miércoles, 8 de marzo de 2017


OPOSICIÓN POTABLE Y UNIDAD

TRINO MARQUEZ

Ahora se ve con claridad cuál es la estrategia del régimen para permanecer en el poder más allá del 10 de enero de 2019, cuando constitucionalmente tendría que asumir un nuevo Presidente de la República: ilegalizar la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el partido más  grande y reconocido del país,  ilegalizar algunos de los mayores partidos que integran esa alianza, e inhabilitar, o encarcelar, a dirigentes opositores fundamentales.

En este último caso, ya comenzaron por Enzo Scarano, dirigente clave de Carabobo, quien había manifestado su intención de optar a la gobernación de ese estado. Henrique Capriles, adelantándose a los acontecimientos, ha dicho en repetidas oportunidades que él podría ser una de las próximas víctimas. Con Leopoldo López preso, y Capriles inhabilitado o detenido, a la oposición se le amputarían sus dos líderes más populares. Al general Isaías Baduel le aplicaron la receta. El día anterior a que le correspondía salir en libertad, luego de casi ocho años encarcelado, le inventaron un nuevo delito: estar incurso en acciones contra  la "integridad, independencia e integridad de la nación". ¿Cómo? ¡Pero, si estaba tras las rejas! Las calumnias extravagantes son del gusto de los maduristas y de los cubanos que lo asesoran.

        Las piezas de ese ajedrez son el Concejo Nacional Electoral,  la Contraloría General de la Republica y el Tribunal Supremo de Justicia. Los tres apéndices de Miraflores se articularon para tratar de asegurarle a Nicolás Maduro el triunfo en cualesquiera comicios. Ya lo dijo el mandatario en una de sus  numerosas y latosas intervenciones: “Cuando volvamos al campo electoral, sea cuando el CNE lo decida, debemos tener asegurada la victoria.” El mensaje fue copiado y obedecido por los tres obedientes poderes. El CNE, en teoría promotor de los procesos electorales y defensor de las organizaciones políticas, elaboró un reglamento concebido para fulminar los partidos incómodos al gobierno y entregarle a la nomenclatura una versión actualizada de la Lista Tascón; de otra manera no puede entenderse para qué se le piden tantos datos a un ciudadano en un acto de manifestación de voluntad, cuyo único propósito es apoyar con su firma a un partido político. La Contraloría -que debería ocuparse de la corrupción desatada por Odebrecht, de los negocios millonarios que se realizan en la quebrada Pdvsa y con las bolsas de los Clap- está dedicada a perseguir y anular líderes opositores. El TSJ tiene en sus manos la posibilidad de ilegalizar la tarjeta de la MUD por las supuestas irregularidades cometidas en 2016 durante el proceso de recolección de firmas para el referendo revocatorio; la patraña del fraude fue urdida por Diosdado Cabello e inmediatamente procesada por el máximo Tribunal. Aún falta la sentencia en firme. Deben de estar esperando el resultado de la legitimación de los partidos para decidir hacia donde apuntan el arma.

        El régimen busca contar con una oposición potable, modosita y, sobre todo, cómoda. No pueden negarse a convocar  elecciones en un futuro cercano. Hay que mantener las apariencias democráticas porque se exponen a un boicot internacional, como el activado contra la Sudáfrica del apartheid. Maduro dice que no le importa la aplicación de la Carta Democrática Interamericana. ¡Mentira! Con el petróleo a los precios actuales y la producción decayendo, le preocupa, y mucho. Sería el paso inicial para aplicarle sanciones más severas, como el aislamiento.

        Considero que los partidos de la MUD debieron haber asumido la defensa irrestricta de la tarjeta unitaria de la MUD y negarse a ir al ilegal proceso de validación impuesto por el CNE. La MUD es la plataforma reconocida nacional e internacionalmente como la fuerza opositora más importante y el interlocutor con mayor autoridad frente al régimen  y ante la comunidad internacional. Lamentablemente, no se logró la unanimidad requerida e indispensable  en la defensa del partido MUD. Algunas  organizaciones optaron por relegitimarse ante el CNE, asumiendo todos los riesgos que ese proceso entraña para su supervivencia, por la actitud parcializada y la obediencia perruna de las rectoras de ese cuerpo frente las órdenes provenientes del PSUV.

        Este lamentable error fue subsanado en parte por el acuerdo unitario unánime adoptado el pasado 6 de marzo: la Unidad se preserva, aunque no sea legalizada la tarjeta de la MUD. Los partidos que logren salir ilesos al pasar por las horcas caudinas del CNE, servirán de portaviones a los candidatos que se elijan en primarias o por consenso para las elecciones de gobernadores y alcaldes. ¡Viva la Unidad!

        @trinomarquezc

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