GONZALO GONZALEZ
La situación del país es muy delicada, la crisis económica y
social no hace más que profundizarse con sus nefastas consecuencias para la calidad
de vida del ciudadano común. No podía esperarse otra cosa en vista de que el
régimen está superado por la misma y solo atina a reproducir las políticas que
la han causado. Maduro afirmaba hace unos días: “el capitalismo no es la
alternativa la alternativa son los CLAP”.
Tan delicada y grave es la coyuntura que el Gobierno parece
tener serios problemas en el ámbito castrense, cuya evolución se antoja
impredecible.
A lo anterior hay que sumarle que cada día que pasa se
confirma la condición fraudulenta de la mega elección convocada para el 20 de
mayo. El régimen pretende cumplir con la obligación de realizar este año
comicios presidenciales mediante un proceso electoral carente por completo de
los procedimientos, condiciones y garantías que establece la legalidad vigente
para que los mismos sean libres, justos, competitivos y transparentes.
En diversas ocasiones
voceros importantes del oficialismo, incluyendo a Maduro, han declarado públicamente que solo convocarán
elecciones cuando los favorezca; ahora le ha tocado a la presidenta de la Constituyente quien afirmó la
semana pasada: “más nunca entregaremos el poder político”. Mayor claridad
imposible.
Tanto la comunidad internacional democrática como la mayoría
determinante de la oposición democrática han
condenado y rechazado la farsa electoral de marras.
Las fuerzas democráticas han decidido no participar y
oponerse activamente mediante la conformación de un frente nacional que agrupe
a todos los sectores del país opuestos al régimen y partidarios de unas
verdaderas elecciones que permitan la manifestación de la voluntad ciudadana y
abran paso a la superación de la crisis.
Ambas decisiones son
apropiadas y también las que más daño hacen al oficialismo. El país espera del
frente amplio una política y una estrategia unitaria y eficaz para derrotar al
régimen. En cuanto a qué hacer de cara al 20 de mayo han surgido diversas
propuestas destinadas promover una amplia movilización nacional en ese sentido.
El plan de lucha que se decida – y debe ser pronto- deberá
estar impregnado de realismo político, eso quiere decir que no hay plantearse
objetivos inalcanzables. Lo viable es deslegitimar aún más la farsa del 20/5 y
lograr que la mayoría abrumadora no asista a las urnas. Las fuerzas opositoras
no están en capacidad de impedir la realización del proceso, solo un
pronunciamiento o presión castrense puede lograrlo.
Coincido con quienes han propuesto como eje central de la
movilización contra el fraude realizar una consulta nacional y ciudadana
similar a la magnífica jornada del 16 de
julio pasado, pero de mayor envergadura, participación y organización. El
centro de la consulta sería un cuestionario con una pregunta sobre la
continuidad de Maduro en la Presidencia.
Orientar la movilización ciudadana hacia una consulta de ese
tipo tiene varias virtudes, entre otras: permite enfrentar al fraude de manera
activa y pacífica, es ampliamente convocante, estimula la participación
militante de la ciudadanía en la promoción, organización y realización del
evento y por último pero no menos importante evita que las posturas
vanguardistas y violentas tomen cuerpo.
Sería una
especie de contra campaña electoral usando todos los recursos y actividades
propias de las mismas: propaganda, actos, recorridos y todos aquellos eventos
posibles y necesarios.
Hay quienes con razón se preocupan por el pos 20/5 y sobre
qué hacer. Todo dependerá de lo que finalmente ocurra ese día y lo más probable
es que la resistencia se incremente. Es responsabilidad del frente considerar
los posibles escenarios y los cursos de acción a seguir.
Caracas, 20 marzo de 2018
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