El Halloween de la antipolítica
Jean Maninat
Como en Thriller, el célebre videoclip que consolidó la fama
de Michael Jackson, las tumbas se abren, de entre la tierra emergen
esqueletos ululando, extremidades descarnadas; son los oficiantes del
Halloween de la antipolítica que quieren dar respuesta al descalabro que
vive la oposición. De nuevo el mensaje, el sonsonete antidemocrático:
los partidos son los culpables de nuestros males.
Ciertamente, la masa no está para bollos y la oposición
democrática -luego de una cadena nuclear de equivocaciones- vive lo que
probablemente sea su peor momento. Pero, de allí a salir mandarria en
mano a destruir sus cimientos (los partidos que la conforman) bajo la
premisa del “ahora me toca a mí” constituye una malhadada fórmula para ahondar la crisis y favorecer al gobierno.
La recuperación democrática del país no será viable sin
la participación de partidos democráticos sólidos, arraigados en el
territorio nacional y representativos de su estructura social. Cuando
los partidos políticos se debilitan, su lugar es ocupado por toda clase
de líderes benefactores, de proyectos redentores, de dinastías para
dirigirlos hacia la eternidad. Está descrito en Politics for dummies.
Pero si queremos evitarnos la pena de que nos descubran leyendo el
librito, basta con revisar la historia reciente de Venezuela.
La tentación de buscar un ser providencial para que nos
saque del atolladero en que nos encontramos es tan vieja como el primer
leño que le sirvió de arma al hombre. Y su rastreo es recurrente aun en
medio de la maravillosa explosión tecnológica que conoce la humanidad.
“¡Oh! Y ahora, ¿quien podrá defenderme?”.
En medio de la terrible crisis que se vive, acaba de
surgir la tesis según la cual los partidos políticos deberían escoger a
un líder/candidato presidencial, sin militancia partidista, para
reencender el buen ánimo de la gente hacia el cambio. Es decir, como te
portaste mal y no cumpliste bien con tus deberes, te sale la penitencia
de no adelantar nombres de tu propia fila, para no espantar a los
feligreses. De nuevo, conminar al “independiente”, al incontaminado por
los microbios de la vida partidista para salvarnos. (¿Se llamaba
Chávez?).
La oposición democrática y los partidos que la conforman están en coma pero con los signos vitales haciendo bip,bip,bip.
Seguramente habrá que esperar -lamentablemente- hasta después del
corrientazo de las elecciones municipales para que reaccione, se ponga
las pilas y eche a andar.
Mientras tanto, los partidos Vente y ABP montaron tienda
aparte y se llevaron una tajada de la bancada opositora en la Asamblea
Nacional (AN). No hay que alarmarse, están en su derecho. Ahora que no
tienen la excusa de la influencia de la Mesa de la Unidad Democrática
(MUD), veremos si como roncan duermen.
Por lo pronto, habrá que acostumbrarse al ruido de
cadenas, a la sensación de la telaraña en las manos, al aire frío que
sopla en el cogote, a los disfraces del más allá, dando lecciones sobre
el más acá. Halloween amenaza con empalmar Carnavales. ¡Señor,
protégenos!
@jeanmaninat
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