Elecciones Libres
José Guerra
El presidente de Francia, Emanuel Macrón ha hecho un planteamiento fundamental para ayudar a resolver la crisis política que sufre Venezuela. Esa propuesta ha sido la que ha sido expuesta por un conjunto de líderes mundiales, principalmente de la Unión Europea y más recientemente por parte el gobierno de los Estados Unidos. Dice Macrón “Francia apoya la rápida organización de una elección presidencial libre y transparente. Respetamos la soberanía y la libertad del pueblo venezolano y estamos a su lado frente a la crisis humanitaria que están sufriendo”. Más claro imposible.
Con motivo de la gira que está realizando el presidente interino Juan Guaidó por Europa esta tesis ha venido cobrando fuerzas y está siendo asumida por cada vez más países porque ella es la solución factible y viable al conflicto político de Venezuela. Aunque estamos en los tiempos constitucionales de la elección de la Asamblea Nacional, exigir que ésta se realice es totalmente insuficiente, tanto por el hecho que es lo que legalmente corresponde como porque la elección de Maduro de mayo de 2018, fue fraudulenta, hasta el punto que Henri Falcón interpuso un recurso para su nulidad ante las evidencias de las irregularidades. De hecho Maduro no es reconocido aunque gobierne de facto.
Si no hay una elección presidencial la crisis seguirá intacta y eso lo sabe el mundo civilizado y democrático. Ahora bien, esa elección pasa por escoger un nuevo Consejo Nacional Electoral, de acuerdo con lo establecido en la Constitución y para ello la Comisión Bipartidista que dirige el diputado Ángel Medina está dando los pasos en ese sentido, pero con la traba del PSUV quien forma parte de esa Comisión y ahora se quiere amparar en la autoproclamación de Luis Parra para boicotear la selección del CNE. Pero como parte de la solución a la crisis está el tema de una Asamblea Nacional Constituyente que se erigió ella misma con poderes supra constitucionales, como una especie de monarquía y en dos años y medio ni siquiera un artículo del proyecto Constitución ha elaborado limitándose su labor exclusivamente a perseguir políticamente y allanar inmunidades parlamentarias. Esa Constituyente carece de sentido y solo sirve para que funcione la bicefalia entre Maduro y Cabello, cada uno con su pedazo de poder.
Otro tema para solventar la crisis política es la pacificación y normalización del país. En un país democrático no puede ni debe haber segregación política ni persecución y por ello lo procedente es una amnistía general, un perdón general, supervisado por un ente de credibilidad internacional como las Naciones Unidas, de forma tal de desarmar a los grupos paramilitares y especialmente para garantizar a los que dejarían el poder en unas elecciones libres, sus derechos políticos intactos, estos que ellos nos han negado a nosotros y al pueblo venezolano. De otra manera la espiral del conflicto va a seguir tragándose a Venezuela.
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