplitud y de unidad nacional debe tener en sus manos la responsabilidad de completar el período constitucional en marcha y garantizar la celebración de elecciones libres que permitan el surgimiento de un nuevo gobierno.
¡Seguiremos conversando!
Eduardo Fernández
@EFernandezVE
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