Freddy Núñez
La
candidatura de Falcón es dañina a los intereses generales de la oposición, y
altamente beneficiosa a la farsa electoral del régimen. Esta nueva etapa de la
política venezolana, esta signada por la constatación de hechos concretos que
ratifican la intención del régimen de atornillarse en el poder. Ignorar estos
hechos y su impacto en la conducta ciudadana es un error. No se trata de
despachar con artículos y twiters plenos de humoradas y sarcasmos fútiles, la
decisión de la mayoría del país de no participar en la farsa de mayo.
Se trata más
bien de entender que hay una nueva realidad en el país, construida a partir de
la profundización del régimen de las prácticas
inescrupulosas e ilegales del entramado institucional orientado a
impedir el desalojo del poder por la vía electoral. Es una enorme simpleza
decir que el país quiere votar, y negarse a aceptar que esa verdad tropieza con
la realidad del ciudadano negado a aceptar que su voto sea confiscado.
Los últimos acontecimientos en esta materia
son elocuentes. La elección de la espuria anc, que llevó a Smartmatic a afirmar que “al menos un millón de votos”,
fueron fraudulentos. La elección de Juan Pablo Guanipa como gobernador del Zulia
y su inaudita defenestración, y la existencia de las actas que exhibe Andrés
Velázquez, confirmando su condición de
ganador de la gobernación de Bolívar. En los dos últimos casos, mandando muy
largo al carajo la “voluntad Popular”.
No hay que
olvidar, entre las muchas desfachatadas declaraciones de Maduro, aquella según
la cual, harían elecciones solo cuando estuvieran seguros de ganarlas. Y
tampoco, la reciente afirmación de Delcy Eloína, dejando claro que nunca van a
entregar el control político del país.
No se trata de un simple trámite burocrático, una necedad formal, tú
sabes, vainas de palos. No. La oposición está obligada a exigir elecciones de
verdad, que garanticen la transparencia del proceso, o en su defecto, dejar
solo al gobierno con su circo electoral.
El Frente
Amplio, quizá inédito en el mundo puesto que no lo integran solo
partidos
políticos, debe convertirse rápidamente en expresión viva, actuante, de todos
los sectores nacionales, y debe trabajar aceleradamente en la concreción de una
conducción política a tono con las circunstancias. Si el régimen se empeña en
actuar al margen de la ley e impedir la opción electoral para superar la
insoportable crisis global que padece Venezuela, el Frente debe liderar un gran
debate nacional incluyendo la discusión de los mandatos constitucionales
especificados en los artículos 333 y 350.
El régimen
está urgido de legitimidad electoral. La solución a la destrucción del país, un
nuevo gobierno, solo se logrará si construimos una verdadera unidad nacional y
mantenemos el apoyo del mundo democrático internacional. A nada de eso
contribuye la candidatura de Falcón. El sabe bien que con las condiciones
actuales es imposible ganar. Es un candidato a quien nadie ha escogido, que
viene de ser derrotado en Lara. ¿Qué le dirá al país al día siguiente, cuando
habiendo perdido haya contribuido a barnizar de legalidad al régimen? ¿Cálense
este y 7 años más de Maduro? ¿O cree que los votos que seguramente aparecerán
para ofrecer la idea de una “reñida elección”, le catapultaran a líder absoluto
de la oposición? ¿Cantará fraude? . Creo que Falcón está a tiempo de
rectificar. La gran tarea de un demócrata hoy, es trabajar por la unión y
organización de ese 80% de descontentos que están urgidos de salir del hambre y
la miseria. El Frente Amplio, quienes lo integran, tienen que asumir esa tarea
con la urgencia que demanda la magnitud del desastre que padece Venezuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario