El envejecimiento del liderazgo forzará los cambios en Cuba
EL VIA GOMEZ
POLITIKA
Con el patrocinio de la Embajada de los
Países Bajos y del Centro de Estudios Políticos de la Universidad
Católica Andrés Bello (CEP-UCAB), se realizó la conferencia “La
influencia de Cuba en América Latina”, que dictó el profesor emérito de
la Universidad de Utrecht, Dirk Kruijt.
El conferencista destacó que el éxito del
prolongado régimen cubano ha sido su modelo de partido único, apoyado
por las Fuerzas Armadas y los organismos de Inteligencia y Seguridad
Policial, con elecciones unipartidarias que movilizan a un núcleo
electoral duro del 30% que puede manejar sin problemas el descontento
social.
Dirk Kruijt, académico con amplia
bibliografía sobre la experiencia de la izquierda y la guerrilla
latinoamericana vinculada con el régimen de Cuba, afirmó que en un
horizonte de diez años en esa isla deberá producirse una transformación
del sistema imperante en los últimos 60 años. La razón es el imperativo
biológico, por el envejecimiento de los líderes originales de la
revolución castrista de 1959, incluyendo a Raúl Castro, “que hoy goza de
buena salud”, dijo.
No descartó que se produzca una lenta
modificación hacia un sistema económico mixto como el de Vietnam, que
garantice educación y salud pero con un partido único.
Kruijt, de visita en Caracas, ha
sostenido una agenda intensa de encuentros públicos y privados con el
sector académico y ONG, en los que ha recibido información de primera
mano sobre la realidad nacional. Con el patrocinio de la Embajada de los
Países Bajos y del Centro de Estudios Políticos de la Universidad
Católica Andrés Bello (CEP-UCAB), Kruijt ofreció en el auditorio de
Ingeniería de la UCAB, este jueves 23, la conferencia “La influencia de
Cuba en América Latina”. El embajador de Holanda en Venezuela, Norbert
Braakhuis, estuvo presente.
El profesor emérito de la Universidad de
Utrecht (Países Bajos) destacó que lo que ha caracterizado a los
gobernantes de Cuba en las últimas décadas ha sido el pragmatismo y así
se desligaron de las guerrillas, salvo en los países centroamericanos
donde prevalecieron dictaduras. Para esa época, los años 80, dijo
Kruijt, la Unión Soviética alertó a Cuba que en caso de invasión militar
por parte de los Estados Unidos no contaran con una respuesta militar
de su parte. Fue tal la presencia de la URSS en la isla que cuando se
produjo el retiro de los asesores y equipos rusos de la isla fue
necesario mover 300 barcos, afirmó.
A partir de esa época, Cuba cambió su
relación con América Latina y desarrolló un estilo “soft power”, con un
perfil de ayuda humanitaria con brigadas médicas, de alfabetización y
cooperación en caso de desastres, el perfil con el que se presentó en
Venezuela bajo la gestión de Hugo Chávez. Recordó que Chávez desarrolló
con Fidel Castro un estrecha “amistad política” que empezó por una
enorme simpatía personal mutua.
“Venezuela no es colonia de Cuba”
Kruijt dijo estar convencido de que el
presidente Raúl Castro quiere hacer cambios económicos y hacer surgir
empresas pequeñas y medianas, pero “Cuba no tiene ni idea de lo que es
el microcrédito”, aunado a que la tradición del control estatal por más
de medio siglo ha impedido el desarrollo de una cultura del
emprendimiento. Comentó que recientemente Bolivia está dando algún
asesoramiento en la materia, pero es un área en el que el país
mediterráneo apenas empieza a conocer, mientras que muchos otros países
de América Latina tienen una tradición de 30 años con los microcréditos.
Afirmó que los que controlan el gobierno
cubano saben que tienen que transformar el sistema económico, “pero ni
siquiera saben cómo hacerlo”. “Recrear un clima con un mínimo espíritu
empresarial en Cuba va a costar tiempo”, dijo Kruijt.
Aseguró que por ahora la isla está
“relativamente calmada” y comentó que el trato que se le da a la
disidencia política ha mejorado en tanto “no estén activos”. También
desestimó la presencia de narcotráfico en la isla porque eso está
“pésimamente visto” y se les califica como “traidores a la patria”.
Declinó abordar en la etapa de
comentarios y preguntas el tema sobre la influencia del gobierno de Cuba
en la actual gestión de Nicolás Maduro. Puso en duda que la influencia
de Cuba sobre Venezuela sea tanta como afirmó un participante del
público, que describió la relación de Cuba respecto de Venezuela como
“parasitaria”.
“No puedo imaginarme que el Presidente de
un país soberano va a implementar una política cubana. Venezuela no es
una colonia de Cuba”, afirmó Kruijt.
El conferencista destacó que el éxito del
prolongado régimen ha sido su modelo de partido único, apoyado por las
Fuerzas Armadas y los organismos de Inteligencia y Seguridad Policial,
con elecciones unipartidarias con la movilización de un núcleo electoral
duro del 30% que puede manejar sin problemas el descontento social.
Kruijt comentó, ante una pregunta, que el
proceso cubano ha sido visto desde la izquierda europea como un
fenómeno “sexi” y hasta “romántico”, asociado a un ambiente idílico por
su localización subtropical, lo que fue así desde que vivía el Ché
Guevara y actuaba como representante de la revolución. Además, fue la
primera revolución socialista.
Dirk Kruijt hizo un resumen de las
principales actividades de la revolución castrista, desde que se inició
en 1959 como una democracia plebiscitaria hasta que, menos de dos años
después, la cúpula comandada por Fidel Castro ocupó las principales
posiciones de poder y se sostuvo, hasta el presente, en sus fuerzas
armadas. Paralelamente, todo el aparato económico fue asumido por
personas que no tenían ningún conocimiento en la materia. Al cabo de 10
años, Cuba acepta la asesoría de la Unión Soviética que envía a la isla
más de cinco mil expertos –explicó–, la mitad de ellos militares y es a
partir de allí cuando se fortalece la línea dura comunista y la
exportación de entrenamiento a la guerrilla latinoamericana en 14 países
que, según Kruijt, no contaba con las simpatías de la URSS que aspiraba
a normalizar sus relaciones con los Estados Unidos.
Destacó que Cuba se preocupó de
desarrollar una eficiente diplomacia y ofreció entrenamiento a militares
excombatientes con la asesoría de los aparatos de Inteligencia ruso y
alemán oriental (KGB y Stasi), y así logro romper por la vía de una red
de relaciones informales el aislamiento impuesto por los Estados Unidos y
seguido por todos los países de la región, menos por México.
En el caso de Venezuela, Kruijt dijo que
hubo en el territorio entre 20 y 23 acoplamientos guerrilleros
diferentes. En el caso de los países de América del Sur, señaló que una
de las razones del fracaso fue la barrera idiomática, por la
preeminencia del guaraní, el aymara y el quechua, dificultad que fue
superada luego en Centroamérica, donde además lograron unificar los
diferentes grupos.
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