EDUARDO FERNANDEZ
Rafael Simón Jiménez, amigo muy estimado, me acaba de regalar un libro que recomiendo a todos mis lectores. El libro se llama Diálogo de conversos. Escrito por dos autores, Roberto Ampuero y Mauricio Rojas. Vale la pena leerlo.
Se trata de un diálogo entre dos intelectuales chilenos que fueron militantes de la izquierda revolucionaria; uno, Ampuero, militó en la juventud comunista; el otro, Rojas, en una organización ubicada todavía más a la izquierda, el MIR.
Ambos trabajaron por el triunfo de Salvador Allende y de la Unidad Popular. Ambos sufrieron las consecuencias del golpe militar encabezado por el general Augusto Pinochet. Ambos fueron aventados al exilio y vivieron las experiencias del socialismo real en Alemania Oriental y en Cuba. Y ambos conocieron y padecieron la pobreza, la burocratización, la censura, el desprecio por los derechos humanos y la asfixia política que representa el socialismo en acción.
Es impresionante el poder de seducción que tuvo el marxismo entre los jóvenes latinoamericanos en el siglo pasado. Leyendo el diálogo entre esos dos chilenos, uno queda impactado por la capacidad de aquella utopía de conducir hasta el fanatismo y la adhesión ciega e incondicional a espíritus animados por la promesa de construir el paraíso del proletariado.
La experiencia del socialismo real ha sido el hambre, la pobreza, la dictadura, la negación de todos los derechos humanos y la esclavitud.
Roberto Ampuero y Mauricio Rojas vivieron la experiencia de haber creído en la promesa del mensaje revolucionario y haber despertado a la realidad de un sistema opresor que no solo acaba con las libertades democráticas, sino que somete a los pueblos al hambre y a la miseria.
Lo grave es que lo que ellos cuentan está pasando en Venezuela. En nombre del socialismo y de la revolución se ha sometido al pueblo venezolano al hambre y a la miseria y se está reduciendo progresivamente el espacio para la democracia y para la libertad.
Pobreza ha existido en el país desde siempre. Nunca tanto como ahora.
Es indignante que un país que recibió los ingresos fiscales descomunales cuando el petróleo se vendió a más de cien dólares por barril, esté sufriendo la trágica situación económica y social que estamos padeciendo.
Esta situación tiene que cambiar. La lectura del libro ayuda a comprender el engaño que representa el mito del socialismo revolucionario y la manera de superarlo con más democracia, con más libertad y con más racionalidad económica.
Eduardo Fernández
@EFernandezVE
Se trata de un diálogo entre dos intelectuales chilenos que fueron militantes de la izquierda revolucionaria; uno, Ampuero, militó en la juventud comunista; el otro, Rojas, en una organización ubicada todavía más a la izquierda, el MIR.
Ambos trabajaron por el triunfo de Salvador Allende y de la Unidad Popular. Ambos sufrieron las consecuencias del golpe militar encabezado por el general Augusto Pinochet. Ambos fueron aventados al exilio y vivieron las experiencias del socialismo real en Alemania Oriental y en Cuba. Y ambos conocieron y padecieron la pobreza, la burocratización, la censura, el desprecio por los derechos humanos y la asfixia política que representa el socialismo en acción.
Es impresionante el poder de seducción que tuvo el marxismo entre los jóvenes latinoamericanos en el siglo pasado. Leyendo el diálogo entre esos dos chilenos, uno queda impactado por la capacidad de aquella utopía de conducir hasta el fanatismo y la adhesión ciega e incondicional a espíritus animados por la promesa de construir el paraíso del proletariado.
La experiencia del socialismo real ha sido el hambre, la pobreza, la dictadura, la negación de todos los derechos humanos y la esclavitud.
Roberto Ampuero y Mauricio Rojas vivieron la experiencia de haber creído en la promesa del mensaje revolucionario y haber despertado a la realidad de un sistema opresor que no solo acaba con las libertades democráticas, sino que somete a los pueblos al hambre y a la miseria.
Lo grave es que lo que ellos cuentan está pasando en Venezuela. En nombre del socialismo y de la revolución se ha sometido al pueblo venezolano al hambre y a la miseria y se está reduciendo progresivamente el espacio para la democracia y para la libertad.
Pobreza ha existido en el país desde siempre. Nunca tanto como ahora.
Es indignante que un país que recibió los ingresos fiscales descomunales cuando el petróleo se vendió a más de cien dólares por barril, esté sufriendo la trágica situación económica y social que estamos padeciendo.
Esta situación tiene que cambiar. La lectura del libro ayuda a comprender el engaño que representa el mito del socialismo revolucionario y la manera de superarlo con más democracia, con más libertad y con más racionalidad económica.
Eduardo Fernández
@EFernandezVE
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