Alexis Ortiz
elpolitico.com
Desde niños oímos decir que la libertad, que es un don de Dios, por la concesión del libre albedrío a los que fuimos creados a su imagen y semejanza, no es un bien absoluto y está sujeta a derecho, por mejor decir: al respeto de los derechos y la libertad de los demás.
Entonces no pueden existir más limitaciones a la libertad de expresión, que aquellas que la Ley establece, para proteger a los ciudadanos sin mutilar los derechos individuales. Así las expresiones que constituyen delito (difamación, calumnia, injuria, daño moral, llamado a la desobediencia de las leyes o a la rebelión, etc) tienen precisadas sus sanciones en las normativas democráticas.
Esto viene a cuento porque alguien me reclamó mi editorial de ayer en elpolitico.com, sobre las declaraciones del manager del equipo de béisbol, Marlins de Miami, Oswaldo Guillén. La base del reclamo fue que Guillén tiene derecho a decir lo que le parezca.
Eso no tiene discusión, como tampoco la tiene que cualquier otro y yo mismo, tenemos derecho a responder lo que Guillén diga según su libertad de opinión. Porque la libertad de expresión no consiste en que uno haga una afirmación y esta no pueda ser rebatida.
Por ejemplo, yo no puedo decir que los africanos son brutos, los hispanos flojos, los asiáticos peligrosos, los indígenas lerdos (antiguos estereotipos todavía no del todo desarraigados en sectores de la humanidad), sin provocar las contestaciones que corresponden:
Por un lado la respuesta ética que hay que darle a ese tipo de necedades; y por el otro las legales para evitar la discriminación racial o de cualquier otra índole.
O sea que Guillén no puede de manera cantinflérica decir que ama a Fidel Castro y, al mismo tiempo llamar hijo de p… al déspota cubano, expresiones que no corresponden a un manager de grandes ligas, sin esperar que sus declaraciones tengan consecuencias.
Los aficionados cubanos y venezolanos tienen derecho a indignarse con Guillén, y los Marlins a salvaguardar los intereses del equipo. No puede ser de otra manera.
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