COLLAGE SOBRE RÓMULO BETANCOURT (LI)
(Gobierno Contitucional –XIII-)
Carlos Canache Mata
Durante el año
1961 continuó el período de reajuste que la economía venezolana ha venido
atravesando desde el derrocamiento de la dictadura el 23 de enero de 1958. En
su Mensaje al Congreso Nacional del 12 de marzo de 1962, el Presidente Rómulo
Betancourt, refiriéndose a la situación de la economía nacional en 1961, señaló:
“La economía, en su proceso de asentamiento, no había logrado aún encontrar un
nuevo nivel de equilibrio adecuado para imprimirle, sobre la base de un
reagrupamiento de los factores productivos, un franco impulso al desarrollo,
esta vez encaminado a superar las fallas estructurales y no a agravarlas, como
sucedió en el período anterior. Por ello la recesión se ha prolongado más allá
de lo que habíamos anticipado” (1).
Andrés Germán
Otero, en sustitución de Tomás Enrique Carrillo Batalla, asume el Ministerio de
Hacienda el 25 de marzo de 1961.
Ante la realidad
de la recesión económica y de serias dificultades fiscales, el 4 de mayo de 1961, el Presidente
Betancourt, en mensaje especial, somete a la consideración del Congreso
Nacional el proyecto de “Ley de Medidas Económicas de Urgencia y de Reforma
Parcial de la Ley de Impuesto sobre la Renta y de la Ley de Impuesto sobre
Sucesiones y otros ramos de la Renta Nacional”. De seguidas, me refiero a
aspectos fundamentales de ese proyecto de ley, con citas de lo dicho por el
Presidente Betancourt.
Había que
restablecer la confianza para lograr la recuperación económica y dinamizar el
ritmo de las inversiones privadas y púbicas, y encarar y resolver el desnivel
que se arrastra desde hace varios años entre los ingresos y los egresos del
Estado, “no a costa de la disminución de inversiones reproductivas sino
mediante prudente reajuste y reorientación de los servicios del Estado y de
aumento también prudencial, y afectando a todos los sectores sociales, de
algunos renglones tributarios”. En el Proyecto de Ley de Presupuesto, el
ejercicio fiscal julio-diciembre 1961 (todavía no coincidía el año fiscal con
el año civil; esa coincidencia se realiza a partir del año siguiente, y así el
Presupuesto de 1962 se ejecutará entre el 1° de enero y el 31 de diciembre de
ese mismo año) acusa una diferencia
entre ingresos y egresos de 553 millones de bolívares, pese al esfuerzo
del Ejecutivo de reajustar los gastos no considerados básicos, que en algunos
despachos llegó al 20%. Dice el Presidente en su Mensaje relativo a las Medidas
Económicas de Urgencia: “…el Gobierno Nacional, con miras a soluciones fiscales
permanentes, propone un conjunto de medidas que considera absolutamente
indispensables y que por necesidad han de ser concurrentes, simultáneas y no
alternativas, a saber: reducción de un 10% de todos los sueldos y salarios de
funcionarios y empleados públicos y trabajadores al servicio del Estado y sus
dependencias y empresas, sin más excepción que los sueldos inferiores a Bs.
300,00 al mes…esta solución se considera la única alternativa a drásticos, a
indiscriminados retiros de empleados públicos y de obreros al servicio del
Estado, que vendrían a empeorar el grave problema del desempleo”. El Congreso
aumentó el mínimo de rebaja a sueldos y salarios de trescientos bolívares a
seiscientos bolívares mensuales. También el Proyecto de Ley prorroga todos los
contratos colectivos por un año o más, sin aumento alguno.
La acción oficial,
además de la reducción de los gastos públicos, debe dirigirse también “a elevar
los ingresos mediante aumento moderado de la tributación, a proveer los
estímulos fiscales para el fomento de la inversión y a agenciar recursos
exteriores para ser invertidos únicamente en obras reproductivas”.
En cuanto al
aumento de la tributación, se propone: a) una Reforma del Impuesto sobre la
Renta, “de manera que afecte en la menor forma posible el desarrollo económico
del país”, que toma en cuenta a los sectores específicos que obtienen ganancias
más allá del rendimiento promedio, y que contempla además “una intensificación
del control fiscal a fin de combatir la evasión y lograr la aplicación estricta
de las normas legales vigentes, entre ellas las facultades de estimación de
oficio, para hacer efectiva la tributación a todos los contribuyentes sin más
excepciones que las que la ley establece”; b) Reforma del Impuesto sobre
Sucesiones y otros ramos de la Renta Nacional, con el establecimiento de una
nueva tarifa progresiva que aumenta el impuesto actual en alrededor del 75% y
mejoramiento de las disposiciones dirigidas a evitar las evasiones actuales; c)
Impuesto sobre gasolina y otros combustibles: se eleva este tributo a través de
aumento en el Arancel de Aduanas que conforme a la Ley de Hidrocarburos
determina el impuesto interno, pero “mediante regulación por decreto de los
precios de carga y pasajeros transportados se impedirá que el aumento muy
pequeño en los precios de gasolina para movilizar vehículos de transporte
incida sobre el costo de la vida”; d) Modificación de otros impuestos y tasas
diversas, que se propondrán separadamente.
En el Mensaje
presidencial al Congreso Nacional, se lee: “El efecto de la rebaja de sueldos y
salarios y el mayor ingreso por concepto de las reformas tributarias reduce la
diferencia original de 553 millones de bolívares en el semestre a la cifra de
350 millones de bolívares, que puede cubrirse con el uso del crédito público,
mediante emisión de obligaciones que puedan cancelarse en los próximos
ejercicios fiscales, mediante aplicación del resultado de los aumentos de
ingresos en esos períodos, siempre y cuando se mantenga constante el esfuerzo
de reducción de los gastos públicos”.
Como se señaló líneas arriba, la acción oficial
también debe proveer los estímulos fiscales para revitalizar la economía nacional,
por lo que se contempla ayuda eficaz al crédito a largo plazo para vivienda, la
intensificación de las obras públicas previstas en el Plan de Recuperación
Económica y las cuales no inciden en el Presupuesto por ser objeto del
financiamiento especial ya en ejecución, impulso a la industria nacional, y utilización
al máximum del crédito exterior para el financiamiento de proyectos
reproductivos públicos o privados.
El Proyecto de Ley
contempla, como puede apreciarse, además de reformas a la legislación vigente,
la concesión al Ejecutivo de facultades extraordinarias necesarias para su
implementación. El artículo 7° del Proyecto limita a un año el ejercicio de todas las facultades
extraordinarias previstas, a contar de la fecha de su publicación.
El Presidente
Betancourt, al final de su Mensaje, dijo que para tramontar y dominar las
dificultades y salir de la encrucijada, “es necesario que todos aportemos
nuestra cuota-parte de sacrificio” y “que por un tiempo indeterminado, pero que
no será necesariamente largo, reciban menos emolumentos los servidores del Estado y paguen más
impuestos los contribuyentes”. Y añadió que si en el soberano Congreso surgen
otras soluciones para enjugar el déficit presupuestario y reanimar la economía,
“las acogerá y cumplirá respetuosamente el Poder Ejecutivo” (2).
En el Congreso
Nacional, el Proyecto de Ley de Medidas Económicas de Urgencia provocó
encendidos debates, en los que los parlamentarios de URD, del MIR y del PCV, lo
califican de “ley de hambre” y a Andrés
Germán Otero, el nuevo ocupante de la cartera de Hacienda, lo llaman “el
ministro del hambre”.
Esa Ley, que la
oposición anatematizó como “ley del hambre”, fue la que condujo al país a la
superación y saneamiento de la situación económica y fiscal completamente negativa
que existía cuando fue presentada por el Presidente Betancourt y luego aprobada
por el Congreso Nacional. Gracias a esa Ley, se salió de la recesión y en 1963 hubo un crecimiento del PTB a una
tasa de 5,8%, en tanto que en lo que respecta a la situación fiscal se logró el
equilibrio presupuestario al balancearse los ingresos y egresos, y es más,
había un superávit acumulado en la tesorería nacional de 744 millones de
bolívares.
Gracias a esa Ley,
se alcanzaron los resultados exitosos arriba señalados, y, por eso, en su
Sexto, y último, Mensaje al Congreso, de fecha 7 de marzo de 1964, el
Presidente Betancourt pudo decir: “Los resultados demuestran que esa política
de contracción de gastos de funcionamiento de la administración pública, de
poda de la fronda burocrática, de alza de las contribuciones, fue justa y
adecuada…Lograrlo fue posible porque se aplicó, en su hora y momento, aquella
terapéutica de la “cirugía de hierro” que para su España reclamó el angustiado
Joaquín Costa” (3). Y también, gracias a esa Ley, el presidente del Banco
Central de Venezuela (BCV), Afredo
Machado Gómez, pudo declarar que en 1963 “la economía nacional había superado
la marca de los años precedentes en cuanto a cifras positivas de recuperación”
(4).
Pero no nos adelantemos,
el análisis de esos resultados lo haremos en la oportunidad correspondiente.
El año 1961
termina con la segunda división de Acción Democrática, protagonizada por la
corriente interna, encabezada por Raúl Ramos Giménez, que en el argot político
se le conoce con el nombre de Grupo ARS. Éste había hecho su
aparición en 1946, durante las sesiones de la Asamblea Nacional Constituyente
(ANC) que presidió Andrés Eloy Blanco, y, como quienes lo formaban decían
interpretar el verdadero pensamiento de la base acciondemocratista, Rómulo
Betancourt, lo bautizó, por analogía, con el apodo de la Agencia publicitaria
denominada ARS, cuyo lema dirigido a los anunciantes era el de “permítanos
pensar por usted”. En la ANC, cuando estaba en debate la nueva Constitución, se
planteó la tesis, de abolengo federalista, de la elección popular -y no por el
Presidente de la República- de los Gobernadores de Estado. El Grupo ARS pedía apoyar esa posición, que no era, sobre
todo en ese momento político, propiamente de linaje revolucionario.
A diferencia de la primera división que hubo
con el MIR, la del Grupo ARS no es de carácter ideológico, sino que obedece a
una lucha por el control de la maquinaria partidista en la Convención Nacional
próxima a celebrarse y teniendo a la vista –no lejana, sino de unos
veinticuatro meses- la nominación del candidato presidencial para las nuevas
elecciones. Veamos la secuencia de los hechos.
Se había iniciado
el proceso electoral interno y los resultados producidos en el interior para la
celebración de las Convenciones Regionales y, consecuencialmente, para la
designación de los delegados a la Convención Nacional, desfavorecían
ampliamente al Grupo ARS, que tenía mayoría en el CEN. Sólo faltaba la
celebración de las Convenciones Regionales de Anzoátegui, Bolívar y Guárico,
pero sí se habían celebrado las Convenciones Distritales de esos tres Estados,
en las que también había sido derrotado el Grupo ARS y triunfado la llamada
Vieja Guardia. Es entonces cuando el CEN de mayoría arsista emite un
comunicado, de fecha 21 de diciembre de 1961, en el que se acuerda “suspender
de toda militancia partidista” a varios dirigentes nacionales (Octavio Lepage,
Rigoberto Henríquez Vera y Salom Meza Espinosa) y sustituir al Secretario
General del partido Jesús Angel Paz Galarraga. Informa El Nacional (22-12-61)
que “sostienen los miembros de la mayoría del CEN, (es decir, ARS) que estas
elecciones han estado viciadas por las intervenciones de militantes del partido
que desempeñan funciones de gobierno en tres Estados de la República: Guárico,
Anzoátegui y Bolívar y que por tanto, se hace necesaria una intervención del
máximo organismo directivo para que se proceda a nuevas elecciones en las
cuales se garantice la absoluta imparcialidad de los comicios” (5). En
comunicado de la misma fecha de emisión del comunicado del CEN de mayoría
arsista, 21 de diciembre de 1961, Raúl Leoni y Paz Galarraga, en su carácter de
Presidente y Secretario General de Acción Democrática, respectivamente, exponen
(la cita parcial es parcial) con precisión lo que está pasando: “La arbitraria
decisión tomada por quienes pretenden controlar el CEN de suspender los Comités
Ejecutivos Seccionales de los Estados Anzoátegui, Bolívar y Guárico, es una
medida que no está amparada por ninguna disposición de nuestros Estatutos en
vigencia. El único propósito de esta medida es tratar de alterar el resultado
electoral en esos Estados, ya que las Convenciones Distritales de dichas
entidades se habían celebrado ya y sólo faltaban las respectivas Convenciones
Regionales, lo cual hacía previsible la derrota de quienes hoy constituyen
mayoría en el CEN del Partido. Es más, que para la fecha de las intervenciones,
de las veintiuna Seccionales en las cuales se han efectuado Convenciones
Regionales, los partidarios de la corriente que hoy pretenden controlar el CEN,
suman doscientos cinco (205) delegados
mientras que en oposición a éstos se han electo trescientos dieciocho
(318) delegados. Esta afirmación podemos respaldarla con la firma individual de
cada uno de los delegados que representan la opinión contraria a la
representada por la actual mayoría del CEN. En consecuencia, es forzoso llegar
a la conclusión que estas medidas intervencionistas de la aludida mayoría no
tienen otro propósito que el de invertir la presente correlación de fuerzas
electorales para la próxima Convención Nacional. En síntesis, se trata de un
golpe de Estado dentro de ACCIÓN DEMOCRÁTICA, aplicando el procedimiento del
fraude electoral” (6).
Surgen Comisiones
de buenos oficios en los sectores de profesionales, de guasineros y de las
mujeres del partido que elevan al CEN solicitudes de fórmulas que preserven la
unidad, y una Comisión Conciliadora sugiere la posibilidad de una reunión con
el Presidente de la República (quien, por su parte, ya había adelantado algunas
gestiones para evitar la división), como máximo dirigente del partido, para
buscar vías de entendimiento, reunión que, efectivamente, tuvo lugar en “Los
Núñez”, la residencia presidencial. Pero apareció entonces un planteamiento del
Grupo ARS, que era inaceptable, como lo cuentan Raúl Leoni y Paz Galarraga en
su comunicado del 21 de diiciembre: “…Queremos dejar constancia expresa de que
en el curso de las discusiones, el grupo que constituye la mayoría del actual
CEN planteó como condicion que impidió arribar a fórmulas de solución del
problema, que se les garantizaran once puestos de los veintiuno que debe elegir
la Convención para integrar el Comité Ejecutivo Nacional, aún cuando la
representación de dicho grupo en la Convención fuese minoritaria” (7). Al hacer
esa proposición, el Grupo ARS estaba reconociendo tácitamente que sabía que era
una representación minoritaria la que iba a tener en la Convención Nacional por
celebrarse.
Se reúne el Comité Directivo Nacional (CDN) en
Radio Continente convocado (29 de diciembre de 1961) por la Vieja Guardia, con
asistencia de Betancourt y Gallegos, el cual anula las sanciones disciplinarias
del CEN y suspende a la mayoría del Grupo ARS así como a la Presidenta del
Tribunal Disciplinario; en la misma fecha se reúne el CDN del Grupo ARS en la
sede nacional de Acción Democrática, Puente República, y pasa al Tribunal
Discilinario a quienes asistieron a la reunión de Radio Continente, con
excepción de Betancourt y Gallegos. En enero de 1962 hay dos Convenciones
Nacionales de Acción Democrática, en las que surgen distintas autoridades. Se selló así,
definitivamente, la segunda división del partido, que tuvo como consecuencia la
pérdida de la mayoría de Acción Democrática en la Cámara de Diputados del
Congreso Nacional.
Siempre me he
dejado ganar por la tentación de creer que si Raúl Ramos Giménez, ahora, y
Domingo Alberto Rangel, antes, no se
separan de Acción Democrática, si hubiesen sabido esperar, les iba a
llegar el turno de ser candidatos presidenciales del partido.
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Notas
1-Rómulo
Betancourt. Cuarto Mensaje Presidencial ante el Congreso Nacional. 12 de marzo
de 1962. La Revolución Democrática en Venezuela, Caracas/1968. Tomo II. Pág.
363.
2-Todas las citas
anteriores se tomaron del Mensaje Presidencial al Congreso Nacional, de fecha 4
de mayo de 1961. Rómulo Betancourt Antología Política. Fundación Rómulo
Betancourt, Caracas, Venezuela, 2007. Volumen Séptimo 1959-1964. Pág. 276-287.
3-Rómulo
Betancourt. Sexto Mensaje Presidencial presentado al Congreso Nacional el 7 de
marzo de 1964. “La Revolución Democrática en Venezuela”. Caracas/1968. Tomo IV.
Pág. 352.
4-“Diccionario de
Historia Contemporánea de Venezuela”. Fundación Polar. Caracas. Venezuela.
1997. Tomo 1. Pá. 435.
5-Las 3 divisiones
de AD. Ediciones Centauro. Impresores: Avila Arte. S. A. 1984. Pág. 156.
6. Las 3
divisiones de AD. Obra citada. Pág. 164.
7-Las 3 divisiones
de AD. Obra citada. Pág. 167.
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