Eduardo Fernández
El próximo mes de enero se cumple el primer centenario del nacimiento de uno de los grandes estadistas de la Venezuela moderna: Arístides Calvani.
La Fundación que lleva su nombre y que es más conocida como “Centro Internacional de Políticas Públicas IFEDEC” ha designado una comisión muy representativa para organizar los actos conmemorativos de ese aniversario. Esa Comisión ha sido puesta bajo la dirección del doctor Román José Duque Corredor, uno de los juristas más respetados y más prestigiosos en la Venezuela Contemporánea.
Ya hemos comenzado a trabajar estimulados por nuestro amigo Filippo Vagnoni, presidente de la Fundación Rosa y Giuseppe Vagnoni para publicar un libro con trabajos dedicados a los diferentes campos de actividad en los que se destacó la presencia de Calvani. Hace algunos días, desgraciada y prematuramente falleció nuestro amigo Filippo. Pero su aliento nos sigue estimulando.
La conmemoración del centenario de Calvani es una ocasión muy propicia para destacar los valores y los principios que deben animar a la actividad política en general y a una política inspirada en valores propios del Humanismo Cristiano en particular.
Tuve el privilegio de ser discípulo de Arístides Calvani en la Facultad de Derecho. Nos enseñó Introducción y Filosofía del Derecho.
La primera vocación de Calvani y la predominante a lo largo de toda su vida fue la cuestión social. Él llegó a la política a partir de su preocupación por la gente, por la dignidad de la persona humana, de cada una y del conjunto de ellas.
El concepto de la justicia social fue la piedra angular de su elaboración ideológica y de su actuación pública.
Calvani fue un notable canciller. Un Ministro de Relaciones Exteriores que desempeñó con mucho brillo esa responsabilidad. Su designación, por cierto, nos sorprendió a muchos, me consta que incluso a él mismo. Todos estábamos esperando, estoy seguro que también él, que iba a ser designado Ministro de Estado para ocuparse del tema de la “Promoción Popular” que había sido un tema central en el programa de gobierno que Rafael Caldera había presentado al electorado en la campaña electoral de 1968.
La tarea de Promoción Popular finalmente se la adjudicaron a Adela Abbo de Calvani, la insigne esposa de Arístides. Su compañera de toda la vida y también su compañera en la hora fatal del accidente aéreo que les quitó la vida prematuramente, junto con dos de sus hijas, en la selva del Tikal en Guatemala en enero de 1986.
Recordar a Calvani será muy importante para reivindicar el prestigio de la actividad pública en esta hora tan menguada para la política.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
@EFernandezVE
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