“EL PERFECTO IDIOTA
LATINOAMERICANO” Y ARGENTINA
EMILIO NOUEL V.
“Sufrimos una forma grave de amnesia y esto
hace que seamos el
continente perdido, o para citar al viejo
Baroja, el continente tonto”.
Jorge Edwards
El resultado de las primarias (PASO) argentinas es
desconcertante no solo para muchos argentinos, también para quien desde
cualquier rincón del mundo haya pensado que ese país estaba dejando atrás el
nefasto legado peronista.
Aun cuando sabíamos que Mauricio Macri la tenía difícil,
habida cuenta de su performance económica, condicionada por la enorme y
espinosa cuesta que debía remontar luego del desastre kirchnerista, enorme
corrupción desatada incluida, no nos esperábamos tal desenlace, esa gran
distancia de votos frente a un contendor que representa a una dirigencia
política y moralmente desacreditada.
Cuatro años no son suficientes para enderezar los grandes
entuertos económicos que arrastra Argentina, ni para convencer a un país que
lleva en su ADN el populismo peronista, de la necesidad de cambiar su visión cortoplacista
de las cosas.
Pero, sobre todo, creímos que los grandes escándalos de
obscena corrupción de los Kirchner y su banda, iban a enajenarles el apoyo
popular y, en consecuencia, la mayoría se iba a decantar en las urnas, por una
opción política moderna que ha demostrado ser responsable y trasparente en su
ejecutoria gubernamental, a pesar de los errores.
No fue así, y como dijo el presidente Macri, el “voto bronca” lo vapuleó en estas
primarias, es decir, el voto motivado por el malestar económico con sus
necesidades inmediatas, el de los que no ven los logros positivos en otros
campos de la actividad del gobierno.
El respaldo que ha cosechado el kirchnerismo populista y corrompido, hasta cierto punto, es explicable.
Los latinoamericanos seguimos dando muestras de desmemoria o de que nos importa
un bledo que los gobernantes roben a manos llenas el patrimonio público y
trafiquen con el poder en su propio interés.
También el discurso demagógico, propio de una izquierda
anacrónica y trasnochada, se ha impuesto en Argentina.
“El perfecto idiota
latinoamericano”, ese consumidor inveterado de mitos absurdos, genéticamente
estatista y, por supuesto, antinorteamericano, que nos describió hace unos años
atrás Carlos A. Montaner, Plinio A. Mendoza y Álvaro Vargas Llosa, ha vuelto por sus fueros (aunque no se haya
ido nunca) a la tierra de Alberdi y Borges.
Los latinoamericanos continuamos dando estos tristes
espectáculos de inmadurez política, que, por cierto, en años recientes los
europeos inexplicablemente emulan. El nacionalismo populista, incluso en expresiones
extremas, con su estrechez de miras, se ha apoderado también de los espíritus
del viejo continente, y ni hablar de los norteamericanos trumpistas.
Pio Baroja dijo en cierta ocasión que Latinoamérica es un
continente tonto, es decir, uno que comete muchas tonterías. Y aun cuando esto quizás
sería injusto afirmarlo rotundamente, no parecen exclusivas de los
latinoamericanos las tonterías políticas.
Pero lo cierto es que este episodio argentino, aún no
concluido, pero que ya asoma un remake
de los fracasos tantas veces visto, deja mucho que desear de un pueblo que pudo
haber estado entre los primeros del planeta.
Hoy da su beneplácito popular a personas incompetentes para
las tareas de gobierno y de una conducta
política y moral altamente repudiable. Una escogencia determinada por lo
económico y a lo Barrabás, cuando evidencias de una grosera corrupción están a
la vista en los tribunales.
Ya los mercados financieros han tenido su primera reacción a
lo que avizoran para ese país. ¿Qué
pasará con la deuda, la sempiterna espada de Damocles sobre Argentina? ¿Qué
sucederá con la ayuda condicionada del Fondo Monetario Internacional, si los
compromisos asumidos los desconoce el posible nuevo gobierno? ¿Será excluida
nuevamente Argentina de los mercados financieros mundiales?
¿Será Alberto Fernández una marioneta de la corrupta Cristina
Kirchner, su vicepresidente?
“Si hubiera sabido que eran tan boludos, les robo el doble” es una lastimosa
frase que se lee por las redes sociales.
Obviamente, no la pronunció quien todos pensamos, pero podría
haber sido cierta. Se non é vero, e ben
trovato.
Una nueva batalla, sin duda, ha ganado el perfecto idiota
latinoamericano. Y otra pareciera haber perdido el latinoamericano del futuro
en nuestra querida Argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario