ENCRUCIJADA
CARLOS CANACHE MATA
El
entronizamiento de la mentira como política de Estado es una de las
características, casi incuantificable,
de quienes actualmente ejercen el poder en Venezuela. Decir que en Venezuela hay democracia porque
en los últimos años se han realizado 26 procesos electorales, que la Gran Misión Vivienda ha construido y
entregado 2 millones 500.000 unidades habitacionales, que la hiperinflación que
arrastramos desde octubre de 2017 es “inducida”, que la recesión de cinco años
consecutivos y la crisis humanitaria son causadas por una supuesta “guerra
económica”, que está en marcha un plan
de “recuperación, crecimiento y prosperidad”, son falacias en las que nadie
cree. No es difícil entender por qué las encuestas muestran que el respaldo
gubernamental rueda en el suelo.
Se están realizando en todo el país cabildos
abiertos (figura contemplada en el artículo 70 de la Constitución) en los que
la ciudadanía manifiesta su descontento contra la gestión gubernamental y su
apoyo a la Asamblea Nacional, que acaba de elegir a sus nuevos directivos. Han
sido concentraciones populares exitosas, con la participación de compatriotas
pertenecientes a las diversas clases sociales. La decición del TSJ ilegítimo,
que el gobierno controla, de declarar “nulos” los actos de la Asamblea
Nacional, entre éstos la elección del 5 de enero de su nueva Mesa Directiva, va a agravar la
situación en que se encuentra el chavomadurismo aposentado en Miraflores. Desesperación
y miedo cunden en el ámbito del oficialismo, como lo testimonia la solicitud de
una entrevista que, días atrás, le hizo
Maduro al presidente de EEUU, Donald Trump, no obstante los insultos que a
diario le propina. Si en la Rusia
zarista se decía que había más condes que gente, ahora se podría igualmente
decir que en el gobierno y en el PSUV hay más acobardados que gente, ante la
suerte que les aguarda un futuro del que
ya se oyen sus pasos. Pareciera que ya no hay tiempo para que el tiempo se dé
más tiempo. La encrucijada es inequívoca: o vuelve la democracia o se prolonga
su ausencia.
No sé cómo ocurrieron en Caracas y ciudades
y pueblos del país las concentraciones y marchas que la Asamblea Nacional
convocó para ayer miércoles 23 de enero, porque debía escribir y entregar este
artículo el martes 22. Pero, los vientos de entusiasmo renovado que soplan en
el seno de la oposición y, en general, del pueblo, son auspiciosos de buenos
resultados. En política, la futurología tiene
que andar empinada para no hacer ruidos
que después pueden dejarla mal parada.
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