CARLOS CANACHE MATA
Sobre la existencia y la índole de los
llamados colectivos armados, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos
Humanos, Michelle Bachelet, declaró el pasado 20 de marzo: “En el contexto del
auge de las protestas antigubernamentales ocurridas en todo el país en los dos
primeros meses de este año, mi Oficina documentó
numerosas violaciones y abusos de
derechos humanos perpetrados por las fuerzas de seguridad y los colectivos armados progubernamentales”.
El pueblo venezolano ha sido la víctima de tales grupos irregulares
patrocinados por el Estado, bajo secuestro de la actual dictadura.
En una alocución del día jueves 4 de este
mes, desde luego transmitida en cadena radiotelevisiva, Maduro hizo la insólita
proclamación, a propósito de esos colectivos, “yo los admiro” y los canonizó
como “organizaciones de bien para la comunidad, para que haya paz y
tranquilidad”. También los ha caracterizado como “cuadrillas de paz” y les ha
instruido a que salgan a “defender las calles venezolanas para lograr la paz”. Asimismo,
el dictador haitiano Francois Duvalier se vanagloriaba y hacía apologías de su
cuerpo parapolicial los “tonton macoutes”, al igual que el tirano Rafael Leonidas Trujillo -¡ay, la novela “La Fiesta del Chivo” de Mario
Vargas Llosa!- lo hacía con las pandillas
armadas que masacraban al pueblo dominicano.
No menos asombro provoca el Radiograma N°
1011, de fecha 5 de este mismo mes de abril, emitido y difundido por el titular
del Ministerio de la Defensa, en el que se afirma que no son los colectivos
progubernamentales los que actúan contra las marchas y concentraciones de la
oposición, sino que es ésta, a través de su supuesta ala radical de derecha bajo tutela “imperial”, la que, en un extraño
ejercicio masoquista, se sabotea y se agrede a sí misma. Para que se pueda
apreciar la magnitud de la desfachatez impresentable contenida en el texto,
haré una cita parcial , pero extensa, de éste: “La Revolución Bolivariana ha
propiciado que el pueblo estructure distintas formas de organización social a
fin de alcanzar sus objetivos: ejemplo de ello son los colectivos, que tienen
un propósito compartido, bien sea artístico, cultural, político, educativo,
deportivo, comunicacional, productivo u otros en beneficio de la comunidad…a
tales colectivos se les ha pretendido asociar con grupos armados y generadores
de violencia de delincuencia común u oraganizada…se ordena a todos los niveles
de comando y se insta al pueblo venezolano a permanecer alerta ante los
perversos planes de organizaciones políticas de extrema derecha, que
auspiciadas por agentes imperiales, pretenden infiltrar mercenarios con el
objeto de ocasionar hechos de sangre que desencaden caos y confusión con
enfrentamiento entre hermanos”. ¿Quién
puede concederle ni siquiera un milímetro de credibilidad a esa declaración de
guerra contra la verdad que toda Venezuela y ahora ya todo el mundo conocen?.
Para que no se repitan episodios como el que
he comentado, hace falta que los uniformes de los oficiales y soldados de la
FAN no sigan usándose como chalecos salvavidas de la dictadura de Nicolás
Maduro.
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