CUARTO COLLAGE SOBRE RÓMULO BETANCOURT
CARLOS CANACHE MATA
En el artículo del 17 de diciembre de 1936
(ya citado), Rómulo Betancourt dice que
la acción de los partidos democráticos, después de su apoyo, a comienzos del
año, a la tesis del mantenimiento del
´hilo constitucional´, “se centró entonces en el objetivo de lograr la
autodisolución del Congreso”. El 31 de
marzo se creó el llamado BLOQUE DE ABRIL, cuyos organismos centrales fueron
ORVE (Organización Venezolana), el PRP (Partido Republicano Progresista) y UNR
(Unión Nacional Republicana), y al que se adhirieron la mayoría de las agrupaciones políticas de
la provincia. El Bloque de Abril alertó sobre “el peligro que significaba que
el próximo 19 de abril no se reuniera el Congreso Nacional, lo cual tendría
graves perjuicios para el país en cuanto al entorpecimiento de la evolución
política que había comenzado, y de la consolidación de las libertades
públicas”.
El Ministro Esteban Gil Borges sugiere la
fórmula de que las Cámaras del Congreso
Nacional (que se habían instalado el 19 de abril) incluyeran en el texto de la
nueva Constitución, que se estaba discutiendo, una resolución transitoria que
fijara en un año el período del Congreso de 1936, lo cual fue aceptado por la
mayoría parlamentaria en documento que suscribió. El país esperó la aprobación
de esa resolución transitoria, lo que
nunca ocurrió. Las organizaciones políticas, señala Betancourt, dieron “una
notación más de excesiva confianza en la palabra empeñada de gentes poco
adictas a ser leales con sus compromisos”. Y, a contracorriente, se desempolvó
el proyecto de Ley de Defensa Social, al que se le hicieron algunas
modificaciones, ahora con el nombre de “Ley para garantizar el orden público y
el ejercicio de los derechos individuales”, la que, limitando severamente la
libertad de expresión, condenaba a varios años
de prisión a los que la infringieran. Como fue el Ministro del Interior,
doctor Alejandro Lara, el que la presentó de nuevo al Congreso, desde el día
siguiente se le empezó a conocer como “Ley Lara”.
La respuesta democrática y
popular fue la manifestación de unas 30.000 personas el 9 de junio en
las calles de Caracas exigiendo el retiro de la Ley de Orden Público, y el día 10
la huelga general convocada por el Comité de Defensa Democrático (creado
el día 8, con respresentantes de ORVE –Rómulo Betancourt-, FEV –Jóvito
Villalba-, PRP, ANDE, Frente Obrero y Bloque del Zulia), la cual duró hasta el
día 13 en Caracas y se prolongó tres días más en Maracaibo. En su artículo del
17 de diciembre de 1936, Rómulo Betancourt
hace referencia a la huelga de junio: “Apenas apunto, de paso, la
contradicción existente entre sus fines de protesta cívica y su prolongación
por más de 24 horas. Los miembros del Comité de Defensa Democrática, impresionados
por la magnífica combatividad popular, olvidamos el principio estratégico
elemental de la lucha huelguística, de que un movimiento masivo de esa
envergadura no puede prolongarse por más tiempo del fijado antes de desatarlo.
Esa huelga no tenía sino dos perspectivas: o transformarla en acción
insurreccional –lo cual no pasó por la mente- o condenarla a perecer por
inanición. Tuvimos la entereza necesaria para ver ese dilema, y la cesación de
la huelga fue decretada aun contra la manifiesta opinión de los más destacados
dirigentes del obrerismo caraqueño”. Sin embargo, en esa huelga que era la
primera huelga general en Venezuela, algunos objetivos se consiguieron
parcialmente: algunas flexibilizaciones de la “Ley Lara”, se agilizaron los
trámites para decretar la confiscación de los bienes de Gómez, y la
promulgación de una nueva Ley del Trabajo. En sustitución de la negada fórmula
Gil Borges, apareció la “fórmula mitad y mitad”, conforme a la cual sólo el 50%
(la mitad) del Congreso sería renovado anualmente. El Gobierno tomó medidas
represivas: encarceló, desde el 23 de junio hasta mediados de julio, a todos
los miembros del Comité de Defensa Democrático responsables de la huelga, que
incluía, como señalamos arriba, a Rómulo Betancourt y Jóvito Villalba. Un
curioso episodio: el 6 de julio, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y otros
estudiantes fueron llevados desde la Cárcel del Obispo, que era donde estaban
detenidos, hasta la Universidad para que rindieran sus exámenes y luego fueron devueltos a la cárcel.
El 16 de julio, el Congreso aprobó la
reforma a la Constitución Nacional, que redujo el período presidencial de siete
a cinco años, dispuso la no reelección presidencial para el período inmediato,
y en materia del sufragio fue más restrictiva que las Constituciones
precedentes, puesto que estableció el voto “capacitario” que, como tal,
limitaba el sufragio a personas del sexo
masculino, que supieran leer y escribir y mayores de veintiún años. Se estima
que, con esta modificación, se redujo el espectro de votantes al 5% de la
población del país. El Presidente de la República siguió siendo elegido por el
Congreso, se mantuvo el segundo grado para los senadores que continuaron siendo elegidos por las
Asambleas Legislativas, se extendió el sistema de segundo grado a los
diputados, que pasaron a ser escogidos por las municipalidades reunidas en
asamblea.
En la columna de la próxima semana,
continuaremos con el análisis.
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