Carlos Tablante
Siendo la Unidad un espacio amplio y diverso donde por tanto caben todas las diferencias, tenemos que, con la mayor sensatez, fortalecer lo que nos une para construir una alternativa que ofrezca cauce a la protesta y a la indignación de un pueblo que ya no aguanta más.
Por ello, toda nuestra inteligencia y creatividad debemos ponerlas al servicio de lo que nos une y no de lo que nos divide. La mejor calificación es aquella que se logra con argumentos y demostraciones, es decir, convenciendo sin descalificar a quien seguramente es nuestro aliado para sacar del poder a la dictadura del hambre y la corrupción de Nicolás Maduro.
No se trata solamente de una unidad electoral. Debemos estar en todos los rincones del país acompañando al pueblo en contra del aumento de los precios y la escasez de alimentos y medicinas, en el reclamo por mejores servicios básicos, en defensa de la vida, exigiendo la ayuda humanitaria, la liberación de los presos políticos, es decir, en defensa de los derechos humanos, la libertad, la democracia y la vigencia plena de la Constitución nacional.
Hay que superar el falso dilema entre negociación y calle. No hay antagonismo entre la movilización y la organización de la protesta social – que debe mantenerse a nivel nacional – y la negociación que se realiza en República Dominicana y en otras instancias, con la presión internacional, que tiene como objetivo obligar al régimen a abrir el canal humanitario, liberar los presos políticos, anular las inhabilitaciones políticas, restablecer las competencias de la Asamblea Nacional y la realización de elecciones libres y con garantías democráticas.
Debemos ser capaces de convertir el descontento, la indignación de un pueblo, en lo que hemos definido como la rebelión de los votos, organizando en cada centro de votación una gigantesca movilización que supere los obstáculos del ventajismo, la trampa y el fraude.
Las elecciones presidenciales que, de acuerdo al cronograma electoral de la Constitución, tienen que realizarse este año (previo establecimiento de las condiciones exigidas por la Unidad y la comunidad internacional) deben convertirse en una gran victoria de las fuerzas del cambio para iniciar la transición con un gobierno de unidad nacional que comience a sacar a Venezuela del abismo donde se encuentra.
Para ello es indispensable seguir sumando esfuerzos en la construcción de una amplia plataforma unitaria con la participación de partidos políticos y movimientos sociales que promueva la búsqueda de consenso o elecciones primarias para seleccionar un liderazgo con amplio respaldo nacional que impulse el plan de emergencia en lo económico y en lo social que nos permita re institucionalizar el país y superar la catástrofe que estamos padeciendo.
Ahora bien, si hemos obligado al régimen – con la mediación internacional – a sentarse a negociar, es obligatorio que sigamos dialogando entre nosotros y podamos fijar una hoja de ruta con visión estratégica compartida que incluya los grandes temas vitales para la nación, en lo cual no estamos tan “crudos” como algunos suponen, así como el plan de acción para la organización y resistencia por el cambio político urgente que reclama el país.
La Mesa de la Unidad Democrática, con el valioso apoyo de decenas de talentosos profesionales en diversas áreas, dispone de estudios y propuestas para desarrollar políticas públicas viables para enfrentar la crisis y garantizar la gobernabilidad y la gobernanza durante la transición y sentar así las bases para un proyecto de país sostenible que proporcione bienestar y progreso a todos. Un ejemplo de ello, es el valioso aporte de Leopoldo López y Gustavo Baquero contenido en el libro Venezuela Energética, publicado en diciembre pasado, para aprovechar al máximo la producción de petróleo y gas sobre la base de los principios de confianza, productividad y transparencia; lograr el aumento de la producción, la diversificación de la economía, la democratización del petróleo, el desarrollo sustentable y el equilibrio medioambiental.
Sin duda, se trata de una gran contribución al debate de los temas realmente importantes para Venezuela. Muchas de las notas y las gráficas que están allí para el debate, fueron realizadas de puño y letra de Leopoldo López desde el brutal encarcelamiento al que fue sometido en el centro de reclusión militar de Ramo Verde
Al terminar de leer el libro, sobre el cual comentaré en venideros artículos, lo que queda es un gran optimismo sobre la nación que podemos llegar a ser, a pesar de tanta oscuridad.
La prioridad para todos debe ser Venezuela. La realidad política es cada vez más complicada y requiere cada día de mayor capacidad de análisis. Con pasión, claro está, pero con mucha racionalidad para pensar bien lo que vamos a hacer. La acción política debe ir mas allá de los meros deseos. La intención debe acompañarse de la reflexión, el análisis y la defensa firme de los ideales y valores, sin apartarnos nunca de la realidad.
@TablanteOficial
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