viernes, 12 de mayo de 2017

¿CONSTITUYENTE?

Eduardo Fernandez

Venezuela y los venezolanos estamos viviendo una tragedia. Tragedia que se manifiesta, en lo político, en el colapso de las instituciones democráticas. Ninguna de las ramas del poder público funciona. Todo el poder se concentra en las manos del Presidente de la República.  Por eso, podemos decir que ha desaparecido la democracia en nuestro país.

En lo económico, tenemos las dos enfermedades más graves que puede tener un país: inflación, la mayor del mundo, y recesión la más acentuada del hemisferio.

En lo social, la situación no puede ser más grave: aumenta la pobreza todos los días y aumenta el número de familias venezolanas en situación de pobreza extrema. La Revolución que llegó con la promesa de redención de los pobres, ha terminado creando un cuadro de hambre, desabastecimiento, alto costo de la vida, desempleo y desesperanza.

Por último, la crisis moral. Nunca habíamos llegado a los niveles de corrupción que se han alcanzado en estos años de gobierno supuestamente revolucionario y supuestamente bolivariano.

El dinero del pueblo, que debería haberse invertido para mejorar la calidad de vida de los venezolanos y, particularmente, de los venezolanos más pobres, ha ido a ingresar las cuentas bancarias de los altos funcionarios del gobierno. Esto es un escándalo que merece toda la furia y la indignación que se manifiesta en las protestas populares en las calles de Caracas y de todas las principales ciudades del país. Frente a toda esta tragedia, ¿Qué hace el gobierno? ¡Convocar una asamblea nacional constituyente! ¡Insólito! La tragedia de Venezuela no se resuelve con una constituyente. No se trata de cambiar la Constitución, se trata de cumplirla.

O sea, no solo es que la manera como el gobierno pretende convocar a la constituyente es inconstitucional, sino que el gobierno, incapaz de entender que tiene que cambiar su política económica y su política en general, ensaya una maniobra de distracción, extremadamente cínica, como es la convocatoria a esa pretendida asamblea nacional constituyente.

En 1999, cuando Hugo Chávez convocó a la anterior constituyente, expresé mi oposición a esa asamblea con términos que ahora puedo repetir con mucha más razón.

Dije entonces y lo reitero ahora que la constituyente era: inconstitucional, innecesaria, imprudente, inconveniente e inoportuna.

La tragedia venezolana tiene su origen en la anterior constituyente. La que se pretende convocar ahora no resuelve ninguno de los problemas que tiene el país. Seguramente terminará agravándolos todos.

Seguiremos conversando.

Eduardo Fernández

@EFernandezVE

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