Héroes del progreso, parte 44: James Madison
Alexander C. R. Hammond
El Cato Instituto
Esta semana, nuestro héroe es James Madison. Madison fue un Padre Fundador y el cuarto presidente de EE.UU. Compuso los primeros borradores, y por lo tanto las bases, de la Constitución y la Carta de Derechos de EE.UU. Madison es muchas veces considerado el “Padre de la Constitución” y pasó gran parte de su vida asegurándose de que la Constitución de EE.UU. fuese ratificada, y que las libertades de religión, expresión y prensa fuesen protegidas por la ley.
James Madison nació el 16 de marzo de 1751 en Port Conway, Virginia. Madison creció en la plantación de su familia. Su padre era uno de los propietarios de tierra más importantes en el área de Piedmont. Aunque Madison era el mayor de doce niños, solo seis de sus hermanos llegarían a ser adultos (algo común en esa época —incluso entre los ricos). A principios de los 1760s, la familia Madison se mudó a la hacienda Montpelier en Virginia.
De joven, Madison estudió bajo varios tutores conocidos. A diferencia de muchos residentes ricos de Virginia en su época, él no asistió al College William and Mary. En cambio, en 1769, se inscribió en College of New Jersey (ahora Universidad de Princeton), la cual Madison eligió principalmente por la hostilidad de la institución hacia el episcopado. A pesar de ser un anglicano, Madison se oponía a un episcopado americano. Lo veía como una forma de fortalecer el poder de la monarquía británica, y como una amenaza a los derechos civiles y a las libertades religiosas de los colonos.
En el College of New Jersey, Madison completó su curso de cuatro años en tan solo dos años. Luego de graduarse en 1771, Madison permaneció en Nueva Jersey para estudiar Hebreo y filosofía política bajo la tutela del presidente de la institución (otro futuro Padre Fundador) John Witherspoon. El pensamiento filosófico y moral de Madison fue firmemente influenciado por Witherspoon. Terence Ball, un biógrafo de Madison, señaló que en Nueva Jersey, Madison “fue sumergido en el liberalismo de la Ilustración y convertido al radicalismo político del siglo dieciocho”.
En 1773, Madison volvió a Montpelier. Sin una carrera, empezó a estudiar los libros de derecho y pronto se interesó en la relación entre las colonias americanas y Gran Bretaña. En 1775, cuando Virignia empezó a prepararse para la Guerra de la Revolución, Madison fue designado como coronel en la milicia del Condado Orange. Como frecuentemente estaba mal de salud, Madison nunca estuvo involucrado en el combate y pronto renunció a una carrera militar. En cambio, incursionó en una carrera política. En 1776, Madison representó al Condado Orange en la Convención Constitucional de Virginia, donde ayudó a diseñar un nuevo gobierno para el estado, independiente del gobierno británico.
Durante su tiempo en la Convención Constitucional de Virginia, Madison muchas veces luchó por la libertad de culto y tuvo éxito convenciendo a los delegados para que alteraran la Declaración de Derechos de Virginia de tal manera que esta contenga “protección igual” en lugar de solo “tolerancia” al ejercicio de la religión. Mientras estaban en la convención, conoció a su amigo de toda la vida, Thomas Jefferson —otro Padre Fundador, que llegó a ser el tercer presidente de EE.UU.
Luego de la implementación de la Constitución de Virginia de 1776, Madison formó parte de la Cámara de Representantes de Virginia y pronto fue elegido para el Consejo de Estado del Gobernador de Virginia, que en ese entonces era Thomas Jefferson. En 1780, Madison viajó a Filadelfia como delegado de Virginia ante el Congreso Continental —un cuerpo de delgados de las trece colonias americanas que luego formarían los Estados Unidos de América.
Los Artículos de la Confederación fueron ratificados por el Congreso Constitucional en 1781 y sirvieron como la primera constitución de las 13 colonias. Los Artículos le dieron grandes poderes a los estados, los cuales actuaban más como países individuales, antes que como una unión. Madison sentía que esta estructura dejaba al Congreso débil y no le brindaba capacidad alguna de administrar la deuda federal o de mantener una armada nacional. Determinado a cambiar eso, Madison empezó a estudiar muchas formas distintas de gobierno.
En 1784, Madison volvió a la legislatura de Virginia y rápidamente se aseguró de que una ley que prometía darle respaldo financiado con dinero de los contribuyentes a los “profesores de la religión Cristiana” fuese derrotada. Durante los próximos años, Madison lideró el movimiento que presionó a favor de cambios en los Artículos de la Confederación. Ese esfuerzo eventualmente culminó en la Convención Constitucional de 1787, nuevamente en Filadelfia.
En la convención, Madison presentó sus planes de un gobierno eficaz conocido como el “Plan de Virginia”. Madison se dio cuenta de que EE.UU. requería un gobierno federal fuerte, que estaría dividido entres ramas (legislativa, judicial y ejecutiva) y administrado mediante un sistema de pesos y contrapesos, de tal manera que ninguna rama dominase a otra. A lo largo del Congreso Constitucional, Madison tomó largas notas y modificó su plan para hacerlo más aceptable. Al final, el Plan de Virginia fue la base de una gran porción de la Constitución de EE.UU.
Luego de que la Constitución fue escrita, el documento necesitaba ser ratificado por nueve de las trece colonias. Inicialmente, el documento se topó con resistencia, conforme muchos estados creían que le daba demasiado poder al gobierno federal. Para promover la ratificación de la Constitución, Madison colaboró con los Padres Fundadores Alexander Hamilton y John Jay. Juntos, escribieron una serie de ensayos anónimos respaldando la Constitución, titulados los Documentos Federalistas (“Federalist Papers”).
Luego de la publicación de 85 ensayos y un extenso debate en la Convención Constitucional, la Constitución de EE.UU. fue firmada en septiembre de 1787. El documento eventualmente fue ratificado en 1788, luego de que New Hampshire se convirtiera en el noveno estado en ratificar la Constitución. En 1790, el nuevo gobierno federal empezó a funcionar. Las ideas innovadoras e ilustradas de la Constitución de EE.UU. han superado la prueba del tiempo, y hoy es la constitución escrita más antigua del mundo que todavía está vigente.
Madison fue inmediatamente elegido como miembro de la nueva cámara de representantes y empezó a trabajar para redactar una Carta de Derechos —una lista de 10 enmiendas a la Constitución que deletreaban los derechos fundamentales de cada ciudadano estadounidense. Estos incluían, entre otros, el derecho a la libertad de expresión y de culto y el derecho a portar armas. En la novena enmienda, Madison también estipuló la existencia de derechos no enumerados. Luego de un debate sustancial, el trabajo de Madison tuvo sus réditos y la Carta de los Derechos fue implementada en 1791. Estas enmiendas fueron únicas en ese momento, dado que estipulaban que los gobiernos no le conceden derechos a los ciudadanos. En cambio, son los ciudadanos los que le conceden poderes a los gobiernos para que estos protejan los derechos “pre-existentes”.
Luego de un desacuerdo con el líder Federalista, Alexander Hamilton, en torno a la propuesta de Hamilton de establecer un banco nacional, Jefferson y Madison fundaron el partido Democrático-Republicano en 1792. Fue el primer partido político de oposición en EE.UU. Madison dejó el congreso en 1797. Volvió al frente político en 1801, uniéndose al gabinete del Presidente Thomas Jefferson. Como secretario de estado, Madison supervisó la compra del Territorio de Louisiana a Francia en 1803, la cual duplicó el tamaño de la nueva nación.
Entre 1809 y 1817, Madison sirvió como el cuarto presidente de EE.UU. Su periodo presidencial estuvo manchado por problemas en el extranjero. En 1812, Madison emitió una proclamación de guerra en contra de Gran Bretaña. El comercio entre EE.UU. y Europa cesó, lo cual afecto severamente a los comerciantes estadounidenses. Al mismo tiempo, Nueva Inglaterra amenazó con salirse de la Unión. Madison se vio obligado a huir de la nueva capital de Washington en agosto de 1814, luego de que las tropas británicas invadieran y quemaran varios edificios, incluyendo la Casa Blanca, el Capitolio y la Biblioteca del Congreso.
En 1815, la guerra terminó en un punto muerto. Luego de dos periodos como presidente, Madison volvió a Montpelier en 1817 y nunca más salió de Virginia. Continuó siendo un escritor activo y respetado. En 1826, fue nombrado rector de la Universidad de Virginia, la cual fue fundada por Thomas Jefferson en 1819.
Como muchos de sus contemporáneos en el Sur, Madison poseía esclavos. Dicho esto, Madison trabajó para abolir la práctica de la esclavitud. Bajo su liderazgo, el gobierno federal compró esclavos a sus propietarios y los reubicó en Liberia. Madison pasó sus últimos años enfermo y en cama. En junio de 1836, murió de una falla cardiaca. Tenía 85 años de edad.
Madison fue fundamental para la redacción de la Constitución y Carta de Derechos de EE.UU. La Constitución de EE.UU. es la primera constitución del mundo de un solo documento. Los principios de la Ilustración de los derechos individuales y la libertad que este promovió se convirtió en la base de docenas de otras constituciones liberales creadas por gobiernos alrededor del mundo. Por crear el marco legal que protegió a innumerables personas de los abusos estatales, James Madison merece ser nuestro Héroe No. 44 del Progreso.
Este artículo fue publicado originalmente en HumanProgress.org (EE.UU.) el 15 de mayo de 2020.
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