BIDEN, NUESTRO HEMISFERIO Y VENEZUELA
Emilio Nouel V.
Saldado el embrollo que el resultado electoral en EE.UU.
produjo, vale la pena intentar otear el
futuro sobre lo que pudiera traer consigo el nuevo gobierno norteamericano en
materia de política internacional, y en particular, para las relaciones
hemisféricas, sobre todo, en momentos en que de nuevo se agita el entorno
político a lo largo de la Cordillera Andina.
En su campaña pudimos ver las posiciones que sobre algunos
temas globales sostuvo el señor Biden; en su mayor parte, contrastantes con las
orientaciones que marcaron la ejecutoria trumpiana.
El lema America First, enarbolado
en épocas pasadas de EE.UU, asomaba por dónde irían los tiros. Iba a significar
cambios importantes de conducta internacional, que recibieron en contrapartida,
de parte de aliados y amigos maltratados, una respuesta de desaprobación, que
no pocas veces crearon tensiones innecesarias.
No solo en lo político, también en lo militar y ambiental, la
administración Trump puso en práctica políticas a contravía de muchos de lo que
hasta su llegada eran pilares fundamentales de la conducta exterior de ese
país.
Tales políticas quebrantaron las relaciones con sus aliados
tradicionales. Estos estropicios incomprensibles perjudicaron la imagen
exterior de EE.UU, por un lado, y por otro, la del mismo presidente, a pesar de
que éste mantuvo amplio apoyo a lo interno.
Para esta animadversión no hizo falta que se acometiera
acción militar alguna, la cual siempre genera condenas en la opinión pública
internacional. Bastaron decisiones inconvenientes sobre los acuerdos
comerciales negociados durante la administración Obama, la denuncia del Acuerdo
de Paris sobre el medio ambiente, el menoscabo a las relaciones atlánticas, las
fricciones en la OTAN, la disputa con China, entre otros asuntos, para que se
potenciara una opinión internacional de rechazo hacia ese país.
Obviamente, en este balance muy sumario que hago no deben
olvidarse algunas iniciativas que pueden ser bien vistas como positivas. La
defensa de la democracia frente a las tiranías cubana, venezolana y
nicaragüense forma parte de lo positivo en nuestro entorno hemisférico, lo que,
en lo particular, muchos venezolanos agradecen y las más recientes iniciativas
en el Medio Oriente.
Pareciera que Biden viene a revertir la mayoría de las decisiones
de Trump en los asuntos diplomáticos. En esta área el lema sería ahora: Diplomacy First, como el instrumento
prioritario del poder estadounidense, apartando la visión endógena que inspiró
al presidente ahora en pronta salida.
Así, pues, habría un retorno al multilateralismo, a una
retoma de tratados y alianzas puestos de lado por Trump.
Las políticas de seguridad de EEUU quizás sufran alguna
modificación, sin olvidar que el Departamento de Estado, como institución,
volverá por sus fueros, al reasumir su carácter profesional.
En cuanto al compromiso democrático, Biden propone una “Cumbre para la Democracia”,
cuyo
objeto sería “renovar el espíritu y
propósito de las naciones del mundo libre”; tema éste de mucho interés para
la región, que ya se verá cómo se concreta.
Sobre la crisis venezolana, se ha reiterado que no variará la
política definida y consensuada de manera bipartidista por el Congreso
norteamericano. Quizás la orientación multilateralista propicie vías para
encaminar su solución definitiva.
¿Es dable pensar en iniciativas conjuntas que integren a la
Unión Europea, la OEA, el Grupo de Lima y otros actores internacionales de cara
a Venezuela?
¿Qué pasará con las sanciones contra la tiranía chavista? ¿Se
mantendrán, reforzarán o más bien, se aliviarán?
Las dudas al respecto caben. En cualquier eventual
negociación que se dé, aquellas constituyen un factor importante de presión que
no puede desdeñarse. Sus efectos políticos han sido notorios, a pesar de los
apoyos ruso, chino e iraní a la tiranía. Las consecuencias de ellas en la
población venezolana, han sido insignificantes, al lado del descalabro social
que generaron dos décadas de desmadre y destrucción institucional y
económica.
No obstante, muchos son los que andan esperanzados con Biden
en el sentido de que el retorno a la democracia y al bienestar perdido en
nuestro país, se haga realidad con él. Ojalá así sea.
Nos esperan más días difíciles. El hambre no cesa. La
migración se reinicia. La hiperinflación se acentúa.
A los venezolanos sólo nos queda levantar la protesta y
concertar esfuerzos, para que los distintos movimientos sociales y políticos
confluyan en un solo propósito que apunte a la restauración de la libertad.
Es de esperar que el nuevo gobierno norteamericano y la Comunidad
internacional nos ayuden en el logro de ese objetivo.
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