¿La mesa está servida para lograr una verdadera unidad?
CARLOS ROMERO MENDOZA
La unidad es un tema complejo, además de
ser un proceso político que supone reconocimiento de todos los actores
involucrados y el respeto entre cada uno de ellos.
El 19 de julio del 2017, a través Compromiso Unitario para la Gobernabilidad[1],
21 organizaciones políticas, expresaron su compromiso con la Mesa de la
Unidad Democrática como plataforma válida e instancia de conducción y
coordinación política entre los partidos que la conforman, reconociendo
que sólo en unidad se podrá lograr el cambio político y garantizar la
viabilidad, la estabilidad y la gobernabilidad del próximo gobierno.
Pero además, la Unidad Democrática,
consciente de la necesidad de una mayor inclusión, propuso la creación
de un Gran Frente Social donde todos los sectores del país estuvieran
representados.
El Compromiso Unitario para la
Gobernabilidad, que introdujo para el debate y la discusión los
lineamientos generales y las etapas en las cuales se propone el
desarrollo del Plan de Gobierno de unión nacional, pasó sin pena ni
gloria como consecuencia de la poca divulgación y debate de su
contenido.
Esa misma Unidad Democrática, el 21 de febrero 2018, a través de otro documento titulado Unidad reta al Gobierno de Maduro[2],
nuevamente se dirige a los venezolanos y expresa un nuevo compromiso,
en este caso, la conformación de un Frente Amplio Nacional, con la
finalidad de lograr este año elecciones limpias, competitivas y el
rescate de la democracia.
Pero, además, se comprometió a iniciar un
proceso de reuniones y consultas con distintos sectores sociales
organizados para la conformación del gran Frente Amplio Nacional.
También anunció un proceso amplio de discusión y consulta en todo el
país y con todos los sectores del Programa de Gobierno de Unión y
Reconstrucción Nacional.
Dos eventos: una proclama titulada “Venezuela no se rinde”[3], del 6 de marzo de 2018, y el Manifiesto del Frente Amplio Venezuela Libre[4],
del 8 de marzo de 2018, crean expectativas en la población venezolana
en una misma semana, con una narrativa que, aun siendo presentadas por
separadas, son más los puntos coincidentes que las diferencias allí
expresadas.
No cabe duda de que un denominador común
en ese acto fue, principalmente, el compromiso por lograr elecciones
libres y competitivas, pero, como todos los actores reconocen, el camino
de la unidad no debe agotarse en lo electoral.
En tal sentido, la Sociedad Civil en su
proclama “Venezuela ¡No se rinde!” nos invitó a todos los venezolanos a
sobreponernos a las fracturas, el éxodo, la división, la desesperanza y
la tristeza para convocar a la Unidad Nacional. En esa misma
línea, con absoluta coherencia, el manifiesto del Frente Amplio
Venezuela Libre, reconoció la necesidad de salir de esta tragedia sin
matarnos entre hermanos y guiados por la Constitución, y ello no es
posible –y no será– sin un gran encuentro de los venezolanos más
diversos.
El Manifiesto del Frente Amplio Venezuela
Libre invitó, además, a todas las organizaciones nacionales, regionales
y locales a sumarse al rescate de la democracia, al cambio de
Presidente y del modelo inconstitucional que el Gobierno impone y, en
tal sentido, la proclama “Venezuela ¡No se rinde!” convocó a sumar
esfuerzos para derrotar al gobierno de Maduro y evitar la continuación
de esta “espantosa tragedia humana”.
Por lo tanto, pareciera validarse la
afirmación categórica que hace el Manifiesto del Frente Amplio Venezuela
Libre al señalar que “nos une la decidida voluntad de salir de esta
trágica emergencia, reconstruir el país y lograr una sociedad y economía
en donde todos los venezolanos tengamos vida digna, en paz y respeto
mutuo; en donde todos los derechos sean para todos los venezolanos”.
La proclama Venezuela ¡No se rinde! y el
Manifiesto del Frente Amplio Venezuela Libre, parecen encontrarse en
puntos comunes, sobre los cuales se pueden construir consensos
importantes que permiten una gran oportunidad en la ruta hacia la
construcción de una unidad política efectiva y más eficiente. Pero
ninguno de los dos documentos logró definir una hoja de ruta concreta
para aclarar su organización y orientar, no sólo a la opinión pública
sino a la acción cívica, pacífica y no violenta de los ciudadanos.
Ante esa realidad, se podría proponer
retomar los compromisos de la Unidad Democrática, expresados en julio
2017 y febrero 2018, y unirlos al reconocimiento de la decidida voluntad
de salir de esta tragedia que vive Venezuela, para guiados por la
Constitución, alcanzar un Acuerdo Nacional para la Reconstrucción,
producto del debate y la consulta del Programa de Gobierno de Unión y
Reconstrucción Nacional.
Resulta una alternativa estratégica
viable para restaurar niveles de cohesión social básicos para enfrentar
los desafíos que hoy tenemos como sociedad y generación, pretender que
bajo la orientación y conducción de la Conferencia Episcopal de
Venezuela y las universidades democráticas, se inicie un proceso de
consulta y debate sobre el Programa de Gobierno de Unión y
Reconstrucción Nacional, que permita complementar los consensos
electorales con consensos programáticos para un futuro gobierno de unión
y reconstrucción nacional, amplio, plural e incluyente, como lo
califica el Compromiso Unitario para la Gobernabilidad del 2017.
Esta propuesta es muy viable,
principalmente porque si valoramos que las exigencias programáticas que
se han formulado en la Proclama Venezuela ¡No se rinde!, son
coincidentes y coherentes con las líneas generales presentadas, incluso
en julio 2017, por la Unidad Democrática en el Compromiso Unitario por
la Gobernabilidad, y que, además, ninguna de esas propuestas son
contrarias a las presentadas por Soy Venezuela a través de las redes
sociales. Pareciera fácil concluir que es viable un ejercicio de debate y
consulta para construir los consensos generales y nacionales para un
gran acuerdo de reconstrucción nacional, avalado por la Conferencia
Episcopal Venezolana, las universidades y legitimado a través de la
consulta a la sociedad civil organizada desde las bases de nuestra
organización político territorial.
Para que ese ejercicio sea considerado un
verdadero acuerdo nacional –y con ello los dos eventos del 6 y del 8 de
marzo tengan una continuación efectiva a un acto que alimente la
cohesión social y genere la mayor confianza institucional y política– es
altamente recomendable que esta propuesta concluya con la aprobación
por parte de la Asamblea Nacional de un acuerdo formal para la
reconstrucción nacional, atendiendo de manera expresa el mandato del
artículo 187, numeral 8, e inspirados fundamentalmente en el artículo
333 de la propia Constitución Nacional.
[1]Unidad. Compromiso Unitario para la Gobernabilidad. 19 de julio 2017.
[2]Unidad Democrática informa decisión sobre participación en elecciones presidenciales. 21 de febrero 2018.
[3] Prensa ULA. Proclama desde la UCV Venezuela Unida no se rinde. 7 de marzo 2018.
[4]Unidad Venezuela. Se activa Frente Amplio Venezuela Libre. 8 de marzo de 2018.
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