FERNANDO OCHOA ANTICH
La descabellada y peligrosa orientación de la política exterior
madurista se origina en la ligera e irresponsable forma de apreciar los
hechos internacionales de los gobiernos de Hugo Chávez: exacerbado
personalismo, dogmatismo ideológico, adhesión a un
antinorteamericanismo radical, propensión a involucrarse en los asuntos
internos de otros países, desprecio por las normas del Derecho
Internacional e incumplimiento de los principios que rigen a las
Naciones Unidas y a la Organización de Estados Americanos.
Entre
algunos ejemplos de esa desafiante conducta podemos citar: el paseo en
automóvil de Hugo Chávez con Saddam Hussein en medio de la crisis que
condujo a la invasión de Irak, el insulto al presidente George Bush en
la Asamblea General de las Naciones Unidas, el ataque verbal al Estado
de Israel y un largo etcétera.
El objetivo de ese absurdo
comportamiento era su pretensión de transformarse en un líder
internacional, al estilo de Fidel Castro, mediante la utilización
irresponsable de nuestra riqueza petrolera sin importarle el destino de
Venezuela y el bienestar de sus futuras generaciones.
La estrecha e
incondicional relación del régimen madurista con Rusia e Irán podría
acarrear delicadas consecuencias para Venezuela. Si bien es verdad que
esa relación data desde 1998, no es menos cierto que la situación
internacional actual es de considerable gravedad.
La
creciente tensión en las relaciones de la Unión Europea y Rusia,
derivadas de la agresiva política expansionista de Putin, orientada a
subvertir el orden interno de Polonia y Ucrania, es una dramática
amenaza para la paz en esa región europea. La reciente polémica entre el
primer ministro polaco Mateusz Morawieck y Vladimir Putin, así como el
permanente acoso que realiza la armada rusa contra barcos ucranianos en
el estrecho de Kerch, en la península de Crimea, lo muestran claramente.
Estos
enfrentamientos, hasta ahora, en el campo diplomático, se pueden
transformar en acciones militares limitadas. Así lo han entendido los
Estados Unidos y Europa. De allí, el fortalecimiento de la OTAN en
misiles de corto alcance y el retiro de Estados Unidos del Tratado
Nuclear de Rango Intermedio firmado con Rusia.
La muerte del
teniente general Qasem Soleimani, según declaraciones del secretario de
Estado, Mike Pompeo, forma parte de una estrategia de mayor alcance:
“Dicha acción busca restablecer los elementos disuasivos reales contra
la República de Irán y nuestros enemigos”. Este hecho ocurrió en
respuesta al ataque contra la Embajada de Estados Unidos en Bagdad por
grupos terroristas de la fuerza Quds, así como una serie de ataques
menores con misiles a bases militares estadounidenses en Irak y
numerosos actos terroristas realizados por ese grupo, como fue el ataque
a las instalaciones petroleras sauditas.
El resultado de estas
acciones conducirá a un significativo incremento de las tensiones entre
Irán y Estados Unidos. Creo que, en vista del desbalance en la capacidad
bélica entre los dos contendientes, existe la posibilidad de una guerra
asimétrica caracterizada por acciones terroristas contra blancos
norteamericanos. La respuesta de Estados Unidos consistirá en ataques,
contra objetivos específicos, mediante el empleo de armamento
sofisticado de última generación.
La Cancillería de Venezuela, en lugar de utilizar las vías discretas
de la diplomacia, hizo público un comunicado que vincula directamente su
gobierno con el régimen iraní, uno de los principales actores de una
guerra que ya comenzó. Para colmo, el gobierno madurista envió a un
acto, en la Embajada de Irán, en honor del teniente general Qasem
Soleimani, al ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino López, y
al presidente de la írrita asamblea nacional constituyente, Diosdado
Cabello.
El general Padrino, de manera inexplicable, dijo lo
siguiente: “Venimos en nombre del pueblo de Venezuela y de la FANB a
rendir honor y gloria al mártir revolucionario de Irán, teniente general
Soleimani, un hombre que enseñó con la virtud de la humildad; siempre a
través del ejemplo moral. Siempre junto a su pueblo por las causas
justas, luchó contra el terrorismo en todas sus expresiones. Hombres
como él deben ser referentes para la humanidad”.
Diosdado Cabello,
escribió: “Este es el único camino contra el imperialismo; su muerte
será vengada”. ¿Han valorado las consecuencias de sus palabras? Creo que
no.
No se puede justificar la posición de Nicolás Maduro y su
camarilla. Pienso, y lo digo con dolor, que Venezuela se puede ver
envuelta, sin justificación alguna, en una situación de guerra. Espero
que no sea así, pero el riesgo existe y es muy grave.
Son
demasiadas las imprudencias y los innecesarios ataques a Estados
Unidos, los cuales colocan a Venezuela en la lista de sus enemigos. ¿Han
valorado lo que significa geopolíticamente encontrarse en el hemisferio
occidental y a tan pocos kilómetros del territorio norteamericano?
Parece que no.
A Irán le han impuesto muy graves sanciones
económicas. A Venezuela también. Si existían límites en su aplicación,
posiblemente, después de tantas imprudencias juntas, se dejen a un lado.
Esta realidad, la cual veo muy cercana, podrá ser utilizada para
justificar los errores cometidos por el régimen de Nicolás Maduro; pero
él y su camarilla deberían reflexionar sobre las graves consecuencias
que tendría para nuestro pueblo un enfrentamiento militar con Estados
Unidos. De no hacerlo, tendrán que responder ante la historia de tan
dolorosa tragedia.
fochoaantich@gmail.com
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