miércoles, 3 de febrero de 2021

Sary Levy: Las sanciones no son el origen de la crisis en Venezuela


INFORME 21


Conversar de la Venezuela actual implica converger en un resultado incesante de conflictos y dinámicas que ha originado la llegada del chavismo al poder. Luego de 22 años en marcha de una revolución que ha expuesto sus dimensiones transregionales con intereses y visiones múltiples, pero con un contenido ideológico claro, es importante destacar cómo se ha deformado la vida social, institucional, política y económica de Venezuela, pues según datos sobre índices de fragilidad, es la nación con mayor deterioro desde el 2013 según Fragile State Index. The Fund for Peace, 2020

En ese índice, Venezuela ocupa el puesto 28 entre los Estados más frágiles del mundo, por encima de 170 naciones valoradas en este estudio y la segunda en el continente, superado por Haití.

Sin embargo hemos visto un exhibicionismo de poder político, económico y represivo estos últimos dos años que sin lugar a duda despierta pasiones en una población donde 94% es pobre y 67% sobrevive en la pobreza extrema, según datos de ENCOVI 2020.

Para entender este simulacro de la realidad o lo que han denominado como “normalización”, conversamos con una de las mujeres más destacada en materia económica en Venezuela, Sary Levy Carciente: Consultor y asesor económico. Vicepresidenta de la Academia Nacional de Ciencias Económicas en Venezuela, e individuo de número en la academia; profesora titular en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y responsable del cálculo y análisis del Índice Internacional de Derechos de Propiedad. Becaria Fullbright en la Universidad de Boston (Centro de Estudios en Polímeros, Dpto de Física) y Visiting Scholar de la Universidad de Massachusetts. Fue Decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV.

-En diciembre, la nutricionista y activista de los DDHH, Susana Rafalli sostuvo en una entrevista radial que “Venezuela había tocado fondo”. En su evaluación ¿En qué punto nos encontramos en este retroceso de nuestra calidad de vida?

Iniciaría señalando que lamentablemente no existe tal cosa como tocar fondo, la historia nos demuestra que se puede estar peor.

El deterioro de la calidad de vida del venezolano es notorio. A nivel macroeconómico podemos caracterizar la situación del país como de Recesión con Hiperinflación continuada, lo que se puede evidenciar en algunas variables económicas:

Por la contracción acumulada del producto, en tan solo los últimos 7 años, la economía se ha reducido a un 20-25% de lo que era en 2013, con particular deterioro en el sector industrial y por ende en la destrucción de puestos de trabajos formales, productivos y bien remunerados.

A ello hay que sumarle la inflación, flagelo que destruye la capacidad adquisitiva del ingreso, pero además junto con el deterioro de la institucionalidad y la debilidad del estado de derecho, acorta el horizonte temporal de las pocas inversiones que se arriesgan a ser realizadas en el país. Esta debilidad de nuestro signo monetario internamente tiene su correlato externo, y de igual manera observamos un continuado proceso de depreciación monetaria.

El Inflaciómetro de CEDICE de diciembre reporta un acumulado de inflación de más del 2400% para 2020, agravado por el hecho que es una situación continuada que el país padece desde 2017. Tan solo en esta primera quincena de enero-2021 la medición arroja casi un 20% de inflación, con una canasta valorada en Bs 460 millones, lo que equivale a unos 300US$/mes. Esto, en un país donde el salario integral es Bs 2.4millones (~1.5US$/mes), hablamos de casi 200 salarios integrales, casi 4 años de esfuerzo, para cubrir solo una canasta.

Es por ello que los indicadores socio-económicos son calamitosos. La última encuesta ENCOVI nos ubica como el país más pobre de toda la región: en su medición por ingreso, el 96% de la población es pobre y el 79% está en pobreza extrema, mientras que multidimensionalmente el 65% de los hogares está en pobreza, con un 68% de la población que no alcanza a consumir las 2000 calorías/día. Pobreza, inseguridad alimentaria, precariedad de los servicios, deserción escolar e inseguridad personal, son los descriptores característicos de la ruda realidad que vive la mayoría de la población venezolana.

Encuesta ENCOVI 2019-2020

Si todo esto no fuera suficiente el 2020 tuvo un factor negativo adicional: la pandemia global que ha sumado penurias a la sociedad venezolana. Según cifras oficiales, en nuestro país, comparado con otras latitudes, su impacto no ha sido tan fuerte, pero considerando nuestras condiciones iniciales y la inexistencia de espacio fiscal para ofrecer apoyos económicos a la población en cuarentena, ha significado otro duro golpe a la calidad de vida del ciudadano.

-Según algunos expertos, para este año 2021 se avizoran leves mejorías en el sistema económico en Venezuela. Todo esto por la construcción de un proto-capitalismo. De ser cierta esa premisa, ¿qué significa y qué representa para nuestro futuro inmediato?

En distintos momentos en los últimos años se han observado intentos de flexibilización y levantamiento de los perversos controles impuestos, que tanto daño le han hecho a la dinámica económica. Empezamos con el control cambiario, que al flexibilizarse y también flexibilizar los controles de precios, eliminó el importante desabastecimiento que en 2017-2019 se padeció.

En ese mismo período se planteó también la creación de Zonas Económicas Especiales con condiciones exclusivas para la comercialización de bienes y servicios. Y más recientemente la “Ley Antibloqueo para el Desarrollo Nacional y la Garantía de los Derechos Humanos” que pretende generar cambios significativos en el régimen económico y jurídico que regula las relaciones del Estado venezolano con el sector privado. Pero tal y como señala el último reporte de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, la Ley Antibloqueo muestra dispositivos que favorecerían relaciones clientelares, conniventes y opacas; y ello podría significar la continua expoliación de recursos y activos de la república, con sus nefastas consecuencias.

-Hay un tema complejo, que debemos aclarar, como son las sanciones a dirigentes de este régimen y el congelamiento de activos. Muchos sostienen que esas sanciones tiene repercusiones negativas para los venezolanos. Otros aseguran de manera infalible que lo que sucede en lo económico no se debe en lo absoluto a las sanciones, ¿Debemos o no celebrar las sanciones?

El deterioro de la economía venezolana, prácticamente se puede signar desde el inicio de la instrumentación de Modelo Socialista del Siglo XXI. El boom en el precio de los commodities en el periodo 2004-2014 ocultó este deterioro, porque el incremento del precio del petróleo, permitió un manejo dispendioso del erario público y cubrir con importaciones la caída de la producción interna. Pero tan pronto los precios del petróleo cayeron, quedó de manifiesto el profundo daño causado y desde el 2013, comienza el proceso recesivo.

De otro lado, las sanciones por parte de los EE.UU  se inician en 2015, durante la presidencia de Barack Obama -a las que se sumarán posteriormente la Unión Europea, y otros países, México, Panamá, Suiza, UK-, aplicadas en una primera fase a individuos acusados por crímenes de narcotráfico, terrorismo, violaciones de derechos humanos o corrupción política.

Luego las mismas incluirán prohibiciones para realizar transacciones en Petros, con la estatal PDVSA, con bonos de la república y de PDVSA, Bandes y otras empresas públicas. Todo ello con la finalidad de restringir la fuente de ingresos del régimen y favorecer una transición democrática.

Cierto es que ante sanciones de esta índole, la banca internacional revisa con mayor atención las transacciones realizadas con personas naturales y jurídicas venezolanas, lo que ha generado un exceso de celo y aprehensión en los departamentos de seguridad para ofrecer su conformidad, over-compliance, lo que se ha traducido en trabas, demoras y costos adicionales.

Pero definitivamente, las sanciones no son la fuente del problema de la economía venezolana, son un instrumento político en pos de la democratización.

-Cuando se dice que este año aumentará la economía opaca en Venezuela, ¿De qué estamos hablando?

Es difícil responder esa pregunta, justamente la economía opaca, subterránea, sumergida, paralela o como se la quiera denominar, es difícil de medir. Lo que resulta claro es que en entornos con exceso de controles, regulaciones draconianas, procedimientos engorrosos y costos ocultos crecientes, se fomenta la corrupción y la informalización de la economía.

Y con la informalización de la economía referimos tanto el aumento de actividades de naturaleza legal, en micro o pequeñas empresas, que no se formalizan por los costos en tiempo y dinero que representan; como también la presencia de flujos de fondos con afán de legitimación.

Naturalmente son estos últimos los que generan preocupación, no solo por la impunidad que generan sino además por la penetración que estos capitales tendrían en los sistemas financieros globales y su capacidad para imponer su voluntad en las estructuras políticas.

-¿Quiénes participan en el levantamiento de este fondo opaco de capitales y cómo lo hacen?

Lamentablemente no soy experta en este tema. Hay ejemplos en otros momentos históricos y en otras latitudes que pueden servir de referencia: el caso Lavajato asociado principalmente a la empresa Odebrecht en Brasil o los procesos de privatización clientelar que se vivieron en algunas naciones tras la caída de la URSS.

-En una realidad como la nuestra aún seguimos viendo “inversiones”, desde bodegones y comercios nuevos de automóviles de últimos modelos, restaurantes, construcciones millonarias, entre otras cosas ¿A qué se debe este simulacro de la realidad que es yuxtapuesta a la hipertrofia estructural de la inflación, devaluación y demás parámetros macroeconómicos que hemos venido conversando?

En este momento se perfilan dos dinámicas en el país, por un lado una ideológica, definida por la profundización del Estado Comunal con su nueva forma de organización político-social-territorial;  y por el otro, otra crematística, de atención pragmática a los intereses y necesidades de los grupos asociados al poder que deben ser satisfechos para mantener su apoyo y que por su elevado poder adquisitivo anima la generación de comercios y servicios para atenderlos.

La primera pareciera ser el modelo impuesto a las grandes mayorías, mientras la segunda atiende a esa nueva elite con poder económico con sus contrapartes internacionales. Pero inclusive en esta última, las inversiones no muestran un perfil de largo plazo, sino más vinculado al comercio y a la profundización de una economía de puertos. Ella se mueve principalmente en divisas y a precios internacionales o incluso más elevados.

-Usted como responsable del cálculo y análisis del Índice Internacional de Derechos de Propiedad (PRA, Washington, Dc.), ¿qué se evidencia en Venezuela?

Una de las instituciones más importantes para generar confianza y estabilidad, y así favorecer inversión, producción y bienestar, es contar con un sistema robusto de derechos de propiedad.

En este indicador el deterioro de Venezuela es notable, y no ha logrado recuperar ni siquiera el bajo desempeño que mostraba en 2011. En 2020 ocupó el puesto 127 de 129 países incluidos en el índice, solo superando a  Haití y a la República Yemen y el puesto 20 de 21 a nivel regional, solo superando a Haití. Asimismo se observa que el país está por debajo de los promedios de los grupos en los que participa, sea a nivel regional, Latinoamérica y el Caribe, a nivel de ingresos. Por debajo incluso del promedio de los países de bajos ingresos, y de organizaciones en las que pertenece, como la OPEP.

En la medición destaca el componente ‘Ambiente Político y Legal’ –en la que se incluyen variables como Estado de Derecho, Independencia Judicial, Control de la corrupción y Estabilidad política- como el de más bajos resultados. Los otros dos componentes son Respeto a la Propiedad Física y Respeto a la Propiedad Intelectual.

Este es un claro ejemplo del deterioro institucional de nuestro país y la necesidad de atender con urgencia este problema.

-Una vez salgamos de este sistema político y económico hay que llevar a cabo un plan de acción rápido y sin tibiezas, entonces ¿Qué considera usted que se debe hacer en los primeros 100 días en el aspecto económico?

Cien días resultan insuficientes para atender la profundidad del problema venezolano. Aun así considero que se han de iniciar acciones al menos en 4 ejes, para ser avanzados posteriormente:

Seguridad y Defensa y en este sentido recuperar el control del territorio y la seguridad personal de la ciudadanía. Repetidos informes destacan la presencia de distintos grupos irregulares que controlan un alto porcentaje del territorio nacional.

Reinstitucionalización del país. El rescate del Estado de Derecho, el Imperio de la Ley, es indispensable en el rescate de la república. Son muchos los elementos a avanzar en este ámbito, pero por su relevancia para la dinámica económica, destacaría la importancia de un sistema robusto de derechos de propiedad.

Estabilización Macroeconómica y Diversificación de la Actividad Productiva Privada. Los profundos desbalances macroeconómicos que el país muestra no se solucionarán de la noche a la mañana, pero hay que tener un derrotero claro al que apuntar: Estabilidad, que se ha de evidenciar en multiplicidad de componentes: sólida actividad productiva, estabilidad de precios, políticas fiscales equilibradas, nivel de endeudamiento prudente, ciclos suaves, tasas claves (inflación, interés y cambio) en niveles adecuados; y todo ello con la finalidad de lograr el incremento de la calidad de vida de la ciudadanía. La nueva realidad exige para el rescate productivo de la actividad privada, para lo cual se han de establecer regulaciones eficientes y amistosas que favorezcan la inversión y la producción. Naturalmente, hay que atender con urgencia un proceso de restructuración y renegociación de la deuda externa y solicitar los apoyos financieros necesario para el proceso de reinstitucionalización.

Sary Levy se confiesa “irremediablemente optimista frente al caso Venezuela” y considera que “una reinstitucionalización republicana, democrática y liberal, permitirá enrumbar positivamente al país. No será fácil ni de forma inmediata, pero ciertamente posible”.

-¿A qué sistema económico le complacería darle la bienvenida?

Un sistema de economía de mercado. @justonavarroje

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