¿Cuáles serán los efectos de la nueva reconversión monetaria?
Víctor Salmerón
El presidente Nicolás Maduro anunció
que a partir del próximo 4 de junio de 2018, se le restarán tres ceros a
la moneda y el país adoptará un nuevo cono monetario que tendrá
billetes de 2, 5, 20, 50, 100, 200 y 500 bolívares, además de las
monedas de 1 y 0,50 bolívares.
“Decidimos activar una reconversión
monetaria necesaria para la economía. Pondremos en circulación un nuevo
cono monetario para garantizar al Pueblo de Venezuela sus actividades
comerciales y monetarias. ¡Defenderemos nuestro bolívar!”, dijo Nicolás
Maduro.
Los precios se ajustarán en la misma
magnitud, de tal forma que la medida no impactará la capacidad de compra
del dinero. Al menos temporalmente, la medida aliviará el problema que
representa para los sistemas informáticos y para las transacciones
diarias de la economía al procesar cifras con una gran cantidad de
dígitos.
El efectivo
Los venezolanos padecen una severa escasez de efectivo porque la hiperinflación dispara los precios.
El billete de cien mil bolívares, el de mayor denominación hasta el
próximo 4 de junio, no alcanza para pagar un refresco de dos litros.
Además, el Banco Central de Venezuela no ha sido capaz de emitir
suficientes piezas y el efectivo representa en este momento 3,2% del
total del dinero en la economía, cuando históricamente esta relación se
ubicó entre 10% y 13%.
José Guerra, economista y miembro de
la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, afirmó que era muy
probable que se agravase la escasez de efectivo:
“Si los billetes actuales van a ser
sustituidos por los nuevos, no tiene sentido que se emitan piezas
adicionales. Por otro lado, dificulto mucho que en el corto tiempo que
hay hasta el 4 de junio, el Banco Central sea capaz de imprimir los
nuevos billetes o encargarlos al exterior y que lleguen al país”.
Agregó que “además los precios van a
continuar aumentando por la hiperinflación en marzo, abril y mayo, por
lo tanto, los billetes actuales serán más escasos y tampoco habrá
suficientes piezas de los nuevos. Cuidado si no vamos a un problema
mucho más severo en cuanto a la falta de efectivo”.
Un aspecto a tomar en cuenta es que
en 2008 el Banco Central realizó una reconversión monetaria idéntica a
la actual, restándole tres ceros a la moneda, pero tuvo plazo de un año
para comenzar a introducir los nuevos billetes. Además, durante seis
meses circularon de manera simultánea los billetes con la escala antigua
y los nuevos, a fin de asegurar una transición sin problemas en
momentos en que no había escasez de efectivo.
Precisó el diputado Guerra que “en
aquella época el Banco Central tenía recursos para pagar la impresión de
billetes en el exterior y la casa de la moneda contaba con tinta y
papel suficiente. Esto no es lo que ocurre actualmente”.
La hiperinflación
Venezuela está inmersa en un proceso
hiperinflacionario donde los precios están aumentando a una tasa mensual
de entre 80% y 100%. Ronald Balza, decano de la Facultad de Economía de
la Universidad Católica Andrés Bello, señaló que “si no se detiene la
hiperinflación, en menos de un año los precios tendrán nuevamente los
tres ceros que se van a restar con la reconversión. Se estaría
incurriendo en un costo inútil”.
“Aparte de imprimir los nuevos
billetes, la reconversión obliga a las empresas a ajustar los sistemas
de cómputo, a los bancos a calibrar los cajeros automáticos y a los
comercios a modificar las máquinas para el cobro del IVA, por ejemplo”,
explicó Balza.
La firma Síntesis Financiera advirtió en un reporte difundido el 23 de febrero que “en
ausencia de soluciones al problema inflacionario, el elevado costo de
producir y poner a circular los nuevos billetes y monedas y ajustar los
sistemas de procesamiento de datos será en vano. La creación de una
nueva moneda usualmente ocurre como parte de un plan de estabilización
para salir de la hiperinflación. No hay indicio alguno de que el
gobierno esté avanzando en esa dirección”.
Sus proyecciones son bastante severas: “El
alivio operativo al sistema de pagos será efímero si persiste el actual
desempeño en materia fiscal y monetaria. Según nuestros cálculos, al
ritmo que están subiendo los precios en la actualidad, los tres dígitos
que se estarían eliminando en los precios con una reconversión hoy se
habrán perdido en menos de tres meses”.
El desequilibrio
De acuerdo con la medición que
realiza el Parlamento, solo entre enero y febrero de este año la
inflación acumuló un salto de 231%. Analistas coinciden en que la causa
principal del desequilibrio es que el Banco Central crea grandes
cantidades de dinero, las cuales generan un fuerte desajuste entre la
oferta y la demanda a fin de tapar una enorme brecha en el presupuesto
del gobierno. Indicó Balza que “la reconversión que se anunció hoy no tiene ningún sentido en medio de la hiperinflación. Se necesita un programa de ajuste estructural que permita eliminar el financiamiento monetario del déficit fiscal, así como una política cambiaria transparente. En vez de ir en esta dirección, el gobierno opta por decirnos que va a eliminar el efectivo existente para supuestamente sustituirlo en menos de tres meses”.
Por su parte, José Guerra señaló que “ya tenemos la reconversión de 2008 como muestra de que este tipo de medidas no hacen nada para contener la inflación. El aumento de los precios es el déficit fiscal y su financiamiento a través del dinero que crea el Banco Central; la reconversión debería ser en dado caso, parte de un plan estructural para sacar a la economía de la hiperinflación y la recesión, no una medida aislada”.
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