NEGOCIACION: ¿UNA POSIBILIDAD?
ALEXIS ORTIZ
Algunos estimables compañeros del sector democrático venezolano, insisten en demonizar la negociación entre nosotros y la narcodictadura castrochavista, que escogió como precario escenario al México del ominoso demagogo López Obrador.
La negociación es inevitable porque no hay otra salida para la terrible tragedia que propina a nuestra gente la narcodictadura. Por ahora no parece existir otra opción viable y menos lenta.
Lo es también porque la ruina política, económica y moral del país es tan total, que es un crimen no disponerse a buscar una salida posible.
Y lo es además porque nuestros aliados de las democracias de todo el mundo, de modo unánime, nos solicitan que negociemos.
Claro que es enojoso tener que sentarse en una mesa con los esbirros de un gobierno como el de Maduro, que ni siquiera es autónomo en su despotismo, sino obediente a potestades extranjeras como las cubana, rusa, china, persa, turca, terroristas colombianos, españoles, musulmanes, bolivianos, nicas…
Pero en la negociación debemos mantener nuestras razonables exigencias:
Lograr un cronograma electoral con elecciones presidenciales, único camino para salir de la narcodictadura y buscar la reconciliación y reconstrucción del país.
Garantizar que la ayuda humanitaria foránea le llegue a la gente y no se extravíe en la discriminación política y la corrupción chavista.
Buscar la libertad de los presos políticos civiles y militares.
Y además debemos levantar dos alertas:
La negociación no puede ser sin límite de tiempo como quiere el castrochavismo. La pesadilla venezolana no es como para retardar soluciones.
El equipo negociador nuestro está coordinado por un compatriota confiable, Gerardo Blyde, pero desafortunadamente, dentro de ese grupo hay un infiltrado, todos saben quién es, más cercano al usurpador Maduro que a Juan Guaidó.
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