Alexis Ortiz
elpolítico.com
La ciudad de Miami prácticamente le regaló un estadio hermoso y moderno para jugar béisbol, al equipo grandeliga Marlins de Miami. La gerencia de la organización respondió con una fuerte inversión para estructurar una novena ganadora. Ahora los Marlins están obligados a llegar por lo menos a la postemporada.
Nada ni nadie puede perturbar la concentración de los Marlins en ganar, satisfacer a una afición leal y esperanzada, por eso nos alarmamos y hemos escrito antes contra la incontinencia verbal del manager Ozzie Guillén.
Guillén fue un pelotero exitoso y un dirigente ganador con los Medias Blancas de Chicago. Pero parece que la fama se le subió a la cabeza. Ahora él piensa que puede decir sin consecuencias cualquier necedad. La más reciente y odiosa fue esa de que él ama a Fidel Castro.
Los Marlins instaron a Guillén a disculparse, pero él lo hizo de manera ambigua y sin propósito de enmienda, con la prepotencia que lo caracteriza. De tal manera que en el futuro debemos esperar más escándalos de Guillén, precisamente cuando el equipo necesita tranquilidad para jugar pelota.
Es importante que nuestros hermanos cubanos que han sufrido la horrible dictadura de Fidel Castro, sepan que los venezolanos, en más de un 80% según revelan las encuestas, repudian el despotismo de los Castro. Sólo Chávez y sus esbirros más cercanos aman a Fidel, porque ni siquiera la mayoría de los chavistas que también lo rechazan.
Es obvio que Ozzie Guillén con su charlatanería no va a terminar bien con los Marlins, ni con ningún equipo, a pesar de que es un hombre que sabe de béisbol. Los Marlins han demostrado que no son muy certeros a la hora de escoger managers, dejaron ir dos que eran de lujo, Joe Girardi y Freddy González. Pronto tendrán que buscar otro. Hay latinos competentes para ese trabajo, menciono sólo tres: Alfredo Pedrique (venezolano), Tany Pérez (cubano) y Tony Peña (dominicano).
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