BRUTALIDAD MILITAR
BERNARD HORANDE
Se ha denunciado que ciertos militares venezolanos estarían preparando francotiradores para enfrentar a los millones de manifestantes que se están expresando en las calles de Venezuela contra el régimen de Nicolás Maduro.
Esta información, respaldada por una grabación en la cual presuntamente aparece dando instrucciones un militar de alto rango como lo es el Comandante de la ZODI del Estado Lara, es de extrema gravedad. El hecho debe ser denunciado ante las instancias nacionales pero especialmente las internacionales.
Vista la exagerada represión que la dictadura ha ejercido contra las manifestaciones se podría deducir que órdenes parecidas se han impartido en todos los niveles. En particular, en el componente Guardia Nacional.
La brutalidad militar con la cual se ha arremetido contra protestas pacíficas no tiene parangón en los últimos años en nuestro continente. La cifra de víctimas crece cada día, ya casi en forma exponencial. Nuestros muchachos están siendo asesinados de un modo gorilístico.
El mundo está escandalizado con lo que está sucediendo en Venezuela. La imagen dictatorial de Maduro y su pandilla ya es comidilla de todos los círculos políticos del planeta. Los medios de mayor difusión ya dan a Venezuela como un país gobernado por una feroz dictadura.
La gran protagonista de la represión es la Guardia Nacional (mal llamada Bolivariana), uno de los componentes de las Fuerzas Armadas venezolanas más desacreditado durante los años. Con su actuación de los últimos 53 días le ha puesto la guinda a la torta. También la Policía Nacional Bolivariana ha aportado lo suyo.
Llama la atención cómo las otras tres fuerzas, las tradicionales, el Ejército, la Aviación y la Armada, han procurado mantenerse al margen de la brutalidad de la Guardia Nacional. Está claro que quieren desmarcarse. No quieren rayarse.
No se pronuncian, pero su silencio es atronador y se evidencia en situaciones como el de un acto reciente, en el cual los oficiales de las tres fuerzas evitaron sentarse cerca de los oficiales de la GN.
La Guardia Nacional como componente deberá desaparecer cuando en Venezuela regrese la democracia. Su balance histórico está lejos de ser positivo.
Los actos que se están cometiendo contra la ciudadanía son delitos de lesa humanidad y están claramente tipificados en el Estatuto de Roma, que es el instrumento constitutivo de la Corte Penal Internacional y que fue adoptado en Italia el 17 de julio de 1998, durante la celebración de la "Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el establecimiento de una Corte Penal Internacional".
Son crímenes de lesa humanidad —o contra la humanidad— según el Estatuto de Roma, entre otros, todo acto inhumano de carácter similar que cause intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque.
También la privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales del derecho internacional y la persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos u otros.
Los delitos señalados allí no prescriben y los militares venezolanos, desde el más alto oficial hasta cualquier soldado raso pueden ser acusados y sentenciados. El principio de obediencia debida no opera y no es excusa para acciones que signifiquen delitos de lesa humanidad.
Muchos todavía están a tiempo de detener esta masacre y no ser acusados. El llamado es a la reflexión en cada grupo familiar donde haga vida un militar.
Por otra parte, los miembros de nuestra Fuerza Armada se están arriesgando a que en el futuro el país los trate como a parias, tal como ha sucedido en otros países después de episodios similares.
Por ello, esta brutal e inhumana represión debe cesar y se debe dar libertad a quienes queremos manifestar nuestro descontento.
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