RAUL LEONI
Carlos Canache Mata
El pasado 5 de julio se cumplió un nuevo aniversario del fallecimiento del eminente venezolano y ex-Presidente de la República, doctor Raúl Leoni. Su vida toda la puso al servicio de Venezuela. Cuenta Miguel Otero Silva que, estando en Miraflores cuando el Consejo Supremo Electoral (hoy CNE) contaba los votos del estrecho resultado de las elecciones de diciembre de 1968, el presidente Raúl Leoni le dijo: “si mi amigo entrañable y compañero de partido Gonzalo Barrios pierde las elecciones, así sea por un voto, óyelo bien, por un solo voto, este Raúl Leoni que ves aquí le entregará sin vacilar un segundo la banda presidencial al doctor Rafael Caldera”. En entrevista al diario “El Nacional”, le dijo a MOS: “nadie me aconsejó un fraude electoral, ni yo hubiera permitido que me lo aconsejaran”.
Tenía un talante
natural ganado para la conciliación y la generosidad. Al final de su gobierno y
cuando se acercaban las elecciones arriba mencionadas tendió la mano al
movimiento guerrillero, para facilitarle la rectificación e incorporación a la
vida democrática, legalizando la organización Unión Para Avanzar (UPA), que en
aquella consulta comicial logró llevar una representación al Parlamento
Nacional. Se inició así la pacificación que luego culminó el presidente Caldera
con la legalización del PCV y del MIR.
Durante su
gobierno, en el que participaron partidos distintos al suyo, se cumplió una
positiva gestión administrativa que realizó con probidad ejemplar y dejó el
legado de una importante obra material. Con precios petroleros que a veces se
ubicaban por debajo de los 2 dólares por barril, en su quinquenio 1964-1969 el
PIB tuvo un crecimiento interanual de 5,6% y el Producto Per Cápita del 2%,
destacándose en los crecimientos sectoriales el industrial con el 7,1%, la
agricultura con el 5,5%, y la construcción con el 9%. La inflación, que, como
sabemos, destruye el salario real de los trabajadores, tuvo una tasa interanual
promedio de apenas del 1,4%. Unas políticas fiscal, monetaria y cambiaria
adecuadas permitieron obtener esos resultados.
En el área
social, en educación continuó el aumento de la matrícula escolar que llegó a
más de 2 millones de alumnos (en 1958 era de 847.000 alumnos), en salud
continuó la reducción sustancial de las tasas de mortalidad general e infantil,
el desempleo bajó del 13,99% al 6,31%, y hubo un notable incremento del
movimiento sindical.
En
infraestructura: comienzo de la primera etapa de Guri (después, a la represa se
le dio el nombre de Raúl Leoni, que se le quitó por mezquindad del régimen que
aún detenta el poder), la red nacional vial pasó de 28.198 km a 37.511,9 km,
inicio de la Cota Mil, construcción de 929 edificaciones educativas, se
pusieron en servicio 4.277 camas en hospitales generales y especiales, se
pusieron bajo riego 40.670 hectáreas, avances en SIDOR, iniciación del complejo
petroquímico El Tablazo, Caricuao, Av. Libertador, Distribuidor La Araña, inicio
de la Cota Mil, el Puente sobre el Orinoco, entre otras importantes
realizaciones.
En política
exterior reactivó la reclamación del
Esequibo con el Acuerdo de Ginebra de 1966, y protestó ante el presidente
estadounidense Lyndon Johnson la invasión a la República Dominicana en 1965,
calificándola de “inexplicable desconocimiento de principios del Sistema
Interamericano”.
Con razón dijo
al entregar la Presidencia: “Al dejar tras de mí las puertas de Miraflores, no
dejo nada que pueda perturbar mi ánimo ni atemorizar mi conciencia”. Así podía
hablar quien fue un gran venezolano.
El 8 de julio,
al despedir sus restos mortales, en el homenaje que se le rindió en el Salón Elíptico del
Capitolio Nacional, el Presidente de la República, doctor Rafael Caldera, “en
nombre de todos los venezolanos”, exaltó su trayectoria de luchador
democrático, así: “De los cuarenta y cuatro años transcurridos entre la Semana
del Estudiante de 1928 y el día de su fallecimiento, cerca de la mitad los pasó
en el exilio. Esa prueba, soportada en diversas alternativas, no melló su ánimo; antes, por el contrario, lo
fortaleció en el propósito, en forma tal que puede considerarse como una
consecuencia natural de su existencia el que culminara su carrera política en
la Presidencia de la República”.
Y en el mismo
acto de despedida, Gonzalo Barrios, en nombre de Acción Democrática, dijo en su discurso: “Despedimos a nuestro
insigne compañero con un dolor sin amarguras. Sus compatriotas aflijidos lo ven
alejarse con respeto unánime. Las generaciones futuras recordarán su nombre con
afecto inextinguible. Y no es el menor de sus méritos el haber entrado a la
historia por la puerta del corazón”.
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