viernes, 9 de marzo de 2018

DIVERSIDAD Y UNIDAD

SIMON GARCIA

En momentos de confusión, graves e insostenibles como los que vivimos, es difícil vislumbrar el rumbo que nos permita salir de tantas calamidades. El infierno no parece tener un buen sistema de señalización.
El país siente que no se puede abandonar el tablero electoral y dejar que Maduro lleve a cabo un simulacro electoral sin resistencia de quienes están en su contra y quieren ejercer el derecho a votar contra el régimen. Hay una mayoría que va a votar.
No es un acto de colaboración con el régimen porque implica una manifestación práctica para negarle legitimidad, ni deslealtad con una oposición que incluye también a quienes dudan o han han decidido no votar, aunque el resultado concreto sea que Maduro se proclame para seis años más.
Al modelo de gobierno único no hay que contraponerle una oposición única, sino una resistencia política democrática que comparta fines aunque contemple métodos y tácticas diferente. La amplitud supone respetar las diferencias, no satanizarlas en búsqueda de ganancias pequeñas.
El excelente evento realizado en la simbólica Aula Magna de la UCV constituye un renacimiento de la participación ciudadana en términos de reivindicaciones sectoriales, demandas de cambio político y exigencias de unidad. Lo más innovador es su naturaleza autonómica que promete el desenvolvimiento de un movimiento desde la sociedad civil, relacionado con los partidos sin ser simples extensiones de ellos. Su impacto positivo va a multiplicarse si sus dirigentes logran hacer complementarias rutas que visiones rígidas  pretenden manejar como excluyentes.
En el terreno más específicamente político y más propios de los partidos hay que sostener la misma actitud de integración en las diferencias para asegurar una unidad estratégica dentro de la diversidad de tácticas y medios aplicados por las tres oposiciones que se proponen salir de la crisis saliendo de Maduro. Si hay un norte común, ¿para qué dividirse y peor aún, por qué sustituir la lucha contra el régimen por una furia defensiva de la parcelita propia?
El régimen tiene sus objetivos en el terreno electoral y la oposición debe tener los suyos, sin subordinarse al plan continuista de Maduro. La abstención se propone crearle un vacío al poder, poner en evidencia su ilegitimidad y a partir de ella elevar el choque con el poder. Es un método válido pero tiene muchos puntos débiles y desventajas como se demostró en el parapeto montado por el régimen para crear y legitimar un poder legislativo inconstitucional y paralelo como la ANC que está allí legitimada por la fuerza de las armas y legalizada por otros entes ilegítimos de la hegemonía autoritaria del Estado.
La lucha por arrancarle al régimen condiciones más cercanas no es ingenuidad, porque se sabe que voluntariamente no va a permitir una elección democrática. Pero no debemos quedarnos en el límite de luchas por mejores condiciones electorales, renunciando a disputar el poder con los votos. Sobre todo, cuando existen condiciones para ganar y hacer valer esa victoria en la calle.
¿Se encontrará el Aula Magna con los votos, la calle y la presión internacional? ¿Hará una transición que se den la mano, el Frente Amplio y Henry Falcón?
@garciasim

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