INXILIADOS BOLIVARIANOS
Enrique Viloria Vera
Enrique Viloria Vera
Nuestra excelsa - por ineficiente - revolución es prolija
en crear nuevas situaciones, realidades y denominaciones, pero ninguna como la
que recoge Israel Centeno acerca de ese triste estado de la inmensa mayoría de
los venezolanos de la V :
la de Inxiliados.
En efecto, ya no se trata sólo de los exiliados
bolivarianos que pululan a lo largo y ancho del mundo libre y seguro. Lo
sabemos todos, todos los sabemos: no hay nadie que no tenga su exiliado: hijos,
hermanos, familiares, parientes, amigos, vecinos, colegas, compañeros de
oficina, el jardinero, el mecánico, la señora de servicio, el panadero, el
dueño del abasto, han cogido las de villa diego para huir de la cotidiana
inseguridad personal y buscar futuro en un país distinto al de la
V República que sólo nos ofrece el pasado como perspectiva: un mundo a lo Zamora,
una sociedad a lo Castro, el de allende y el de aquende.
No, se trata del INXILIO, especie de exilio pero puertas
adentro. Uno está inxiliado en su propio exilio, en la casa, esa especie de frágil bunker personal. Nadie desea salir si no es necesario: las
colas, los atracos, los asesinatos, la carestía del entretenimiento, los
choques, la falta de repuestos, la matraca policial, los secuestros, las
alcantarillas sin tapa, el metro sin aire, el caos urbano, los huecos, los
buhoneros, los indigentes, la anarquía institucionalizada pues, hacen que cada
vez más los bolivarianos nos quedemos en nuestra casa intentando minimizar el
riesgo, preservar la vida propia y la familiar, el bolsillo, y evitar llegar a
casa más infelices de lo que salimos.
Pero, los inxiliados bolivarianos no contábamos con la
astucia del LIDER, ya nos ha sentenciado:
Donde quiera que te encuentres te apagaré la
luz, te cortaré el agua, te suspenderé la Internet , oirás el tempranero toque de diana. Por
más que te escondas en lo recóndito de tu cuarto, en el closet o el escaparate,
sabrás de mí, en todo momento te hablaré. Cuando regrese la luz me tendrás en
la pantalla de la computadora y del televisor, en la radio, en la valla
iluminada, en la bolsa de MERCAL, en el paquete de PDVAL, en el recibo de la CANTV , en los útiles
escolares, en el carné de la oficina ¡Hasta en las caraotas caldúas me tendrás!
Inxiliado ¡No podrás conmigo!, soy
omnipresente, hasta en sueños estaré recordándote ¡UH! ¡AH! que no me voy, que
siempre estaré contigo, diciéndote lo que debes hacer, lo que tienes que
pensar: en susurro te arrullaré con el Patria, Socialismo o Muerte.
Ni la muerte los
salvará: las mortajas serán rojas y las urnas rojitas.
¡Inxiliados
Temblad! ¡Muera la Libertad !
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