lunes, 25 de mayo de 2009

Entrevista a Antonio Pasquali, comunicólogo

"Chávez pasará a la historia como el último dictador televisivo"

"Si el Presidente logra que el país digiera el cierre de Globovisión no lo para nada y le hincará el diente a Internet"



Ícono de las investigaciones sobre comunicación en el continente, a sus 80 años Antonio Pasquali, no abandona su proyecto de televisión de servicio público. Vapuleada como está la libertad de expresión (él prefiere el término "de comunicación") por un gobierno, a su juicio, totalmente cubanizado, persiste en su idea de una información de doble retorno como una forma de vencer la dictadura mediática, aquella que se limita sólo a emitir y bloquea el mensaje de vuelta. 

-¿Es posible controlar o confiscar los medios de comunicación sin someter al resto de la sociedad?, ¿puede existir la democracia dentro de un régimen que controla diarios, televisión y radio? 

-Es posible en el sentido junguiano. Jung contaba la historia de los dos príncipes. El príncipe malo, que mata al príncipe bueno, se pone la máscara de éste, para que no lo descubran. Pero un día los notables del reino le arrancan la máscara y descubren, debajo de la máscara, al príncipe bueno. Es decir, en ciertas ocasiones el traje sí hace al monje porque se comienza por la exterioridad y esto puede inducir a un proceso de modificación mental, sobre todo si lo apoyas en factores colaterales como el favoritismo, corrupción, misiones, becas. 

-Cuando usted confisca medios lo que busca es consenso forzado en torno a un mensaje único. 

-El ministro de Relaciones Interiores acusa a la rectora García Arocha de haber quemado autobuses y lo repite ad infinitum. ¿No cree usted que parte de la gente terminará cayendo en esa mentira mientras otra terminará dudando? 

-Pero, ¿no cree usted que el lugar común goebeliano según el cual una mentira dicha cien veces se convierte en verdad, sólo es posible en regímenes totalitarios como el nazista? En Venezuela aún es posible contraponer la verdad real a la verdad oficial, como quedó demostrado la semana pasada, cuando Globovisión enterró la versión del Gobierno sobre la quema de vehículos al exhibir el video de los encapuchados dándole candela a los autobuses. 

-Encapuchados a los cuales perteneció en su momento el actual ministro del Interior. Así es, pero nuestra capacidad de discernir merma cada día más, entre otras razones por la autocensura. Yo veo que la prensa avanza, centímetro a centímetro, hacia la autocensura. Comprendo que deben convivir, que no quieren perder los lectores del otro bando y al mismo tiempo ser objetivos. Pero por ahí van los procesos de autocensura. 

-¿No hay también medios audiovisuales entregados al Gobierno bajo la forma de un supuesto equilibrio? 

-Yo me siento cómodo en el 2008 comparado con los años 50. En aquella época se plegaron todos los medios. No sólo Víctor Saume y Renny Ottolina, sino todos los medios. 

-¿No era eso así porque no había otra alternativa: o se plegaban o desaparecían? 

-Pero es que no hubo ni siquiera un amago de resistencia. Claro, el país venía de un pasado distinto al actual. Ahora viene de 40 años de una democracia donde los medios abusaron de la libertad. 

-¿En qué momento? 

-Sobre todo en 2002. Ellos fabricaron a Chávez y demolieron el sistema democrático. 

-¿Habla de 2002 o de 1992? 

-De ambos. Ellos auparon la existencia de un Chávez. Ahora pasan por un momento difícil y yo deseo que entre todos los ayudemos a mantener un cierto margen de libertad. Me preocupa el caso de Globovisión per se y por lo que puede venir. Si él (Chávez) logra que el país digiera el cierre de Globovisión, no lo para nadie y ahí le va a meter el diente hasta a Internet. 

-El cierre de RCTV le hizo pagar un costo político que se tradujo en su derrota electoral de 2007. ¿No puede ocurrir algo similar si se consuma el cierre de Globovisión? 

-Pero él digirió lo de RCTV y lo dijo claramente al día siguiente de la derrota: "pase lo que pase con su victoria de mierda, yo sigo adelante con mi proyecto". Chávez está gobernando, desde hace dos años, con la Constitución que no le aprobamos. 

-Todo eso es cierto, pero, ¿qué hacer?, ¿por qué la oposición no reacciona? Incluso se habla de un madrugonazo con la convocatoria a una Asamblea Nacional? 

-En este momento no podemos sino defender lo poco de libertad que queda en ciertos medios, sin dejarnos chantajear por el pasado. A mí me tocó llegar a los 80 años para comprender a Fedro, personaje que vivió las porquerías del Senado romano, donde se le levantaban expedientes a los enemigos políticos para destruirlos. Así fue cómo inventó el aforismo del lobo y del cordero, sólo que el primero, antes de comerse al segundo, le levanta un expediente para cubrirse las espaldas. Lo mismo hicieron con Alberto Ravell cuando lo acusaron de terrorismo con el tema del sismo. Eso es cubano, eso es típico de la KGB (soviética). Yo he analizado lo que dijo Ravell una y otra vez y no encuentro nada censurable, todo lo contrario. Hay que elogiarlo. Pero le levantaron un expediente. Ese esquema hay que romperlo. 

-¿Cómo? 

-Con el ridículo. Hay que rediculizar a estos ministricos ex guerrilleros convertido en gerentes públicos. Vamos a reírnos en su cara. Que vayan a un tribunal internacional serio a ver si hubo terrorismo en lo que dijo Ravell. Terrorismo es cuando Chávez le dice a la gente del este de Caracas que si "hubiésemos querido, no habríamos dejado piedra sobre piedra". Hay que contraatacar con vigor y no lo estamos haciendo. 

-Por qué no hay quien encauce el sentimiento de cinco millones de venezolanos. 

-Eso tiene su aspecto lamentable y su aspecto admirable. Estamos viviendo en una democracia que brota sin que nadie abra el pozo, sin líderes, ante un país que están destrozando. 

-Sin embargo, dentro del chavismo hay voces opuestas al cierre de Globovisión. 

-Chávez está apretando un resorte que algún día le va a reventar en la cara. No es posible que cada vez que consigue un ente pensante lo bote a los seis meses. La única imagen positiva que uno apreciaba en este gobierno-dictadura era la de Vielma Mora, por quien llegué a sentir respeto. El fue el primer venezolano que convirtió este país de evasores en un país de contribuyentes. Y lo botó. 

-¿No intenta Chávez una fuga hacia adelante ante una situación que, a corto plazo, puede tornarse conflictiva en lo económico y social? 

-Él es un estratega con una sola opción: la fuga hacia adelante. Ahora está pisando el acelerador, pero creo que terminará en una tronco de bancarrota. 

-Eso no parece posible a corto plazo. 

-Siempre hay variables, hechos de calle. Pero la tendencia predominante es hacia el deterioro económico. Las estatizaciones de contratistas petrolera las hacen porque no pueden pagar la deuda. Y ahora le bajan el sueldo a los trabajadores. 

--¿No encuentra usted algunas semejanza de este régimen con el de Berlusconi, quien maneja el poder desde los medios? 

-En las última semanas Berlusconi ha tenido quejas de ese tipo y se ha pronunciado contra los medios. Ahora, él no es otra cosa sino un vulgar delincuente, un señor a quien han agarrado seis u ocho veces con las manos en la masa. Sólo que se mandó a hacer una ley que lo hace invulnerable mientras sea primer ministro. Y ahí sigue, tan campante. Pero al final todas las dictaduras, de izquierda o derecho, terminan pereciendo y con ellas los iluminados. 

-¿No tiene Chávez el "mérito" de avanzar hacia un anacronismo como el totalitarismo del siglo XX con técnicas del XXI? 

-Chávez pasará a la historia como uno de los últimos grandes explotadores de un medio inventado para los dictadores: la televisión. Se comienza a distinguir eras en la corta y violenta vida de los medios. Y después de la era de la prensa y el cine, a partir de los años 40, comienza la era (55 años) de la radio y la televisión. Instrumentos perfectos para impedir el retorno del mensaje y permitan al emisor hablarle al mundo entero sin recibir respuesta: Hitler, Mussoliní, Stalin. 

-Franklin D. Roosevelt. 

-Sólo que con otros fines. Pero el último dictador que ha explotado el carácter dictatorial de la televisión es Chávez. Después de él viene el reino del teléfono porque es absolutamente dialogal y el primer instrumento comunicante, de doble retorno, que funciona en total libertad.

Roberto Giusti
EL UNIVERSAL

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