Trino Marquez
El
gobierno necesita una oposición mansa que le lave el rostro. Que no lo muestre
tan autoritario como lo presenta el más reciente informe de Freedom House. Venezuela aparece entre
los únicos tres países de América Latina donde no hay libertad o está reducida
a su mínima expresión. Los otros dos son, desde luego, los socios ideológicos
del socialismo del siglo XXI: Cuba y Nicaragua.
Nicolás Maduro requería desde hace tiempo que alguien
distinto a Jorge Rodríguez le limara un
poco las filosas aristas con las que ataca sin tregua a la oposición
mayoritaria parlamentaria, a esa que obtuvo las dos terceras partes de la
Asamblea Nacional en 2015. El trabajo para conseguir ese interlocutor comenzó
hace tiempo. Al final lo logró. Encontró a los integrantes de la llamada, de
forma eufemística, Mesa de Diálogo Nacional. El argot popular resulta menos
piadoso. La trata de ‘mesita de noche’.
Sus integrantes más prominentes se
reunieron en Miraflores hace pocos días con Maduro y otros representantes del
régimen. Uno de los temas centrales de la tertulia giraba en torno a la
necesidad de despolarizar el país y nombrar un nuevo CNE. Llama la atención que en esa conversación no se
encontrara Luis Parra, ‘presidente’ oficialista de la Asamblea Nacional. Había
que suponer que los voceros de los acuerdos de Miraflores en materia electoral,
tendrían que haber sido Parra y sus parlamentarios. Sin embargo, no fue así. Tan
poco crédito le da la nomenclatura madurista a ese oscuro personaje, que no fue
convocado al encuentro, a pesar de que la MDN no cuenta con representantes que
puedan intervenir en la Asamblea con motivo del debate y las decisiones en
torno al CNE.
Por lo que ha trascendido a los medios de
información, el intercambio entre el gobierno y la MDN fue muy cordial. No
podía ser de otro modo, pues se evadió el análisis de los principales problemas
del país, entre ellos la violencia y el terrorismo de Estado. Dos días antes,
las bandas armadas del gobierno, en este caso también del gobierno regional de
Lara, habían atacado en Barquisimeto a Juan Guaidó y a la comitiva que lo
acompañaba. En la cita, el tema fue eludido. Caballeros tan decentes como los
que integran la Mesa, no podían colocar a Maduro y sus allegados en la incómoda
posición de tener que pronunciarse frente a una agresión tan cobarde e
injustificada como esa, que comprometió la vida de Guaidó y sus acompañantes. Diosdado Cabello aprovechó
el silencio para señalar exhibir su acerado cinismo: todo fue un montaje
opositor. Un ‘falso positivo’. Guaidó pagó para que lo agredieran y victimizaran.
En el encuentro en Miraflores tampoco se
habló de los responsables de la ruina de Pdvsa, el desplome de la producción petrolera,
la destrucción del bolívar, la dolarización salvaje, que ha empobrecido aún más
a la ya golpeada clase trabajadora, el colapso de los servicios públicos, la
devastación de la industria nacional, el incremento de la pobreza y la
desnutrición infantil, la deserción escolar y la diáspora, que ha expulsado a
millones de venezolanos de la nación y descapitalizado al país. Estos temas resultan demasiado irritantes
para tratarlos con pieles tan sensibles como las de Maduro y sus colaboradores,
quienes después de haber provocado la tragedia nacional que vivimos, se niegan,
con la colaboración de agentes como los de la MDN, a ventilar esos asuntos
públicamente.
Preferible era hablar de
las elecciones parlamentarias, como lo hizo Claudio Fermín con José Vicente
Rangel en Televen. Ese caballero llevó el onanismo a la zona del éxtasis. La
prioridad en 2020, según Fermín, es realizar las elecciones parlamentarias. Los
comicios presidenciales ya se efectuaron en 2018 y no es necesario repetirlos.
Para que el gazapo no resultara tan burdo, se alió con Rangel para magnificar
la polarización entre el gobierno y sus adversarios, y las posibilidades de una
invasión extranjera. Ningún patriota que
ame y le duela Venezuela pueda aplaudir
una aventura tan irresponsable. Ambos saben que la incursión extranjera es una
posibilidad remota. Casi inexistente en la actualidad. En realidad, se trata de
un ardid utilizado por el régimen para opacar los verdaderos y urgentes dramas
reales que padecen los venezolanos.
Esas carencias no se resolverán mientras
Nicolás Maduro permanezca en Miraflores. El centro de la crisis nacional reside
en el Gobierno. El principal problema nacional se encuentra en la economía y su
expresión más agresiva es la inflación. El causante de ese daño es el
Ejecutivo, con Maduro al frente. Este dato lo registran todas las encuestadoras
serias. Otro dato que también recogen es que Juan Guaidó representa el
principal líder nacional, y los partidos que estuvieron agrupados en la MUD, la
referencia partidista más atractiva de la oposición.
A los miembros de la MDN les
conviene contener la envidia. Saben que continúan ocupando el sótano en las
preferencias, el reconocimiento y la representación del país. Deberían convencerse
de que el gobierno es tóxico. Peor que el corona virus. Se puede dialogar con
él, pero sin dejarse utilizar. Sin comicios presidenciales, Freedom House no le mejorará la
calificación a Maduro.
@trinomarquezc
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