Trino Marquez
El
2020 comenzó a todo vapor. Nicolás Maduro enfiló la nave contra la oposición
parlamentaria. Asedio, emboscadas, agresiones físicas, disparos. El régimen
perpetró el asalto a la Asamblea Nacional, concebido y diseñado a finales del
año pasado. La operación alacrán se convirtió en operación alimaña. El gobierno
logró torcerles el brazo a un grupo de parlamentarios que hasta hace poco
habían militado en Primero Justicia y Voluntad Popular, pero que luego optaron
por resolver su propio déficit personal, olvidarse de sus organizaciones y
electores, y valerse de unos argumentos de ocasión para justificar la felonía.
Hasta ahora, al gobierno no le han salido
los planes como esperaba. La mayoría de parlamentarios que apoyan a Juan Guaidó
se ha mantenido cohesionada en torno al reelecto Presidente de la Asamblea
Nacional. Esos diputados han demostrado un
enorme coraje y compromiso con sus votantes. Se han ganado de nuevo el
apoyo y el respeto de la nación y de los factores internacionales que respaldan
a la oposición venezolana. En cambio, el triunvirato presidido de Luis Parra no
levanta vuelo. Ningún país democrático se ha pronunciado a su favor. Por allí
hubo una lánguida declaración del gobierno ruso diciendo que esa directiva era
legítima. Lo mismo hizo Cuba, el eterno chulo del madurismo. Pero más allá de
ese estrecho círculo de incondicionales, nadie los toma en serio, ni dentro ni
fuera del país. Son demasiado chambones. Forman la comparsa de un régimen que
necesita dividir y agredir para mantenerse mandando. En la presentación de la
Memoria y Cuenta ante la asamblea constituyente, el propio Maduro los ignoró.
No les dio ninguna relevancia. Solo representan un lastre con el cual hay que
cargar y utilizar cuando convenga.
La decisión del TSJ, bufete de
Miraflores, de pedirle a Parra que presente el Acta firmada por la ‘mayoría’ de
los diputados que votaron por él en la sesión del 5 de enero, hay que verla con
cuidado. Podría ser una treta dirigida a revestir al triunvirato de cierta
legitimidad. Es posible que la Sala
Constitucional, con el material que le entregue Luis Parra, resuelva que la
sesión de ese día fue legal, que se ajustó a los extremos exigidos por la
Constitución y el Reglamento Interior y de Debates, y, por lo tanto, que la
junta directiva y la asamblea nacional surgida de ese acto son totalmente
legítimas. El TSJ estaría expidiendo la partida de nacimiento del triunvirato
de la AN madurista. Si esta fuera la jugada, ese grupo de parlamentarios
quedaría facultado para designar el Comité de Postulaciones, nombrar un nuevo
CNE, y este podría convocar las elecciones parlamentarias contempladas para
2020, en el menor tiempo posible. Todo cubierto con el manto de legalidad
proporcionado por Maikel Moreno y allegados.
Si este lúgubre vaticinio se cumple, la
oposición quedará entrampada en la recurrente discusión entre electoralistas y
abstencionistas. Esta fractura se ensanchara a medida que avance el cronograma
electoral. La manera de detener esta marcha hacia el abismo reside en preverla
con suficiente anticipación. Estar conscientes de que esos comicios pueden
efectuarse en cualquier momento de este año. Lo único taxativo que establece la
Constitución es que la próxima Asamblea debe instalarse el 5 de enero de 2021. Para
llamar a elecciones cuando se le antoje, al gobierno le basta con exhibir el
maquillaje legal que le proporcione el TSJ y el nuevo CNE, el soporte de la
cúpula militar, los grupos paramilitares (llamados de forma eufemística colectivos)
y la milicia, y la disposición de usar de forma obscena la maquinaria
gubernamental. Los demás que se acoplen o se abstengan; peor para ellos.
El régimen ha demostrado carecer de
límites a la hora de ejecutar operaciones arteras. Perder la AN sería una
catástrofe que se sumaría a la precariedad en la que se encuentra la oposición
desde que se debilitaron los partidos, los sindicatos y todas las demás
organizaciones de la sociedad civil. Lo más conveniente es anticiparse a la
treta y tener la respuesta adecuada para atenuar su efecto negativo. Hay que
evitar que las alimañas sigan actuando con impunidad.
@trinomarquezc
No hay comentarios:
Publicar un comentario