lunes, 14 de enero de 2019

Mi recomendación


OSWALDO PAEZ-PUMAR
                                                                                    

Soy abogado. Entre las cosas que aprendí desde muy temprano cuando comenzaba a estudiar la carrera es que nuestra profesión, o dicho de mejor manera nuestra ciencia, no se ubica entre las ciencias exactas como lo es la matemática; y como hube de apreciar también a la física a nivel de bachillerato, cuando ya Einstein había tiempo atrás formulado su teoría de la relatividad.
            Hay algunas áreas o campos del derecho en los que el estudio, por mi cuenta, es decir, sin seguir cursos formales de maestrías o doctorados y la práctica por casi 55 años me han convertido en un abogado de varios “istas”, aunque no me gustan esos calificativos que siento que me hacen en la medida en que sea más especialista, menos abogado.
            Desde luego mis incursiones en la política, a través de no sé cuántos artículos que he venido escribiendo durante estos veinte años, llevan el sello de lo jurídico y en más de una ocasión, la arrogancia de trazar por la vía del derecho el camino político que se debe seguir; lo cual ha estado acompañado en más de una ocasión de un severo juicio a la actuación o las declaraciones de los actores políticos, muchos de ellos opositores cuya “labor de oposición” me he permitido cuestionar; y hasta he llegado a calificar alguna actuación como la de quinta columnistas, que se hacen pasar por opositores y actúan en connivencia con el gobierno.
            Hoy quiero llamar la atención de mis colegas y no colegas en cuanto al difícil camino que se nos abre a la oposición y muy particularmente a quien las circunstancias y los compromisos han colocado en la primera línea de combate: Juan Guaidó.
            Es mi parecer que la ruta ya emprendida por Juan Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional es una ruta política y no jurídica. Por eso creo que nuestros juicios y pareceres jurídicos sobre la situación que enfrentamos y la ruta a transitar, que obviamente la tendrá que marcar Guaido, no solo deben estar morigerados por la relatividad de nuestra ciencia, sino porque la ruta no es jurídica sino política; y si esto no fuera suficiente, lo sería porque se trata de una situación inédita, por lo que nuestras opiniones emitidas después de cada paso dado, lejos de descalificarlo por los errores en que pueda incurrir y en los que seguramente incurrirá, lo que nos imponen es ofrecerle mayor respaldo, que traducido en palabras de uno de los representantes más importantes del pensamiento cristiano del siglo XX,  Enmanuel Mounier, es: existir con Guaidó. Y eso es: acompañarlo en su ruta, a pesar de que no es la trazada por mí, ni la trazada por ti que me lees; porque en ese andar en política no tendrá tiempo para leernos a todos, que además opinamos tan diversamente, haciendo más difícil su papel que no es teorizar, sino marchar.


Caracas, 14 de enero de 2019

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