Pasos de sombra
Luis Daniel Álvarez V.
Miembro del Grupo Ávila
En la historia venezolana abundan
los jefes de Estado que dicen representar el sentir de la mayoría. Sin embargo,
muchos de los casos son funestos personajes que venden una imagen de valerosos
actores dispuestos a dar la lucha contra cualquier adversario y a esgrimir una
idea de valentía y determinación.
Estos presidentes se promocionan
como estadistas que están llamados a impulsar los anhelados cambios que
requiere el país y a plantear que antes de ellos sólo imperaban el caos, la
anarquía y la desigualdad. Otra característica que los describe es que les
encanta que se hable de ellos, generando un manifiesto culto a la personalidad
que lleva a sus círculos más estrechos a aplaudir todas sus tropelías.
Debajo de la máscara de defender
los intereses nacionales se esconden gestiones repulsivas y dantescas en las
que abundan la represión, la corrupción y la más absoluta discrecionalidad,
caracterizándose por el desprecio con el que tratan a la disidencia y la saña
con la que arremeten contra la prensa, estableciendo ergástulas en las que se
consume la vida de aquellos que disienten y se oponen.
Estos personajes, que no tienen un
bagaje intelectual que los defina, emplean constantemente frases, proclamas y
consignas que buscan confundir a la colectividad y cuando esto no es
suficiente, recurren a propiciar enfrentamientos con la comunidad internacional, buscando
victimizarse con miras a tratar de concretar adhesiones internas en torno a su
figura.
El 11 de octubre hubiese cumplido
162 años Cipriano Castro Ruiz, un patético personaje que gobernó Venezuela
entre 1899 y 1908 y que pese a prometer un gobierno diferente, sembró una época
de temores y persecuciones. Aunque trató de vender la idea, y así lo recuerdan
muchos, de reivindicar los intereses venezolanos, la realidad muestra que el
país vivió uno de sus períodos más oscuros. ¡Y pensar que a muchos les gusta
emular a Castro! Tal vez sin notar que haciéndolo, llevan consigo el sello del
repudio y del país que no debe repetirse.
luis.daniel.alvarez.v@gmail.com
@luisdalvarezva
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