Expediente 2020
Leandro Area Pereira
En el ingrato carrusel de las imágenes que ahora
se repiten con excesiva frecuencia y que mareadas impone la memoria infiel del
año 2020, otro annus horribilis, nos queda una pasmosa impresión que en
cualquier caso difundirá la historia futura en resumen enciclopédico apolillado
de representaciones sociales y estadísticas banales e insignificantes todas al
contraste de lo que ha sido y padecemos los que quedamos vivos por suerte, precaución
o temor, en esta avalancha insaciable de desgracias pandémicas y sociales.
Lo dicho, este año ha sido de una rata china que
mejor ni acordarse, vade retro, no vaya a ser que se voltee y nos descubra
asombrados en el descampado de su impunidad que nos ha dejado por si era poco
así de insólitos y boquiabiertos que mire usted a la ciencia en lo que anda que
es a servir para hacer plata y que ha tardado, ya llegados a Marte y eso es
poco, sin hacer nada o casi todavía frente a un millón de muertos y contando,
para mostrar a una diosa vacuna que portátil gatea por doquier pavoneándose en
carroza geopolítica.
Porque otra de las evidencias es que mire a los
gobiernos en lo que andan y lo que enseñan y lo que esconden que ya no es mucho,
que han dejado al ciudadano otra vez en evidencia desprotegido y sin abrigo de
ningún tipo de confianza que las excepciones no abundan
Y ha quedado también de bulto y promontorio una
sociedad sin brújula de pertenencia y por lo tanto de orientación y criterio
más allá de la histeria o del escape taciturno que lleva a la destrucción por lo
que arruina o a la desidia por lo barato. Ciencia, estados, gobiernos, partidos
políticos, - se me olvidaban estos últimos-, liderazgos, individuos,
instituciones, religiosidades, nada en pie que todo se muestra por la borda
enseñándonos solos, a la deriva, con los dictadores de su gusto.
Y qué bien, si te pones a ver lo bueno de lo
malo, porque ha puesto la crisis el dedo donde toca que es que todo es
populismo, ideología, regalismo, corrupción, magia o mentira mediática; la gran
farsa universal.
Qué es tiempo de responsabilidad de cada quien, qué es cada
uno en su relación con otro y no en dependencia con nadie. Qué es hora del
individualismo militante que construya, proponga y exija libre. Desde cero
imposible, inaudito. Todo pasado es prólogo y nos limita y propone. Con
nosotros, quién más. Desde la nada nunca.
Pero si de este tiempo crucial debe quedar una
enseñanza, qué más pedir al menos, es la de que estamos solos y distantes, que
el mundo, la humanidad, está al borde de un abismo y que de ese terror debe
aparecer una conciencia compartida en formas de poder orientador y controlado.
Demasiada pobreza exponenciada, demasiada riqueza concentrada, demasiado poder
corrompido corrompiendo como para regresar a formas obsoletas de gobierno que
cumplieron su misión en la vida y la perdieron.
Creo que es tiempo de repensar entre otras cosas los sistemas
políticos, las formas de gobierno y sus orientaciones. Es necesaria la
construcción de una nueva sensibilidad con la que acercarnos y edificar mundo,
ética, educación, gobierno, servicios, economía, relación social y política,
familia, salud, ciudad con ciudadanía, producción y progreso, campo, agricultura
y medio ambiente, compasión y lealtad, respeto, compromiso y propósito, en suma,
un gran pacto social desde un lenguaje que hable con el alma y que construya
desde el alma.
Tiempo este de hoy de torpes despedidas y exageradas palabras
las mías que debieron ser de buenas intenciones y solicitudes de abrazos de fin
de año y que más parecen presentación de expediente criminal ante jurado que
bautizo auspicioso de vendimia.
Emoción en la que se contradice nuestro desamparo y finitud con
nuestra desmedida ilusión que se desea dando y recibiendo en tiempo que aspiro
de bien, concordia y plenitud, para cada uno de nosotros en el país que nunca
debió llegar a ser esto que queda y que habrá que rehacer desde las cenizas que
sobran. Adiós 2020, hasta más nunca. Bienvenidos nosotros, gente de uno. El año
que viene es de destrezas.
Leandro Area Pereira
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