sábado, 13 de febrero de 2021

COLLAGE SOBRE RÓMULO BETANCOURT (LI)

                  (Gobierno Contitucional –XIII-)


               Carlos Canache Mata


Durante el año 1961 continuó el período de reajuste que la economía venezolana ha venido atravesando desde el derrocamiento de la dictadura el 23 de enero de 1958. En su Mensaje al Congreso Nacional del 12 de marzo de 1962, el Presidente Rómulo Betancourt, refiriéndose a la situación de la economía nacional en 1961, señaló: “La economía, en su proceso de asentamiento, no había logrado aún encontrar un nuevo nivel de equilibrio adecuado para imprimirle, sobre la base de un reagrupamiento de los factores productivos, un franco impulso al desarrollo, esta vez encaminado a superar las fallas estructurales y no a agravarlas, como sucedió en el período anterior. Por ello la recesión se ha prolongado más allá de lo que habíamos anticipado” (1).

Andrés Germán Otero, en sustitución de Tomás Enrique Carrillo Batalla, asume el Ministerio de Hacienda el 25 de marzo de 1961.

Ante la realidad de la recesión económica y de serias dificultades fiscales,  el 4 de mayo de 1961, el Presidente Betancourt, en mensaje especial, somete a la consideración del Congreso Nacional el proyecto de “Ley de Medidas Económicas de Urgencia y de Reforma Parcial de la Ley de Impuesto sobre la Renta y de la Ley de Impuesto sobre Sucesiones y otros ramos de la Renta Nacional”. De seguidas, me refiero a aspectos fundamentales de ese proyecto de ley, con citas de lo dicho por el Presidente Betancourt.

Había que restablecer la confianza para lograr la recuperación económica y dinamizar el ritmo de las inversiones privadas y púbicas, y encarar y resolver el desnivel que se arrastra desde hace varios años entre los ingresos y los egresos del Estado, “no a costa de la disminución de inversiones reproductivas sino mediante prudente reajuste y reorientación de los servicios del Estado y de aumento también prudencial, y afectando a todos los sectores sociales, de algunos renglones tributarios”. En el Proyecto de Ley de Presupuesto, el ejercicio fiscal julio-diciembre 1961 (todavía no coincidía el año fiscal con el año civil; esa coincidencia se realiza a partir del año siguiente, y así el Presupuesto de 1962 se ejecutará entre el 1° de enero y el 31 de diciembre de ese mismo año) acusa una diferencia  entre ingresos y egresos de 553 millones de bolívares, pese al esfuerzo del Ejecutivo de reajustar los gastos no considerados básicos, que en algunos despachos llegó al 20%. Dice el Presidente en su Mensaje relativo a las Medidas Económicas de Urgencia: “…el Gobierno Nacional, con miras a soluciones fiscales permanentes, propone un conjunto de medidas que considera absolutamente indispensables y que por necesidad han de ser concurrentes, simultáneas y no alternativas, a saber: reducción de un 10% de todos los sueldos y salarios de funcionarios y empleados públicos y trabajadores al servicio del Estado y sus dependencias y empresas, sin más excepción que los sueldos inferiores a Bs. 300,00 al mes…esta solución se considera la única alternativa a drásticos, a indiscriminados retiros de empleados públicos y de obreros al servicio del Estado, que vendrían a empeorar el grave problema del desempleo”. El Congreso aumentó el mínimo de rebaja a sueldos y salarios de trescientos bolívares a seiscientos bolívares mensuales. También el Proyecto de Ley prorroga todos los contratos colectivos por un año o más, sin aumento alguno.

La acción oficial, además de la reducción de los gastos públicos, debe dirigirse también “a elevar los ingresos mediante aumento moderado de la tributación, a proveer los estímulos fiscales para el fomento de la inversión y a agenciar recursos exteriores para ser invertidos únicamente en obras reproductivas”.

En cuanto al aumento de la tributación, se propone: a) una Reforma del Impuesto sobre la Renta, “de manera que afecte en la menor forma posible el desarrollo económico del país”, que toma en cuenta a los sectores específicos que obtienen ganancias más allá del rendimiento promedio, y que contempla además “una intensificación del control fiscal a fin de combatir la evasión y lograr la aplicación estricta de las normas legales vigentes, entre ellas las facultades de estimación de oficio, para hacer efectiva la tributación a todos los contribuyentes sin más excepciones que las que la ley establece”; b) Reforma del Impuesto sobre Sucesiones y otros ramos de la Renta Nacional, con el establecimiento de una nueva tarifa progresiva que aumenta el impuesto actual en alrededor del 75% y mejoramiento de las disposiciones dirigidas a evitar las evasiones actuales; c) Impuesto sobre gasolina y otros combustibles: se eleva este tributo a través de aumento en el Arancel de Aduanas que conforme a la Ley de Hidrocarburos determina el impuesto interno, pero “mediante regulación por decreto de los precios de carga y pasajeros transportados se impedirá que el aumento muy pequeño en los precios de gasolina para movilizar vehículos de transporte incida sobre el costo de la vida”; d) Modificación de otros impuestos y tasas diversas, que se propondrán separadamente.

En el Mensaje presidencial al Congreso Nacional, se lee: “El efecto de la rebaja de sueldos y salarios y el mayor ingreso por concepto de las reformas tributarias reduce la diferencia original de 553 millones de bolívares en el semestre a la cifra de 350 millones de bolívares, que puede cubrirse con el uso del crédito público, mediante emisión de obligaciones que puedan cancelarse en los próximos ejercicios fiscales, mediante aplicación del resultado de los aumentos de ingresos en esos períodos, siempre y cuando se mantenga constante el esfuerzo de reducción de los gastos públicos”.

Como  se señaló líneas arriba, la acción oficial también debe proveer los estímulos fiscales para revitalizar la economía nacional, por lo que se contempla ayuda eficaz al crédito a largo plazo para vivienda, la intensificación de las obras públicas previstas en el Plan de Recuperación Económica y las cuales no inciden en el Presupuesto por ser objeto del financiamiento especial ya en ejecución, impulso a la industria nacional, y utilización al máximum del crédito exterior para el financiamiento de proyectos reproductivos públicos o privados.

El Proyecto de Ley contempla, como puede apreciarse, además de reformas a la legislación vigente, la concesión al Ejecutivo de facultades extraordinarias necesarias para su implementación. El artículo 7° del Proyecto limita a un año  el ejercicio de todas las facultades extraordinarias previstas, a contar de la fecha de su publicación.

El Presidente Betancourt, al final de su Mensaje, dijo que para tramontar y dominar las dificultades y salir de la encrucijada, “es necesario que todos aportemos nuestra cuota-parte de sacrificio” y “que por un tiempo indeterminado, pero que no será necesariamente largo, reciban menos emolumentos  los servidores del Estado y paguen más impuestos los contribuyentes”. Y añadió que si en el soberano Congreso surgen otras soluciones para enjugar el déficit presupuestario y reanimar la economía, “las acogerá y cumplirá respetuosamente el Poder Ejecutivo” (2).

En el Congreso Nacional, el Proyecto de Ley de Medidas Económicas de Urgencia provocó encendidos debates, en los que los parlamentarios de URD, del MIR y del PCV, lo califican de “ley de hambre”  y a Andrés Germán Otero, el nuevo ocupante de la cartera de Hacienda, lo llaman “el ministro del hambre”.

Esa Ley, que la oposición anatematizó como “ley del hambre”, fue la que condujo al país a la superación y saneamiento de la situación económica y fiscal completamente negativa que existía cuando fue presentada por el Presidente Betancourt y luego aprobada por el Congreso Nacional. Gracias a esa Ley, se salió de la recesión y  en 1963 hubo un crecimiento del PTB a una tasa de 5,8%, en tanto que en lo que respecta a la situación fiscal se logró el equilibrio presupuestario al balancearse los ingresos y egresos, y es más, había un superávit acumulado en la tesorería nacional de 744 millones de bolívares.

Gracias a esa Ley, se alcanzaron los resultados exitosos arriba señalados, y, por eso, en su Sexto, y último, Mensaje al Congreso, de fecha 7 de marzo de 1964, el Presidente Betancourt pudo decir: “Los resultados demuestran que esa política de contracción de gastos de funcionamiento de la administración pública, de poda de la fronda burocrática, de alza de las contribuciones, fue justa y adecuada…Lograrlo fue posible porque se aplicó, en su hora y momento, aquella terapéutica de la “cirugía de hierro” que para su España reclamó el angustiado Joaquín Costa” (3). Y también, gracias a esa Ley, el presidente del Banco Central  de Venezuela (BCV), Afredo Machado Gómez, pudo declarar que en 1963 “la economía nacional había superado la marca de los años precedentes en cuanto a cifras positivas de recuperación” (4). 

Pero no nos adelantemos, el análisis de esos resultados lo haremos en la oportunidad correspondiente.

El año 1961 termina con la segunda división de Acción Democrática, protagonizada por la corriente interna, encabezada por Raúl Ramos Giménez, que en el argot político se le conoce con el nombre de Grupo ARS. Éste había hecho su aparición en 1946, durante las sesiones de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que presidió Andrés Eloy Blanco, y, como quienes lo formaban decían interpretar el verdadero pensamiento de la base acciondemocratista, Rómulo Betancourt, lo bautizó, por analogía, con el apodo de la Agencia publicitaria denominada ARS, cuyo lema dirigido a los anunciantes era el de “permítanos pensar por usted”. En la ANC, cuando estaba en debate la nueva Constitución, se planteó la tesis, de abolengo federalista, de la elección popular -y no por el Presidente de la República- de los Gobernadores de Estado. El Grupo ARS  pedía apoyar esa posición, que no era, sobre todo en ese momento político, propiamente de linaje revolucionario.

 A diferencia de la primera división que hubo con el MIR, la del Grupo ARS no es de carácter ideológico, sino que obedece a una lucha por el control de la maquinaria partidista en la Convención Nacional próxima a celebrarse y teniendo a la vista –no lejana, sino de unos veinticuatro meses- la nominación del candidato presidencial para las nuevas elecciones. Veamos la secuencia de los hechos.

Se había iniciado el proceso electoral interno y los resultados producidos en el interior para la celebración de las Convenciones Regionales y, consecuencialmente, para la designación de los delegados a la Convención Nacional, desfavorecían ampliamente al Grupo ARS, que tenía mayoría en el CEN. Sólo faltaba la celebración de las Convenciones Regionales de Anzoátegui, Bolívar y Guárico, pero sí se habían celebrado las Convenciones Distritales de esos tres Estados, en las que también había sido derrotado el Grupo ARS y triunfado la llamada Vieja Guardia. Es entonces cuando el CEN de mayoría arsista emite un comunicado, de fecha 21 de diciembre de 1961, en el que se acuerda “suspender de toda militancia partidista” a varios dirigentes nacionales (Octavio Lepage, Rigoberto Henríquez Vera y Salom Meza Espinosa) y sustituir al Secretario General del partido Jesús Angel Paz Galarraga. Informa El Nacional (22-12-61) que “sostienen los miembros de la mayoría del CEN, (es decir, ARS) que estas elecciones han estado viciadas por las intervenciones de militantes del partido que desempeñan funciones de gobierno en tres Estados de la República: Guárico, Anzoátegui y Bolívar y que por tanto, se hace necesaria una intervención del máximo organismo directivo para que se proceda a nuevas elecciones en las cuales se garantice la absoluta imparcialidad de los comicios” (5). En comunicado de la misma fecha de emisión del comunicado del CEN de mayoría arsista, 21 de diciembre de 1961, Raúl Leoni y Paz Galarraga, en su carácter de Presidente y Secretario General de Acción Democrática, respectivamente, exponen (la cita parcial es parcial) con precisión lo que está pasando: “La arbitraria decisión tomada por quienes pretenden controlar el CEN de suspender los Comités Ejecutivos Seccionales de los Estados Anzoátegui, Bolívar y Guárico, es una medida que no está amparada por ninguna disposición de nuestros Estatutos en vigencia. El único propósito de esta medida es tratar de alterar el resultado electoral en esos Estados, ya que las Convenciones Distritales de dichas entidades se habían celebrado ya y sólo faltaban las respectivas Convenciones Regionales, lo cual hacía previsible la derrota de quienes hoy constituyen mayoría en el CEN del Partido. Es más, que para la fecha de las intervenciones, de las veintiuna Seccionales en las cuales se han efectuado Convenciones Regionales, los partidarios de la corriente que hoy pretenden controlar el CEN, suman doscientos cinco (205) delegados  mientras que en oposición a éstos se han electo trescientos dieciocho (318) delegados. Esta afirmación podemos respaldarla con la firma individual de cada uno de los delegados que representan la opinión contraria a la representada por la actual mayoría del CEN. En consecuencia, es forzoso llegar a la conclusión que estas medidas intervencionistas de la aludida mayoría no tienen otro propósito que el de invertir la presente correlación de fuerzas electorales para la próxima Convención Nacional. En síntesis, se trata de un golpe de Estado dentro de ACCIÓN DEMOCRÁTICA, aplicando el procedimiento del fraude electoral” (6).

Surgen Comisiones de buenos oficios en los sectores de profesionales, de guasineros y de las mujeres del partido que elevan al CEN solicitudes de fórmulas que preserven la unidad, y una Comisión Conciliadora sugiere la posibilidad de una reunión con el Presidente de la República (quien, por su parte, ya había adelantado algunas gestiones para evitar la división), como máximo dirigente del partido, para buscar vías de entendimiento, reunión que, efectivamente, tuvo lugar en “Los Núñez”, la residencia presidencial. Pero apareció entonces un planteamiento del Grupo ARS, que era inaceptable, como lo cuentan Raúl Leoni y Paz Galarraga en su comunicado del 21 de diiciembre: “…Queremos dejar constancia expresa de que en el curso de las discusiones, el grupo que constituye la mayoría del actual CEN planteó como condicion que impidió arribar a fórmulas de solución del problema, que se les garantizaran once puestos de los veintiuno que debe elegir la Convención para integrar el Comité Ejecutivo Nacional, aún cuando la representación de dicho grupo en la Convención fuese minoritaria” (7). Al hacer esa proposición, el Grupo ARS estaba reconociendo tácitamente que sabía que era una representación minoritaria la que iba a tener en la Convención Nacional por celebrarse.

 Se reúne el Comité Directivo Nacional (CDN) en Radio Continente convocado (29 de diciembre de 1961) por la Vieja Guardia, con asistencia de Betancourt y Gallegos, el cual anula las sanciones disciplinarias del CEN y suspende a la mayoría del Grupo ARS así como a la Presidenta del Tribunal Disciplinario; en la misma fecha se reúne el CDN del Grupo ARS en la sede nacional de Acción Democrática, Puente República, y pasa al Tribunal Discilinario a quienes asistieron a la reunión de Radio Continente, con excepción de Betancourt y Gallegos. En enero de 1962 hay dos Convenciones Nacionales de Acción Democrática, en las que surgen  distintas autoridades. Se selló así, definitivamente, la segunda división del partido, que tuvo como consecuencia la pérdida de la mayoría de Acción Democrática en la Cámara de Diputados del Congreso  Nacional.

Siempre me he dejado ganar por la tentación de creer que si Raúl Ramos Giménez, ahora, y Domingo Alberto Rangel, antes, no se  separan de Acción Democrática, si hubiesen sabido esperar, les iba a llegar el turno de ser candidatos presidenciales del partido.

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Notas

1-Rómulo Betancourt. Cuarto Mensaje Presidencial ante el Congreso Nacional. 12 de marzo de 1962. La Revolución Democrática en Venezuela, Caracas/1968. Tomo II. Pág. 363.

2-Todas las citas anteriores se tomaron del Mensaje Presidencial al Congreso Nacional, de fecha 4 de mayo de 1961. Rómulo Betancourt Antología Política. Fundación Rómulo Betancourt, Caracas, Venezuela, 2007. Volumen Séptimo 1959-1964. Pág. 276-287.

3-Rómulo Betancourt. Sexto Mensaje Presidencial presentado al Congreso Nacional el 7 de marzo de 1964. “La Revolución Democrática en Venezuela”. Caracas/1968. Tomo IV. Pág. 352.

4-“Diccionario de Historia Contemporánea de Venezuela”. Fundación Polar. Caracas. Venezuela. 1997. Tomo 1. Pá. 435.

5-Las 3 divisiones de AD. Ediciones Centauro. Impresores: Avila Arte. S. A. 1984. Pág. 156.

6. Las 3 divisiones de AD. Obra citada. Pág. 164.

7-Las 3 divisiones de AD. Obra citada. Pág. 167.

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