CONTRA MADURO A TODA VELA
HECTOR SILVA MICHELENA
EL NACIONAL
Los rivales del presidente venezolano y
candidato a la reelección, Nicolás Maduro, afincan su precampaña en
combatir la abstención de los electores para conseguir una oportunidad
en los comicios del próximo 20 de mayo. Bajo la premisa "si votamos,
ganamos", el ex gobernador y candidato presidencial Henri Falcón
recorrió uno de los principales bastiones del chavismo para avanzar en
su campaña por la Presidencia, en la que las perspectivas sobre la
abstención de los electores son su principal factor en contra. Son tres
los rivales: Henri Falcón, el empresario Luis Alejandro Ratti y el ex
pastor evangélico Javier Bertucci.
Con respeto a Ratti y Bertucci,
pienso que Falcón es, en verdad, el más contundente rival de Maduro, y
el único de los citados con altas posibilidades de vencerlo, contra
viento y marea, es decir, el sumiso CNE, la espuria constituyente, el
Alto Mando Militar, y, muy especialmente, la abstención de los
opositores a Maduro, el Frente Amplio, los indecisos y loa desencantados
de los partidos políticos, vale decir, la antipolítica.
¿Qué propone Falcón? Hasta hoy, esto
es lo que ha dicho: el candidato expuso, a inicios de mayo, algunos de
los proyectos que desea ejecutar en Venezuela, de ser elegido como nuevo
presidente de la República, en los venideros comicios, y aseguró que
una de sus principales propuestas es "un programa de recuperación
económica para resolver el problema del alto costo de la vida". Falcón
detalló que con relación a este proyecto hará "importantes anuncios en
los próximos días".
Es muy importante que esa propuesta
se dé a conocer poco después de terminada Semana Santa, dado que la
enorme mayoría del país vive sumida en la pobreza, el desabastecimiento,
enfermedades crónicas (hipertensión arterial, diabetes, varios tipos de
cáncer y baja atención médica pública). La Encuesta de Condiciones de
Vida 2017 (Encovi), realizada por la UCAB, la UCV y la USB, muestra
objetivamente un panorama conmovedor.
Otra de las metas, o acciones que se
traza Henri Falcón, es la de liberar a los "presos políticos". Falcón
dijo en Twitter: "Mi primera acción como presidente será liberar a los
presos políticos, comenzando por @leopoldolopez. En Venezuela no pueden
haber presos políticos". Asimismo, ratificó su disposición a tener
buenas relaciones con Estados Unidos: "Nosotros queremos tener las
mejores relaciones con Estados Unidos porque es el principal socio
comercial de Venezuela y agradecemos la solidaridad de la comunidad
internacional con el país". Y mencionó una gran verdad: "Yo no pretendo
que me quieran los grupos radicales de lado y lado, estoy aquí
defendiendo a Venezuela, que según todas las encuestas quiere y necesita
participar para cambiar este nefasto gobierno".
Falcón, que ha destacado dentro sus
propuestas el beneficio de una ayuda en dólares a los venezolanos ante
la crisis en la región noreste, una zona que a su juicio es una de las
"más maltratadas" del territorio nacional. A través de su cuenta en
Twitter, el candidato indicó que "los habitantes del estado Sucre y de
todo el país han sido abandonados a su suerte y hoy viven azotados por
la inflación, la escasez, la delincuencia y el desastre de política
económica del gobierno de Maduro". Manifestó en Sucre que Venezuela se
encuentra en “condición de miseria estructural”, lo que requiere,
pienso, un cambio radical del “modelo” que se viene aplicando desde hace
casi veinte años, agravado por la pésima gestión de Maduro.
Como dice el documento (Carta
abierta) de más de cien economistas, del 12 de enero, “las
características actuales están estrechamente vinculadas al intento de
trasplantar un modelo que ha demostrado ser pernicioso para economías en
vías de desarrollo, y en consecuencia el manejo inapropiado de las
políticas públicas. Todo gobernante debe saber que, en economía, los
resultados dependen de los incentivos. Lamentablemente, el camino tomado
ha sido el de desconocer principios fundamentales del quehacer
económico, acentuando el intervencionismo del Estado en la economía,
expropiando empresas que luego languidecen y cierran, e incrementando
controles de todo tipo sobre la vida pública y la iniciativa privada.
Entre los controles más nefastos están los instrumentos sobre el mercado
de divisas y sobre los precios, con graves consecuencias para las
actividades productivas y comerciales, y sobre el bienestar de la
población”.
En una columna publicada por The New York Times el
6 de marzo, titulada "Por qué aspiro a la presidencia en Venezuela", el
ex gobernador del estado Lara hace un extenso alegato sobre su decisión
de presentar su candidatura cuando parte de la oposición se ha negado a
participar en estos comicios. Advirtió que si el mandatario Nicolás
Maduro decide "robarse esta elección", lo encontrará en las calles
luchando junto al pueblo para que se respeten los resultados.
Refiriéndose a sus compañeros (¿o
ex?) de la MUD, dijo: “A quienes no quieren participar en estas
elecciones les preocupa que nuestra participación legitime un proceso
fraudulento", pero, pese a considerar "legítimas" las inquietudes de la
oposición, piensa que no deberían llevarlo a rendirse ni a "entregarle a
Maduro seis años más el poder". Y aclaró: "Optar por competir con
reglas injustas no legitima esas reglas, lo que hace es consolidar
nuestra firmeza en la defensa de nuestros derechos". Falcón se declaró,
también, "en desacuerdo con la estrategia de abstenerse de participar"
en esta votación, al considerar que los "boicots electorales casi nunca
funcionan".
No obstante, admitió que las
elecciones presidenciales en las que competirán cinco candidatos,
incluidos Falcón y Maduro, "sucederán en un campo de juego inclinado a
favor del gobierno". Y subrayó: "Nicolás Maduro persigue a los líderes
de la oposición, suspendió partidos políticos, llenó las instituciones
electorales con sus partidarios y usa descaradamente los recursos
públicos en su campaña". Sin embargo, Falcón defendió que "cuando los
movimientos de resistencia decidieron retar a los regímenes autoritarios
en las urnas –desde Pinochet hasta Milosevic–, tuvieron muchas más
oportunidades de generar cambios de régimen". Aseguró que "los gobiernos
no ganan elecciones durante las hiperinflaciones"; una afirmación
dudosa y desmentida por la historia.
Anticipó que, de ganar la
Presidencia, buscará “ayuda internacional –incluyendo organismos
bilaterales y multilaterales– para restablecer el abastecimiento de
alimentos y medicinas" y liberará a los presos políticos que "han sido
encerrados en las celdas del gobierno por el solo hecho de pensar
distinto". También invitó a la oposición a dejar de lado sus divisiones y
unirse en un proyecto común. Considera que la reconciliación empieza
con la justicia, para lo cual propone que quienes "han violado derechos
humanos y cometido actos de corrupción deben rendir cuentas".
La encuesta Delphos, realizada en
febrero, muestra que de celebrarse las elecciones ese mes, Falcón
ganaría por 11 puntos. Pero la suma de aquellos cuya intención en
abstenerse y de indecisos deja las cosas en un limbo político.
Para quien escribe es evidente que
Henri Falcón es quien tiene las mayores, más bien altas, posibilidades,
de captar los votos de quienes quieren y desean salir a votar en contra
del atroz régimen de Maduro y su camarilla. Una ola de opositores
deseosos del cambio, junto con chavistas críticos, antimaduristas
acérrimos, que sufren y esperan y no quieren o no pueden sumarse a la
diáspora, puede derribar los muros del madurismo, con una
superabundancia de votos, como sucedió el 6 de diciembre de 2015, para
amargura del gobierno y del obediente CNE, y angustia en las alturas de
la FANB, donde cunde la ebullición.
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