jueves, 3 de junio de 2021

¿EL JUEGO DE LA POLÍTICA O EL JUEGO ELECTORAL?


JUAN PABLO OLALQUIAGA

 

LA GRAN ALDEA


Para que las próximas elecciones realmente produjesen un cambio, estas deberían suponer la posibilidad de construir contrapesos políticos reales al régimen y que estos contrapesos gozaren de poder real en la institucionalidad del Estado. Es decir, el uso real de un sistema de justicia funcional para enfrentar al gobierno central, autonomía en el uso de las fuerzas públicas, personalidad real en la interactuación con instituciones que deberían ser autónomas como la Fiscalía, la Defensoría o la Contraloría, y que los elegidos pudiesen dictar políticas públicas propias a nivel estatal o municipal. ¿Creo yo que esto es una posibilidad? No.

- "La elección del CNE, que unos califican como victoria derivada de una lucha, luce más bien como una concesión muy fácil otorgada por el régimen, y el tufo a emboscada no puede ser más intenso".

- "Haciendo un mapa de fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas, pareciera que el régimen cuenta entre sus fortalezas el tener una sociedad fragmentada y en debate consigo misma, sociedad que incluye los partidos políticos de oposición. Ahora bien, esta fortaleza fue construida hábilmente por el régimen. Entre sus debilidades está la falta de aquellos fondos que está dispuesto a poner para el sostenimiento del Estado, más no la falta de fondos de los cuales puede disponer para otras necesidades, como la defensa de Alex Saab o el financiamiento de la revueltas en los países vecinos ya mencionados, fondos estos que el desmontaje de las sanciones norteamericanas pudiese flexibilizar de manera importante.

- Entre sus debilidades también están la falta de legitimidad que le impide acceder a los sistemas financieros internacionales, o al oro depositado en Inglaterra, o al manejo de la petrolera Citgo, por mencionar sólo algunas limitaciones. Por otro lado, una elección con algunas garantías es una gran oportunidad, el mundo occidental la pide y ese mundo occidental, que otrora fuere una amenaza en su contra con iniciativas como las del Grupo de Lima, la Comunidad  Europea o los mismos norteamericanos, lucen cansados de nosotros y dispuestos a cerrar el capítulo venezolano a un costo alto para los venezolanos mismos".

- Ir a unas elecciones con una ciudadanía dividida y confundida, con la maquinaria electoral del lado del régimen, sin fe en que estas sean pólvora para el cambio, lo que se traduce en muy baja moral, y con unos mecanismos de desconocimiento de resultados como los Consejos Comunales o las Zonas Operativas de Defensa Integral (Zodi); llevan a presumir que las probabilidades de que estas elecciones sean un nuevo fracaso más para la sociedad son muy altas. Por otro lado, la legitimidad que el régimen puede construir derivada de una concurrencia significativa en dichos comicios lo puede estabilizar, mientras se debilitan las oportunidades de cambio.

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