EL LABERINTO DE LA SOLEDAD
ENRIQUE VILORIA VERA
Que lo
baile, que lo baile
que lo
baile, que lo baile
...
Déjenlo solo solo solito
Canción
infantil española
No me refiero al excelente libro del mismo título escrito
por Octavio Paz, en el que el autor busca los
orígenes y las causas de la conducta del mexicano tanto individualmente
como en lo colectivo, así como su forma de afrontar y desafiar al mundo,
búsqueda que desemboca en el inconsciente como origen y causa de su
comportamiento. El propósito de la obra es encontrar una identidad para los
mexicanos; el argumento central del autor es que los hechos
históricos tienen una influencia significativa en los sentimientos
de pesimismo e impotencia que predominan en la forma de actuar del
mexicano.
En nuestro caso se trata de comentar el
laberinto que los dirigentes del socialismo del siglo XXI se han construido, y
que termina de cimentarse con una juramentación irrita e ilegítima por parte de
quien no quiere reconocer sus innúmeros errores en la conducción del país, y
persigue – a todo precio -, gobernar por seis años más a una Venezuela
pauperizada y en ruinas.
A la juramentación del Ilegitimo asistieron
tan pocos mandatarios y emisarios que eran suficientes para jugar dominó o
cartas, pero no lo eran para jugar un informal partido de futbol.
Comprensiblemente la comunidad internacional decidió no ser cómplice de esa
fraudulenta e ilegítima acción llevada a cabo por un gobierno aupado por los
dictadores cubanos.
Y no podía ser de otra manera, ningún
gobierno responsable quiere apoyar a un gobierno que se ha distinguido por:
·
El creciente
número de asesinados.
·
La absurda
muerte de pacientes – niños incluidos -, por no contar con los medicamentos
requeridos.
·
El hambre como
política de Estado.
·
La diáspora
creciente de venezolanos en busca de un mejor destino.
·
El apoyo y
financiamiento a terroristas y narcotraficantes.
·
La inflación más
elevada del planeta.
·
El aislamiento
de la comunidad internacional.
·
El colapso de
los servicios públicos.
·
La quiebra de
empresas, incluyendo la otrora rentable PDVSA.
Por esas razones, y otras tantas, podemos
concluir con García Márquez que:
Las estirpes condenadas a cien años de soledad
no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.
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