VENEZUELA: GOBIERNO DE LADRONES
MARTA DE LA VEGA
Esta declaración del 10 de abril de 2019 del Departamento del Tesoro de
los Estados Unidos, ratifica lo que con miedo e indignación presenciamos a
diario en el país. Un denominador común
desde hace poco más de 20 años de quienes acceden a la toma de decisiones y a
la cúpula del poder en la devastada Venezuela hoy, es la falta descarada de
escrúpulos para disponer del erario público, que ha permeado a todos los
niveles de la administración y a todos los sectores sociales. Sus principales
artífices, Chávez y su sucesor nombrado a dedo, Maduro, con todo el séquito de
corruptos y ladrones de su entorno, por cuatro lustros, condujeron al desastre humanitario
complejo que organismos internacionales de la mayor credibilidad y gobiernos
democráticos del mundo denuncian en estos días.
Nos han robado la vida y los bienes. Sin piedad, saquearon las rentas de
la república, destruyeron el aparato productivo, arruinaron la principal industria
del país, PDVSA, acabaron con el complejo industrial siderúrgico de Guayana, entregaron
el arco minero a ladrones internacionales, expropiaron hasta quebrar a los
sectores agrícolas y pecuarios, convirtieron la salud en una trágica realidad
para las mayorías, consolidaron el fraude en que se había convertido la
educación pública primaria y secundaria, envilecieron la educación superior con
las violaciones reiteradas a los convenios universitarios entre el Estado y los
gremios, la coacción económica y el despojo de la independencia de los centros
de estudios.
Han reprimido brutal y sanguinariamente las manifestaciones pacíficas y
han buscado quebrar la resistencia de los demócratas con persecuciones
judiciales, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzosas, torturas
indescriptibles y exilio obligado para preservar la vida de muchos opositores
al régimen, convertido desde el 10 de enero de 2019, no solo en gobierno
ilegítimo, justificadamente cuestionada la presidencia de Maduro desde 2013, sino
en banda criminal de usurpadores, sostenidos por la cúpula militar corrupta, la
ocupación de fuerza de los cubanos castristas en todas las instituciones
públicas, incluidos los carteles, y una red mafiosa del crimen organizado
internacional, del terrorismo radical islámico y de las narco guerrillas del
ELN y las FARC. Venezuela se ha convertido en botín y escenario geopolítico de
las pugnas de gobiernos criminales contra países democráticos.
Ladrones incorregibles, los
funcionarios del régimen usurpador acaban de protagonizar el 9 de abril un
vergonzoso espectáculo en la OEA cuando se llevaron de la mesa de reuniones el
logotipo que identifica el país, al ser expulsados del organismo
interamericano. Fue reconocido Gustavo Tarre como embajador representante
permanente de Venezuela, nombrado por el legítimo presidente interino Juan
Guaidó, con el apoyo de la Asamblea Nacional.
Parte de la descomposición de las instituciones y del tejido social
venezolano son las prácticas, tristemente existentes desde hace años, de
policías delincuentes que extorsionan sin disimulo a los ciudadanos. La
alcabala o “retén” de la Cota Mil, avenida que bordea las montañas del Ávila a
mil metros del nivel del mar, desde la cual se ve el valle de Caracas, a la
altura del Mirador, entre las urbanizaciones de La Florida y La Castellana, está
dominada por la policía nacional bolivariana (PNB). Mantienen un operativo descarado
de “matraqueo”. Son, como decía un vecino, “una vergüenza vestidos de uniforme”.
Detienen a la persona, le piden los
papeles del vehículo y si observan alguna omisión, los coaccionan a entregar
dólares a cambio de devolverles el carro que, de lo contrario, van a “retener”.
El colmo es que si el ciudadano cae en la trampa, lo acompañan dos policías
hasta sus casas y esperan en la calle con el carro encendido a que les den,
mínimo de 60 a 100 dólares, para devolverles el carro, después de haberlos
regresado al sitio de alcabala de la Cota Mil ¿Hasta cuándo tanta impunidad?
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