La esperanza
EDUARDO FERNANDEZ
Me resisto a perder la esperanza de ver un cambio radical en la vida
venezolana. Hago estas reflexiones movido por un profundo amor por
Venezuela y por un sentimiento de compromiso con mi país y con mis
compatriotas.
Estamos enfrentando una situación terrible. Es lo que he llamado una
pentacrisis: política, económica, social, cultural y moral. Siento que
tengo para con mi país y con mis compatriotas responsabilidades y
compromisos que van más allá de mis limitaciones personales.
El pueblo de Venezuela, primero en el estado Aragua y después en el
Distrito Federal, me hizo representarlo en el Congreso Nacional en
cuatro periodos legislativos consecutivos. Cuando fui candidato a la
Presidencia de la República en 1988 tres millones de venezolanos me
dieron su confianza. Eso representaba mas del 40% del electorado
nacional. Siendo Secretario General Nacional de Copei, logramos, en
diciembre de 1992, ganar 12 de las 23 gobernaciones de estado y la
mayoría de las principales alcaldías del país.
A esto se agrega que el 4 de febrero de 1992, cuando un grupo golpista
intentó destruir la constitución nacional y liquidar el orden
democrático, no vacilé en salir a la televisión a defender el derecho
que tenemos los venezolanos a vivir en democracia y a que la
alternabilidad se produzca por la fuerza de los votos y no por la fuerza
de de los tanques de guerra y de los cañones, ni por la arbitrariedad
de unos pocos.
Como venezolano tengo el derecho y, por supuesto también, el deber de
expresar mi opinión y de tratar de influir en la orientación de los
asuntos públicos. Y además dirijo un Centro Internacional de Políticas
Públicas porque creo que ellas son fundamentales para la buena dirección
de mi país.
Con toda fuerza he expresado mi convicción de que esta no es la hora de
preocupaciones partidistas ni de ambiciones personales. Es la hora de
reconstruir el sentimiento de unidad nacional destruido después de dos
décadas de siembra de odio y de división. Es la hora de la unidad
nacional y de trabajar todos unidos con el solo propósito de que
Venezuela empiece a caminar por el camino de la paz, la democracia y la
reconstrucción para que se pueda transformar en el país que todos
queremos y que puede ser.
Es la hora de construir una alterativa frente al llamado Socialismo del
siglo XXI. Una alternativa que sea capaz de presentar un programa serio y
atractivo que entusiasme y motive a los ciudadanos. Una estrategia
inteligente y consensuada. Una organización eficiente y capaz de
derrotar las maniobras del gobierno y una narrativa que supere las
contradicciones del oficialismo.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
@EFernandezVE
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